❪14❫ Recuerdos del pasado
Me metí una cucharada en la boca del delicioso estofado de mi plato y paseé mi mirada entre los presentes. Si alguna vez me llegaran a preguntar cual fue el momento más incómodo de mi vida probablemente contestaría que ese, sin duda. La tensión era palpable en el aire. Incluso Anakin estaba cabizbajo. Había tratado más de una vez de intercambiar una mirada con él, pero trataba de evitarlo a toda costa y no llegaba a mirarme, ni siquiera de reojo.
—¿Es que nadie va a hablar? —Murmuré molesta por la actitud de los presentes.
Al parecer mi hermano Aiden me escuchó, pues apretó con fuerza su tenedor hasta el punto de que sus nudillos se volvieron blancos. Su mandíbula estaba tensa y respiraba pesadamente, como tratando de contener su enfado.
Me removí en mi asiento y apoyé mis manos entrelazadas sobre la mesa, observando a mi hermano con una mirada desafiante; retadora.
«Ni se te ocurra»
Oí la advertencia de Anakin en mi cabeza pero la ignoré.
Cuando te atrevas a mirarme tal vez reconsidere el hacer caso a tus advertencias.
Bufé mentalmente y fulminé a Aiden con la mirada, el cual se encontraba frente a mí. Al percatarse de mi mirada, la suya se tornó más agresiva.
—Adelante, hermanito. Di lo que tengas que decir —apreté la mandíbula con fuerza aún sin apartar mi mirada de la suya.
—No hay suficientes palabras para describir todo lo que siento hacia ti en este momento —sus palabras fueron hostiles y la furia crecía en sus ojos.
—Tal vez pueda ayudarte con eso. A mí se me ocurren demasiadas para definirte a ti.
Ethan se atragantó con lo que bebía y me miró con sorpresa. No muchos tenían el valor de enfrentarse a Aiden, pero teniendo en cuenta que era su hermana, era mucho más fácil para mí.
Aiden se limitó a no contestar y dejó su vaso sobre la mesa a la vez que se levantaba con el rostro inexpresivo.
—Vas a quedarte unos días sola en el castillo, debemos resolver unos asuntos —empezó. Iba a protestar, pero mi hermano me interrumpió—. Te quedarás con Anakin. Él te mantendrá a salvo.
Cerré la boca de golpe y me giré hacia Anakin, que aún evitaba mi mirada. Tras soltar un bufido, me levanté de la mesa y abandoné la sala. No sabía cómo sentirme con la noticia. Por una parte me provocaba un sentimiento de calma, pues podría ser libre de hacer lo que quisiera sin los reproches de mi hermano; pero por otro lado, no sabía cómo iban a ser las cosas con Anakin, solo rezaba por no haberlo incomodado.
—Siento si te incomodé ayer. No era mi intención...
Anakin y yo paseábamos tranquilamente por los jardines. Hacia una hora que los demás se habían ido, y desde ese momento habíamos estado caminando sin hablar; hasta ahora. Quería saber que era lo que pasaba por su mente y si tenía algo que ver con molestia hacia alguna parte de mi comportamiento.
—No, no, para nada. Siento haber actuado así esta mañana, Aiden fue bastante amenazante.
—¿Aiden?
Miré a Anakin con el ceño fruncido y cuando me dio una sonrisa forzada lo supe. Le había amenazado, por eso actuaba así en el desayuno.
Menudo...
No podía soportar el comportamiento de Aiden, era tan inmaduro; incluso con su edad.
—No puedo creer que él... Uff, es tan inmaduro. Nunca piensa en nadie más que en sí mismo. Maldito narcisista —gruñí.
—Eh, eh, tranquila fiera —Anakin pasó uno de sus brazos por mis hombros y eso me recordó a nuestra herida en la pierna. Antes de desayunar nos habían tratado y nos habían dado las suficientes atenciones como para poder mantenernos en pie, aunque cojeando. Lo agradecíamos. La técnica que habíamos usado el día anterior había sido un completo fracaso, aún sentía los dolores en mi espalda magullada. La única razón por la que había conseguido dormir había sido las excelentes caricias en mi pelo por parte de Anakin. Llegué a relajarme tanto que me dormí al instante. Asombroso.
Una mano tiró de mi brazo hacia abajo, sentándome en la hierba del prado. Observé cómo Anakin se tumbaba, apoyando su cabeza en mi regazo, y cerró los ojos en total calma. Por suerte, traía conmigo mi libro favorito; eso lo haría más ameno.
Tras aproximadamente 15 minutos leyendo, Anakin cogió mi mano y entrelazó nuestros dedos, mientras que con la otra me quitó el libro. No protesté y esperé a oír lo que sea que quisiera decirme.
—Quiero hacer un baile —murmuró, sin abrir los ojos.
Mi cara era un cuadro. ¿Un baile? ¿Cómo en esas fiestas importantes? La emoción y la duda emanaban de mi ser y él pareció notarlo pues abrió sus ojos y me apretó la mano escudriñándome con la mirada.
De niña, soñaba con asistir a esos bailes elegantes donde personas importantes se reunían y pasaban el rato con otras. Bailaban, bebían, reían... Mi madre me hablaba de ellas con fascinación, siempre deseando que yo llegara a ser tan importante como para ser invitada a alguna. Pero tras su muerte, los sueños y las esperanzas se evaporaron en un instante. Nadie me creía capaz de llegar alto, y tampoco deseaba intentarlo, no sin ella. Ella era la luz de mi oscura existencia, pero me dejó... Me abandonó en un mundo de personas egoístas y crueles que buscan rebajarme a cualquier precio con tal sentirse superiores. Siempre tuve claro que ese no era el mundo en el que quería vivir, pero ¿habría algo diferente más allá de Naboo?
—Puedes hacerlo, Kaia. Siempre quisiste asistir a esos bailes, ¿por qué no ahora? —Preguntó el rubio con confusión, por lo que suspiré.
—Mi madre siempre deseó que asistiera. Ella decía que ese era mi lugar, aunque no lo descubriría hasta más adelante...
—¡Pues descúbrelo! Siéntete libre de actuar como desees y descubre quién eres; quien te gustaría ser —se incorporó, quedando sentado frente a mí, mirándome con ilusión—. Vamos, Kaia... Solo tú y yo, sin prejuicios ni máscaras.
Miré su rostro detenidamente y entonces sonreí. Era increíble lo que ese chico sería capaz de hacer por mí. Un baile podría ser la solución, tal vez al fin pudiera entender lo que realmente quería para mi vida.
—De acuerdo, Skywalker... Acepto.
Anakin se levantó y me alzó en el aire de repente, dando vueltas en un abrazo mientras sonreía con emoción. Nunca le había visto tan eufórico, parecía tan feliz de poder tener la oportunidad de actuar tal y como era.
Cuando me bajó, se puso a correr por los prados mientras me gritaba y me animaba a seguirle. Riendo por su actitud, acabé corriendo tras él en una especie de pilla pilla.
Había cosas que me hubieran gustado que fueran para siempre...
Capítulo muy corto, lo sé, pero introductorio. A partir de aquí las cosas van a comenzar a ponerse más... románticas.
¿Teorías? ¿Qué pasará entre ambos?
Dejadme lo que opináis o/y lo que os gustaría que pasara. Quien sabe, tal vez me deis ideas ;)
—Venus
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