" Eres como un bronceando oscuro conduciendo por la ciudad".

Estoy ayudando a Harry con el Garrison, me gusta hacerlo y también me distrae se algunas cosas como la reunión de hace unas horas que ni siquiera quiero volver a recordar.

Estoy recogiendo algunos vasos de un par de mesas para dejarlos en la barra. De repente se abren las puertas y entra una chica de un traje de dos piensas verde con un sombrero.

—Estoy aquí por el trabajo de camarera — ella camina hacia nosotros, con Harry nos damos una mirada —Hola.

—Hola — saludó a la chica mientras limpio una mesa.

—¿Estas loca?— le pregunta Harry, los dos paramos de ordenar.

Me cruzo de brazos y lo observo, quizás esté algo loca.

—¿Estoy que?— ella pregunta mirándonos.

—¿No has escuchado nada de este lugar?– le pregunta Harry, está claro que no, creo que ni siquiera es de aquí.

—Lo vi en un aviso— ella se acerca más.

—El trabajo ya está tomado— dice, término de limpiar una de las mesas.

—Pero lo vi en el periódico de ayer—al parecer no entiende.

—Créeme, Harry te está haciendo un favor —digo mientras me apoyo en una de las mesas.

—No estoy pidiendo favores, estoy pidiendo un empleo —dice, nunca había visto a una chica tan testaruda, parece firme.

—Eres...demasiado agradable —le explica Harry.

—¿Como lo sabes?– le pregunta ella, voy hacia la parte de atrás de la barra y ordeno algunas botellas.

—Eres demasiado bonita — le dice Harry.

—Ella también lo es— la chica me señala.

—Pero ella es de aquí, sabe perfectamente cómo es todo — dice Harry— En cambio a ti te tendrán contra la pared.

Quizás contra la pared será poco, algunos chicos no están acostumbrados a ver mujeres como ella.

—Tengo esto, espere — habla.

Ella abre su bolso y saca un papel de dentro, se lo entrega a Harry.

—¿De que parte de Irlanda eres?— le pregunta, no puedo creer lo sucio que está este lugar, quizás tenga que venir más tarde.

—Galway— dice, es irlandesa—Trabaje en Dublin.

—Mi madre es de Galway— le sonríe Harry—Eres demasiado bonita.

—Observen—ella se quita su sombrero y deja su bolsa encima —Y escuchen.

Ella comienza a cantar, se acerca hacia los recipientes que tienen vomito en el barril, la chica canta muy bien, quizás podría ser de ayuda. Harry parece hechizado con su canto.

—En Irlanda mi canto los hacía llorar y dejar de pelear —dice ella.

—Diana cantaba antes para nosotros, era igual de buena — dice Harry con una sonrisa, ella me mira—Espero que te sepas muchas canciones.

Camino hacia donde está ella, le estiro mi mano.

—Bienvenida — digo mirándola.

—Soy Grace — ella estrecha mi mano.

—Soy Diana.

Todavía me  sigue  pareciendo tan raro que una chica guapa como ella aspire a trabajar en este lugar, en esta ciudad.

—Harry abrirá pronto —vuelvo a las cosas que estoy haciendo.

Los tres terminando de ordenar hasta que el lugar por fin queda decente. Ayudó a Harry aquí desde años, el primer empleo que tuve fue aquí, él me lo dio cuando más lo necesitaba y creo que todavía no estoy lista para dejarlo, me recuerda una parte del buen pasado.

Miro la hora en el reloj de la pared, ya comenzará a llegar la gente.

Con Grace nos posicionamos detrás de la barra, las puertas se abren y se comienza a llenar de los que van a St. Andrews.

Le sirvo un par de tragos a los hombres que están en la barra, está completo el lugar.

—¿Siempre está así de lleno?— me pregunta Grace mientras servimos.

—No—le responde Harry —Estos muchachos están yendo a St. Andrews.

—¿Para rezar?— pregunta Grace, suelto una risa.

—Eso sería interesante, St. Andrews es un campo de fútbol —responde riendo Harry —Juegan los Blues, estos son los delanteros y ese es el arquero aunque no lo creas.

—¡Hola!— se escuchan las puertas de la ventanilla abrirse, me giro hacia allá, es Tom, nos quedamos viendo por unos segundos—Quiero una botella de Ron, Di—dice él mirándome, asiento con la cabeza.

—Diana— me recuerda Harry, se las reglas.

—¿Quieres del banco o del negro?— pregunto mirándolo.

—Cualquiera— me responde.

Me acercó a la barra y tomó una botella del negro, pero antes de entregársela en sus manos la retiró unos centímetros hacia atrás.

—¿Que pasa?— pregunto casi en un susurro.

—Es Arthur, le dieron una paliza — responde, le entrego la botella.

—Iré enseguida — digo, lo que faltaba.

—¿De ellos son los que me hablaste?— oigo que me pregunta Grace a Harry.

—Si, ellos es a los que siempre hay que darle todo gratis — digo mientras salgo de la barra —Te veo luego Harry.

—Claro Diana —dice.

Salgo rápidamente del lugar y trato de alcanzar a Thomas, luego de unos rápidos pasos lo hago.

—¿Quien era esa?— me pregunta mientras camino hacia su lado.

—Grace, la nueva— digo mientras camino—Chica suicida al parecer.

—No sabía que todavía atendías el bar—dice mirándome.

—De vez en cuando lo hago, me recuerda los viejos tiempos — los dos nos miramos, pero enseguida él la aparta.

Llegamos a la casa, él abre la puerta rápidamente y entro. Al llegar a la cocina puedo ver a todos, veo cómo Chase está mirándola Arthur de cerca.

—Te destrozaron, Ar— le dice mi hermano mientras hace una mueca.

—John, limpia la sangre del ojo — le ordena Aida.

—¿Desde cuando obtengo órdenes?— pregunta John.

—Desde siempre Johnson —sonrió, él también me da una pequeña sonrisa, subo las mangas de mi camisa.

—Soy enfermera — dice Aida que camina de un lado para el otro buscando que cosa.

—No me hagas reír, me duele la cara— dice Arthur desde una silla, vaya, si que le dieron una buena paliza.

—Basta de molestar a Aida, chicos —digo, ahora miro a mi hermano—Vaya Chase, quiero recordarte que tienes una casa.

Polly está entablando uno de los dedos de Arthur.

—Haber, déjame verte Arthur —digo tomando su cara entre mis manos.

—Por fin Di, ella si terminó el curso — dice Arthur, rio.

Le hago un gesto con la cabeza a Tommy, él toma un paño y lo baña con alcohol, lo paso por la cara de Arthur.

—Bebe — le dice entregándole  la botella a Arthur.

Arthur le da un trago mientras sigo curando su rostro, escucho que suelta un par de quejidos.

—Más suave — dice Chase desde atrás, me volteo hacia él.

—¿Quieres curarlo tu?— pregunto con una ceja alzada, él levanta su dos manos y niega con la cabeza.

—Tenias razón— dice Arthur, me muevo un poco hacia la derecha para que pueda ver a Tommy, le está hablando a él —Dijo que el Sr. Churchill lo envío a Birmingham, intereses nacionales dijo. Algo acerca de un robo.

Me detengo un poco y me cruzo de brazos. Esto no suena nada de bien, le doy una mirada a mi hermano, él debe saber. No me introduzco en todos los negocios desde que llegaron, quisiera volver a retomar mi antigua vida.

—Nosotros no ayudamos a los policías —dice John desde la puerta, Arthur levanta la mano.

—Sabía todo sobre nuestro historial de guerra, dijo que somos patriotas, como él — dice Arthur, todos lo escuchamos atentamente —Quiere que seamos espías... dije

Suelta un quejido porque Polly sigue entablando su dedo.

—Le dije que haríamos una reunión familiar u votaríamos— termina de decir Arthur.

Todos quedamos en silencio.

—¿Porque no?— pregunta él debido a nuestro silencio—No tenemos negocios con fenianos o comunistas ¿cual es el problema?.

Está mirando a Thomas.

—¿Que carajos le sucede últimamente ?— me pregunta, me encojo de hombros, nadie sabe lo que piensa.

—Si supiera, le compraría una cura en la farmacia de Compton — dice Polly.