❪16❫ Un futuro incierto
Sin duda había sido el mejor día de mi existencia, irremplazable. Después de nuestro encuentro convencí a Anakin de que durmiera en mi cuarto, no quería desaprovechar la oportunidad de avanzar un poquito más en esa relación extraña que teníamos. Esperaba que al día siguiente habláramos de lo que había pasado, pero para eso tendría que dormir, cosa que no podía hacer. Anakin se había dormido casi al segundo de tocar la cama, pero yo no, tal vez era por la emoción que me embargaba de estar así, no lo sabía. Se le veía tan sereno y tranquilo durmiendo, en paz.
Algo en mi interior me alentó a acercar mi mano hacia su mejilla, mis dedos rozaron su sien y entonces pasó.
Mis ojos cambiaron de color y la oscuridad nubló mi vista. Cada cinco segundos una luz blanca me cegaba y oía voces, gritos...
—¡Anakin!
—Los he matado, los he matado a todos. He matado a los hombres y también a las mujeres y los niños. Son como animales, y los he matado como a animales —oí la voz de Anakin, pero no era su voz de siempre. Sonaba tan oscura, tan perdida...
—¡Tú no eres esto! —Oí mi propia voz y me alerté. Nunca me había oído así. Mi voz estaba algo cambiada, y se sentía la desesperación y la tristeza en ella.
—¡Al contrario! ¡Esto es lo que soy, te guste a ti o no!
Más fogonazos de luz blanca me cegaron y frases sin sentido comenzaron a oírse muy fuertes, abrumándome, a la vez que tapaba mis oídos y lloraba.
—¡Mientes! ¡Mentirosa!
Y entonces salté de la cama, cuando Anakin se despertó y gritó. No me había dado cuenta de que él estaba lleno de sudor, respiraba entrecortadamente y sus ojos estaban cristalizados. Giró su cabeza hacia mí, temeroso.
Oh, dios... ¿Qué he hecho?
Para mi mala suerte, él oyó ese pensamiento, y se alejó. Se levantó de la cama mirándome aterrado.
—No... Por favor... —Pero él no me escuchó y se dirigió hacia la puerta a paso rápido—. ¡Anakin, espera!
La puerta se cerró tras él y la habitación se quedó en silencio. No sabía en qué momento había comenzado a temblar, pero parecía que no se detendría.
¿Cómo ha pasado esto?
No entendía como era posible... ¿había entrado en su mente? Y si lo había hecho, ¿por qué le traje malas visiones?
No era la primera vez que tenía visiones. Como ya había entendido, podía ver el pasado, presente y futuro. Pero no sabía que al tocar la cabeza de alguien podía ver su pasado, presente y futuro. Pero no solo eso, sino hacer que esa persona también lo viera.
Por algún razón, había algo en la mente de Anakin, algo que me llamaba a averiguarlo. Cada vez que entraba en su mente solo veía dolor y sufrimiento.
¿Cuál es tu oscuro pasado, Anakin? ¿Por qué solo veo oscuridad en ti?
La había cagado, la había cagado pero bien.
El maestro Yoda nos había citado a todos en la sala. Mis hermanos ya habían abandonado Naboo, al parecer por problemas en otros planetas, así que solo quedábamos Yoda, Padmé, Anakin y yo.
Estaba algo nerviosa por volver a ver a Anakin. No lo había visto durante 3 días, al parecer él había querido alejarse. Por una parte respetaba eso, pero por otra...
La puerta se abrió de un golpe y Padmé y yo saltamos del susto, al contrario que el maestro Yoda, quien solo frunció el ceño ante la brusca aparición de Anakin.
—Lamento el retraso, Maestro Yoda.
Le dio un asentimiento de cabeza a Padmé como saludo, y me ignoró.
Genial. Esto se pone cada vez peor.
—Citarlos aquí por algo importante lo he hecho. Un asunto Jedi resolverse necesita —Yoda paseó su mirada entre los tres y se detuvo en mí—. La joven Kaia en Padawan de Jedi se convertirá.
¿Qué?
¿Padawan? ¿Jedi?
Oh dios. No sabía si estar nerviosa o eufórica, siempre había soñado con ser una, pero parecía tan irreal.
—¿Padawan? Pero, Maestro Yoda, ella es muy mayor para ser una Padawan, y no sabe nada de nuestra cultura.
—Excepciones en la vida se hacen, joven Skywalker. Tú una de ellas fuiste, y un gran Jedi ahora eres. Es por eso que su maestro tú serás.
—¿Qué? Maestro Yoda, tiene que haber un error. Yo no quiero ningún Padawan, se lo dejé muy claro a la orden. Y a diferencia de ella, yo empecé bastante más joven.
El tono despectivo que estaba usando comenzaba a irritarme.
¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Por qué ahora me odia?
Hace unos días habría dado saltos de alegría al saber que iba a ser Padawan y que mi maestro sería mi mejor amigo. Pero ahora solo podía rezar porque el maestro Yoda entrara en razón y me cambiara de maestro.
—Desde niña Kaia sobre los Jedi ha leído, y lecciones bajo mi tutela ha tenido; preparada ella está y tú para maestro ser también.
Anakin bufó pero no dijo nada más, se cruzó de brazos y espero.
—¿Qué pasa conmigo maestro Yoda? —Preguntó Padmé.
—Más protección no necesitas. El joven Skywalker ocupado con el entrenamiento de su Padawan estará. Vuestras cosas debéis preparar, enseguida partiremos.
Miré de reojo a Anakin quién se giró sin más y se fue. Padmé imitó su acción poco después.
Suspiré y me dirigí a él Maestro Yoda.
—¿Por qué, Maestro? Pensé que lo de dentro de tres años...
—Mucha oscuridad en tu Maestro hay. Miedo de perderlo yo tengo. Si de verdad casarte no quieres, deberás convertirte en Jedi en estos tres años. Solo así podrás huir de tu destino. Tú eliges. Partiremos a Coruscant de inmediato.
Yoda abandonó la sala, dejándome sola en ella. Padmé y Yoda habían planeado que me casara por conveniencia dentro de 3 años, eso era lo que tanto me ocultaban, pero ahora había una salida. Había un forma de huir de ese horrible destino al que querían someterme. Aunque eso significara conocer una parte de Anakin que me odiaba. Sentía su miedo, él temía tanto a sus pesadillas que saber que yo podía traérselas de vuelta le aterraba, y lo entendía. Pero eso no lo hacía menos doloroso.
Después de tantos años en los que mi corazón se había mantenido como congelado, ahora sentía que las emociones volvían a surgir de él, que latía por alguien. Había encontrado a alguien por el que merecía la pena vivir, e incluso morir.
¿Era ese mi destino? ¿Estar ligada a Anakin?
Cerré mi maleta y salí hacia el hangar donde el Maestro Yoda y mi nuevo Maestro me esperaban.
No tenía respuestas a mis preguntas, pero tenía muy claro que si no podía recuperar su afecto, al menos me ganaría su respeto. Haría que se sintiera orgulloso de tener una Padawan. Estaría a la altura de El Elegido. Me esforzaría al máximo. Tal vez la separación había sido lo mejor, pues los Jedi tenían prohibido amar, y tal vez ese camino nos habría llevado a eso. Pero ya no, sería una Jedi, y volvería a recubrir mi corazón con hielo. Sentiría respeto y admiración, nada más, por mi maestro.
Entré en la nave, la cual era bastante grande, y Anakin se dirigió al lugar del piloto. Le observé mientras encendía la nave y por un momento pensé en una nueva clase de futuro.
Ese era nuestro verdadero destino, ser la Padawan y el Maestro invencibles. Seríamos la pareja de Jedi más poderosa de todos los tiempos, y nadie olvidaría nuestros nombres, seríamos el mejor equipo de la galaxia.
O eso esperaba.
Capítulo algo corto, pero hoy hago maratón para compensar la tardanza publicando.
Dejar comentarios con vuestras opiniones, no seáis lectores fantasma por favor.
¡Los capítulos de esta maratón estarán dedicados a ohmyskywalker ya que ayer fue su cumpleaños!
Sin querer ayer te felicité desde mi otra cuenta, y se me olvidó felicitarte por esta también así que te dedicó los capítulos de la maratón como compensación ^^
Gracias por ser la primera en apoyarme, eres un ángel 💕✨
—Venus
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro