006.
NEW JERSEY.
STEVE COMENZÓ A MOVER los escombros que se encontraban sobre nosotros, Natasha estaba apoyada sobre una piedra tratando de regular su respiración mientras que yo ayudaba a Steve mover los escombros con mis poderes.
— ¿Estás bien? —le pregunté a Nat. Ella negó.
— ¿Tú estás bien? —Steve dejó una mano sobre mi hombro. Asentí.
—Ayúdala —señalé a Nat —. Iré detrás de ustedes.
Steve asintió y tomó en brazos a Natasha.
Me volteé a mirar el alrededor, todo estaba en ruinas.
—Steve —él volteó —. Corre —señalé los quinjet que estaban sobrevolando sobre nosotros. Los dos comenzamos a correr mientras yo lanzaba a un lado todas las cosas que se interponían en nuestro camino.
[. . .]
— ¿Estás seguro? —pregunté mirando la casa con desconfianza.
—Es nuestra única opción —dijo Steve. Ambos miramos a Nat que estaba aún algo mal.
—Bien.
Steve tocó la puerta, un moreno la abrió mirándonos detenidamente.
—Hola amigo —saludó.
—Lo siento, necesitamos un lugar donde escondernos.
—Todos los que conocemos tratan de matarnos —dije.
El moreno miró detrás de nosotros por si alguien nos seguía y no hizo pasar.
—No todos.
Nos dejó pasar a su habitación para poder limpiarnos. Nat estaba levantada mientras yo estaba en la cama, Steve estaba en el baño.
— ¿Están bien? —preguntó.
—Sí —dijo Natasha.
—Dentro de lo que se puede —me encogí de hombros. Él se sentó a mi lado.
—Iré a buscar un vaso con agua —Natasha salió de la habitación.
— ¿Que sucede? —dijo luego de un silencio. Lo miré.
—Cuando me fui de Sokovia pensé que estaba acabada —deje a un lado la toalla —, no tenía a mis padres ni a mis amigos, el Soldado me estaba siguiendo y no podía usar mis poderes porque estaba débil. Luego llegaron ustedes y me dieron una leve esperanza —lo miré y él sonrió —, no estaba completamente sola... SHIELD me respaldaba, al igual que Fury, Maria y ustedes dos. Ahora que pensé que estaba todo bien otra vez, pasó esto. Somos fugitivos Steve, y lo más posible es que ese Soldado esté detrás de nosotros. Al criarme junto a HYDRA y mis padres pensé que sabía lo que eran las mentiras pero en realidad creo que ya no sé diferenciar las mentiras de la verdad.
—Puede que estés en el rubro equivocado —dijo haciendo referencia a nuestra conversación en el auto con Nat. Reí levemente.
—Steve —lo llamé. Necesitaba confesarle sobre lo del Soldado —. El Soldado del Invierno...
—No es necesario Bree —negó.
—Lo conozco —dije. Él levantó la mirada —. F-Fue uno de las personas que mis padres me hicieron maltratar, y por más que intente recordar su nombre no puedo.
—No es necesario —Steve tomó mi mano y la dejó entre las de él —. Ese es tú pasado, nunca lo hiciste queriendo deja de carcomerte la cabeza por eso —bajé la mirada aguantándome las lágrimas.
Asentí y levanté la mirada.
—Te debo una. A ti y Nat.
—No hay problema Bree —negó.
—Preparé el desayuno —dijo el moreno —. No sé si ustedes desayunan.
Steve sonrió y ambos nos levantamos.
—Por cierto, ¿Cómo se llama? —señalé al moreno.
— ¿No los presente? —preguntó extrañado. Negué —. Oh, lo siento. Su nombre es Sam Wilson.
—Entonces... la pregunta es ¿Quién en SHIELD podría lanzar un misil? —preguntó Natasha.
Miré a Steve, él sabía la respuesta.
—Pierce.
—Que está en lo más alto del edificio más seguro del mundo —señalé. Sam y Natasha me miraron.
—Pero no está trabajando solo —Steve dijo —. El algoritmo de Zola estaba en la Lemurian Star
—También estaba Jasper Sitwell.
Suspiré frustrada. Sam me entregó una tostada, la tomé agradeciéndole.
—Entonces, ¿Cómo es que las tres personas más buscadas en Washington secuestran a un oficial de SHIELD a plena luz del día?
Sam se alejó y volvió con una carpeta.
—La respuesta es: no lo hacen —dijo tirando la carpeta sobre la mesa. Los tres la miramos.
— ¿Qué es eso? —pregunté.
—Puedes llamarlo «curriculum» —respondió.
Natasha tomó la carpeta y yo me acerqué para saber de qué se trataba.
— ¿Esto es Bakhmala? —preguntó Nat —. Misión Khalid Khandil ¿eras tú?
Natasha y Steve miraron brevemente a Sam. Yo seguía mirando la foto.
—No dijiste que era de Pararrescate —dije mirando a Steve.
— ¿Este es Riley? —preguntó Steve tomando la foto entre sus manos.
—Sí —confirmo Sam.
—No podían usar helicópteros —señaló Romanoff —, por las granadas propulsadas.
— ¿Usaste un paracaídas furtivo? —pregunté mirándolo. Él negó con una sonrisa.
—No. Estos —entregó otra carpeta.
Los tres la miramos. Steve alzó las cejas sorprendido.
—Creí que eras piloto —dijo.
—Yo nunca dije que era piloto —sonrió.
—No puedo pedirte esto Sam —Steve negó. Natasha y yo nos miramos —. Te fuiste por una buena razón.
—El Capitán América, la Viuda Negra y... —me miró dudando de cual eran mis habilidades. Natasha se mordió el labio para evitar reír. Moví mi mano haciendo que uno de los cuchillos que estaba sobre el mesón saliera volando quedando sólo a centímetro de la cara de Sam, me miró para luego mirar a Steve el cual sonrió —, ¿la brujita? Necesitan mi ayuda. No hay mayor razón para regresar.
Los tres sonreímos satisfechos.
— ¿Dónde podemos conseguir uno de estos? —señalé la carpeta.
—El ultimo esta en Fort Meade. Bajo tres puertas custodiadas y un muro de acero de treinta centímetros —respondió. Natasha y Steve me miraron.
—Pan comido —me encogí de hombros —. No debería haber problemas.
[. . .]
Steve empujó a Sitwell al piso del tejado donde nos encontrábamos, entré seguida de Natasha.
—Hábleme del algoritmo de Zola —dijo Rogers.
—No sé lo que es —respondió él levantándose y poniéndose los lentes.
— ¿Qué hacía en el Lemurian Star? —pregunté.
—Estaba vomitando, me enfermé —respondió al borde del edificio.
— ¿Eso quiere decir que me arrojaras al vacío? —preguntó con burla —. Porque no es tu estilo Rogers.
—Tienes razón, el mío no lo es. Pero el de ella sí —señaló a Nat. Ella lo empujó de una patada.
El grito hizo eco.
—Espera... ¿qué hay de la chica de contabilidad? —preguntó Romanoff. Reí ante la insistencia de buscarle novia a Rogers —. ¿Laura...?
—Lillian —respondió Steve —. ¿La del piercing en el labio?
—Hey, yo la conozco —dije sonriendo —, es bonita.
—Si —respondió Steve mirándonos —. No estoy listo para eso.
Sam llegó junto a Jasper que se encontraba aun gritando.
—El algoritmo de Zola es un programa —dijo —. Sirve para elegir objetivos del proyecto.
— ¿Cuáles? —preguntó Steve.
— ¡Tú! —respondió —. Brianna Fraser —me señaló —, un anfitrión de TV en el Cairo, un alumno estrella de Iowa, Bruce Banner, Stephen Strange o quien sea una amenaza —miré a Steve que se encontraba igual de sorprendido que yo —, para HYDRA. Ahora o en el futuro.
— ¿En el futuro? —preguntó Steve —. ¿Cómo podría saberlo?
Él rió, moví mis dedos haciendo que un destello negro llegara a su pecho y lo tumbara en el suelo.
— ¿Cómo podría no saberlo? —respondió —. El siglo XXI es un libro digital. Zola le enseñó a HYDRA a leerlo —Steve tomó mi mano y deje de hacer presión sobre el pecho de Sitwell, él se levantó con dificultad —. Cuentas bancarias, historiales médicos, correos electrónicos, llamadas, los resultados de tus exámenes. El algoritmo de Zola evalúa el pasado de las personas para predecir su futuro.
— ¿Y luego qué? —pregunté. Él miró al suelo.
—Cielos, Pierce va a matarme —dijo.
— ¿Luego qué? —volví a preguntar acercándome. Sam tomó a Sitwell.
—Los helicarriers del proyecto borran a las personas de la lista —respondió. Miré a Steve y Nat que estaban detrás de mí —. Unos millones cada vez.
[. . .]
EN EL PRÓXIMO CAPITULO APARECE EL SOLDADO DEL INVIERNO JEJEJE
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