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❪21❫ Disputas

—¿Donde están sus Padawans, Maestro Windu? —Anakin y yo nos acercamos a la entrada de la nave, mientras el primero miraba de forma burlesca al mencionado.

El Maestro Windu optó por no decir nada ya que eran sus Padawan los únicos que faltaban por llegar. El ánimo de mi maestro se había disparado con la oportunidad de burlarse del gran Mace Windu. Yo, por el contrario, estaba emocionada desde que Anakin me había despertado. Las ganas de ir a mi primera misión, y además con mis mejores amigas, provocaban que mi estado de ánimo se situara en un diez. 

Por la puerta del templo aparecieron Sabana y su mellizo, Rhysan, ambos agotados.

—Ya era hora —les regañó. 

Mi amiga bajó la cabeza al contrario que su hermano, quien se mantuvo con la cabeza alta y orgulloso.

—Lo lamento, Maestro, Sabana me ha estado retrasando mucho últimamente.

Mi boca y la de mi mejor amiga se abrieron de la impresión de sus palabras. Conocía lo suficiente a Sabana para saber que jamás se atrevería a llegar tarde con su Maestro esperándola.

—Será... —Sabana hizo el amago de abalanzarse sobre su mellizo, pero fui más rápida y la agarré del brazo, haciéndola retroceder.

—¡Sabana...! —le susurré con reproche al ver como ella seguía insistiendo en acercarse a su hermano, cegada por la furia.

Tras calmarse un momento, ambas sonreímos forzadamente hacia nuestros maestros quienes rodaron los ojos y subieron a la nave.

—Para odiarse tanto me sorprende que tenga algo en común, pero ambos son realmente unos capullos —bufó mi amiga.

Reí disimuladamente y seguí a los demás al interior de la nave. Estaba muy emocionada por nuestra misión, y por pasar más tiempo con mis amigas.

También sería mi primera misión con Anakin, por lo que no sabía si estaba emocionada o aterrada. Mi maestro podía ser un tanto bipolar en algunas ocasiones, y normalmente sus cambios de humor conseguían descuadrarme por completo.

—Escuchad atentamente, Padawans —Obi-Wan se acercó a nosotros bajo la atenta mirada de los tres maestros restantes—. Esta es la primera misión en grupo para todos, así que lo mejor será que nos mantengamos todos unidos y evitemos separarnos para-

Antes de que pudiera continuar, la maestra de Lía le interrumpió.

—Pues yo creo que deberíamos separarnos por grupos, dividirnos y atacar por distintos flancos. Tal vez dos Maestros con los Padawans y los restantes solos.

Anakin se removió en su asiento adoptando una postura más amenazante.

Ay no.

—Haced lo que os de la gana pero mi Padawan se viene conmigo. No voy a separarme de ella, así que ya veréis como os organizáis —Anakin bufó, en respuesta a la pregunta de la otra Maestra, quien le miraba con irritación.

—No eres el que tiene que decidir eso, Skywalker.

Anakin parecía estar empezando a irritarse, así que me reincorporé de la silla y me acerqué hasta posicionarme al lado de mi maestro.

—Tal vez. Pero yo estoy de acuerdo —levanté la cabeza con orgullo, adoptando la superioridad que había aprendido del propio Anakin—. Solo obedeceré las órdenes de mi maestro.

Me senté en el asiento libre junto a Anakin, viendo de reojo cómo este sonreía disimuladamente.

Le ha gustado... Progresamos.

Sonreí de igual forma y me re acomodé en el sofá.

—Creo que lo mejor será separarnos y que cada uno vaya con su Padawan —decretó Windu antes de levantarse y comenzar a caminar hacia la salida de la sala. La nave era realmente grande—. Hay una sala por cada maestro, os recomiendo dirigiros a la vuestra.

El Maestro Windu miró a sus Padawans quienes entendieron que debían ir con él. 

Segundos después los demás maestros imitaron su acción hasta quedar Anakin y yo solos en la sala. Que al parecer sería la nuestra.

Me removí incómoda notando en ese instante la cercanía de nuestros cuerpos, y esperando una reacción agresiva por parte de Anakin pidiéndome que me apartase. Sin embargo, esta nunca llegó. Al contrario, Anakin suspiró con cansancio y dejó descansar su cabeza en el respaldo del sofá, relajándose al instante; a la vez que yo me tensaba.

Suspiré y giré mi cuerpo para mirar por la ventana.

—Descansaremos aquí, mañana podremos encargarnos mejor de la misión.

Todos asentimos a lo dicho por Windu ya que realmente estábamos algo cansados del viaje. Esperar al día siguiente para poner en marcha la misión me resultó la idea más brillante que había tenido Windu en toda su vida.

—Sabana, Rhysan. Preparad vuestras armas, entrenaremos lo que queda del día —señaló a los hermanos quienes le miraban escépticos—. No podemos relajarnos ni un segundo en territorio hostil. Haremos las guardias por parejas de Padawan y Maestro. Empezaremos nosotros y luego nos sustituirán los dos «especiales».

Ignoré la forma en la que mis músculos se tensaron ante las burlas del de piel morena, y observé a Anakin expectante de sus movimientos.

Dijo que no me alejara de él en las misiones, y eso pensaba hacer.

—Anakin —Obi-Wan se acercó a su antiguo Padawan con calma y nos observó a ambos—. Deberías aprovechar este tiempo para forjar lazos con tu nueva Padawan, sois los que se conocen de menos tiempo y tú mejor que nadie sabes lo importante que es la relación entre Padawan y Maestro.

Obi-Wan palmeó su hombro y después me dedicó una sonrisa antes de retirarse para hablar con su propio Padawan.

Inspiré profundamente y esperé cualquier movimiento o reacción por parte de mi maestro.

—Kaia, sígueme.

La voz de Anakin me tomó por sorpresa ya que en esos momentos estaba pensando en qué decirle para que no siguiera el incómodo silencio.

Tragué con nerviosismo y procedí a seguirle, preparándome mentalmente.

Anakin me llevó dentro del bosque y se sentó apoyado en uno de los troncos. Imité su acción con el tronco frente a él y entrelacé mis dedos con nerviosismo.

—Podemos- 

Iba a tratar de sacar conversación pero Anakin me interrumpió de forma abrupta.

—¿Qué hubieras hecho si no te hubieras convertido en Padawan? ¿Tenías alguna aspiración o sueño? —Mi maestro mantenía sus ojos cerrados y el rostro sereno mientras esperaba mi respuesta.

—Siempre creí que sería reina —solté nerviosa, pero él no abrió lo ojos. Suspiré y decidí relajarme para tratar de sincerarme con él; tal vez con la esperanza de que eso ayudase en algo a nuestra relación—. De niña, mi madre siempre me decía lo bien que me vería siendo reina, lo bien que lo haría y cuanta gente me adoraría —bajé la vista con dolor sintiendo mis ojos humedecerse. Sabía que aunque él no me mirara, su atención estaba completamente puesta en mis palabras—. Al principio fue así. Todos decían quererme y adorarme, incluso el pueblo me regalaba cosas.

—Suena a una vida de cuento —expresó Anakin con amargura.

—Ojalá lo hubiera sido —susurré, pero él lo escuchó ya que abrió sus ojos y se revolvió para mirarme con atención—. Cuando ella enfermó el pueblo me culpó a mí. Había tanto odio de por medio tras su muerte que todos creyeron qué sería mejor que fuera Padmé quien accediera al trono. Con ella los humos se relajaron y todos olvidaron que siquiera existía. No podía irme, pero tampoco podía salir a la luz. No era más que uno de los tantos secretos de los políticos. A ellos nunca les importó...

Inspiré con fuerza evitando la mirada de Anakin, que escuchaba con atención todas las palabras.

—Siempre soñé con entrar en la Orden Jedi. Poder pertenecer a algo, ser alguien, ayudar... Solo quería tener una vida en la que la gente me viera solo por las cosas buenas que hacía. Quería compensar todo y eliminar tanto odio —reí con amargura pensando en lo absurdo que sonaba—. Si nunca hubiera entrado en la Orden probablemente me habría hecho Sanadora. Habría curado a la gente, y al menos habría sido útil.

—Nunca temiste no poder seguir las reglas Jedi, tantas prohibiciones...

—¿Por qué iba a hacerlo? No tenía a nadie con quien incumplirlas. Estoy sola, ¿qué persona más apta para ser Jedi que yo? 

Anakin suspiró y apoyó la cabeza en el tronco pensativo. Le observé expectante cuando volvió a echarse hacia delante y me miró con intensidad.

—Siempre creí que ser Jedi era lo que siempre había deseado, que no había mejor futuro para mí que ese —comentó, amargamente—. Ahora solo soy una cara bonita para todos, una maldita profecia. Esa es la única razón por la que hay gente alrededor, aman al Elegido; pero nunca han conocido ni han querido conocer a Anakin Skywalker.

—Tal vez lo intentaron... pero tú no les dejaste —murmuré con suavidad. Anakin me miró, entendiendo la pequeña indirecta que le había mandado.

—Eres una cría, nunca entenderías la gravedad de lo que pasa a mi alrededor. La gente que se acerca a mí acaba muriendo, Kaia, y ningún poder celestial podría salvarte de ese destino.

—Nunca me harías daño —le miré con seguridad y él apretó sus labios con fuerza.

—¿Cómo estas tan segura?

—He visto el odio en tu mirada, Anakin Skywalker... he visto la rabia, el dolor y el sufrimiento. He podido ver la oscuridad que tratas de ocultar pero que sientes que te consume —le miré con seriedad y la mirada de Anakin se endureció, lista para saltar a la defensiva—. Pero también te he visto a ti, Ani... He visto la luz que siempre ha emanado de ti. Sigue ahí... Puedo sentirte, Anakin, y tú también a mí; por eso sé cuánto luchas por convencerte de que me odias, al igual que tú sabes cuánto lucho yo por no quererte más de lo que ya lo hago.

Mis palabras le impactaron y me miró con sorpresa. No se esperaba esa confesión, para nada.

—No poder amar no significa no ser amado, Maestro... ¿Por qué el único que no lo ve eres tú? Aunque no hubieras sido El Elegido, hay una persona que te habría amado igual de incondicionalmente que ahora.

—¿Quién? —Él entrecerró sus ojos con confusión y yo aproveché para coger aire, lista para soltar mi respuesta.

—Yo... Yo lo habría hecho.







¡Actualización al fin!

Lamento mucho el retraso. Como se nota que ya ha vuelto a empezar el curso y los exámenes 😫

En fin, me alegra mucho haber podido actualizar. Le tengo especial cariño a esta historia y me encanta ver como al retomarla se me vuelven a venir ideas para que os impacten de verdad.

¡¡Capítulo más o menos monótono, pero se vienen curvas amigos!! La relación de Anakin y Kaia va a comenzar a coger forma y rumbo. Se viene el Enemies to Lovers.

¿Quién creéis que se lo pondrá más difícil al otro? ¿Anakin o Kaia?

¿Os ha gustado el capítulo?

¡Comentad y votar! Me animaría para saber que no he perdido a mis lectores, realmente me he retrasado bastante 🫶✨💕

P.D: ¿Alguien quiere dedicación para el próximo capítulo?

—Venus

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