021.
TORRE DE LOS VENGADORES.
HABÍA PASADO UN AÑO DESDE EL ENCUENTRO CON MIS PADRES, desde ese tiempo habían pasado bastantes cosas, tales como: el cambio de escondite de James, el nuevo escondite de mis padres, las nuevas instalaciones de los Vengadores, misiones junto a Steve y Nat, entre otras cosas. Era habitual que dividiera mí tiempo tanto en Estados Unidos con Steve, Nat y Wanda como en Rumania, ya que mis padres y Bucky se encontraban escondidos ahí. Ese mismo tiempo había decido comenzar mi investigación respecto a las gemas del infinito y mis habilidades no tan ocultas.
Stark y Banner habían investigado bastantes sobre las gemas, sus composiciones, poderes y donde se encontraban –sólo sabían de una-, pero cada cosa que leía era como si leyera en chino, porque no entendía nada.
— ¿Bree? —Steve entró junto a unas carpetas —. Friday me dijo que te encontrabas aq- ¿Qué haces?
Dejé los papeles sobre la mesa. Ambos nos miramos durante un momento.
—Leía.
— ¿Dormiste algo? —preguntó.
—Yo, eh... como quince minutos sobre la mesa.
Steve suspiró y se sentó a un lado mío.
—Sabes que eres mi mejor amiga, y nos contamos todo...
Y ahí estaba, la sensación de culpa en mi cuerpo otra vez.
»Necesito saber que te sucede Bree, si no lo haces no podré ayudarte.
—No necesito ayuda —negué —. Estoy bien.
—Brianna.
Suspiré cansada y le extendí los documentos para que los leyera.
— ¿Por qué lees sobre las gemas?
Dudé durante un momento pero finalmente me decidí por hacerlo. Moví mis manos y me concentre el doble en llevarnos donde esperaba estar.
Steve miró el alrededor, de pronto ya no estábamos en el laboratorio de Stark, si no que en Asgard –o eso creía-. El lugar era bastante bonito y poseía una arquitectura parecida a la antigua Grecia. La gente nos miró entre espantados y sorprendidos, pero tan pronto como llegamos, nos fuimos.
»Brianna, ¿Qué acaba de suceder?
Miré a mi amigo y tomé su mano. Mis labios temblaron durante un momento.
—Encontré el paradero de mis padres —murmuré con la voz temblorosa. Steve abrió su boca para decir algo pero luego la cerró.
— ¿Qué?
—Encontré el paradero de mis padres —repetí —. Bueno lo he descubierto hace meses, pero ya no puedo aguantarlo más y realmente odio mentirte.
Sí, sobre todo odiaba mentirte sobre James.
—Oh, dios... Bree —Steve se acercó y me abrazó con fuerza. El silencio formó parte del laboratorio durante unos minutos.
—Mis padres fingieron su muerte porque hay algo bastante poderoso que está detrás de ellos... y de mí.
— ¿Qué cosa? —preguntó separándose.
—Mi padre en realidad no es humano, es Asgardiano. Lo expulsaron de Asgard cuando era un niño por estar estudiando una de las gemas. Thanos lo crio junto a otros seres extraños... ellos son sus hermanos y bueno... papá junto a su hermana Gamora arrancaron, ambos se separaron cuando la Orden Negra –los cuales son sus hermanos- los atacaron. Llegó a la Tierra cuando Heimdall –el guardián del puente de Bifröst en Asgard- le concedió un último viaje y así es como llegó aquí. Me tuvo junto a mí madre, vieron que tuve distintas habilidades porque me expusieron a tres de estás malditas gemas durante el embarazo, y ahora me vengo a enterar que puedo desafiar las leyes de la física, y teletransportarme a distintos lugares de universo. La vida de mis padres está en peligro al igual que la mía, ya que Thanos –el cual me considera su nieta- quiere llevarme a sus aposentos para entrenarme como su mini asesina. Oh diablos, mis vida está jodida Steve.
Rogers se quedó en silencio mirándome.
»Por favor, dime algo —murmuré.
—Hace unos años atrás hicimos una promesa... esa promesa es que estaríamos juntos sin importar qué ¿recuerdas?
—Sí...
—Brianna... eres mi mejor amiga, ¿crees que te dejaría de lado o te traicionaría sólo porque sabes el paradero de tus padres? Tú vida está en peligro, eso es lo más importante Bree, la vida de ellos también. Los ayudaré como tú me ayudaste a mí apenas conociéndome.
—Pero los demás...
Steve negó y tomó mi mano.
—Haremos esto solos. Será sólo un secreto más de los muchos que tenemos juntos. Ahora levántate y ve a dormir.
— ¿Y la misión? Siempre vamos todos juntos y...
—Iremos con Wanda. Es momento de que el mundo la conozca —sonrió.
—Podrían necesitar mi ayuda.
Steve rió.
—Sí, lo haremos. Pero no nos ayudarás sin no dormiste nada. Ve a dormir, estaremos bien.
—Bien.
Comencé a caminar hasta mi habitación.
— ¡Eh, Bree! —gritó Steve. Me volteé —. No te arriesgues más ocupando esos poderes. Necesito a mí amiga por muchos años más.
Sonreí.
—Lo prometo.
[. . .]
Me desperté por el constante sonido de mi teléfono, lo prendí y me encontré con un mensaje de un número desconocido.
«Dime por favor que estás en la Torre y no en esa maldita misión»
Supuse que era mi madre ya que era la única que hablaría así. Le contesté algo corto y pregunté por qué quería saberlo.
«Oh, Brianna. Pon el BBC»
Leí con extrañeza el mensaje y prendí la televisión al canal que me había dicho. Casi todas las noticias hablaban sobre lo mismo. Una gran explosión en un edificio lleno de civiles, en el mismo lugar donde sería la misión que estarían los chicos. Me levanté algo rápido, Visión entró a la habitación.
—Creo que tenemos problemas, Brianna —dijo.
— ¿Cómo están los chicos? —pregunté. Él negó sin saber el estado —. Friday, comunícame con Rogers.
—En un momento —respondió.
— ¿Brianna? —contestó Steve.
— ¿Estás bien? ¿Están todos bien? —pregunté. Visión se acercó y tomó mi mano para tranquilizarme. Ambas manos me temblaban y yo no lo había notado.
—Sí, llegaremos en un par de minutos a la Torre.
—Bien —suspiré.
—Tranquilízate Fraser, tendrás a tus amigos por mucho más tiempo de los esperado —respondió Nat con burla.
—Sólo tú respondes de esa manera en situaciones como estas Romanoff.
—Te extrañamos hoy bruja —añadió Sam.
—Oh vamos Sam, aprende a vivir sin mí —dije. Me estaba aguantando las lágrimas, sabía que ellos seguían hablando porque de alguna u otra manera buscaban tranquilizarme.
—Aterrizamos en veinte —dijo Steve.
—Bien, los esperaremos.
La llamada se cortó y tanto Visión como yo nos miramos sin tragarnos todas las mentiras que habían dicho.
[. . .]
Los días siguientes fueron igual de complicados que el primer día, Wanda seguía siendo la más afectada que todos, y era entendible. La culpa no se había ido de su cuerpo.
—Hola —saludé entrando a su habitación. Ella estaba viendo las noticias, las cuales no se cansaban de trasmitir el accidente. Moví mis manos y la televisión se apagó.
—Tuviste que haberlas dejado, estaban siendo bastante explícitos.
—No lo hiciste queriendo —respondí sentándome a su lado.
—No, no lo hice. Pero ellos parecen pensar lo contrario.
Wanda me miró durante unos segundos antes de bajar la mirada.
—Tuve que haber estado ahí —dije.
—Tal vez nada hubiera cambiado Brianna.
Ambas nos quedamos en silencio, apoyé mi cabeza en su hombro y Wanda tomó mi mano. Steve entró segundos después.
—Veo que alguien se adelantó —dijo mirándome.
—Estaban siendo bastante específicos —respondió Wanda —. Fue mi culpa.
—No es verdad —negó Rogers caminando para sentarse a un lado de Wanda —. Tendría que haber notado el chaleco bomba antes que tú. Rumlow dijo «Bucky» y yo volví a ser el chico de dieciséis años de Brooklyn. Y murió gente. Es mi culpa.
—Es culpa de los dos —dijo Wanda apretando su agarre en mi mano.
—Este trabajo... tratamos de salvar tanta gente como podemos. A veces no significa a todos —añadió Steve —. Pero si no podemos vivir con ello... la próxima vez quizá no salvemos a nadie.
Los tres nos asustamos al ver como Visión traspasaba la pared.
—Oh diablos —murmuré.
— ¡Vis! Ya hablamos sobre esto —reprendió Wanda. Steve me miró alzando sus cejas, evité reírme por la seriedad de la situación.
— ¿O sea que ya pasó antes? —pregunté. Wanda me empujó levemente.
—Sí, pero como la puerta estaba abierta, supuse que... —dudó durante un momento. Miró a Steve —. El Capitán Rogers quería saber cuándo llegara el Sr. Stark.
—Gracias. Ya bajamos —agradeció Steve.
—Usaré la puerta —Visión comenzó a caminar hasta la puerta —. Y parece que trajo un invitado.
— ¿Quién es? —pregunté.
—El Secretario de Estado —respondió Vis.
Steve nos miró a ambas.
Oh diablos.
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