Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

005.

PODÍA OBSERVAR COMO NATASHA se posicionaba detrás de Steve, hizo explotar el chicle que llevaba en su boca haciendo que el Rogers saliera de su atención hacia la máquina de dulces.

Steve empujó a Natasha dentro de la habitación, un destello negro salió de mis manos para evitar que le hiciera algo. Ambos se voltearon a mirarme, Nat sonrió mientras que Steve frunció su entrecejo.

— ¿Dónde está? —preguntó.

—A salvo —respondí.

—Díganme —dijo mirándonos a ambas.

— ¿De dónde lo sacaste? —Nat preguntó.

— ¿Por qué te lo diría? —contratacó.

—Fury te lo dio ¿por qué? —Romanoff atacó.

— ¿Qué tiene? —Steve preguntó.

—No lo sabemos —dije.

—Dejen de mentir —dijo acercándose hacia mí. Tomó mi brazo con fuerza.

—Sólo actuamos como si lo supiéramos todo, Rogers.

Un ruido nos distrajo. Ambos miramos brevemente hacia la salida.

—Sabias que Fury contrató a los piratas ¿no? —Steve se dirigió a Nat. Aun no me soltaba del brazo.

Natasha dudó y titubeó un segundo.

—Tiene sentido. Fury necesitaba entrar, también tú.

—No les volveré a preguntar —apretó mi brazo. Alcé mi mano y él se alejó.

—Sabemos quién mató a Fury —Natasha confesó. La observé con reproche —. La mayoría de los servicios de inteligencia no creen que existía. Los que creen lo llaman...

—El Soldado del Invierno —completé.

—Cometió más de dos docenas de asesinatos en los últimos cincuenta años.

Steve nos miraba a ambas.

—Es un mito —dijo él.

—Hace cinco años, escolté a un ingeniero nuclear fuera de Irán. Alguien disparó a mis llantas cerca de Odessa. Perdí el control y caímos a un acantilado. Logré salvarnos a los dos —Natasha habló —. Pero el Soldado del Invierno estaba ahí. Yo cubría al ingeniero así que él disparó a través de mí —se levantó un poco la polera para mostrar un cicatriz —. Una bala soviética. Sin estriado. Adiós a los bikinis.

—Sí, apuesto que te quedan horribles.

Rodé los ojos ante el sarcasmo.

—El Soldado es la misma persona que iba detrás de mí anteriormente.

Steve volvió a mirarme.

—Buscarlo no tiene sentido, lo intenté —Natasha se acercó y levantó el USB —. Como dices, es un mito.

—Averigüemos que quiere ese fantasma —dijo antes de tomar el USB.

Natasha me dio una breve mirada.

[.  .  .]

Los tres entramos a una tienda donde tenían computadoras. Natasha conectó el pendrive en una mientras yo miraba las otras cosas, Steve estaba a un lado de Romanoff. Teníamos el tiempo contado así que Natasha comenzó a murmurar unas cosas hacía Steve mientras me daba breves miradas.

Un encargado se acercó a ellos, yo hice lo mismo. Compartieron un par de palabras antes de que el mirara de una manera extraña a Steve y dijera:

—Tengo los mismos anteojos.

—Parecen gemelos —dije pasando a un lado y situándome junto a Nat.

—Sí, ojala —dijo él —. Espécimen —miró a Steve antes de irse.

—Lo tengo —Nat soltó señalando un lugar.

— ¿Lo conoces? —pregunté mirando a Steve.

—Solía conocerlo. Vamos.

Desconectó el USB y salimos del lugar.

—Yo iré a la derecha —Natasha murmuró —. Ustedes sigan y traten de pasar desapercibidos. Los espero en el auto.

Ella comenzó a caminar hacía la dirección señalada.

—Equipo de táctica. Dos atrás, dos al otro lado —Steve señaló mirando el alrededor —. Y dos justo al frente. Si nos ven, yo me encargo...

—Cállate y abrázame. Ríete de algo que dije —murmuré.

Él hizo lo que le dije. Ambos seguimos caminando y nos acercamos a las escaleras mecánicas, el mismo agente que le había hablado a Steve en el hospital estaba subiendo por las escaleras. Me volteé.

—Bésame.

— ¿Qué? —Steve me miró extrañado.

—Las demostraciones públicas de cariño incomodan a las personas.

—Sí, así es —confirmó Steve.

Bufé y tomé su rostro entre mis manos. Junté sus labios junto a los míos y él tomó mi cintura. Me alejé segundos después.

— ¿Aún sigues incomodo? —lo miré brevemente.

—No es la palabra exacta que ocuparía —dijo.

Ambos llegamos a la entrada. Natasha bajó la ventanilla del auto, me subí en el asiento trasero mientras que Nat se cambiaba al copiloto y Steve ocupaba el asiento del piloto.

— ¿Por qué estás tan sonrojado? —preguntó mientras miraba a Steve manejar. Reí levemente.

—Deberías preguntarle a Bree —dijo.

— ¿Bree? —pregunté.

—Es tu nuevo sobrenombre —dijo.

— ¿Entonces? —Nat me miró.

—Venia ese agente que estuvo en el hospital el otro día —me encogí de hombros —. Yo sólo nos salvé el pellejo.

— ¿Se besaron? —Natasha rió haciendo que el sonrojo de Steve subiera

—Bien, tengo una pregunta que no tienes que responder. Aunque, si no la respondes... —dije.

— ¿Qué? —Steve preguntó.

— ¿Es tu primer beso desde 1945? —pregunté. Ambas miramos a Rogers.

— ¿Fue tan malo? —dijo mirándome a través del espejo retrovisor.

—Yo no dije eso —negué.

—Suena como eso Bree.

—No, no es verdad. Me preguntaba cuanto habías practicado.

—No hace falta.

Natasha nos miraba a los dos divertida.

—Claro que sí.

—No fue mi primer beso desde 1945. Tengo noventa y cinco años. No estoy muerto.

— ¿No encontraste a nadie especial? —Nat preguntó.

Steve se quedó en silencio unos segundos.

—Lo crean o no. Es difícil encontrar a alguien con una historia similar.

—Está bien. Puedes inventar algo —Romanoff sugirió.

— ¿Cómo tú? —dijo mirándola.

—No lo sé. La verdad depende de la situación. No es lo mismo para todo el mundo todo el tiempo, y yo tampoco.

—Es un modo difícil de vivir —agregó Steve.

—También es un modo de no morir —dije. Ambos me miraron.

—Es difícil confiar en alguien que no sabes quién es realmente —Steve dijo mirándonos.

—Sí —concordamos las dos —. ¿Quién quieres que seamos? —preguntó Natasha.

— ¿Qué tal unas amigas?

—Puede que estés en el rubro equivocado, Rogers —Natasha le dio una leve sonrisa.

Habíamos llegado al lugar que el mapa que había descifrado Nat. Steve estacionó y los tres bajamos del auto.

— ¿Es aquí? —pregunté.

—Aquí es donde nos envían las coordenadas.

Miramos el alrededor. La entrada estaba cerrada con candado, moví mis manos y el destello llegó hasta el candado explotando en el proceso. Natasha iba a un par de pasos más adelante que nosotros.

—Es aquí donde me entrenaron —Steve murmuró.

— ¿Cambió mucho? —pregunté. Natasha estaba iluminando el lugar metros más adelante.

—Un poco —respondió.

Natasha nos habló, ambos nos acercamos pero Steve se distrajo mirando una de las de las cosas que se encontraban ahí.

— ¿Qué sucede? —preguntó Nat. Los tres comenzamos a caminar a la par.

—El ejército prohíbe almacenar municiones a 450m de las barracas. Esta construcción está en el lugar incorrecto.

Ambos me miraron esperando que explotara la cerradura que se encontraba ahí. Hice lo mismo que anteriormente, Steve abrió la puerta y los tres entramos. Era un lugar algo extraño, habían escritorios por todos lados, el logo de SHIELD se encontraba en la pared.

—Esto es SHIELD —Natasha rompió el silencio.

—Quizá aquí comenzó —dije mirando el lugar.

Steve abrió otra puerta, entré seguida de Natasha. En el lugar había unos muebles con archivos y fotos de algunas personas.

—Este es el padre de Stark —Nat señaló la foto de un hombre con bigote, bastante atractivo.

Miré a la mujer que se encontraba en la foto de al lado, era bastante bonita y supuse que Steve la había conocido ya que sentía como su cerebro invocaba recuerdos. Sacudí mi cabeza levemente, a veces me era imposible dejar ir las mentes de las personas, entraba en ellas sin quererlo.

Rogers se acercó a uno de los muebles.

—Si ya estás trabajando en una oficina secreta... —y movió el mueble mostrándonos otro lugar —. ¿Por qué esconderías el ascensor?

Natasha acercó un aparato y le mostro el código con las ultimas huellas dactilares que lo habían ingresado. Los tres entramos al ascensor para luego bajar. El ascensor se abrió dejándonos ver un oscuro lugar, moví mis manos en caso que tuviéramos haciendo que el humo negro saliera de estás, comenzamos a caminar con duda, el ascensor se cerró detrás de nosotros. Las luces se encendieron y nos dejaron ver bastantes pantallas está estaban acompañadas de un teclado o algo así. Natasha se acercó.

—La información no puede venir de aquí, la tecnología es antigua.

Dudó durante un momento y conectó el pendrive, todas las cosas se encendieron.

— ¿Iniciar el sistema? —preguntó una voz computarizada. Nat comenzó a teclear. Steve se posicionó a un lado mío, miró mis manos para luego mirarme a mí.

—Siempre hay que estar alerta —me encogí de hombros. Él asintió.

—Jugamos un juego —Natasha murmuró y miró a Steve divertida —. Es un filme...

—Sí, lo sé —respondió él. Me mordí el labio para aguantarme la risa.

—Rogers, Steven —dijo una voz. Steve miró la pantalla —. Nacido en 1918 —la cámara que se encontraba sobre la pantalla se movió en dirección a Nat —. Romanoff, Natalia Alianovna. Nacida en 1984 —volvió a moverse y me apuntó a mí —. Fraser, Brianna Marie. Nacida en 1992. Excelentes padres déjame decirte.

—Es una especie de grabación —dijo Nat.

—No soy una grabación, fräulein. Puedo no ser el hombre que era cuando el Capitán me tomo como prisionero en 1945. Pero soy yo.

La foto de un hombre con lentes y bastante poco agraciado se mostró en la pantalla siguiente.

— ¿Lo conoces? —pregunté.

—Arnim Zola era un científico alemán que trabajaba para Red Skull. Murió hace unos años —Steve respondió mientras caminaba detrás de la pantalla.

—El primer lugar soy suizo —corrigió la voz —. En segundo, mira a tu alrededor. Estoy más vivo que nunca.

Él siguió hablando pero no le preste atención, podía oír como Nat y Steve decían algo pero mis ojos no dejaban de observar la especie de vídeo que mostraba el computador o más bien Zola. Mi corazón se comenzó a acelerar cuando notó que HYDRA siempre estuvo dentro de SHIELD ¿era acaso por eso que mi mamá me había dicho que saliera de Sokovia? Era obvio que su hermana me buscaría, mi madre no era nada tonta. Nunca estaría protegida junto a SHIELD.

Mi rabia creció cuando noté todo lo que SHIELD había planeado todo este tiempo. El destello negro cayó directamente en la pantalla donde se proyectaba ''el rostro'' de Zola asustando a Nat en el proceso. Solté un grito de frustración.

Steve tomó mi mano y se acercó a la otra pantalla que proyectaba otra vez el rostro de Zola. Les hizo unas preguntas al igual que Nat sobre el proyecto ''Insight'', había oído ese nombre posiblemente en HYDRA o tal vez a través de mis padres. Mi mente no estaba funcionando, levanté la mirada cuando Steve soltó mi mano y lanzó su escudo hacia el ascensor.

Todo había sido una trampa, estábamos atrapados.

Miré el alrededor buscando alguna salida, Nat me miró.

—Tenemos un explosivo. Misil de corto alcance, treinta segundos como máximo.

— ¿Quién lo dispara? —preguntó Steve.

—SHIELD.

—Me temo que estuve haciendo tiempo, Capitán —Zola volvió a hablar. Nat sacó el pendrive.

Steve miró el alrededor y sacó una de las rejillas del piso. Natasha tomó mi mano y ambas nos acercamos. Natasha se lanzó dentro mientras Steve ponía su escudo sobre mi cabeza, formé un escudo de protección sobre nosotros al momento que Rogers estuvo a un lado de Nat.

Una explosión hizo eco. Mi escudo de protección ayudaba pero me agotaba bastante hacerlo, Natasha estaba entre Steve y yo. No sabía cuándo pero un momento perdí el conocimiento.

Negro.

Todo era negro. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro