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-Estás haciendo una acusación muy seria, Set-intervino Adam justo cuando Beatrice se preparaba para replicar.
-¿Una acusación seria?-repitió con sarcasmo-pero sí yo trabajé para él y el muy imbécil trató de secuestrarme junto con Keren después de matar a mi madre frente a mis ojos.
-Él no pudo haberlo hecho-sentenció Adam en un siseo-si fuera cierto, mi hermana no hubiera estado tonteando con él, y mucho menos lo hubiera defendido a capa y espada de nosotros. Hasta lo besó y toda la cosa.
-¿Que hizo qué?-titubeó Set con los ojos en llamas. Y Adam esbozó una sonrisita maliciosa.
-De él te hablé cuando hablamos. Mi hermana está loca por él, aunque es un bastardo porque provocó la muerte de mi tía.
Set no dijo nada y Jack pensó que iba a darle un ataque ahí mismo; mientras que Beatrice continuó de pie, mirándolo sin decir nada.
Y Adam percibió las lágrimas acumuladas en los ojos de novia al tiempo que ella se desmoronaba. Pero consiguió mantenerla de pie y la apretujó a su firme cuerpo para evitar que cayera.
-Nunca te dejaré caer-le susurró al oído, sintiendo como ella rompía a llorar en su pecho como niña pequeña.
-Entonces ese maldito enamoró a Keren, mató a tu tía y su jefe la raptó sin motivo alguno-la fiereza en las palabras de Set hicieron que Adam emitiera un gruñido.
-Tal parece que sí. Tenemos que decírselo a mi padre cuanto antes-repuso con indignación.
-Ve a decirle.
-Ve tú. ¿Qué no ves que estoy ocupado con Beatrice?
-Oh vamos. Solo está llorando, además no le agradó a tu padre.
-Eres un cerdo miserable y sin sentimientos-espetó Adam, dándole la espalda.
Jack miraba atónito la escena y se debatía en ir él mismo a darle el recado al padre de Adam o quedarse con ellos por si discutían.
-Jack-dijo Set con voz trémula-dile al padre de Adam que ya nos vamos.
Titubeando, el pelirrojo entró rápidamente a la capilla y Set volteó a ver a Austin y a Thomas que llevaban casi a rastras a Dylan.
-¡No me iré! Voy a quedarme y ayudaré a buscar a mi prima-gritó el chico a sus padres y estos no hicieron el menor caso.
Aquella protesta del chico llamó la atención de Set y se cruzó de brazos; siguiendolo con la mirada hacia la salida.
Cuando vio que el chico dio un traspiés y cayó al suelo, corrió hasta él con el rostro pétreo.
-¿Cómo te llamas?-le preguntó. A pesar de que sus padres no se detuvieron y tiraron de él cuando se levantó titubeante, el chico volteó a verlo por encima del hombro.
-Dylan-jadeó-Dylan Williams.
-¿Por qué te llevan como niño por el suelo?-trotó detrás de él y tanto Austin y Thomas apresuraron el paso sin soltarle las muñecas a su hijo.
-Porque piensan que soy un niño-resopló con resignación.
-Oí que quieres ayudarnos a encontrar a Keren...
-Sí...
Austin tiró de él, apartandolo deliberadamente de Set y lo sujetó de la espalda.
Entonces Set, en un dejo de impulso, alargó el brazo y cogió a Dylan del codo.
Enseguida lo detuvo junto con sus padres que volvieron el rostro para mirarlo con cólera.
-¿Están conscientes de lo ridículo que es esto?-carraspeó el rubio sin soltar el codo de Dylan.
-No te metas, niñato delincuente-le espetó Thomas-pudiste tratar como mierda y como títere a Keren pero a mí hijo no, idiota.
Set esbozó una fría sonrisa que intimidó a Thomas.
-Teniendo en cuenta que tu hijo tiene el coraje para querer ayudar en algo que, al parecer se rehusan a hacer, debo intervenir y apoyar la decisión de Dylan-puntualizó-así que sean tan amables de darle libre albedrío al chico o no querrán que luego haga todo a escondidas de ustedes.
-¿Ahora nos darás clases de moral?-replicó Austin con ironía-escucha, niño, nosotros no queremos problemas.
-Entonces dejen a Dylan en paz-siseó con determinación y fulminó asiduamente a la pareja.
Dylan aprovechó el desasosiego de sus padres para zafarse y se plantó justamente al lado de Set.
Ambos eran casi de la misma estatura, solo que el rubio era más alto y fornido que Dylan.
Sin embargo, a nadie le dio tiempo de añadir algo al respecto porque Egon y Gabriel salieron de la capilla con aire taciturno a grandes zancadas.
Desviaron sus miradas de Adam-Beth a Set-Dylan-Thomas-Austin.
-¿Qué ocurre?-quiso saber Egon inmediatamente. Trató de acercarse pero Gabriel le hizo una advertencia con la mirada.
-Estoy haciendo que este par de payasos le den el libre albedrío a este chico-le informó Set con aire entusiasta.
-Suerte con eso-murmuró y arqueó las cejas en dirección de la pareja que estaba aguantando mucha presión-¿y bien? ¿nos vamos?
Set asintió. Chasqueó los dedos y Jack inmediatamente se situó a su lado con la mirada ausente. Tanto Adam, Beatrice, Egon y Gabriel siguieron al rubio de camino a la salida.
-Tú no vas a ninguna parte-gruñó Austin y lo agarró del cuello de su camisa-y vas a obedecerme.
Dylan se estremeció y dejó de forcejear. Después de todo sus padres tenían razón: él no estaba preparado ni acostumbrado al ambiente sádico de los demás y se quedó mirando fijamente como iban haciéndose cada vez más pequeños sus familiares.
En el trayecto a la salida, Gabriel dejó escapar un gemido y Egon volteó a verlo con preocupación.
-¿Te sientes bien?
-Sí. Es solo que preferiría que me dijeran el plan. No podemos ir a ciegas a un lugar que no conocemos.
Entonces Set se volvió y se cruzó de brazos frente a ellos con el ceño fruncido.
Le costó muchísimo mantener un timbre de voz leve y claro para que entiendieran absolutamente todo. Les contó todo acerca de Kevin Black y lo que había pasado en Berlín cuando Keren estaba con él.
El único que no se inmutó fue Gabriel, ya que él odiaba a morir a Kevin. Pero Egon sintió una punzada de cólera en todo el cuerpo y deseó con todas sus fuerzas encararlo.
-Así que vamos a ir a verlo al hospital que dice mi hermana. Tengo unas cuentas pendientes que atender con él-gruñó Set.
-No puedo creer lo que voy a decir pero estoy contigo-repuso Egon-haber matado a tu madre y querer secuestrar desde antes a mí hija es algo que no voy a tolerar.
La dureza de sus palabras le gustaron a Set, quién sonrió de oreja a oreja al tener a ese hombre de su parte.
-Entonces vámonos-dijo Adam, afianzando la mano de Beatrice con la suya. Ella le besó el hombro y comenzó a caminar con él.
Salieron del cementerio con Set en la cabecera. El rubio cruzó la calle con Jack y les hizo señas que se acercaran.
Frente a ellos había un Jeep antiguo pero en muy buen estado, esperándolos.
-¿Lo habrá robado?-le preguntó Gabriel a Egon en voz baja.
-¿Acaso importa? Además, eso hace que la adrenalina surja de nuevo en mí luego de muchos años-le contestó Egon entre dientes y Gabriel rodó los ojos.
-¿Vamos a caber? Somos... seis personas-titubeó Beatrice mirando con desdén a su hermano. Y este le sonrió.
-Alguien tendrá que cargarte, champiñón-respondió él, deslizándose al interior del Jeep en el asiento del piloto. Jack se subió al copiloto y Gabriel y Egon se apresuraron a subir en los asientos traseros.
-Irás en mis piernas, cariño, no te preocupes-Adam la tranquilizó con una sonrisa y subió antes que ella. Luego Beth con las mejillas rojas se sentó en las piernas de él, bajo el escrutinio de Egon y Gabriel.
Set puso en marcha el Jeep y miró a su hermana a través del espejo retrovisor.
-¿Dónde está ese hospital?-exigió saber.
Media hora después, los seis habían bajado del Jeep con el rostro ensombrecido. Pero el que más miedo daba era Set. Sus ojos aqua casi se oscurecieron por completo y respiraba con dificultad al momento de entrar a grandes zancadas al hospital.
-Oye, recuerda que no armaremos ningún espectáculo-le recordó Egon con frialdad-o de lo contrario, tendré que demostrarte que hablo en serio.
-Ya le dije que no le tengo miedo-replicó Set.
-Pues deberías-intervino Gabriel-jamás lo has visto como verdaderamente es. No lo conoces aun.
Set no le hizo caso y agarró a su hermana de la mano, separandola de Adam con brusquedad.
-Llévame con ese imbécil-le dijo en alemán y ella asintió, desconectada.
Miró a Adam por encima del hombro y este le sonrió, dándole a entender que la iba cuidando desde atrás.
-Tenemos que preguntar si podemos pasar a verlo.
-¿Es necesario?-hizo una mueca.
Ambos hermanos estaban hablando en alemán y solo Egon los entendía perfectamente bien.
-Por supuesto. Pero haremos lo posible para...
Entonces Set tiró de ella y echaron a correr por un largo pasillo donde pasaron empujando a las personas. Los demás no tuvieron otra opción más que correr detrás de ellos sin saber por qué.
-¿Pero qué demonios haces?-chilló Beatrice, tratando de liberarse de su agarre pero no lo logró. Su hermano tenía demasiada fuerza y la obligó a continuar corriendo.
-Dile a la enfermera que quieres ver urgentemente a Kevin Black-Set se detuvo y empujó a su hermana frente a una enfermera joven.
-¿Qué?-jadeó ella, tratando de recuperar el aliento.
-¡Hazlo!-le ordenó.
La chica los miró con incertidumbre.
-Quisiéramos hacerle una visita a Kevin Black-balbuceó. Reconoció a la enfermera. Era la misma que había atendido a Egon cuando este fue hallado desmayado afuera del hospital y al parecer también la chica la reconoció.
-Oh. Tú eres la novia de un chico que se dio de alta esta mañana.
-Sí.
-Bueno, pues ya conoces la habitación del paciente Kevin Black. Solo puede pasar una persona-aclaró, mirando a Set con petulancia.
Asintiendo, Beatrice jaló a su hermano por el pasillo y caminaron tranquilamente. Escucharon los pasos de los demás a sus espaldas y les echó un vistazo.
Adam jadeaba y tenía las cejas juntas.
-Vamos. Tengo mucho que decirle a ese bastardo-bramó con cólera su hermano y apresuró el paso.
-Es ahí-le señaló la puerta.
Y sin dudarlo, Set abrió la puerta con rudeza. Soltó a su hermana y entró primero. Jack entró después y los demás detrás de él.
-¡Hasta que por fin nos volvemos a ver!-gritó Set al tiempo que una chica morena saltaba a la defensiva pero él ni si quiera le prestó atención.
El rostro de Kevin palideció y tragó saliva al ver la llegada de Egon, Gabriel, Adam, un chico pelirrojo y Beatrice aparte de Set.
-Si das un paso más a él, te mato-graznó la chica morena con los ojos en llamas.
-¿Y tú eres?-preguntó Set, mirándola por primera vez desde que entró con aire de suficiencia y la ignoró para ver a Kevin.
-¿Quién eres tú?-preguntó Kevin con extrañeza y nerviosismo.
-No tienes por qué mentir. Ya sabemos todo-le gritó Beatrice con cólera-¡Mataste a mi mamá, cerdo hipócrita!
Y repentinamente el rostro de Kevin recuperó el color y se relajó en la cama. Carla se sentó junto a él con los ojos puestos en Set.
-Bueno, yo estaba bajo las órdenes de Steve-dijo Kevin con tranquilidad-y fue tu madre quién me obligó a hacerlo. Le di la oportunidad de irse pero no quiso. Pensó que alguien vendría a protegerla pero se equivocó. Y sí, me siento mal por ello. Era mi vida o la suya. Elegí la mía.
-Mataste a la madre de esta pobre muchacha y también a la esposa de mi mejor amigo-dijo Egon con los dientes apretados-Steve te tenía controlado, sí, pero debiste elegir salvarla.
-No tenía alternativa-se defendió-no conoces a Steve. Es un ser despreciable.
-No tanto como tú-replicó Beatrice, conteniendo las lágrimas. Adam avanzó a ella y la rodeó en sus brazos.
-Esta me las pagas-eludió Set y se le fue encima a Kevin pero Carla saltó y le propició un golpe fuerte en la cara con su muleta-¡Jack! ¡Agarrala!
El pelirrojo asintió y se abrió paso entre ellos con la tarea de someter a la chica. Sin embargo, se quedó pasmado, mirándola. Ella lo miró de vuelta y su expresión se ensombreció.
-Carla... -susurró Jack sin dar crédito a lo que veía.
-Jack-dijo ella, tajante.
Set profundizó el ceño fruncido y empujó a Jack de la chica.
-¿Qué demonios pasa contigo? ¿La conoces?-Jack asintió, angustiado-¿y crees que me importa? Sujetala porque tengo que...
-Basta de boberías-dijo Adam y se acercó a Kevin, siendo presa de la mirada asesina de Carla cuando este pasó a su lado-y no me mires así, Carla. ¿Quieres que te ataquen?
-No.
-Entonces bájate de ese pedestal de niña fuerte y apartate del camino-siseó.
Conmocionada por su actitud, agachó la cabeza y se apartó de Adam. Pero se quedó en un extremo de la habitación mirando a Jack con desprecio.
Y sucedió lo esperado: Entre Set y Adam cogieron a Kevin de la bata de hospital y lo lanzaron fuera de la cama en un fuerte y estruendoso golpe.
Kevin jadeó presa del espeluznante dolor de la pierna y de su brazo y se arrastró hasta Carla, quién lo ayudó a levantarse, dándole una de sus muletas.
-¡No tienen por qué ser tan rudos con él! ¡Está herido!-gritó con rabia.
-No te metas en esto, estúpida-le espetó Beatrice-o seré yo quién te deje peor de lo que Kevin está.
Gabriel y Egon soltaron una carcajada y le dieron el visto bueno a las palabras de la chica.
No obstante, estaban ahí para sacarle información a Kevin, no para perder más el tiempo.
Set se inclinó a Adam y con voz casi inaudible, le dijo:
-Déjame partirle la cara y después le sacas la información.
-¿Me estás pidiendo permiso?
-Sí.
-No pensé que Set Rex pudiera pedir permiso alguna vez-bromeó.
-White-le corrigió entre dientes y carraspeó-¿Por qué eres tan fastidioso? Agradece que te estoy pidiendo permiso porque deseo tanto matar a ese hombre en vez de solo golpearlo.
-Bien. Partele la cara pero no lo mates. Lo necesitamos.
Egon sintió una extraña sensación al ver a su hijo cuchichear con el hijo de la persona que más odiaba y gruñó.
Y entonces Set saltó sobre Kevin y lo golpeó con tal fuerza que le reventó ambos labios y la nariz. Su cabeza resonó en la pared con fuerza y eso causó que varias enfermeras se acercaran a la habitación para ver que pasaba pero Gabriel, Egon y Jack les impidieron el paso, cerrando la puerta con pestillo.
Carla trató de avanzar a Kevin con los ojos llorosos pero Beatrice y Adam se interpusieron.
-Y ahora que por fin nos hemos entendido bien-siseó Set, acercando su cara a la de Kevin-dime dónde demonios está Keren. ¡A dónde se la han llevado!
-No... no lo sé-Kevin escupió sangre y enfocó los ojos en los de Set-solo sé que está en Los Ángeles.
-¿Cómo lo sabes?
-Yo lo escuché hablar hace semanas que iría a Los Ángeles a ver a un viejo amigo-alardeó Carla con desesperación-pero no sé dónde exactamente.
Set se incorporó y esbozó una tenue sonrisa en dirección a Carla. Atrás de él, Jack se tensó.
-Tal parece que eres más útil de lo que pensé, ¿cómo te llamas?
-Carla Mondragón.
-Bien, Carla Mondragón-pronunció un poco mal su apellido pero no le importó-hablanos sobre esa charla que escuchaste.
La chica se cruzó de brazos y lo fulminó con la mirada. Humedeció sus labios y resopló.
-Dijo que iría a ver a un tal Roch Tyler que vivía en Los Ángeles porque supuestamente habían quedado de verse cuando ejecutara la parte de un trato que acordaron los dos. Y solo eso. No escuché nada más.
Set se llevó las yemas de sus dedos a la barbilla y se la frotó con aire pensativo.
-Bien. Muévete-le dijo a Carla. Ella parpadeó.
-¿Qué?
-Por supuesto que vendrás con nosotros-graznó Set-te necesitamos para encontrar a mi novia.
-No pienso dejar a Kevin aquí-espetó.
-Si lo mato, no tendrás motivos para quedarte-dijo Set con dulzura y dio unos pasos al agonizante Kevin que jadeaba en el suelo.
-¡No!-chilló-por favor, no. Iré contigo pero no le hagas daño.
-Déjame ayudarte, preciosa-le alargó la mano con desdén-se nos hace tarde para irnos-su voz tenía mucha dulzura que incluso era tan palpable el grado de veneno que escondía.
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