❛𝐒𝐚𝐲 𝐦𝐲 𝐧𝐚𝐦𝐞❜

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Tic. Tac. Tic. Tac.

Las manecillas del reloj en la pared se movían lentamente haciendo un gran contraste con lo acelerados que estaban sus pensamientos.

Los nervios crecientes le hacían una opresión en el pecho cada vez que pensaba en lo tarde que era y lo poco que recordaba de ayer.

YoonGi coloco sus uñas entre sus dientes y cerró fuertemente su mandíbula, el sonido de sus caninos mordiendo sus manos hizo eco y se difumino con el quejido que escapó de sus labios cuando sin darse cuenta mordisqueó la piel de sus dedos y pudo saborear el metálico sabor de su sangre.

Ignoró el líquido rojizo que corría sobre su dedo y recostó su cabeza en su escritorio, su mano danzando sobre la fría madera que le daba escalofríos.

Su mirada pronto se dirigió al reloj y fácilmente pudo divisar el número tres siendo marcado por las agujas.

YoonGi suspiro, no debería estar despierto a esa hora, ni mucho menos esperando por TaeHyung. Pero la curiosidad y el insomnio nunca fueron una buena combinación.

Llevaba toda la noche despierto y aunque estaba mal, se puso a divagar sobre las ventajas que tenía, las cuales fueron pocas.

YoonGi estaba desesperandose, sus ojos ardían y su mente estaba hecha un lío.

Se estaba volviendo loco.

Ya no sólo era una metáfora sino que se estaba volviendo un hecho en su inestable consciencia.

«¿Esto es real? ¿Qué está pasando?» pensó confundido, se sentía como si estuviera flotando al pensar en los borrosos sucesos de ayer, pero quizás sólo estaba perdiendo su cordura.

Había tantas cosas que lo mantenían despierto en la desolada noche mientras temía que su madre hiciera una ruidosa intromisión en su pequeño lugar seguro y le diera un horripilante regaño por no estar dormido y por no estar haciendo por lo mínimo algo productivo.

Esas mismas dudas que le llegaban en plena noche, eran tan extensas que lo ahogaban en un mar de impotencia; parecía que había más preguntas que respuestas.

Antes de que pudiera continuar con su reflexión poco normal, en medio de una suave exhalación llamo a la persona que a duras penas recordaba:

—TaeHyung.

Inmediatamente un tipo de sombra apareció simulando una puerta y el nombrado salió de está.

En ese instante algo fue muy claro para ambos:

Quería llorar.

Después de tantas plegarias, en la vida de YoonGi finalmente había llegado su salvador, que por desgracia o quizás una suerte inusual, fue aquel hombre que muchos conocían como un antagonista.

Realmente no le importaba si la persona que lo salvaba era un demonio o un ángel, de cualquier manera el simple acto de estar cerca de él con la intención de protegerlo y ayudarlo le daba un gran alivio.

—N-No creí que vendrías —una pequeña esperanza de sus problemas desapareciendo se creo.

—No rompo promesas —respondió incomodado.

—Gracias —una lagrima cayó por su mejilla.

Su pacto apenas comenzaba.

•‡•

N/A: ¿Cómo les explico que esta obra duele y quiero descontinuarla porque mi salvador ya no existe? jajaja... En fin, ¿sabían que los amo? Lo hago mucho, gracias por leerme. Incluso si repentinamente desaparezco o se enteran de que me hice algo, por favor enfoquense en que los amare por siempre.