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Sin embargo, Keren lo detuvo del brazo con fuerza, impidiendole que se le fuera encima a Set.
-No lo hagas, por favor. Sólo son unos rasguños, No es nada grave.
-¿Nada grave?-gruñó su hermano con cólera-te quiso partir el cuello, carajo.
-Tuvo sus motivos.
-No lo estés defendiendo-le espetó, con furia-y sueltame. Le voy a dejar en claro que ponerte la mano encima significa su maldita muerte.
Y se soltó con brusquedad. Se incorporó y cuadró los hombros, mirando al rubio, quién lo observaba con interés. Beatrice estaba detrás de Set, por lo que Adam le hizo una seña para que se alejara de él.
-Podrás darle órdenes a Keren pero a mi hermana no. Ella me pertenece-le informó Set y cogió a Beatrice de la muñeca. Ella apenas emitió un chillido de dolor pero se aguantó.
-¿Qué clase de imbécil eres? Te atreviste a tocar a mi hermana, ¿y ahora piensas que puedes hacerle daño a Beatrice?-la voz de Adam era áspera y dura-déjame decirte que estás equivocado. Ahora sueltala y pelea conmigo. De hombre a hombre. Pegarle a una mujer es de cobardes, por si no lo sabías.
Set rodó los ojos y empujó a su hermana al suelo, y esta gateó horrorizada hasta donde estaba Adam.
-Quédate con Keren-le ordenó Adam y Beth asintió.
Keren enseguida abrazó a la chica y ambas se quedaron detrás de Adam, mirando con los ojos entornados la situación.
Set y Adam eran del mismo tamaño, tanto de altura como de anchura. Ambos tenían el cuerpo marcado, fornido y fuerte. Y de los dos, el que tenía la mirada más demente era Set y Adam solamente tenía cólera y rabia en los suyos, y era porque aun su instinto asesino se negaba a salir.
La mirada fulminante de ese par de chicos era espeluznante. Ninguno de los dos se atrevía a dar el primer paso; pero fue Adam quién tuvo el valor de hacerlo y Set se quitó la playera de tajo, sacando a relucir su magnífico cuerpo y su tatuaje de dragón.
Adam rio entre dientes y se arremangó las mangas de la camisa a la altura de los codos.
-Mostrar tu estúpido cuerpo no te dará más fuerza, idiota.
-No, pero al menos me veré sexy para tu hermana mientras te mato-le respondió Set con una sonrisa extraña.
Adam gruñó y negó con la cabeza.
-¿Sabes qué? Pelear contigo no tiene sentido. Llamaré a la policía-le informó al rubio y se acercó al teléfono.
Y la sonrisa de Set se borró y lo que hizo a continuación fue irsele encima a Adam mientras él le daba la espalda. Tanto Beatrice y Keren gritaron asustadas, Adam les sonrió y giró sobre sus talones tan rápido que Set no vio venir el puño del chico de ojos mieles incrustarse justamente en su tabique, haciéndolo perder el equilibro y que su nariz desbordara un sinfín de materia hemática, tiñendole el pecho de rojo.
Y sin previo aviso, Adam saltó sobre él y comenzó a golpearlo en la cara. Al principio Set dejó que lo hiciera, pero hubo un punto en el que Adam no se percató pero el rubio alzó su rodilla a la altura de su pecho y le pateó el costado. A pesar del dolor, Adam no se doblegó pero Set lo empujó con otra patada y rodaron por la sala hasta que el rubio quedó sobre él.
-Dime si esto te duele-le dijo a Adam y el primer puñetazo le llegó justo debajo de la mandíbula.
-No me dolió-replicó el otro y con el dedo anular, le picó el ojo al rubio y este gruñó pero no lo liberó.
-¡Quietos!-gritó Beatrice. Pero su grito quedó enmudecido por los golpes sordos y los objetos quebrandose a su paso.
-¡Cállate!-le espetó Set y volteó a verla con la nariz ensangrentada y le agarró el cuchillo que Keren había tomado de la cocina y se lo lanzó. El cuchillo pasó junto a la cabeza de ella y Keren la abrazó, tomando en posesión la única arma que podía servile.
-Serás hijo de puta-masculló Adam y deslizó una de sus manos al cuello del rubio y se impulsó hacia adelante para poder partirle la tráquea.
Set, rojo de todo el cuerpo, se adelantó y le dio un puñetazo en el ojo a Adam con demasiada fuerza y después el la boca, haciéndole vomitar sangre.
Aquel golpe si le había dolido. Escupió la sangre de sus encías y después tosió.
Sin embargo, Set no lo dejó incorporarse, puesto que lo sujetó del cuello y comenzó a presionarselo con fuerza.
Adam lo miró a los ojos por un instante y notó una locura demasiado indescriptible. Le asustó la idea de que de verdad pudiera matarlo y luego hacerles daño a ellas. Le aterró más la idea de que ellas sufrieran por culpa del rubio en vez de morir.
Cerró los ojos mientras sentía que sus pulmones iban perdieron el poco oxígeno que tenían por dentro y pensó en su padre. Pensó en Egon en el momento de matar a sangre fría a los sujetos del centro de rehabilitación, donde se dio cuenta que su padre podía ser el ser más bestial del mundo en tan solo un segundo.
Y cuando volvió a abrir los ojos, se encontró con los aqua del rubio y le regaló una sonrisa.
Set parpadeó confundido y titubeó un momento. Sus manos temblaron en torno al cuello de Adam pero reaccionó y otra vez le impidió respirar.
Los ojos mieles de Adam tenían aquel matiz extraño y gutural que su padre había tenido en su juventud.
Y poco a poco, una sensación placentera y a la vez demencial surgió en su interior.
-Te vas a morir esta noche-le informó a Set con voz áspera.
Y dicho eso, Adam juntó las rodillas y de una patada doble mandó lejos a Set. Se impactó en la pared y cayó sobre la mesa de cristal haciéndola añicos.
Keren y Beth corrieron a auxiliar a Adam.
-¿Estás bien, hermano?
-¿Adam?-balbuceó Beatrice.
Pero él no las oía. Ni las miraba.
Se levantó como zombie y se quitó la camisa con rudeza. La lanzó al suelo y sus músculos se tensaron al momento que se acercó al rubio. En su rostro duro había ira y locura. Si Trenton hubiese estado consciente en ese instante, hubiera pensado que el que estaba ahí, apunto de matar a su hijastro era Egon Peitz, pero no, era Adam Peitz.
Set se levantó de un salto, sangrando de la nariz y de la espalda, pero pareció no molestarle. Acto seguido, se inclinó y corrió a embestir a Adam por el estómago.
No obstante, Adam no se movió ni un segundo. Sus manos las colocó en los hombros del rubio y comenzó a patearlo en la cara con la rodilla una y otra vez y después lo empujó de nuevo a la pared y lo agarró del cuello con una sola mano. Lo elevó diez centímetros por encima del suelo y Set gruñó, tratando de golpearlo pero no había poder humano que pudiera contra Adam en ese instante.
Y solo lo soltó para plantarle otro puñetazo justamente en el pómulo izquierdo y luego otro en el pómulo contrario. Y para aplicarle el "fatality" le golpeó la nariz con la palma abierta haciendo que la cabeza de Set se precipitara hacia atrás con demasiada fuerza y se golpeara con la pared.
Adam estaba cegado. Sus ojos miraban la patética cara del rubio como un psicópata. Su mano continuaba alrededor de su cuello pero Set no se movía, estaba desmayado.
Apretó más su mano entorno a su tráquea pero de pronto sintió varias manos en su espalda que lo hizo respingar.
-No eres un asesino, Adam-oyó la voz de su hermana-déjalo. Está inconsciente.
Pero él se negó a soltarlo, incluso apretujó más su cuello.
-No lo hagas, por favor. Adam, hazlo por mí, no por él-balbuceó Beatrice detrás de él y sintió sus delgados brazos abrazarlo de la cintura y besarle el cuello con ternura-por favor. Yo te quiero...
Y fue ahí donde Adam relajó la mano con la que tenía a Set y lo dejó caer al suelo para abrazar a Beth y a su hermana.
-Mi miedo no era morir a manos de este payaso, sino morir y dejarlas desprotegidas-les susurró a ambas sobre el cabello.
-¿Quieres ser mi novio?-le preguntó Beatrice sollozando en su pecho.
Y Keren soltó una risita.
-¿Entonces lo que tenía que hacer era casi matar a tu hermano mientras estaban en peligro para que me aceptaras?-preguntó Adam con una débil sonrisa. Tenía el rostro lleno de sangre y le dolía todo el cuerpo.
-Lo siento...
-Claro que acepto serlo, panterita-y entre la maraña de cabello de ella y de su hermana, buscó la boca de Beth y la besó. A ella no le importó besarlo con sangre.
-Cuando terminen de darse amor, tendremos que llamar a la ambulancia-anunció Keren.
Set sentía que estaba muriéndose. Le dolía la cara y el pecho. Estaba a punto de dejarse ir al mundo de la inconsciencia cuando escuchó las palabras estúpidas de su hermana para con el bastardo.
Le entró coraje; le entró ira y de verdad deseó poder tener la fuerza de su padre en ese momento.
Abrió un poco los ojos y vio la espalda desnuda de Adam Peitz frente a él, abrazando a su hermana y a Keren con mucho cariño.
No supo de donde reunió la fuerza suficiente pero se fue poniendo de pie lentamente sin hacer ruido.
Divisó el cuchillo tirado a unos cuántos centímetros de él y lo cogió.
Agarró con fuerza el mango de este y gruñó al tiempo que alzaba el objeto punzocortante con el fin de apuñalarlo por la espalda.
-¡Set, no!-chilló su hermana y tanto Keren y Adam retrocedieron alarmados. Pero ella fue la única que se quedó horrorizada viéndolo.
Y él volteó a ver a su hermana.
-¿Por qué quieres que no lo mate? ¿Acaso ya te acostaste con él, asquerosa perra?-le gritó.
-¡No!-exclamó enojada-eres un maldito cobarde, ¿cómo te atreves a querer matarlo por la espalda?
Adam agarró a Beatrice y la alejó de su hermano, situandola detrás de él junto con Keren.
Adam estrechó los ojos y aprovechó que el rubio flaqueó al momento de hablar con Beth y le arrebató el cuchillo pero no del todo, Set se negó a soltarlo y forcejearon.
Y en tanto forcejeo, el objeto punzocortante salió volando lejos de ellos pero Adam le restó importancia y tacleó a Set en el suelo y fue ahí donde el rubio por fin cayó desmayado.
Minutos después de cerciorarse de que ya no era peligroso, Adam se giró para ver a su hermana y a su novia y se quedó helado al ver lo que había pasado.
Su hermana estaba tirada en el suelo con el cuchillo incrustado en su hombro derecho con la respiración agitada y los ojos entreabiertos y Beatrice con la boca tapada con las manos, llorando silenciosamente a su lado.
-¡Keren!-gritó él. Fue un grito de desesperación que surgió de su garganta y corrió hacia ella-¡Hermanita! ¡No!
-Llamaré a la policía-dijo Beatrice temblando y Adam no le hizo caso.
Keren hizo una mueca de dolor al tratar de incorporarse pero Adam se lo impidió.
-Voy a tratar de quitartelo, ¿sí? Tienes que ser fuerte, hermanita-le dijo con el rostro rígido. Ella asintió.
Entonces Adam agarró el mango con fuerza e intentó extraerlo pero su hermana profirió un grito de dolor y él se dio cuenta que el cuchillo había atravesado no solo el hombro de su hermana, sino también el suelo de madera. Técnicamente ella estaba clavada en el suelo como una mariposa.
Y poco a poco la sangre que emanaba de la herida, iba formando un charco alrededor de ella. Las mejillas de su hermana estaban comenzando a perder color y él sintió ardor en los ojos y vio borrosos. Eran lágrimas.
-No. Tú no morirás hoy-le dijo a su hermana que a penas podía mantener los ojos abiertos-voy a salvarte.
-Ya vienen para acá la ambulancia-se acercó Beatrice con el teléfono en la mano.
Adam asintió y agarró la mano de su hermana con fuerza.
-Revisa a tu padre y vigila a tu hermano-le ordenó con los dientes apretados-yo me haré cargo de mi hermana.
La frialdad con la que se refirió a ella fue cruel.
Beatrice asintió y le obedeció. Corrió a ver a su padre y sin ayuda de Adam, lo sentó en el sofá con sumo cuidado y después se acercó a su hermano y lo arrastró por el suelo hasta situarlo en el sofá de enfrente a su padre.
-Lamento que todo esto pasara-se disculpó con Adam.
-Todos fuimos víctimas de tu hermano, amor-le contestó con ternura, sin nada de ira en su voz y ella se sintió de nuevo bien-ven, hazle compañía a mí hermana. Tengo que llamar a mi padre...
-Está bien-dijo ella y se sentó junto a Keren.
Vio a Adam irse a la cocina.
-¿Te duele mucho?-le preguntó a Keren.
-No tanto. Lo que me duele es que Set es un maldito bastardo-admitió Keren, sollozando-estoy enamorada de él y es un completo error.
-¿Qué? ¿Te enamoraste de Set?-los ojos verdes de Beatrice se desorbitaron.
Keren asintió y apretó los labios por el dolor.
-Sí. Pero no se lo digas a Adam.
-No sé lo diré pero tienes que decirme por qué empezó todo este desastre. Jamás había visto a mi hermano tan enloquecido como ahora y mucho menos atacandote.
-Tu papá resultó ser viejo amigo del mío y le contó a Set que mi padre mató a su verdadero padre-explicó-y pues él se enojó conmigo y comenzó a amenazarme, después golpeó al señor Rex y cuando lo defendí, trató de partirme el cuello-cerró los ojos y varias lágrimas cayeron por sus sienes-me duele.
-No te muevas, por favor...
-Me duele que Set sienta odio por mí-sollozó y Beth alzó las cejas, sorprendida.
-Hablas como si Set y tú hubiesen estado más únicos que nunca-parpadeó, confundida.
Y notó que Keren desviaba la mirada de la suya con vergüenza.
-Keren... mi hermano y tú...
Ella asintió y se mordió los labios.
-Oh por Dios-soltó un gritito y se tapó la boca, abrumada.
-Por favor, no le digas a Adam o va a matar de verdad a Set.
-¿Te cuidaste, verdad?
Pero Keren no respondió. Se quedó en silencio.
-Ay no. No le diré nada a Adam pero esto puede salir mal...
En eso Adam se acercó caminando con el ceño fruncido y mirando la pantalla de su teléfono. Beth tuvo que abandonar los pensamientos impuros que se crearon en su mente al verlo con el torso y brazos desnudos. Aunque estaba lleno de sangre, estaba tan hermoso.
-Mi padre está furioso y vendrá en el primer vuelo-dijo para sí y Keren se precipitó.
-¡No!-gritó su hermana y sufrió temblores internos dentro de su hombro herido y vomitó sangre.
100 votos y subo el siguiente. Si pensaron que Set simplemente recibiría una paliza por parte de Adam, se han equivocado.
Adam podrá sacar su instinto salvaje parecido al de su padre, pero no igualarlo.
Egon Peitz no tendrá piedad. Ya no está Shelby para calmarlo esta vez y perdonarle la vida a Set o a quién sea.
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