21 Días. (Parte 2)
Dionisio escuchó cada palabra que Afrodita le había contado, haciendo que el mismo Dios de la Vid comenzará a derramar lágrimas dentro de su copa mientras miraba a la dolida Afrodita tragarse su propia lastima, era una historia dolorosa que deja marcas en cualquiera.
Ahora comprendía porque ese muchacho estaba transitando por nuevas experiencias, es como cuando tienes un pésimo inicio de vida y quieres cortar tu cabello para cortar esa mala experiencia, es lo mismo de ahora, Camus quería cortar ciclos poco a poco. Dionisio respeto eso, una decisión tan madura luego de tanta aflicción alrededor suyo, el mundo humano era cada siglo peor o era solo el quien vivía plagado en fiestas y bacanales para no notarlos. Movía y movía en círculos su copa pensativo, claramente esto era una situación especial.
El silencio de Dionisio y su expresión facial en completa neutralidad mantenían el corazón de Afrodita inquieto, ¿tal no fue buena idea habérselo enseñado?.
── Mi corazón se siente triste por los mortales, al mismo tiempo siento lastima y rabia por ellos. Sin embargo, no los odio, es su naturaleza ser salvajes y apasionados, no tan diferentes a los dioses del Olimpo. Ellos fueron creados a la semejanza de nosotros. Odiarlos seria odiarnos a nosotros mismos. -Afrodita abrió los ojos ante esas atrevidas palabras, ¿compararse con los humanos?. Dionisio ciertamente era un descarado, pero el mayor descarado capaz de decir realidades que nadie quiere aceptar, incluso Afrodita.- ── Tal vez por eso se lleven bien, ¿no te parece?.
── Dionisio, creo que tienes razón. -La Diosa se levanto entre las nubes y camino con la mirada puesta en la nada, mas que un sitio suave y acogedor como las nubes rodeando su hermosa habitación llena de oro y joyas.
Mientras la Diosa del Amor pensó; ¿Como podría yo negarle incluso al ser mas oscuro de la tierra volver a encontrar la luz?. Y con ellos supo, que lo mejor era no contárselo a ninguna otra Diosa. Solo observaría desde los cielos, como aquella historia terminaba.
A lo lejos, Dionisio pudo ver caer desde los cielos a cuatro personas, desconocido de su identidad y la borrachera que se cargaba en ese instante no fue capaz de saber quienes eran, sin embargo, si reconoció al portador Hermes volar una vez más a la tierra. Pero Dionisio no dijo nada, tampoco se lo mostró a Afrodita.
Sólo quedó cómo un simple espectador, entre muchos.
Mientras tanto, debajo los pies divinos de todos ellos, el Santuario residía en una extraña e inquietante paz. Viejos camaradas que dejaron el odio atrás, que fueron comprensibles, y continuaban sus vidas como si nada hubiese pasado, al menos eso era lo que se trataba de aparentar. Algunos aun les costaba trabajo volver a adaptarse en general a lo establecido.
El caballero de Piscis era uno de ellos, aun si los días pasan fugazmente delante de sus ojos, era claro que siempre le haría falta la compañía y la brisa fría de Camus, el no era capaz de creer que se hubiera ido de esa manera, era injusto y muy cruel. Ni él mismo era tan expresivo con su dolor pero esta vez, le había golpeado en un sitio delicado. ¿Cómo pierdes a un amigo de la nada?. Pero la vida sigue, el tiempo no se detiene, las personas se van y el ciclo infinito de la vida es así. Afrodita no pedía egoistamente que su amigo se quedara en la tierra para ver a su amado alejarse y repudiarlo, ya ni siquiera podría considerar los sentimientos de Milo en esto, lo que único que lamentaba era que su amigo, y su compañero de armas partiera del mundo de una manera tan dolorosa y horrible, para luego terminar en la nada, al grado de no volver a reencarnar en la vida.
Como todas las mañanas, antes de entrenar devoto a su jardín entregaba una hora de cuidado a sus preciadas rosas, las cuales no fue nada sencillo revivir con solo su cosmos pues después de la batalla las plantas que se suponen debían reencarnar una vez mas en rosas fueron aplastadas por el cosmos maligno de los espectros, eliminar los rastros de esos desgraciados era mas complejo, puesto que no todas sus fuerzas estaban en si reforzadas, no era el ubico, también los compañeros con los que revivieron no recuperaban el control de sus cuerpos algunas veces, por suerte contadas.
── Buenos días, Afrodita.
── Shura, buenos días. Creí que ya estarías calentado en el Coliseo con los demás. -Normalmente Afrodita no seria tan seco en saludarlo, pero su estado emocional con los días parecía no ser de los mejores, y ganas de ir al Coliseo y encontrarse con esa persona en especifico, no le gustaba para nada. Era como ver al verdugo de su amigo todos los días.
Quizá estaba siendo irracional, mas sin embargo esa imagen del caballero Milo estrangulando a Camus lleno de rabia y odio mientras el le miraba asustado y con el corazón partido, era lo que peor traía a Piscis. Presenciar la muerte de un amigo. A manos del hombre que amo, esas imágenes y palabras no se irían.
¿Le tenia odio y resentimiento?, Algo en su interior le gritaba que Milo era el causante de todo el dolor de Camus, incluso de su final, pero no había lógica en lo que decía, porque Milo no enamoro a Camus, Camus se enamoro de Milo a su voluntad.
──¡Afrodita!. ¡Te digo que las vas ahogar si les das demasiada agua!.
Ese vulgar grito detrás de su oreja que lo hizo despertarse de su vacío interno, que hizo que la regadera que tenia en manos cayera de sus manos y salpicara toda el agua sobre sus pies, y por supuesto lodo de en parte de sus bellos pies, Afrodita inmediatamente levanto la vista molesto, solo DeathMask era capaz de ser tan tosco para gritarle tan cerca de la oreja solo para molestarlo. Irritante a mas no poder. Afrodita hizo algún comentario si la muerte le había afectado la única neurona que estaba viva en su cerebro, pero como que ese insulto no estaba a su máximo nivel de narcisismo y sarcasmo del guardián de la ultima casa, y DeathMask y Shura lo sabían.
Todos ya estaban enterados de eso.
Afrodita miro las flores, automáticamente recogió la regadera en silencio, un poco mas y sus preciadas amigas se hubieran ahogado con el exceso de agua, paso por de largo de sus dos compañeros, ellos se miraron entre si preocupados. No encontraban una manera de hacer que Afrodita volviera en si, no creyeron que la noticia de Camus fuese a golpearle ta duro.
Pero tal parece, que solo Afrodita logro comprender cuando Athena les dijo. Que el alma de Camus simplemente no podía contactarse con ellos, que paso a otro plano, muy lejos de ellos. Muchos creyeron que, tal vez lo que Camus quería era descansar en paz y no ser revivido. Mas Afrodita quien era muy intuitivo, observo a todos los caballeros presentes con el, y mas de uno tenia una careta mas haya del pesar, Milo tenia la cara del mayor culpable.
En ese instante Afrodita no se espero, fue directo al templo del Escorpión pidiendo saber que paso en realidad, fue difícil hacer que Milo abriera la boca y tampoco pensaba seguir interrogándolo mirando como siquiera tocar ese tema ponía al caballero. Algo malo paso, ese era mas que dolor, eso era culpa y arrepentimiento.
Y al final se dio cuenta por sus propios medios, las flores que adornaban la sala principal terminaron contándole todo lo que paso, usando su propio cosmos para comunicarse con ellas, una técnica algo vieja pero efectiva, siendo seres vivos y que la tierra y el agua tienen buena memoria, el sentimiento que lo atacó en ese instante fue indescriptible, pero ardía como mil dagas en llamas. Absolutamente nadie de los muchachos sabia eso, ninguno de los revividos exceptuándolo claramente, unos cuantos dorados lo sabían y por supuesto los caballeros de bronce que acompañaban en la pena a Hyoga, pero de ahí nadie mas. Nadie en el Santuario.
── Váyanse ustedes adelantando, yo bajare en seguida.
DeathMask y Shura se miraron, intercambiando miradas preocupadas, Afrodita no se veía de ánimos en nada, incluso en los entrenamientos fallaba algunas veces, es no era normal en alguien afanado en ser completamente disciplinado, ni siquiera por error fallaba.
── Sabemos que no lo harás, así que estaremos aquí esperándote. -Shura antes de que su otro compañero se fuera lo tomo del brazo, DeathMask gruño cuando Shura lo retuvo, realmente estaba preocupado por Dita pero hombre no pensaba que obligarlo a salir fuera la mejor de las ideas, aparte era seguro que si lo hostigaba una rosa seria clavada en su culo.
── Esta bien, no retrasen lo suyo por mis asuntos. -Afrodita no tenia estomago para ver la cara de Milo, sentía que en cualquier momento se iría en contra de él, no quería peleas y menos problemas con sus compañeros.- ── Esta vez iré, lo prometo. Pero, ¿Si entienden que mi jardín aun no esta sano completamente?, no me gusta ver a mis preciadas rosas de ese modo.
Afrodita volvió a llenar la regadera y se dedico a lo suyo, el siguiente era un arbusto muy verdoso lleno de rosas blancas que siempre mantenían sus pétalos y hojas frescas, por raro que pareciera eran las que menos trabajo necesitaban, como si estuviesen rodeadas de una capa de agua helada encima suyo. De todo su jardín muerto, ese arbusto de rosas quedo intacto.
Pero Afrodita sabia desde que lo vio que esas rosas no le pertenecían en si. Mas no era un impedimento tenerlas, al contrario se sentía agradecido que aunque fue unas pocas sobrevivieran.
── Muy bien, ya estás limpio. Quien diría que después de tantos años recuerde como se cuida un bebe. Definitivamente pasarías hacer mi hijo.
Odeth miro con orgullo, paso de ser un bebe desnutrido y sucio a uno muy limpio y rellenito, justo como esperaba, por el momento el bebe no presentaba anormalidades mas allá de perderse con cualquier cosa que le pareciera atractivo e interesante a su curiosidad, Odeth se enamoro del niño. Era tan suave y tierno.
Pero bien, nada era eterno en la vida y era consciente de ello, mas en su caso, no debería encariñarse con algo que podía perjudicarlos mas adelante, pues el bebe que tenia en sus brazos podía ser una enorme amenaza en el futuro.
Sin mas se preparo para llevarlo con Athena, saliendo de su antigua habitación en Escorpión, usando el mismo viejo vestido de toda su vida, un bonito blanco realzando su piel que se quemaba con el sol, llevando a la criatura en su espalda como una mochila, no vio por ninguna parte a Milo, así que antes de irse con Athena para purificar al bebe como rutina daría un vistazo por la casa completa.
Pasando sus manos por los viejos muros de la octava casa, la nostalgia era algo inevitable de sentir y una tristeza profunda. Recordando al hombre que cambio su visión de las cosas, al hombre que le enseño todo lo que tuvo que brindarle a ella quien estaba perdida en entre el odio, ira y venganza, siendo temerario e imprudente, sanguinario con sus presas. Un hombre que ella amo como jamas pensó amar a alguien, un amor que no era de amante, era un amor puro y fraternal.
Y Milo tenia tantas características de Kardia, por eso siempre estaba al pendiente de él, no importaba lo lejos que estuviera su corazón sabría cuando estuviera mal, incluso siendo un niño cuando lo conoció la primera vez, supo que de grande seria un caballero extraordinario. Su predicción fue acertada. Pero ahora, sus preocupaciones eran mayores, con todo esto Milo había cambiado sus ánimos, no era molesto y carismático, algo que comenzaba hacerle falta.
──¿Ya te vas?. -Escucho detrás suyo una vez que planeaba irse, ahí estaba Milo, tratando de seguir con su vida como si nada, esa sonrisa, solo era por apariencias. Odeth lo sabia.
── Si, Athena me esta esperando. Y tu, se supone que debes estar entrenando, ¿vas a faltar?.
── No, solo quería saber si aun estabas aquí. Quería decirte que lo he estado pensando, acerca de esto que estamos haciendo, o mejor dicho que yo te pedía hacer. Es momento de ponerle fin a esta maldita farsa. -Milo sabia que no todo lo bueno duraba, pero le molestaba haber sido utilizado de esa manera por Shaina, después de todo sus sentimientos por Pegaso no han cambiado en nada, y tenerlo todo el día en el Santuario solo confirmaba sus propias dudas.
Realmente no estaba enojado por el echo que Shaina babeara por otro, estaba mas molesto porque ella no fue sincera y Milo estaba buscando establecer algo serio y formal. Sin embargo eso no se puede hacer cuando el corazón de uno no esta centrado en la actualidad.
Shaina tenia 17 años, aun era una niña, y Milo le llevaba por cuatro años. Debió imaginar que algo así que resulto de la nada no funcionaria por mucho tiempo, pero le pareció creer encontrar a la persona indicada.
Milo confundía las cosas, encontrar tu otra mitad no significa encontrar a alguien igual a ti.
── Es lo mejor que puedes hacer por ambos. -Por unos instantes la niña delante suyo fue cambiando, su cuerpo creció hasta hacerse enorme, mas alta que el propio Milo, su mano, áspera pero tibia se puso en su cabello y lo acaricio suavemente, como si fuera un niño siendo consolado.- ── Ahora concéntrate en sanar tu corazón y alma, eso es algo que yo no puedo hacer por ti. De lo contrario, ya no estarías sufriendo.
── No es que me afecte tanto esto, en realidad no siento nada al respecto solo frustración, es todo. -Milo volteo su mirada, sabia que si la miraba ella se daría cuanta que mentía.
── Milo, yo no estoy hablando de Shaina, estoy hablando de Camus. Es momento que te perdones a ti mismo y busques el perdón de tu amigo.
Aquello, dejo a Milo completamente inmóvil, mirándola irse con los ojos mas tiernos que alguna vez ella le dio. Llenos de pesar, de cariño, como una madre sufriendo, su pecho se encogió cuando ella dijo eso, no, el no estaba listo para perdonarse, y quizá jamas lo estaría.
Milo era abrumado por su propia culpa, responsabilizándose de lo que no estaba a su alcance, sabía que no estaba preparado, aunque sólo fuera una excusa para no hacerlo. Desesperado por continuar sin ver atrás.
No era posible hacerlo cuándo aquello pendiente contigo esta a tus espaldas, picandote con la culpa, arrancando tu ser para hacerlo pedazos y sucumbir ante la desesperación para que el tiempo avance más rápido, para que la tierra borrara lo que hiciste.
Odeth estaba consciente que Milo no duraría en caer en la locura sino aprendía a abrirse con sus errores, tenia que tomar en cuenta eso, ahora más que nunca pensaba quedarse en el Santuario para mantener vigilada a la criatura y al otro mocoso que tenía pendiente, demasiado agotador para un cuerpo viejo y cansando.
Pero esa era su maldición. Y estaba bien con eso.
¿Qué otra opción le quedaba aparte de eso?.
A lo lejos pudo diferenciar entre unas figuras jóvenes, ¿Quién mas que esos caballeros que enfrentaron valientemente a los Dioses que amenazaban la tierra con su destrucción u aniquilación?. No lo miro fijamente, tal vez a Hyoga por breves momentos, y principalmente a Seiya.
── "Quisiera saber que tipo de atractivo tiene este niño. Es pequeño y flacucho, me sorprende que se le pudiera sacar musculo siquiera." -Una risilla diminuta estampo sus labios pensando en eso, no detestaba al muchacho, pero le resultaba cómico como traía puesto a algunas chicas, porque no solo a Shaina, sino a una tal Miho, una amazona que desconocía su ubicación pero que antes de morir quedo embobada por la "ternura" de ese niño, y como sera del pastel la propia Saori Kido.
Las mujeres eran demasiado extrañas, Odeth olvidaba que también era una.
──¿Ustedes que opinan de que la señorita Saori nos haya pedido quedarnos en Grecia así de repente?. -Shun tan resplandeciente e inocente, palabras de la niña, pese a sufrir una posesión conservaba el aura mas pura de todas, olía extrañamente a la primavera.
── No lo se, la verdad se me hace algo peculiar que nos pida eso de repente luego de lo ocurrido con Hades. Aunque si Hades esta vivo, podría tramar algo en contra de Athena. -El joven Shiryu era entre ellos, una especie de hombre de corazón noble y fuerte, quedando ciego en múltiples ocasiones, Odeth olía a los bosques de china y la humedad de las cascadas. Particularmente a las rocas mojadas.
── Dudo que ese fuera el caso, entonces si fuera así. No tendríamos esta conversación y Hades no se hubiera molestado en dialogar con Athena y llegar hasta este punto. -Hyoga, un chico que desprendía la inconfundible melancolía de su madre, y ahora con su maestro fallecido, esto intensificaban a un joven con problemas emocionales, al menos no por el momento. Su aroma era como el pino y la nieve juntos.
Odeth identificaba y clasificaba a las personas por los olores que transmitían, era una manera de saber si eran o no amenazas. Por ultimo estaba Seiya, su aroma y era similar a cuando las sabanas pasaban tiempo al sol y quedaba una sensación cálida y un olor reconfortante.
Distraída en analizarlo una ultima vez, subía las escaleras sin percatarse de donde pisaba, entre una grieta su pequeño pie piso en falso un escalón, provocando que este repentino susto se hiciera para atrás con todo y el niño, no sin antes que su pie rasgara su carne con la punta de esa maldita roca, un ardor muy molesto.
Y como un cliché de película, fue salvada de ultimo minuto. ¿Y por quién?. El dichoso Seiya con sus aires de protagonista de una novela de los años renacentistas, un tipo de corazón noble con ideales de liberación y la salvación del mundo. Novelas que ella odiaba.
── Eso estuvo cerca, ¿te encuentras bien?. -Incluso el tono de hablar era similar a los voces de esos personajes en su cabeza, repugnante. Pero demasiado brillante el mocoso.- ──¿A dónde vas tu sola con un niño cargando en tu espalda?.
── Con Athena, ella me encargo que llevara a este niño con ella todas las mañanas. -No le contaría ni el porque, pero el tono de su voz dulcificada, esperaba hacerlo entender que no había nada importante con ello.
──¿Es así?, En ese caso no podrás aguantar la caminata con tu pie herido, déjame ayudarte. Vayan adelantándose, yo la llevare con Athena.
No tuvo ni tiempo de protestar ante esa declaración demasiado gentil, ya cuando Seiya la había cargado como si fuera cualquier cosa, su rostro estaba roja, pero de la ira que se estaba expandiendo a su cerebro, sus músculos se tensaron al instante, ¿cómo se atrevía a levantarla como si fuera una pluma?, si tuviera la oportunidad de retarlo, lo haría pedazos. Odeth no estaba acostumbrada a que cualquiera la cargara de esa manera tan humillante.
── Se lo agradezco.
No era momento de enfadarse, no perdería tiempo discutiendo eso.
(Notas: Hey, ¿como les va a todos ustedes?. A mi, una mierda. c:. Es mi ultimo año en secundaria, preparatoria o finales como le digan ustedes. Y parece que los maestros empezaron el año metiéndonos la verga, como solo tenemos dos días de clases presenciales nos dejan el vergo de tarea para el día siguiente y el siguiente, clases en linea también.
Para resumirlos, este capitulo iba a ser mas largo pero ya quería publicarlo, así que habrá una tercera parte para que entiendan el significa de 21 Días, no se si lo noten pero cada titulo que le pongo simboliza o advierte de algo xd, tengo debate, dos exposiciones, tarea de física y matemáticas, y por ultimo una hipótesis de un crimen mas diez hipótesis que hacer en biología, casi todo para un día CCCC:
Gracias por siempre esperarme, y en especial a los que comentan, amo mucho cuando lo hacen y a veces me dan ideas por el tipo de reacción que tiene cada uno de ustedes xd.)
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