28
El cine, en sí, era catalogado como el mejor lugar para tener una cita con la persona de tus sueños pero no lo era para cuando te tocaba ir acompañada con un chico agresivo, sarcástico, guapo, tierno, simpático y muy varonil, que no tenía ninguna intención romántica ni amorosa contigo.
Keren no dejaba de sentirse intimidada por Set, y no por su atractivo, sino por su carácter.
Hicieron fila para comprar boletos y entrar a ver una película norteamericana para pasar el tiempo y en numerosas ocasiones estuvo con el miedo de que él se peleara con alguna persona inocente del lugar; pero milagrosamente no fue así.
Set Rex formaba parte de una pandilla de chicos delincuentes, de esos que solamente peleaban entre sí y nada más, o eso creía. A pesar de que él le había confesado que dejó morir a su mejor amigo, confiaba en él. Estaba loca pero confiaba en él.
Y le quedó claro que confiar en él era bueno, y no solo para transmitirle confianza sino porque muy en el fondo, ella deseaba hacerlo.
Estaba segura que él no era del todo malo, era bueno.
No pensaba cambiarlo de la noche a la mañana como pasaba en las historias y en las películas, ni tampoco con el tiempo, ya que la decisión la tenía él en cambiar o continuar siendo un hijo de puta.
Tras ver la película, o bueno, de intentar ver la película porque ella se la pasó mirándolo en la oscuridad cada una de sus facciones, salieron del cine en medio de la multitud y sintió la mano de alguien cernirse sobre la suya. Supo que no era de Set porque él se estaba rascando la cabeza y bostezando en ese momento. Tenía ambas manos ocupadas, así que se volvió entre la gente y apartó la mano por reflejo.
-¡Keren!
La voz suave y cantarina de Meredith surgió entre el bullicio.
-Eh, hola-la saludó cortésmente y su amiga la agarró de nuevo de la mano y la arrastró lejos de las personas. Pero Keren miró preocupada a Set, quién no se percató de su ausencia y continuó andando entre las personas.
-Mira, te presento a Marybelle, mi hermana-dijo y se movió un poco para que la otra chica apareciera en su campo visual.
A Keren le pareció ver un ángel del mal sonreír. Era bellísima y muy coqueta. Tenía una mirada penetrante y a la vez suave. Sus ojos verdes brillaron de curiosidad al verla.
-Hola, tú debes ser Keren, la nueva novia de Set-le oyó decir a Marybelle con una sonrisa lobuna.
Por un segundo Keren creyó haber oído mal pero no. La chica pensaba que ella era la nueva novia de Set.
Así que Keren rompió a reír y se apresuró a negarlo.
-No, no, yo...
-Hola, Marybelle, tanto tiempo sin verte, diría que es un gusto encontrarte aquí pero ambos sabemos que no lo es-espetó Set detrás de Keren y deslizó su mano con la suya, sobresaltandola.
Inquisitivamte, los ojos de la ex novia de él viajaron a sus manos que estaban entrelazadas con fuerza y ensanchó su sonrisa.
Meredith se mordió los labios, siendo consciente que haberla saludado había sido una mala idea, puesto que Set se hallaba consigo.
-Hola, Set, buenas noches-repuso Marybelle con suavidad.
-Keren, como que huele horrible aquí, ¿no lo sientes? Será mejor marcharnos-siseó Set con asco. Sus ojos estaban envueltos en llamas y Keren creyó verle cambiar de color, muy parecido al carbón ardiendo.
Meredith trató de aligerar el ambiente disculpandose pero su hermana le envió una mirada severa que la hizo titubear y agachar la mirada.
-Tal vez aquí la persona que apesta a mierda eres tú, Set-contraatacó con veneno disfrazado de una sonrisa amable. Los ojos de ella también ardían.
Keren sintió que Set la soltaba y respiraba a través de la nariz con brusquedad. Como un toro a punto de atacar. Le puso una mano en la mandíbula e hizo que él cortara el contacto visual que mantenía con Marybelle y la mirara a ella fijamente.
-Si le contestas, este será un círculo vicioso-dijo con dureza. Los ojos oscuros de Keren se tiñeron de cólera y Set entornó los suyos al verla-así que deja esto y vámonos ya-ordenó.
Y como si la voz de ella fuese algún tipo de analgésico o calmante, se relajó y endureció la mandíbula. Le regaló una gélida mirada al par de hermanas y gruñó.
-Adiós-masculló Keren con las cejas juntas y tiró del brazo de Set para que este caminara en dirección contraria a ellas.
Al salir de ahí, la cara de ambos estaba enrojecida. Incluso tenían la cabeza caliente y no dejaban de maldecir.
-Los malditos cines deberían ser clausurados-bramó Set, golpeando la pared con el puño.
-Sí, o bloquearles la entrada a las perras-siseó Keren.
Aquel comentario hizo reír a Set y parte de su desasosiego se esfumó.
-No sabía que tuvieras ese tipo de vocabulario.
-No lo tengo, es solo que esa chica hizo que sacara lo peor de mí-resopló.
-Tienes un carácter... extraordinario, Keren, lo digo muy en serio-reconoció él.
Y ella se ruborizó.
-Eso se lo debo a mi padre-murmuró.
-¿En serio?- él alzó las cejas y la animó a seguirlo entre el estacionamiento.
-Sí. Él es... bueno, fue muy agresivo y temperamental en su juventud y tanto Adam y yo sacamos su carácter.
-Interesante-asintió y continuaron andando hasta llegar al coche-mi padre fue un criminal.
-¿Sí?-se sorprendió un poco. Ella, al igual que Set, habían tenido padres criminales. Demasiada coincidencia.
-Sí. Era muy bueno en su labor-se deslizó al interior del coche y ella lo imitó-pero el destino se encargó de que alguien más lo asesinara y pues nos dejó solos, a mi madre y a mí.
-¿Te confieso algo?-se revolvió en el asiento y él la miró a los ojos.
-Claro, confiesa tus pecados-bromeó y ella sonrió.
-Mi padre también fue un criminal-murmuró en voz demasiado baja-ahora ya no se dedica a eso, pero lo fue. Uno de los mejores del mundo.
-¿En serio? ¡Debes de estar bromeando!-exclamó Set, excitado. Ella negó con la cabeza-¡Es fantástico! ¿Cómo se llama?
-Egon Peitz.
-Hasta tiene un hombre digno de respetar-chasqueó la lengua y puso a andar el coche con una gran sonrisa.
-Todos tenemos un nombre digno de respetar-dijo Keren.
-No todos. Algunos incluso deberían no ser mencionados solo por el simple hecho de dar asco.
-¿El nombre o la persona que lo porta?
-La persona que lo porta. Es como si yo me llamara Teodosio, un nombre estúpido pero bueno, yo no lo soy; así que sería digno de respetar a pesar de ser patético.
-¿Y mi nombre es digno de respetar?-quiso saber ella.
Entonces él volteó a verla con una sonrisa y asintió.
-Tú eres digna de ser respestada, tanto por tu nombre y tu persona.
-¿Por qué?
-¿Por qué, qué?
-¿Por qué soy digna de ser respetada? No he hecho nada heroico o sublime. Solo soy una chica de Norteamérica que obtuvo una beca en un país extranjero-suspiró.
-Bueno, aunque no lo creas, me hiciste desistir a romperle la cara a Marybelle en pleno cine y eso es algo heroico, no para mí, sino para ella. La salvaste de una puñetazo doloroso que tenía yo tantas ganas de darle a su perfecta nariz.
-A una chica jamás se le debe levantar la mano-le riñó ella en plan bromista.
-Marybelle no es una chica-dijo él, haciendo una mueca de asco.
-¿Qué es entonces?
-Una perra disfrazada de zorra.
Y no pudieron evitar reírse.
Vagabundearon un rato, en espera de alguna idea de a donde poder ir en lo que daba la medianoche, ya que apenas eran las 9.
A Set le hubiese gustado llevarla a conocer donde había estado el Muro de Berlín y desistió a proponérselo.
-Entonces, ¿adónde vamos?-le preguntó para que ella le diera una idea, ya que solo estaban dando vuelta en círculos.
-Llévame a conocer el lugar donde estaba el Muro de Berlín-dijo ella, pensativa-no está lejos, ¿verdad?
-Bueno, estamos en Berlín, cariño, estamos muy cerca-le guiñó el ojo-desde hace días he querido llevarte pero no encontré la manera.
-Debiste hacerlo sin decirme.
-¿Hubieras venido a ciegas?-cambió de dirección abruptamente y ella tuvo que agarrarse a tablero cuando él dio vuelta en U.
-Depende...
-¿De qué?
-Antes no había socialismo entre nosotros, es decir, no tanto como ahora.
-¿Qué quieres decir?
-Ya somos amigos. Verdaderos amigos y puedo acompañarte a cualquier sitio sin ningún problema.
-Me alegra oír eso-asintió él, con los ojos puestos al frente y las manos en el volante.
Condujo durante varios minutos, y Keren se dio a la tarea de admirar la majestuosidad de Berlín en todo su esplendor.
Era maravilloso y pensó en su hermano.
Adam estaría encantado de esa ciudad.
Adam la hubiese abrazado y le hubiera susurrado al oído que era la mejor hermana del mundo y que la quería.
Adam...
Adam...
¡Cuánto lo echaba de menos!
Ni si quiera había hablado con él en días y ansiaba escuchar su voz.
Sorbió por la nariz y se dio cuenta que había comenzado a llorar silenciosamente.
Parpadeó rápidamente para desintegrar las lágrimas acumuladas en sus ojos y abrió la ventanilla para que el aire nocturno la tranquilizara.
-¿Estás pensando en tu familia, verdad?-le preguntó Set y de pronto, sintió su mano recorrerle el brazo de arriba abajo, mostrándole compasión.
Y de la nada, el coche se detuvo.
Volteó a verlo con los ojos enrojecidos y se encontró con los de él, muy cerca. Sus ojos parecían ser transparentes y más brillantes.
A ella se le olvidó como respirar y se tensó. ¿La iba a besar de nuevo?
-¿Por qué lloras?-alargó su otra mano y le apartó el cabello de la cara-¿dije algo malo para que recordarás a tu familia y comenzaras a llorar?
Ella negó con la cabeza y soltó un hipido.
-Es que tienes razón, estaba pensando en mi familia. En mi hermano más que nada.
-Pero no llores-le acarició la mejilla-llorar solo lo hace la gente débil. Tú no eres débil. Tú eres fuerte.
-No lo soy. Tengo muchas debilidades.
-No, no. Si fueses débil, no hubieses tenido el valor de viajar hasta acá y seguir tus sueños de superarte.
-Yo solo quiero un abrazo de mi hermano-balbuceó como una tonta y pensó que Set la mandaría al demonio.
Empero, no fue así.
Él continuó acariciandole la mejilla con suavidad y ella sintió su cálido aliento en la cara.
-Ya hemos llegado a lo que alguna vez fue el muro de Berlín y es de pésima educación llorar frente a él-bromeó y esbozó una sonrisa tranquilizadora que la hizo sentir bien-Adam quizás te estaría diciendo "Mira el muro y deja de llorar, hermanita", o tal vez "¿Quieres un café para sentirte mejor? Odio que te pongas triste".
Keren río entre dientes. Set adivinó pulcramente las palabras que Adam diría en esa ocasión y se estremeció.
-No entiendo por qué haces esto, Set-le colocó una mano sobre el pecho y sintió la vibración de su corazón a través de su sudadera morada-estoy segura que es la primera vez que consuelas a alguien.
-En efecto, siéntete privilegiada por ser la primera persona a la que le seco las lágrimas-vaciló.
-¿Por qué lo hiciste?
-Porque quería hacerlo.
-Debe haber una razón poderosa.
-No me gusta que la gente llore-admitió y dejó de acariciarle la mejilla pero no apartó la mano, solo la mantuvo ahí, dándole calor-menos alguien que me agrada.
Un ronco suspiro melancólico surgió de la garganta de Keren y ambos se quedaron inclinados el uno con el otro durante un rato. Poco después, él se quitó el cinturón y pasó un brazo por encima de sus hombros para atraerla más a su cuerpo. Y los dos, se quedaron contemplando donde había estado el muro de Berlín, donde ya solo habían edificios y calles.
Ella sentía su respiración en su frente y él quizás sentía la suya en su pecho.
Keren se acurrucó más al asiento y a él y permaneció inmóvil a su lado sin tener deseos de alejarse. Al otro día tenía día de asueto, por lo que no le importaba dormirse hasta tarde.
-¿Nunca has pensando en visitar Norteamérica?-le preguntó Keren con suavidad. El ambiente era tranquilo y relajante.
-No, pero créeme que ahora es una de mis metas a cumplir-respondió él.
-¿Meta?
-Sí. Ahora tengo una razón para ir-ella sintió su sonrisa en la frente y también sonrió-antes no me pasaba por la cabeza porque no tengo a quién visitar pero ¡Bingo! Estarás tú, aunque dudo mucho que yo te deje marchar de vuelta.
-¿Ah, entonces piensas secuestrarme?-preguntó ella con ironía. Él rio.
-Sí, ¿por qué no?
-En este momento debería llamar a la policía-bromeó.
-Hazlo-le instó, riéndose-y te secuestro en este momento para que de verdad tomen represalias. -Estás siendo cursi...
Y sin miramientos, le sujetó la barbilla y alzandola brevemente, la besó.
Él parecía estar hambriento, más no de comida, sino de sus labios. Y ella sedienta de los suyos.
Bueno, nadie está votando mucho ni comentando-.- pero les dejo un capítulo de pilón. Nos leemos la próxima semana.
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