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Aliados y Enemigos.

Leónidas una vez cerca del templo de la Diosa Athena, descendió de los cielos con mucha cautela bajando a los infantes, lo que había recibido de parte de esa niña podría serle útil para saber quien estaba detrás de su maestro, desafortunadamente, no pudo sacar mas información, la niña le dijo que no podía confiar en él y ya, que tenia que mandar primero ese mensaje y después si volvían a encontrarse podía decirle al más concreto.

Más sin embargo, Odeth mentía, no confiaría del todo en un espectro cualquiera, debería conformarse con eso después de todo no tenia derecho a ponerse exigente, para ella había sido mas que suficiente de solidaridad de su parte, su repentina aparición fue de todo pero aún más sospechoso que nada, mas podría atribuir que Hades también pagaba los platos rotos de su sobrina de una u otra manera.

En fin, los olímpicos eran fastidiosos.

── Cuando el mundo se acabe, cuando el sol explote y las estrellas sean consumidas por la oscuridad,por el frío y eterno vacío de la nada absoluta, espero de corazón que las divinidades que prometieron ser nuestros protectores mueran con nosotros. Porque su muerte, significaría el descanso eterno para todos. -Dijo ella mirando al cielo y cayendo de espaldas, observando al cielo. Con los ojos pesados y la cara llena de golpes, su pie sangrando y un bebe en el sueño profundo.- ── Estoy tan cansada. -Alargo la "a", suspirando como si los momentos de antes no la hubiesen alterado.- ── Estoy vieja para esto.

Las voces de numerosos soldados acercándose la hicieron preguntarse una sola cosa, ¿cuánto tiempo mas tendría que luchar?. ¿Cuánto tiempo de vida llegaran a esas personas dentro del Santuario?. ¿Cuánto tiempo tendría que pasar para que otra catástrofe azote la vida en la tierra?.

──¡Odeth!. ¡Odeth!. ¡Odeth!, ¿¡dónde estas!?.

Milo sabia que había llegado demasiado tarde cuando vio el campo de batalla vacío, pero no había rastros de Odeth, ni de sus camaradas, la desesperación lo acompaño por breves instantes mientras se sujetaba la cabeza en un acto por calmarse, puede que mas a delante se los encontrara, aun el cosmos de sus amigos estaba presente, particularmente, el de Seiya de Pegaso, quien estaba mas a la defensiva, lo mas probable es que la pelea continuara mas arriba, así que el también debía ir lo mas rápido posible.

Leónidas regreso en cuestión de minutos, tal y como lo pensaba, el muchacho tenia un buen potencial al igual que sentidos finamente equilibrados, al verlo entrar Camus y él se miraron fijamente, compartiendo palabras con solo unas cuantas miradas, Camus sonrió por lo bajo y le dijo que se sentara para poder continuar el viaje. Estaba tranquilo de que las amenazas hubiesen desaparecido, pero seguramente la curiosidad de saber quien era el responsable de ataque crecería entre mas sea su incertidumbre, no podía preguntarle ahí mismo que fue lo que paso, no confiaba del todo en que esas mujeres fueran totalmente sinceras con él, después de todo, el ya había prometido olvidarse de Milo y sus sentimientos por el, pero no de su antigua vida, aun así, Hades podría malinterpretarlo, y eso era algo que Camus no deseaba en lo absoluto.

No ahora que su relación parecía, mejor, de apoco a poco. Lo ultimo que quería era problemas apenas empezando en su nueva vida.

Ya saben, a veces pelear con el destino era una perdida valiosa de tiempo, si lo hacías, solo desperdicias tu vida peleando a la nada y su inevitable transcurso, ¿cómo existen mortales capaces de cambiarlo todo?.

O quizá ese cambio no era mas que una linea de su mismo destino, pero en otra circunstancia, pero el mismo final.

Una paradoja. Saga era bueno explicándolas.

Ahora su mente divagaba, últimamente estaba distraído. Le daba igual.

Estaba seguro que si no le prestaba atención al cien por ciento su cabeza lo olvidaría conforme el tiempo pasara.

El joven espectro estaba muy satisfecho, estaba controlando mejor sus habilidades en el tiempo exacto, solo faltaba que Camus le enseñara mas sobre su cosmos helado y sus técnicas con este, pues a el, quien vivió en un clima cálido, acostumbrarse al frío no era una tarea sencilla, pues sus pulmones se cerraban cuando la temperatura descendía de su cuerpo, lo que le hacia mas lento y sobretodo se le dificultaba usar las enseñanzas de Camus. Era algo que tenia pensado redimir exponiéndose mas a temperaturas inhumanas, pero el quería aprender a usar las técnicas del hombre que admira.

Las sacerdotisas no dijeron nada en el resto del camino, eran consientes que la situación era peligrosa, porque no sabían a que se deba esa intervención por parte del Espectro de la Estrella de la Ira, y probablemente su mentor también estuviese implicado, normalmente, hubiesen notificado eso a Lune cuanto antes, ya que habían pasado una larga temporada siendo disciplinadas por el para ser las ciervas perfectas, sin embargo, era cierto que con los años, se dieron cuenta que esa perfección era absurda y sin final ni comienzo.  

Por esta vez, se pondrían a favor de esos dos. Pero solo por esa vez, nunca en sus vidas vieron en el rostro del Señor Hades algo similar a la felicidad, seguro se sentirá decepcionado si se llegara a saber de su pequeña intervención.

El camino siguió sin mas tropiezos, y pudieron llegar a Nimes en menos de una hora,Camus miro toda la ciudad, desde su altura era capaz de ver La Arenas de Nimes y otras obras arquitectónicas hechas por los romanos que llegaron a la ciudad hace muchos años, cuando era una importante colonia del Impero Romano, su recuerdo de aquella colonia quedo atrapada en el tiempo.

── Es una ciudad de lo mas encantadora, ¿no le parece Joven amo?.

── Es bastante tranquila. ¿Hades les dio un punto de queda en particular?.

De nuevo lo llamaba con tanta familiaridad, las monjas cuchichean, y Camus iba a corregirse pero chance de ser salvado, no se le dio. 

── El Señor Hades dijo que hay una casona por los barrios de la ciudad donde podremos estar hasta que el lo indique. Veamos, debe ser aquella que esta en la villa alta. -La muchacha indico el camino mientras su compañera le ayudaba a su compañera con el mapa y algunas instrucciones escritas con la letra de su Señor.

Leónidas, quien había abandonado un momento su Sapuri por un traje mas sencillo pero sin dañar la estética de Camus tomaba nota de cada rincón de la villa, la entrada era pequeña, en un callejón de la ciudad que era mas grande que este, como era de esperarse, debía ser un lugar situado en un punto ciego de Nimes, escondido entre las casas. 

A primera vista todo estaba desolado, aquello que se le dice como "calle principal", no había ni una sola alma que se notara a la distancia, lo cual era extraño, pues Nimes era una ciudad llena de turismo incluso en lugares pequeño y acogedores como son otro punto de buen visto, todo era tan calmo y pacifico que era genuinamente sospechoso. Leónidas no baja la guardia en ningún momento, las sacerdotisas seguian como si nada usando sus vestidos largos de color negro y sus rostros cubiertos, lo cual considerando que no estaban para llamar la atención, era un punto mas para creer que la ciudad estaba deshabitada.

De todos modos era mejor, no quería otro contratiempo que le impidiera descansar, todo su cuerpo esta rigoroso, y sus hombros demasiado tensos, las dudas que le dejo esa extraña cosmo energía que atacaba al Santuario lo dejaron algo estresado,el pensar que la vida fuese tan maldita para casi nada de volver sus compañeros tuviesen que perecer.

Agotaba de pensar en ello, Leónidas no le brindo demasiada información por medio del cosmos mientras aun estaban retomando el rumbo a su destino, solo que eran guerreros desconocidos y muy débiles.

¿Pero si eran tan débiles de dónde provenía semejante hostilidad?. ¡No tenia lógica!.

━━¡Ah!.

Camus iba tan perdido en su cabeza que sus ojos no enfocaban la realidad, de las calles solitarias al pasar por un cajellon formado por dos estructuras, de pronto las personas habían aparecido de la nada, y con ello una adorable colegiala que había chocado con aquel distraído hombre.

El pelirrojo sólo pudo ver abajo una jovencita de coletas castañas admirando la belleza hipnótica del tipo con el que chocó.

━━ Perdone, ¿Le he lastimado?. -Hablo la muchacha con las mejillas rosadas y sus manos pasadas en el pecho de Camus, esto no era nuevo para él.

Y no importaba cuántas mujeres por más hermosas que fueran aparecieran en su camino.

No estaba interesado en ellas.

━━ Maestro Camus, ¿podemos retirarnos?.

Camus miró con gracia a su discípulo, siendo también el víctima de algunas jóvenes mujeres que al ver su notable aspecto extranjero y exótica vestimenta no dudaron en pegarse como abejas a una flor de primavera.

Leónidas tampoco estaba interesado en ellas, y era normal, puesto que el no había convivido con ninguna más que su madre, que en paz descanse.

Pero era gracioso verlo tan ansioso y nervioso por tantas chicas de su edad.

Finalmente habían llegado, la casona era lo que se esperaba de un sujeto cómo Hades, grande y con todos los aires de grandeza que se podía esperar, demasiado elegante para Campus sin duda, no era un palacio, pero para alguien cómo su persona que vivía de una manera minimalista, los sitios grandes podían ser un poco fastidiosos y solitarios.

Demasiada extravagancia.

Al entrar los muebles estaban cubiertos con sabanas blancas llenas de polvo, las ventanas cerradas y varias telarañas colgando en ellas.

━━ Tenemos mucho trabajo que hacer, dejen las cosas en el suelo y pongamonos a trabajar.

━━ Joven Amo, no es necesario que usted se ensucie las manos. Nosotras nos haremos carga de esto sin problema.

━━ Señorita, no me agrada la idea de dejarlas aquí trabajando todo este lugar. Además tampoco me agrada que me tomen cómo una especie de noble inútil. No soy nada de eso.

Las mujeres agacharon su cabeza cómo una forman de disculparse, mientras su discípulo comenzaba a quitar las mantas con polvo y mover los muebles que estorbaban en el paso con la segunda planta de edificio.

Campus se despojó del abrigo, remango su camisa y se puso también a acomodar, las monjas abrían las ventanas y saquidian las mantas y alfombras.

Ellos preparaban un nuevo escenario, con aires y colores viejos y hogareños, dejando de lado el peligro acechando cautelosamente el menor de los descuidos.

El olimpo se sacudía ante la ira de la madre tierra. Demeter no iba a quedarse quieta hasta que Athena aprendiera a no meterse con su hija, y en cuánto a Hades.

A él lo haría pagar por haber humillado y reemplazado a su hija con ese simple mortal, tanto dolor y sufrimiento que tuvieron que pasar, tanto descaro, y él. Él que juro amarla sobre todas las cosas, ahora era tomado por un humano cualquiera.

Nunca se lo perdonaría.

━━ Athena esta con el niño ahora, hiciste un buen trabajo en protegerlo de esos salvajes. -Odeth levantó el rostro orgullosa, claro que hizo un huen trabajo, literalmente fue un escudo humano, pero ahora le era molesto que sus heridas en la cara le picaran tanto.- ━━ Aunque no entiendo porque te dejaste lastimar cuándo podías acabarlos tu sola. -Agregó Shion terminado de sanar las heridas de la joven.

━━ Debo mantener un perfil bajo, para proteger al niño de Despena y Démeter, Despeña sabe que fui yo la que se llevo al niño, pero no la pequeña yo. Volver a mi forma original sólo llamaría su atención indeseada en Grecia.

━━ Despena, jamás había escuchado de esa divinidad, ¿Conoces algo respecto a como es o a que se afila?.

━━ No mucho, Despena esta borrada del Olimpo, la sola mención de su nombre es causante de polémica. Sólo sé que su padre es Poseídon y que su madre es una bestia, en cuánto su ocupación, se encargaba del los rituales relacionados con el Ocultismo. Pero nada más.

━━ Esto es serio, no podemos pelear sin conocer aunque sea el rostro del enemigo. ¿Ni siquiera eso se sabe con exactitud?.

━━No, ella siempre usa un velo que cubre tanto su rostro cómo su cuerpi entero. De todos modos aunque la conocieran físicamente, ella no es de hacer actos de presencia, normalmente solo manda desgracias y calamidades cuándo ataca. Pero nunca la veras en el lugar de la batalla.

Los mayores quedaron en silencio, Shion más angustiado al tener que escuchar todo eso, ¿cómo se vence algo que no se puede ver ni tocar?.

━━ Pero Shion, no creo que Despena nos haya atacado. Ella no tiene sirvientes que la sigan, y mientras nosotros cuidemos a ese bebe no tendra ningun aliado.

━━¿Entoncea quién más sería capaz?.

━━ Yo te puedo mencionar a una infinidad de deidades que tienen algo contra Athena. Pero el problema inicio es reciente. Por lo tanto, puede que lo que nos espera sean otros años de sequía. O en el mejor de los casos una exterminación de todo el recinto.

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