011.
TORRE DE LOS VENGADORES
ENTRÉ AL LABORATORIO ENCONTRÁNDOME con Bruce esperándome, el científico me dio una breve sonrisa antes de invitarme a sentarme.
—Bien —dije —. ¿Qué haremos?
—Te haré un pequeño análisis para saber que habilidades posees, Natasha me dijo que no estabas segura de todas.
—Sé de la telequinesis y la distorsión de la realidad —me encogí de hombros —. Si tengo más no estoy segura.
—Nat y Steve te podrán a ayudar a desarrollar los otros que posees —respondió leyendo un archivo —. Aquí dice que tienes la capacidad de manipular los cuatro elementos.
— ¿En serio? —pregunté viendo mí mano. La moví esperando que pasara algo pero Bruce la tomó.
—Podríamos experimentar en el patio, aquí tenemos cosas realmente importantes que podrían salir perjudicados.
—Oh, claro.
— ¿Me permites extraer una muestra sanguínea?
Asentí. Bruce se demoró menos de diez minutos en hacer el proceso, ingreso el tubo con sangre dentro de una máquina que supuse que le diría las habilidades que poseía.
— ¿Qué hacen? —preguntó Thor entrando.
—Me dirán que habilidades tengo —sonreí.
—Genial ¿puedes hacerlo conmigo también Bruce?
Bruce se volteó para mirar a Thor.
—Creo que tú más que nadie sabe las habilidades que tiene, Thor.
—Bueno sí —me miró —. Es que soy genial.
Reí. Un breve sonido nos indicó los resultados del examen.
—Increíble —murmuró Banner.
— ¿Qué? —pregunté.
— ¿Qué sucede? Yo quiero saber.
—Por todas las veces que tu madre pasó frente a los experimentos antes de que nacieras un nivel de algo completamente desconocido estaba en su cuerpo, durante el embarazo lo absorbiste Brianna.
— ¿Y que puede ser esa cosa completamente desconocida?
—Tal vez tus padres estaban experimentando con alguna gema del infinito —respondió.
—Sorprendente... —murmuró Thor.
— ¿Entonces? —pregunté impaciente.
—Aparte de la Telequinesis, la distorsión de la realidad, control de los cuatro elementos... tienes la capacidad de poder curar personas, puedes volar con tus poderes y creo que fácilmente puedes contralar las gemas del infinito —dijo viendo el papel —. Brianna creo que eres bastante poderosa para derrotarnos a todos.
— ¿Hasta a mí? —preguntó Thor sorprendido.
—Sí —respondió Bruce —. Deberías entrenar con Nat y Steve para que puedas controlarlos todos. Thor te puede enseñar con los cuatro elementos.
—Me encantaría estar con mi chica favorita —Thor respondió animado.
—Nat se sentirá indignada después de oír eso.
—Me encantaría estar con una de mis chicas favoritas —corrigió. Bruce y yo reímos.
Mi teléfono sonó indicando que un número desconocido había mandado un mensaje.
«44°24°'00'' N 26° 05'00''E/ 44.4, 26.083333333333»
Miré el mensaje una y otra vez.
— ¿Todo bien? —preguntó Bruce.
— ¿Podrías buscar algunas coordenadas?
—Claro —dijo algo extrañado —. ¿Para qué?
—44°24°'00'' N 26° 05'00''E/ 44.4, 26.083333333333—dije sin responder.
—Y es... —el mapa se movió hasta que llegó a un punto fijo —. Aquí, es Rumania específicamente en Bucarest.
—Oh...
— ¿Pasa algo en específico en Rumania? —preguntó Bruce.
Moví mis manos discretamente, el humo negro llegó hasta Thor y Bruce sin darse cuenta.
—Deberíamos ver cuando entrenamos Thor —dije esperando que funcionara lo que había hecho. Sabía que estaba mal controlar la mente de las personas pero no podía arriesgarme a que sospecharan de mí.
—Claro —dijo. Suspiré aliviada al notar que los dos actuaban normalmente.
—Pondré estos documentos en tu ficha Brianna, así podrán saber las capacidades que tienes.
—Genial —respondí.
Me despedí de Bruce agradeciéndole.
— ¿Qué harás ahora? —preguntó Thor.
— ¿Quieres acompañarme a un lado? —pregunté.
—Claro, ¿Dónde?
— ¿Sabes manejar el quinjet?
—Sí.
—Bien, iremos a Rumania.
— ¿Rumania?
—Tengo ganas de comer ciruelas de Rumania.
—Genial.
[. . . ]
—Y aquí es Rumania —dije señalando la ciudad.
— ¿Y qué haremos? —preguntó Thor.
—Tú comprarás ciruelas —dije extendiéndole dinero —, y café —señalé una cafetería —. Yo iré a buscar unos documentos que podrían servirnos. Thor ante todo, necesito que esto quede en secreto.
— ¿Por qué?
—Porque sacamos el quinjet sin permiso —dije. Thor gimió sorprendido.
—Bien, es una promesa.
—Nos juntaremos aquí dentro de dos horas.
— ¿Cómo sabré cuando se cumplan las dos horas?
—Pregúntale a alguien si son las cuatro —dije mirando mi teléfono —. Trata de preguntarlo amablemente y...
—Lo sé Brianna. Nos veremos aquí a las cuatro —gritó despidiéndose.
—Bien, ahora a averiguar dónde está Barnes...
Alguien chocó mi hombro y siguió caminando.
»Bingo —murmuré siguiéndolo.
Caminamos aproximadamente diez minutos antes de llegar a unos departamentos no muy bonitos, lo perdí de vista un momento pero una mano me impidió seguir caminando ya que me empujó a un departamento. Bucky se sacó el gorro que llevaba puesto revelando su rostro. Sonreí al verlo.
—James Buchanan Barnes...
—Hola Brianna —respondió con una leve sonrisa.
—Yo... eh, ¿puedo abrazarte? —pregunté. Él rió y asintió abriendo sus brazos.
Sus brazos me envolvieron dándome algo de calidez.
—Yo, pude recordarte —murmuró contra mi oído.
— ¿Cómo? —me alejé algo sorprendida.
—Hace unas semanas pude recordarte —dijo. Él se alejó para tomar unos libros que tenía sobre la mesa —. He decidido escribirlo para no olvidarlo —me extendió el libro que tenía una letra bastante bonita —. Puedes leerlo Brianna, o sea, si lo deseas.
Asentí.
Las hojas no tenían fechas o algo por el estilo, sólo escritura.
La he recordado, a la bonita pelirroja que llevaba el nombre de Brianna... sabía exactamente donde ambos nos encontrábamos, era HYDRA o uno de los cuarteles de ellos. Ella estaba vestida completamente de negro y eso hacía resaltar sus ojos azules y su cabello pelirrojo, había un hombre y una mujer al lado de ella murmurándole cosas al oído, supuse que eran sus padres. Brianna parecía no estar de acuerdo con lo que sucedía ya que antes de ingresar a mi mente murmuró un breve «Lo siento». Grité tratando de alguna manera soportar el dolor y pude ver como ella lloraba al oírme sufrir, quería decirle que nada era su culpa que por lo visto ella estaba tan obligada como yo a estar ahí, no pude hacerlo.
Leí otra página del libro, pareciera que todo se iba escribiendo en diferentes días ya que estaba con lápices de distintos colores.
Brianna, Brianna, Brianna ¿por qué tenía la capacidad de no salir de mi mente? Recordé la vez que hicimos el amor, supuse que era años atrás ya que sus facciones se veían más jóvenes. Supuse que era un momento algo feliz dentro de todo el infierno que habíamos vivido ya que ambos estábamos con una sonrisa y disfrutábamos del pequeño momento. La amaba, de eso estoy seguro y ella me amaba a mí. Murmuré su nombre cuando llegué al éxtasis y ella murmuró el mío. Éramos como extraños que se conocían muy bien.
Otra hoja más.
Brianna era mejor que yo, y aun así decidió estar conmigo.
Recordaba los maravillosos ojos de Brianna, sus ojos tenían una melancolía preciosa. Preciosa para mí, claro está. No creo que a ella le hiciera ninguna gracia el pasado que le decoró de esa forma la mirada.
Volví a cambiar la página.
Recordé como ella se ponía en riesgo a sí misma para evitar maltratarme, creo que fueron un par de meses que estuvimos así, meses en los cuales temí más por ella que por mí y llegué a admirarla por todas las cosas que hizo por alguien como yo.
Dejé de leer para poder mirar a Bucky el cual se encontraba observándome.
—Perdóname por no encontrar otra manera de salvarme que no implicara abandonarte —dijo rompiendo el silencio.
Me acerqué para poder abrazarlo y comenzar a llorar en su hombro. James me abrazó con fuerza.
—Lo siento —dije luego de unos minutos. Limpié mis lágrimas —. Lo siento por las cosas que te hice sufrir.
—Brianna... nada fue tu culpa, nada de esto —negó.
— ¿Qué haremos Buck? No quiero perderte otra vez... —murmuré.
—Me quedaré aquí por un tiempo, puedes visitarme cada vez que quieras.
— ¿Y Steve? —pregunté. Bucky negó.
—Yo... prefiero que sólo lo sepas tú por un tiempo —murmuró.
—Bien —suspiré resignada. Odiaba mentirle a Steve y Nat pero si Bucky lo pedía tenía que hacerlo.
—Lo siento —dijo acariciando mi rostro —. Aún estoy tratando de acostumbrarme a todo esto...
Sonreí y entrelacé mis manos en su cuello. Bucky sonrió besando mi mejilla.
—Está todo bien —murmuré.
—Brianna, no quiero que tengas problemas por venir... prométeme que vendrás sólo cuando tengas tiempo libre.
Sonreí.
—Bueno... —respondí aunque bien sabía que ahora que sabía dónde estaba, no me alejaría mucho tiempo.
[. . .]
— ¿Dónde estaban? —preguntó Nat cuando Thor y yo entramos.
—Fuimos a comprar ciruelas —dije ayudando a sacar a Thor las cajas de ciruelas que habíamos traído de Rumania.
Había sido algo complicado despedirme de Bucky pero finalmente lo había hecho.
— ¿Tantas? —preguntó Steve llegando a nuestro lado.
—Le dije que compraras sólo unas cuantas, pero se acercó a un señor y le coqueteó. Le regalo cinco cajas de ciruelas —respondí.
— ¿Señor? —dijo Nat.
— ¿Qué puedo decir? Soy irresistible —respondió Thor.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro