39
Adam no podía contener la cólera. De nuevo Set Rex le había llenado el "buche" de piedritas. ¿Quién se creía para contestar el teléfono de su hermana, o peor aun, colgarle?
Azorado, volvió a insistir. Eran cerca de la media noche y le importaba un carajo que allá fuese muy temprano.
Volvió a marcar y esta vez contestó su hermana gemela.
-¿Por qué ese imbécil contestó tu teléfono?-le exigió, malhumorado.
Aparte de que estaba furioso con su padre, no estaba de buenas para soportar el nuevo amiguito de su hermana.
-Me estaba bañando, lo siento-la oyó titubear. La voz de su hermana se escuchaba extraña.
-¿Estás bien?
-¿Por qué lo preguntas? Desde luego que estoy bien, hermanito.
-Te notó rara. Tu voz, no sé, algo. ¿Tienes algo que contarme?
-No pasa nada Adam, lo que sucede que acabo de despertar-bostezó para darle más énfasis a sus palabras-y mi voz es un poco más cruda. -Bueno, como sea. Pero promete que jamás volverás a dejar que ese idiota agarre tu teléfono con mucha confianza.
-Está bien. Le diré que no lo toque-suspiró contrariada-¿ha pasado algo malo?
-No, ¿por qué?
-Llamaste desde un número desconocido después de días de no hacerlo.
-Se me perdió mi teléfono y tío Gabbe me compró uno nuevo-hizo una pausa y continuó-te llamé porque te necesito, hermanita.
A Keren le dio un vuelvo el corazón. Ella también lo necesitaba. Quería contarle sobre ese sujeto, Black; y su amistad pasada con su padre pero se contuvo. No quería preocupar a Set o a su padre. Porque era probable que en ese momento se les ocurriera viajar a Berlín y provocar un caos, así que respiró hondo antes de replicar.
-Yo también, Adam. Te echo mucho de menos.
-¿Sabes? Hace un rato tuve una discusión con papá-agregó con amargura-me dio una bofetada que me dolió hasta la espina dorsal. Creo que lo odio.
-¿Qué hiciste para que él te golpeara?-preguntó sorprendida.
-¿Por qué piensas que hice algo malo?
-Bueno, supongo que papá no te hubiera reprendido a menos que hicieras algo malo...
-Okey, okey-resopló-es que se me olvidó la billetera en casa de Mitchell y quise ir por ella pero él no me dejó, porque piensa que es mala influencia y así. Y al final de cuentas me dijo que me iba a castigar, me rehusé y pues me abofeteó.
Keren elevó los ojos al techo. Escuchar a su hermano quejarse como niño pequeño a través del teléfono le irritó.
-¿Lo ves? Le desobedeciste, ¿Qué esperabas? Es nuestro padre y tiene el derecho de reprendernos si algo hacemos mal.
-Escucha-siseó su hermano-no hice nada para que me abofeteara, solo me negué a ser castigado.
-¿Qué tiene de importante una billetera como para salir como un loco?
-Eh, pues... -titubeó. Adam no iba a decirle a su hermana que no era por la billetera sino porque tenía que ir por una parte de mercancía o si no iba a tener problemas, por lo que pensó en una excusa-es que ahí tengo mis ahorros y conociendo a Mitchell, es capaz de robarme.
-¿Qué hora es allá?
-Pasada la media noche creo.
-Entonces espera a la mañana y ve por ella.
-Voy a ir a traerla ahora mismo-le informó.
-¿Y solo por eso me llamaste? ¿para decirme que harás una idiotez para que papá te ejecute a palos?-masculló, molesta.
-Hey, calmate y bajale a tu malhumor tres rayas, Natalie-le espetó, molesto-jamás te he tratado mal para que ahora me hables como si me odiaras.
-Te estoy tratando de abrir los ojos, Adam-explicó-y no quieres hacerme caso.
-Estás tan rara desde que llegaste a ese asqueroso país-musitó, decepcionado-ya no te voy a hablar, no te preocupes, pero eso sí, si ese idiota te hace algo, solo dímelo y haré lo posible para ir a patearle el trasero.
-¡No!-exclamó alterada-¿Cómo que ya no me vas a hablar?
-Sí. Prefiero no llamarte en vez de sentir que detestas cuando te llamo.
-Estás loco. Eres mi hermano y me alegra que me llames, es solo que el asunto de papá y tú es insignificante. Estás en un error y no quieres darte cuenta de ello.
-Ya no quiero seguir abordando el tema, ¿vale? Mejor hablamos otro día y mándale saludos a tu amiguito Set de mi parte-repuso con aspereza.
Keren aspiró aire y resopló.
-Adam...
Y su hermano, al que tanto amaba; le colgó.
Keren se sentó en la cama y lanzó su teléfono al suelo con molestia.
Mientras que Set la miraba desde la puerta del baño con los brazos cruzados sobre el pecho. Sus músculos y venas estaban tensos que ella incluso creyó verle la sangre fluyendo a través de su piel.
-¿Ahora comprendes por qué pienso que está demente tu hermano?-bromeó.
Y ella rio.
-Todos tenemos diferentes niveles de demencia. Pero algunos sobrepasan el límite.
-Yo soy uno de ellos. Mi nivel de demencia es tan alto que nadie puede medirlo-alzó la ceja que tenía el piercing-¿Podemos bañarnos ya?
-No lo sé. Si tenemos sexo otra vez siento que me voy a embarazar.
Aquella idea tomó por sorpresa a Set y se echó a reír.
-¿Tan varonil soy para dejarte embarazada tan pronto?
-¿No lo eres?-lo desafió.
-Lo soy. Más que cualquier hombre-gruñó y se acercó a ella. -Pruébalo entonces-se levantó de la cama con la barbilla en alto y él la besó en la mandíbula.
-Follaremos como demonios, cariño y terminaremos abrazados en la cama como ángeles-le guiñó el ojo, y agarrandole la mano y tiró de ella hacia el baño.
***
Por otro lado, Kevin Black ya había telefoneado con su padrino Steve. Le informó lo sucedido, exceptuando el hecho de haber encontrado a uno de los hijos de Egon, ya que esa jovencita no merecía ser torturada por su padrino, no sin antes platicar con ella, claro.
Era tan bella, igual que Shelby. Era tan temperamental como Egon. Era la perfección en persona y se detuvo a pensar en el momento que la vio al nacer junto con su hermano gemelo Adam. Y se preguntó que carajos hacía en Berlín. Y más aun le entró la duda: ¿Por qué estaba involucrada con Set Rex, un chico delincuente?
¿Acaso el destino quería que el pasado se repitiera?
Se negaba a creerlo. El pasado había sido una mierda. Muchas muertes. Tristeza. Decepción y sufrimiento.
Y enseguida recordó que la hija de Peitz le había dicho que su padre, o sea Egon; se hallaba en su casa en norteamericana o donde quiera que ella vivía. Dándole a entender que Egon ya no estaba internado en el hospital psiquiátrico.
-¿Cómo que Dimitri está muerto y ese mocoso casi te mata, Black?-le ladró Steve y Kevin apretó la mandíbula, mirando a su alrededor. Seguía en la carretera y tenía hambre y sed.
-Hubo problemas. El sujeto sabe pelear y pues mató a Dimitri y me quitó todo. Estoy en una carretera sin saber a donde ir-informó-además deberías estar orgulloso de mí.
-¿Orgulloso de ti? ¿por qué? Has echado a perder todo, Black.
-He matado a alguien por primera vez.
-¿En serio?-preguntó su padrino interesado-¿A quién?
-A la madre del chico y creo que por eso fue que nos atacó y se largó con la camioneta.
-Kevin Black, eres el mayor idiota del mundo-le espetó, iracundo-regresate ahora mismo a Madrid. Tenemos que hablar seriamente y retrasar el viaje a Norteamérica.
-¿Por qué lo vamos a retrasar?
-Porque quiero muerto a ese mocoso y quiero mi jodido dinero.
-El otro sujeto, el chico asiático antes de que Dimitri lo matara, confesó que unos norteamericanos fueron quienes le robaron la mercancía.
-¿Y qué sugerieres que hagamos?
-Ir a América en busca de ellos antes de que la mercancía se pierda.
-Regresa ahora mismo a Madrid. Esta conversación no puede continuar por teléfono, ¿tienes dinero, no? ¿aun tienes tu billetera?
-Sí. Tengo mi tarjeta de crédito, no te preocupes, compraré el boleto de avión del primer vuelo que salga para allá.-y colgó.
Luego de colgar, se dispuso a caminar de regreso a la ciudad por toda la carretera en busca de algún taxi que lo llevara al aeropuerto y volver a España cuanto antes.
Caminó por casi dos horas hasta que llegó a la ciudad, cansando y con mal humor.
Le pidió la parada a un taxi nocturno y se trasladó a su destino sin dejar de pensar en Keren Peitz y su adorable rostro.
****
En cuanto Adam le colgó a su hermana, miró por la ventana y después abrió con cuidado la puerta de su habitación y miró al pasillo oscuro. Al parecer todos dormían, incluido su padre.
No podía quedarle mal a Vince y a los demás porque si eso pasaba; estarían perdidos.
Se aseguró que nadie estaba despierto y se deslizó ligeramente por el pasillo hasta las escaleras.
Decidió no llevar absolutamente nada, solo su billetera para un taxi de ida y vuelta. Cuando por fin estuvo en la sala, cogió las llaves del perchero y salió a la calle.
Todo estaba desierto y oscuro. No había ninguna persona aparte de él deambulando por las calles. De haber sido otro día, Adam ni si quiera se hubiese molestado en levantarse de su cama y asomarse a la ventana, pero tenía que ir por esa mercancía.
Caminó unas calles más y detuvo un taxi.
La cara del sujeto que conducía el coche no le inspiró confianza empero tenía los minutos contados y se subió. Le dio la dirección y revisó su teléfono.
Mientras se trasladaba hacia la casa de Mitchell, miró por la ventana y pensó en su hermana.
Keren había cambiado. Ella ya no era la misma y se preocupó.
Su pequeña hermana gemela iba a volver siendo una completa extraña. Ese tal Set Rex la estaba cambiando a su manera y se molestó.
Apenas había pasado casi dos meses y Keren ya no era la de siempre.
No se sorprendería que en el momento de su regreso, viniera casada y con diez hijos.
Si eso pasaba, la mataría junto con su bastardo acompañante y más si se trataba de Set Rex, quién ya lo tenía entre ceja y ceja.
Minutos más tarde, llegó a la casa de Mitchell. Le pagó al taxista y se dirigió al porche. Las motocicletas de todos estaban ahí, incluso aquella maldita camioneta.
Aporreó la puerta con fuerza y esta se abrió al segundo golpe, saliendo a su campo visual el rostro de Vince.
-Pensamos que ya no vendrías-le dijo.
-Mi padre no sabe que estoy aquí, me he escapado; así que hagamos esto rápido-siseó y entró a la casa.
-Tampoco mi mamá sabe que estoy fuera de la casa-añadió Vince, ahogando una risa nasal-solo mi hermana.
-Deberías cuidar más a tu hermana-le aconsejó Adam.
-Sabe cuidarse sola-eludió Vince y le indicó con la mano que lo siguiera.
Ambos subieron las escaleras y entraron a la habitación de Mitchell, la cual la puerta continuaba destrozada en el suelo y nadie tenía la intención de tirarla. Nathan, Carrick, Hunter y Mitchell voltearon a verlos. Detrás de ellos yacía un sinfín de mercancía distribuida en toda la habitación, no había ningún sitio donde no hubiese bolsas o paquetes con drogas en la estancia. Era un océano de mercancía.
-Por Dios, esto es muchísimo-puntualizó Adam con los ojos como platos, entrando a la habitación.
-Por eso nos van a ayudar a esconderla-repuso Carrick con seriedad.
-En mi casa no hay tanto lugar para ocultar ni la cuarta parte de esto, mi familia se dará cuenta y no quiero tener problemas con la ley. Mi padre tiene suficientes problemas ya como para llevarle más.
-Le hicimos una identificación falsa, ¿lo olvidas?-replicó Nathan con fastidio-nadie conoce a tu padre; carajo.
Adam lo ignoró y miró a Mitchell con desdén y después al resto.
-Solo porque le debo el favor a Nathan y a Carrick por lo de mi padre, lo haré. Luego de esto, ni se les ocurra buscarme más-sentenció-ya no quiero continuar en esto. Voy a reincorporarme a la vida.
-¿Hablas en serio?-le preguntó Hunter, sorprendido.
-Muy en serio. Además, tienen que decirme por cuanto tiempo voy a tener estas cosas-siguió diciendo Adam-máximo puedo mantenerlo oculto un mes.
-Pues en una semanas te avisaremos cuando nos lo tengas que devolver-le explicó Carrick-mientras tanto todos vayan buscando en qué cosa, bolsa u objeto lo van a llevar.
-No traje mi motocicleta, he venido en taxi-interpuso Adam.
-Te llevaré a tu casa, pero ahora busca la manera de meter el producto y llevartelo a casa-farfulló Vince, quién había llevado una maleta enorme y comenzaba a meter las bolsitas y paquetes de mercancía dentro.
Todos los chicos metían y metían bolsas de drogas por todos los sitios de su ropa que hallaban aparte de las mochilas que Mitchell les había proporcionado. Y al final de cuentas, terminaron con la ropa súper apretada por tanta mercancía.
Daban la impresión de estar obesos, excepto de la cara y brazos.
-Son las dos de la mañana-dijo Adam-ya me tengo que ir.
-También yo. Nos vemos luego-agregó Vince-vámonos, hermano.
Le dio una palmadita en la espalda a Adam y los dos se encaminaron a las escaleras.
-Recuerden que nadie más debe saber de esto-les recordó Nathan desde la habitación.
-Y tú, Nathan, recuerda que Beatrice está conmigo-le gruñó Adam con cólera.
Entonces Nathan esbozó una sonrisa de soberbia y malicia.
-Lo sé-dijo y alzó las cejas.
Esa noche Adam ya no quería tener más problemas, por lo que decidió no hacerle caso a las provocaciones de Nathan y optó por comenzar a descender rumbo a la salida con Vince a sus espaldas.
Salieron a la calle y el aire nocturno los aturdió por un segundo. Miraron el cielo y se dieron cuenta que habían muchas nubes cargadas de agua que amenazaban con desatar una enorme tormenta.
-¡Vamos!-exclamó su amigo y le señaló su motocicleta que estaba detrás de la camioneta.
Corrieron a ella y se montaron lo más rápido que pudieron, puesto que la mercancía que llevaban encima no les dejaba correr.
Adam tuvo que sostener también la mochila de Vince cuando este puso en marcha la motocicleta.
Salieron disparados a las calles, cargando un buen botín de mercancía ilegal sobre la espalda y cuerpo.
Adam por primera vez en su vida se puso a rezar para que ningún policía los detuviera y los llevara a prisión de por vida.
Pero no ocurrió nada. Vince lo dejó justo frente a la puerta de su casa y bajó cuidadosamente.
-Nos vemos mañana-le dijo su amigo.
-Nos vemos cuando tenga tiempo-replicó Adam sonriendo-tengo escuela y necesito estar poniendo atención. Adiós.
-Adiós, nerd-se burló el rubio y aceleró hasta perderse de vista.
Adam negó con la cabeza y sacó las llaves cuidadosamente.
Abrió la puerta y entró con el corazón en la mano y la respiración nula.
Avanzó poco a poco al interior de la sala y notó que todas las luces continuaban apagadas tal y como él las había dejado y no pudo evitar sentir tranquilidad.
Se deslizó hacia las escaleras y se quedó petrificado cuando una voz le susurró su nombre junto a su oreja. Giró sobre sus talones y encontró a Beatrice detrás de él con una linterna en las manos. Ella parecía un fantasma con su típica bata blanca que le llegaba a los tobillos, solo que llevaba el cabello recogido y era hermosa a comparación de los verdaderos fantasmas de mujeres.
-¿Qué haces despierta?-le siseó, molesto. -¿A dónde fuiste?-le siseó ella en respuesta-¿y por qué estás tan... -le tocó el pecho y la espalda-... gordo?
-Beatrice, vete a la cama, por favor-le rogó Adam-si mis tíos o mi papá nos ven, me van a matar.
-Explícame a donde fuiste primero-insistió y apagó la luz de la linterna.
Adam rodó los ojos y la agarró de la mano.
-En mi habitación te explico. Vamos-y tiró de ella para subir al piso superior.
Se escabulleron a su habitación y Adam cerró la puerta con seguro. Encendió la luz y la vio. Los ojos de ella estaban dilatados y Adam deseó poder abrazarla pero se contuvo.
Comenzó a quitarse la mochila y después la ropa. Y cuando se quitó la chaqueta, varios sobresitos y paquetes de droga cayeron al suelo con fuerza. Luego se quitó los pantalones sin pudor y cayeron como lluvia los demás sobresitos con polvillo blanco dentro y paquetes envueltos.
Beatrice abrió los ojos al grado de casi salirsele de las órbitas. Se cubrió la boca con las manos, ahogando un grito.
-Calmate. Todo esto tiene una explicación-dijo Adam rápidamente y sacó una bermuda de su ropero y una playera. Se vistió y comenzó a reunir los sobres y paquetes para meterlos en la mochila, pero esta estaba muy llena y optó por guardalas en una bolsa negra de plástico dentro de su ropero junto con la mochila.
-Es droga, Adam. Y supongo que todo es ilegal-titubeó.
-Le estoy haciendo un maldito favor a Nathan en guardarle esta porquería-explicó -solo es cuestión de que lo oculte unas semanas y después se lo devuelva; nadie tiene por qué enterarse de esto.
-Tus amigos son unos estúpidos e idiotas. Los odio-masculló Beatrice.
-No eres la única que siente odio hacia ellos. Yo también los odio-hizo una mueca.
-Si lo odiaras, ya no fueras su amigo y mucho menos te prestarias para esto-señaló con la barbilla el ropero donde estaba la mercancía-es ilegal y te vas a meter en problemas.
-Ya les advertí que después de todo esto-hizo énfasis extendiendo los brazos y moviendolos de arriba abajo-se irán al carajo porque quiero salirme de todo. Ser un poco normal.
Chic@s, no están votando como siempre lo han hexho:'( ni si quiera hemos llegado a los 100 votos en los capítulos anteriores :/ ahora sí esperaré a que mínimo este capítulo si llegue a los 100 votos para subir, mientras tanto les dejo un gif de esta preciosa mujer♡ Ruby Rose *-*
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