Otoño.
Las estaciones pasaron muy rápido, a su muerte fue demasiado lenta, los enormes y bellos arboles verdosos que cubrían mas allá de la vista del castillo se tiñeron de amarillo, naranja y por ultimo café, hasta caer hoja por hoja con el viento revoloteando de allá para acá, el olor en el aire, extrañamente le hacia pensar en calabazas y esas cosas relacionadas al otoño. Era un paisaje sumamente hermoso, el balcón de la biblioteca se convirtió en su único lugar de escape temporal de esos malnacidos, su entrenamiento con su ahora discípulo oficial eran un completo éxito, y con mucha suerte y esfuerzo ese chico aspiraría a ser otro Mago de hielo en la linea, era una pena que no lo hubiese conocido antes en el pasado, aparte de Hyoga, el también hubiese dado una larga guerra para conseguir la armadura de cisne o con un poco mas de suerte ser el siguiente portador de Acuario.
Claro que, Hyoga se había vuelto increíblemente superior, no lo admitiría, pero quizás incluso, tal vez lo haya superado en grandes aspectos, desde el cosmos mas frío hasta cuestiones pasionales como son los sentimientos y la reacción a ellos. Hyoga maduro mucho antes, pero ciertamente, de no ser por Camus y el hundimiento que este provoco al barco donde estaba su difunta madre, ese muchacho estaría cada vez mas aferrado a sus propias cadenas, limitándose. Y tenia que dejarlo ir.
Camus también tenia que dejarlo ir. Por fin, le había costado aparentar que el dolor se ha esfumado, y lo logro. Camus miro por ultima vez a los arboles cambiar el color de sus hojas, secándose y cayéndose, al finalizar la estación. Los arboles volverían tener hojas verdes y brillantes.
El joven pelirrojo procedió a irse luego de meditar en silencio una vez mas su día, sin nada mas que hacer que atender a Hades, disciplinar uno que otro andrajoso espectro de las tinieblas y por ultimo "deleitarse" con el llanto de los condenados, sus únicos momentos libres eran tan cortos a su perspectiva, jamas pensó sentirse tan ansioso e inquieto. Se quedaría por horas en la biblioteca hasta el momento de irse a la cama, todo para evitar estar cerca de cualquier peligro.
¡Y todo su entorno era un peligro!.
Era tan aburrido estar ahí, los libros dentro de esa biblioteca eran tan viejos que las telarañas parecían parte de una portada, las capas de los libros perdieron su brillo, las hojas estaban mordisqueado por una que otro insecto, y el idioma, en este caso el alemán. Camus no lo comprendía para nada, y lo podría aprender, pero con letras tan ilegibles era un reto muy duro. Que decepción, que tragedia que tantos libros almacenen miles de trabajos de historiografia, ciencias sociales, historia de la literatura, o filosofía. También diarios o epístolas fuesen olvidados. Esa hubiera sido un método de escape perfecto.
── Joven amo, el Señor Hades solicita su presencia en Giudecca. -Dijo una de las mojas oscuras saliendo de las sombras de la habitación, asustando un poco a Camus ante repentino llamado.
── Hm. Iré en seguida, ¿no especifico para que me llamo?. - Siempre y cuando fuese algo sin importancia y no otro acto para desprestigiar su imagen, todo estaría bien.
Camus esperaba cualquier cosa, menos aquella sorpresa que lo confundiría aun mas de como sentirse con Hades.
Se estaba haciendo una costumbre que el Dios se le pegara demasiado, pero no se quejaba, seguía siendo mejor tenerlo de esa forma por el resto de su vida que ha este punto, la consideraba incierta. El intruso no ha hecho acto de presencia desde su ultimo encuentro, las pesadillas, pues para el eran lo normal, recuerdos de su antiguo hogar y una grieta con la memoria de su amor imposible, la cual Camus hacia un gran esfuerzo por cerrar. Nada fuera de lo habitual, tampoco ese espectro magenta que robo su apariencia, era afortunado de no volver a saber de ellos.
Pero jamas baja la guardia.
Al borde de las puertas de Giudecca, Camus noto como Minos salia del templo con una sonrisa socarrona, Aiacos neutral como siempre, y por finalizar ese desfile de sádicos, el propio Radamanthys con su rostro radiante de enojo, mismo que fue directamente canalizado en el pelirrojo, Wyvern normalmente le dedicaba miradas desinteresadas o fastidiosas, y en ese momento preciso, el odio que ese hombre le tenia parecía ser expulsado de su cuerpo con solo mirarlo, estaba claro que algo paso.
Solo rezaba por no verse involucrado, tan "bien" que resultaban las cosas.
Antes de entrar, fue sujetado del brazo con poca discreción e ira, podía notarlo con solo esa presión que Radamanthys deseaba romper su brazo pero se contenía por obvias razones, Camus no lo miro, no hubo reparo en sus gestos para mostrar lo repudiado que se sentía. Antes hubiese respondido con un simple insulto de frialdad, sin embargo, hombres como Radamanthys no comprendían a palabras, así que de la misma manera en que ese sujeto se atrevió a tocarle, Camus fue veloz y aparto de un solo jalón la mano del juez con fuerza. Cuanto mas cerca estaba de encontrarse con Hades, la boca de Radamanthys se abrió en un rugido colérico.
── No te confíes tanto caballero, sabandijas como tu son descubiertos tarde o temprano.
Fue lo ultimo de decir para después irse, ¿a que se refería ese hombre?. El no tenia nada que ocultar, no perdería su tiempo en bajezas como ponerse a discutir con tal persona, si aun podía ser llamado de esa manera.
Entrando a Giudecca fue interceptado por dos mojas oscuras que lo llevaron al trono donde Hades permanecía sereno y paciente a la visita de Camus, observando su ahora mas preciada posesión, a un simple mortal.
──¿Quería verme Mi Señor?. -Dijo entre una reverencia posando sus ojos al suelo, solo quería acabar rápido con cualquiera que fuese la petición de Hades.
Sin embargo, el Dios tenia planeado algo completamente diferente para esa noche de otoño.
Tan solo a dos pasos cerca de Hades, seria tan fácil apuñalarlo desde esa posición, justo ahora que nadie estaba a sus alrededores, no es como si tuviese esa fantasía absurda pero cada vez lo nota menos alerta con su presencia, ¿estaba tan confiado incluso para darle la espalda?.
Hades no le ha dicho nada mas que un simple "sígueme" cuando llego, en un pasillo desconocido por diferentes cuartos de Giudecca, mentiría en decir que no estaba ansioso por saber que le depararía.
── Camus. -Llamo el Dios deteniéndose en medio camino para fijar sus ojos en su siervo.- ──¿Has experimentado otro suceso similar por el que pasaste hace poco?. Ese ser, ¿no ha vuelto a entrar en tus sueños o si?. -Los ojos de Hades posaron con descaro el cuerpo entero de Acuario, sin ningún rastro de malicia, un vistazo veloz pero significativo.
Camus negó sin titubear, incapaz de hablar de ese tema, no era capaz de diferenciar si aquello fue una pesadilla muy realista o una visión engañosa de su propia corrupción. Incapaz de borrar de su cabeza el único indicio de ese suceso, en el momento que ese extraño intento profanarlo, era tan desagradable recordarlo y que lo peor fuese ese su única evidencia de lo que paso, porque lo demás era borroso en su memoria.
── Es como si todo ese incidente hubiese sido un fugaz sueño, sin embargo, todavía siento algunos episodios de ese mal rato.
── Entiendo. Es un caso muy extraño, ni siquiera los dioses gemelos saben de lo que puede tratarse esa señal pero estamos seguros que no seras el único que pase por malos ratos. Tengo entendido que tu protegido, ese muchacho que conociste en tu travesía a estado mas al pendiente que cualquier otro espectro. Admito que me complace ver esa dedicación, sin embargo, siento que es mas por influencias que tu tienes en él que una orden directa.
── Es un joven muy pasional en lo que hace, aunque estoy agradecido por su preocupación le explique que no sirve de nada ponerse paranoicos, es posible que el enemigo intente desorientarnos, debilitar las fuerzas con una búsqueda exhaustiva de su paradero,si mandamos a varios de los soldados ha vigilar tanto la superficie como el Inframundo podemos agotar recursos, es recomendable al menos por ahora no hacer movimientos bruscos de búsqueda. ¿No lo cree mi señor?.
── Es una buena sugerencia. -Dijo complacido el pelinegro con su sirviente, no estaba tan sorprendido, pero ciertamente era una propuesta muy útil. Comandar a todos con la cabeza fría, justo lo que necesitaba.- ── Estoy muy complacido con tus servicios, hasta el momento me has demostrado muchas cosas interesantes en tu personalidad y comportamiento. No imagine tenerte tan de cerca y hablar con libertad de esto. Como sea, ya casi llegamos.
── Señor Hades,¿Por que me llamo hasta aquí?.
Y una vez mas como de acostumbrarse, Hades no dijo palabra alguna y solo siguió adelante hasta llegar a dos puertas no tan grandes como las otras del templo, Camus con curiosidad se fijo atentamente de como era esta, eran grandes, de madera brillante y pomos dorados. Hades atrapo al joven pelirrojo mostrando interés por él. Hades abrió las puertas de par en par presentando una habitación diferente a las demás, una mas iluminada con la vista un campo lleno de flores silvestres, los ojos del joven Camus se llenaron de vida al ver tanta luz en una sola habitación, pero esa gran ventana que iluminaba todo el cuarto era otra cosa hermosa dentro de ella, habían estantes de libros, perfectamente cuidados sin telarañas.
Camus camino adentro de la habitación encantado por el ambiente nuevo que brindaba ese lugar, paso sus manos discretamente por los estantes, yendo a parar hasta la ventana y observar su paisaje, no conocía un sitio como ese dentro del infierno.
── A menos que fuesen Los Campos Elíseos. -Dicho sitio era inigualable, sus aires transmitan una calma masiva con solo verlo, su luz era tan radiante que tuvo que parpadear varias veces hasta que su vista se acoplara. ¿Existía una cosa así dentro de un infierno?.
── Me doy cuenta que tu estadía haya arriba es demasiado aburrida incluso para alguien como tu. -Eso ultimo pareció hacerle agracia al mismo Hades, realmente lo veía como un amargado.- ── Este cuarto fue construido hace miles de años y no se ha usado en un largo tiempo, puedes venir aquí cuando desees.
Camus no creyó lo que acaba de escuchar pero el tono de voz en el que Hades le hablaba parecía decirle que era cierto, ¿era una broma?. No era capaz de tragarse un cuento como ese, y aun así tenia la duda en que decir, por la mirada de su señor las claras señales de que no era ninguna broma eran obvias, Hades estaba siendo sincero con sus acciones.
¿Cómo se supone que debía reaccionar?. ¿Debería ser agradecido?. ¿Lo estaba pensando demasiado?.
Siguió observando anonado por semejante detalle, y Hades lo contemplaba desde la puerta esperando una reacción quizá un poco mas expresiva. Bueno, era la primera vez que esperaba ver una mueca distinta a su antigua faceta depresiva.
Esperaba una sonrisa, cómo la primera vez. Pero obtuvo mas que un simple gesto.
Cuando pensó que lo mejor era dejar que Acuario mostrara su gratitud de manera voluntaria, el mismo Camus tomo su mano temblando por su atrevimiento, dejando al Dios sumamente confuso por semejante atrevimiento, pero Hades no se lo tomo a mal. Tampoco se tomo a mal las palabras que salieron de su boca. Para Hades, fue una invitación a pasar un poco mas de tiempo con él.
── Esta biblioteca es suya, ¿me permite tomar algo de su tiempo?. Quisiera que usted me recomendara algo para leer, claro si no es demasiado pedir. -Luego de sus propia oración y sentir que se había echado un problema encima, Camus estuvo apunto de retroceder su descarada propuesta cuando sintió el contacto envuelto en la mano contraria, no había un calor corporal humano pero su corazón se azotaba como si existiese uno.
Hades sujeto su mano con firmeza al mismo tiempo que entraba mas a la habitación y caminaba por algunas estanterías, saco uno con la portada de un amarillo antiguo con el titulo de Tiberio. Camus lo ojeo un poco, estaba escrito en griego antiguo.
──¿No tienes dificultad con el idioma o si?.
── Seria un insulto para mi y para usted no entender el idioma con el cual crecí. Fue una de mis primeras lecciones al llegar al Santuario, todo caballero que entrenara en el recinto sagrado debía saber escribir y leer en este idioma.
── Oh, después de todo Athena también fue una ciudad llena de genios, cualquiera pensaría que en esta época los seres humanos hubiesen pasado por un progreso de retrogradación muy significativo en sus cortas vidas.
Tal vez eso fue dicho con cierto sarcasmo, y sin embargo a Camus le pareció un poquito gracioso, porque si, nunca faltaban ciertas bestias que solo buscaban saciar su hambre de batallas interminables.
Fue una platica fugaz, pero no importaba cuan miserable fue el tiempo, sino el efecto que causaba en el mortal y el inmortal.
Hades pronto abandono la habitación, donde estaba seguro que ninguna otra alma podría llegar a hacerle daño, él lo sabia con toda seguridad que ni el mayor de los dioses era capaz de acercarse a esa habitación. Ya que para sus principios siempre fue esa su función.
Ese cuarto que parecía ser el único lleno de vida en toda Giudecca, resultaba ser uno de los lugares donde Hades mantuvo presa a su querida Persefone los primeros días de convivencia con ella, un lugar que ni su madre era capaz de entrar. Y estaba seguro que de la manera en que sirvió a la joven divinidad, serviría para mantener alejado a Camus del peligro.
Comenzaba a sospechar de quien era la causante de todos esos disturbios, y no solo en el Inframundo. La tierra también ha estado presentado irregularidades.
Camus sintió la presencia de Hades alejarse de su posición, pudo suspirar y sacar todos sus males, llevo el libro a su pecho como un tesoro y tomo asiento para despejar su cabeza, era una coincidencia muy anunciada, estaba aburrido de ver el mismo lúgubre sitio y harto de no poder entretenerse, y como por obras divinas sale esto. ¿Estaría Hades invadiendo su espacio personal incluso sin él darse cuenta?.
── Escalofriante. -La afirmación era ruda, pero Camus no estaba disgustado. A decir verdad, le daba igual. Concentraría todo su tiempo perdido en un libro.
Saori le aconsejo no dejar al niño solo, Odeth lo sabia mejor que nadie ya que fue ella la de la idea en primer lugar, pero estaba intrigada por el paradero de ese muchacho Milo, oír la terrible historia que la misma Athena le acaba de contar le dejo un amargo sabor de boca e incomodidad en su pequeño cuerpo.
Pobre muchacho, pensó ella seriamente en buscarlo pero estaba terriblemente agotado y transformar su cuerpo adulto al de una "indefensa" niña le costaba una buena parte de energía, al menos podía quitarse ese extraño presentimiento del pecho de que algo había pasado en su ausencia. Su instinto materno era muy necio pero certero. Ahora le faltaba esperar hasta encontrar a Milo "de pura casualidad por ahí" y tener una charla. Todo a su debido tiempo.
──¡Señorita Saori, venga por favor!. ¡El maestro finalmente ha abierto los ojos!. -Exclamo un soldado interrumpiendo la conversación de ambas mujeres que se separaron del susto para verse luego entre si y correr a la habitación de Shion.
La escena que encontraron fue tan conmovedora para ambos corazones, ver a dos amigos de toda la vida reencontrarse en un fuerte y firme abrazo dado por uno mientras el otro correspondió lento al inspeccionar todo a su alrededor y verificar, de que no se trataba de otra ilusión o mal sueño, era la vida real. Por tan soñador que se escuchara y sintiera.
Dohko estaba que lloraba de la felicidad y Shion no se quedaba atrás de la felicidad que sentía de verlo de nuevo y en tan bellas circunstancias. En esta ocasión donde no eran enemigos mortales.
──¿Cómo es que sigo vivo?. ¿No se supone que el tiempo en la tierra era limitado?. -Shion estaba mas confundido que cualquiera de los otros al momento de resucitar. Entonces vino Saori con su aura para calmar a Shion y asegurarle que todo había acabado.
── Nos tenias preocupados, temía que ya no te vería despertar. -Confeso Shion acercándose mas a su compañero, Shion llevo su mano a la cabeza del joven tigre para acariciarlo suavemente como un pequeño cachorro.- ── Oye, no lo tomes cómo si fuera una broma. Realmente estaba muy angustiado de que Hades no hubiese seguido el trato.
──¿¡Cómo!?. ¿Hades sigue vivo?. -Dijo exaltándose por dicha mención, ¿acaso no había sido derrotado?.
── Tal parece que hacerte mas joven no te hace mas discreto, ¿Verdad caballero de Libra?. -Menciono Odeth con una afiliada lengua mientras una vena se resaltaba en su cabeza, el anciano del patriarca estaba despertando de lo que parecía un coma y el imprudente Dohko sacaba temas así de la nada. ¡Parece que los años no quitan viejas costumbres!.
Shion y Dohko se precipitaron un poco al escuchar semejante voz, miraron casi al suelo, donde estaba una niña de mechas rubias cargando a un bebe dormido mientras los observaba con entusiasmo muy escondido, y no pudieron evitar recordar el encuentro de hace ya mas de dos siglos atrás.
── Shion, se que esto es demasiado para procesar por ahora, así que sugiero que te recuestes un poco y me permitas explicarte.
── Sino es molestia señorita Saori, estoy muy confundido en este momento.
Y luego de otra larga charla, Shion también mostró sus condolencias al supuesto fallecimiento de Camus, recordándolo desde muy pequeño hasta el ultimo aliento que este dio. No era un caso que fuese grato de decir, por lo que Saori seco un poco sus lagrimas, Dohko y Odeth agachaban la cabeza en señal de respeto. Shion por otra parte, miraba sus sabanas fijamente.
── Estoy sorprendido de que Hades cumpliera esta vez su trato.
── Por supuesto que lo haría, Hades es un Dios de palabra limpia a diferencia de otros entes. -Dijo Odeth.- ── Que todas las mujeres que pasaron al cargo cómo "Pandora" fuesen unas mentirosas patológicas es un tema distinto. Y sin mencionar las otras pautas, ¿O no señorita Kido?.
── Ciertamente, nos aseguramos que esta vida que se les dio fuese correspondiente a cuando acabo. Han pasado mas de 24 horas desde entonces, podemos confiar en que esta vez no hay nada de lo que podamos estar preocupados.
Al menos por el momento, Saori no estaba del todo quieta, ¿cómo pudo decir eso tan irresponsablemente sabiendo que otro enemigo estaba presente?. Con razón Odeth le miraba acusación. Respira, tranquila, se solucionaría.
De eso podía estar asegurada.
── El exceso de confianza es para idiotas. -Áspera y sin sentido alguno, Odeth le susurro a Saori con discreción. - ── Bueno, finalizando este emotivo momento. Debo volver a mi templo a descansar, he estado cargando esta criatura por horas y tengo hambre.
── A propósito, ¿de donde sacaste a ese niño?. -Pregunto Shion. Pero ella no dijo nada y se fue alzando la mano con el niño colgando de su espalda y babeando el vestido con el que fue envuelto.
── Vuelve a recostarte un poco Shion, mas tarde te daré un informe de absolutamente todo lo que ha ocurrido en estos días.
(Nota de la autora: Nada que decir mas que si este año fuera una cogida, hubiera sido la peor de mi vida xd. Ah gente, si que me desaparecí, pero bueno proyectos escolares donde parece que el pasatiempo favoritos de los maestros es dejar tarea a lo bestia. Pero no se preocupen que ya casi estoy por salir).
(¿Les gustaría ver algo mas "interesante"?)
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