Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Epílogo


Salimos de Ulsan ese mismo día. 

Después de dejar a Lisa, Yoongi y Yuqi solos en el bosque, nos dirigimos hacia el apartamento de Jungkook. Permanecí en el auto, esperando pacientemente a que Jungkook le explicara la situación a su hermana y ambos se prepararan para dejar la ciudad. Una hora después, ambos aparecieron con rostros húmedos y sonrisas fingidas, cargando pesadas maletas mientras caminaban con pasos pesados hacia el auto. 

No pude evitar sentirme culpable al ver la expresión afligida de Jiwoo, pues básicamente le estaba obligando a una niña de catorce años a dejar toda su vida atrás, pero me reconfortaba el pensar que lo estaba haciendo por su propia seguridad.  

Se recostó sobre el asiento trasero, con las piernas pegadas al pecho, y permaneció profundamente dormida la mayor parte del viaje. Saliendo de la ciudad, una corta conversación con Jungkook nos hizo llegar a la conclusión de que la mejor (y la única, en realidad) opción que teníamos era ir a Busan y quedarnos por un tiempo con sus tíos. 

No intercambiamos más palabras después de eso, y encontré una extraña paz entre el silencio que había entre nosotros y los balbuceos que Jiwoo soltaba entre sueños.

Empezaba a sentirme adormilado cuando el auto se detuvo frente a una casa blanca. Miré a Jungkook con ojos entrecerrados por el sueño, y él asintió con una sonrisa en su rostro, como diciendo "Llegamos. Se terminó. Somos libres, Taehyung". También sonreí. Jiwoo bostezó sonoramente, estirando sus brazos en el aire, abriendo sus ojos con emoción al notar en dónde nos encontrábamos. Salió del auto, olvidando sus maletas, y abrió la puerta de la casa como si se tratara de su propio hogar. Jungkook soltó una risa al verla. Yo también reí, y noté en mi risa temblorosa que me encontraba absurda y enormemente nervioso.

Alguna vez, entre pensamientos oscuros y ridículos, había imaginado el momento en el que conocería a los padres de Jungkook. Pero están muertos, no tardé en recordar, olvídalo nunca pasará. En ese momento tenía la oportunidad de hacerlo. No eran sus padres, pero Jungkook había dicho que sus tíos se habían convertido en un reemplazo alentador de ellos, así que podría ser un reemplazo para el momento, también.

Estaba nervioso, demasiado, pero era emocionante al mismo tiempo. Quería conocerlos. que me aceptaran y abrieran un pequeño espacio en su familia para mí. Podría finalmente sentir que formaba parte de una familia...

Era emocionante.










El señor y la señora Jeon me acogieron en su hogar como si mágicamente me hubiera convertido en su hijo, uno al que no habían visto durante mucho tiempo y extrañaban intensamente: Con los brazos abiertos y enormes sonrisas que nunca se borraban.

Tenían una casa bastante grande para tratarse de una pareja de casados sin hijos. Su relación con Jiwoo era admirablemente especial, y cada habitación estaba repleta de fotos de niños (familiares, supongo), por lo que me pareció extraño que no tuvieran hijos. Cuando la curiosidad fue demasiada y le pregunté a Jungkook sobre eso, él se deshizo rápidamente de la conversación con un "No les gusta hablar sobre el tema, es... delicado".

Tal vez la ausencia de hijos era la razón por la que nos trataban con si fuéramos sus pequeños niños de cinco años. Al principio se sentía extraño, pero no tardé mucho en acostumbrarme y la idea de ser tratado así por los tíos de mi novio me pareció bastante agradable. 

Las cosas iban bien durante los primeros días, así que la paranoia empezó a hacerse presente. Todo estaba bien, completamente bien. Era demasiado bueno para ser real, o duradero, al menos. Sentía que esa paz absoluta sería temporal, que n tardarían en suceder cosas malas, y ese sentimiento de eterna espera empezó a desesperarme. Sinceramente esperaba que Jimin (o cualquier vampiro) apareciera frente a la puerta de la casa de los Jeon durante una fría noche, y me asesinara a sangre fría, así que tal vez fue el hecho de estar preparado de sobremanera el que causó que la repentina aparición de Hyejin no me afectara demasiado.

Las pesadillas y la realidad. A Hyejin le costaba decidirse  entre ellas, o tal vez disfrutaba de usarme como su juguete en ambas. Al principio creí que su presencia se trataba de un simple invento de mi imaginación, pero supe que era totalmente real cuando rojizos rasguños empezaron a adornar mi cuerpo. Era fácil esconderlos debajo de la ropa, o inventar alguna mejilla si alguno llegaba a aparecer en mi rostro. No quería preocupar a los Jeon, en especial a Jungkook. 

Aparentemente, además de mí, nadie era capaz de ver a Hyejin, lo que volvió mucho más difícil la tarea de determinar si ella realmente estaba ahí. Decidí que lo mejor sería no decirle nada acerca de Hyejin a Jungkook, pues resultaría en su innecesaria preocupación, y lo último que deseaba en ese momento era preocupar a Jungkook. Él insistiría en buscar una solución, una forma de deshacerse de ella, pero yo había aprendido que lo mejor sería acostumbrarme a su presencia antes que intentar luchar inútilmente. 

Estudié entre llanto y ojeras la forma en la que Hyejin jugaba con mi cordura. Le gustaba exagerar con la sangre y la violencia irracional, hacerme creer bajo alucinaciones desagradablemente realistas que algún miembro de la familia Jeon (Jungkook, la mayor parte de las veces) moría grotescamente frente a mí, y que yo no podía hacer nada al respecto. Fue complicado, pero logré ser capaz de distinguir entre lo que era real y lo que no.

Seguía resultando inquietante, claro que sí, pero con el pasar del tiempo empecé a volverme inmune a los juegos de Hyejin. Empecé a sentirme fuerte, de algún modo, como si fuera capaz de enfrentarme por fin a los monstruos que me había atormentado en Ulsan. Me sentía invencible, por más ridículo que sonase, y el recordar que Jungkook estaría a mi lado sin importar qué solamente aumentaba ese sentimiento ridículo. 

Cuando casi se cumplía un mes desde que empezamos a vivir con los Jeon, el celular de Jungkook nos despertó en medio de la noche, con una serie de números desconocidos brillando en la pantalla. Inseguro, Jungkook contestó a la llamada sin saber qué esperar. Frunció el ceño, y el inicio de una sonrisa que se esforzó por ocultar se asomó en su rostro. "Yoongi... ¿Cómo conseguiste mi número?" dijo él, provocando que yo me limitara a apartar la mirada y tragar saliva, rascando mi brazo con nerviosismo. 

Días después, la situación se repitió, siendo el único cambio el hecho de que era mí celular el responsable de despertarnos. Por un momento temí que se tratara de mis padres, pero el nombre de Yuqi reluciendo entre la oscuridad de la habitación logró disipar ese pensamiento. Era incómodo al principio, y fueron innumerables las veces en la que el silencio fue lo único que había entre nosotros, pero al final logramos establecer una conversación normal. Preguntó a dónde habíamos ido, si planeábamos volver, si no había sucedido algo extraño últimamente, y yo solo me limitaba a responder usando monosílabos o frases cortas. Tras otro largo momento lleno de silencio, finalizó con un "Buenas noches, Taehyung" y se apresuró a colgar.

Aquellas llamadas habían servido para recordarnos todo lo que habíamos abandonado en Ulsan, que habíamos dejado todo sin dar alguna explicación. Ni Jungkook ni yo teníamos muchos amigos a los que les debiéramos esa explicación. Yo no tenía ninguno, mejor dicho. Podría contar a Yuqi y Lisa, pero no estaba muy seguro de que nuestra amistaba sería capaz de continuar después de todo. Después de realizar unas cuantas llamadas (el restaurante en el que solía trabajar, la universidad a la que iba, el instituto de Jiwoo, el edificio en el que ambos vivían... ), Jungkook logró deshacerse por completo de su vida en Ulsan. 

Yo lo tenía más fácil, pero no era capaz de conseguir el valor suficiente como para llamar a Yongsun o al abuelo. La mano me temblaba tanto cuando lo intentaba que me sentía incapaz de sostener mi celular sin dejarlo caer. Estarían molestos, estaba claro. Ni siquiera sabía si Yongsun había vuelto a la normalidad. Tal vez había encloquecido aún más, nunca lo sabría, no pude ser testigo de su tortuosa pérdida de cordura.

Probablemente no querrían hablar conmigo, y lo pude comprobar cuando logré conseguir el valor suficiente como para llamarlos. Nadie contestó, y después de intentarlo un par de veces más y obtener el mismo resultado, me di por vencido. Sabía que algo así suceder, pero asún así no pude evitar sentirme decepcionado.

No pasó mucho tiempo para que conociera la razón real por la que esas llamadas jamás obtuvieron respuesta.

Era un nublado viernes por la mañana. Empezaría a llover en poco tiempo, pero aún así no dudé en salir a conocer la ciudad. Me sentía como debería haberme sentido cuando llegué a Ulsan: Como un niño pequeño que está emocionado por conocer un lugar desconocido. Cuando ya me había alejado lo suficiente de la casa, una mujer se detuvo frente a mí, mirando con ojos conmocionados un papel viejo que sostenía entre sus manos antes de mirarme a mí.

— ¿Eres Kim Taehyung?

Dudé un poco antes de responder.

— Sí, lo soy. — dije. — ¿Quién lo pregunta?

— No importa quién soy. — guardó el papel desgastado, y pude ver que se trataba de una foto mía antes de que lo hiciera. — Lo que importa es que logré encontrarte, Taehyung. — soltó una pequeña risa cansada mientras rebuscaba entre los bolsillos de su viejo abrigo. Sus ojos brillaron cuando encontró finalmente lo que buscaba. — No sabes lo complicado que fue encontrarte, creí que nunca lo conseguiría.

— ¿Por qué estaba buscándome?

— Tu abuelo me pidió — me extendió una carta, sonriendo con tristeza. — que te diera esto, Kim Taehyung.

— ¿Qué? — pregunté, perplejo, ante sus repentinas palabras. — ¿Conoce a mi abuelo? ¿Cómo... ? — fruncí un poco el ceño. — ¿Quién es usted?

— Ahora no puedo responder tus preguntas, joven Kim. — movió un poco la carta en el aire, insistiendo en que la tomara. Algo dudoso, lo hice. — Tal vez lo haga algún día, tal vez no lo logre hacer nunca... Cumplí con lo que me asignaron, tengo que irme. — dio media vuelta, dispuesta a irse y dejarme con más dudas que respuestas. Con el corazón agitado y sin saber realmente lo que estaba haciendo, tomé el brazo de la mujer, quien se detuvo tras el inesperado agarre y suspiró, mirando mi mano con ojos cansados, pero comprensivos.

— Realmente apreciaría si contestara, al menos, una de mis preguntas. — intentaba mantener un tono serio, pero era casi imposible en una situación así. Le supliqué con la mirada. — Por favor.

— Lo siento, pero temo que no podré hacerlo. — un débil intento de sonrisa surcó sus labios. — Espero que la carta de su abuelo sea capaz de responder, por lo menos, alguna de sus dudas. — se deshizo con suavidad de mi agarre y volvió a intentar sonreír de manera reconfortante. — Adiós, joven Kim.

Ya no la detuve. Quise hacerlo, pero sabía que no tenía ningún sentido volver a intentarlo. La mujer no parecía estar dispuesta a responder. Miré la carta: Un sobre blanco cuyo papel se veía tan limpio y bien cuidado que parecía que mi abuelo había hecho aquella carta tan solo hace unas cuantas horas, con mi nombre escrito en manuscrita sobre él de forma delicada, como si mi abuelo se hubiera cerciorado de que cada letra fuera perfecta.

Titubeé un poco antes de abrir el sobre y sacar con cuidado el papel, empezando a caminar hacia la casa de los Jeon mientras comenzaba a leer con detenimiento su contenido. 

❝ Querido Taehyung,

No sé cuándo tendrás esta carta entre tus manos. Pronto, espero, pero no tengo forma alguna de saberlo. Espero que te encuentres bien, hijo mío, y que, dónde quiera que te encuentres, seas capaz de ser feliz finalmente.

Pienso que la mejor forma de comenzar es disculpándome. Lo lamento, Taehyung, por todo. Por no haber insistido cuando tus padres te llevaron lejos, por no apoyarte cuando lo necesitabas, por no defenderte a pesar de saber que tú tenías la razón de todo, por no ayudarte a olvidar las cosas terribles que tuviste que presenciar...

En realidad, Taehyung, siempre te creí. Un vampiro fue el responsable de la muerte de la joven Choi, es evidente y claro. Accedí a la petición de Yongsun de llevarte con un psicólogo porque estaba consciente de que volver a mencionar la existencia de esas detestables criaturas podría significar que volvieran a intentar llevarte lejos, y no sería capaz de aguantar que te alejen de nuevo.

Supe que no me habías perdonado desde el primer día que llegaste a Ulsan. Tu mirada llena de odio, tus toscas palabras y tu dolorosa indiferencia me lo dejaban claro, pero no dije nada porque sabía que merecía tu rencor. Debí haber impedido que te llevaran a Seúl, así que merezco todo tu odio. Tal vez pude haberlo evitado si mantenía aquellas historias que te fascinaban como simple fantasía, pero algún día te darías cuenta de que cada una de mis palabras eran ciertas , y, lastimosamente, pudiste comprobar su veracidad de la peor manera posible.

Tal vez criarte en Seúl sí fue la mejor opción, pues todo lo que tuviste que pasar durante los últimos meses pudo haber sucedido antes, y sé que no habrías sido capaz de soportarlo. 

Lo siento, Taehyung. Espero que ahora puedas perdonarme. 

Dejando el pasado atrás, procederé a informarte sobre nuestra situación actual. Como bien sabes, perdimos nuestro hogar tras ese fatal incendio. Me alegra que hayas escapado, tu situación solamente habría sido peor si permanecías con nosotros. Sé que tu relación con Yongsun nunca fue la mejor, pero me duele decirte que su estado solamente empeoró desde que desapareciste. Algo empezó a atormentarla. Pienso que pudo haber sido ese mismo algo que te atormentaba a ti, pero no puedo decirlo con seguridad. Yongsun terminó perdiendo la cordura porque todo aquello resultó ser demasiado para ella. No pudo soportarlo, pero me reconforta saber que tú sí pudiste hacerlo.

Sobrevivimos yendo de en hotel en hotel por unas semanas. A Yongsun no le gustaba permanecer en el mismo lugar por mucho tiempo. Empezaba a sentirse observada. Se despertaba en medio de la noche y empezaba a gritar que "ella" iba a asesinarnos. Gracias a eso y a sus extraños comportamientos no tardaban en echarnos del lugar.

A pesar de las innumerables advertencias de Yongsun y las incontables veces en las que nos movimos de un lugar a otro para "escapar" de quien sea que la perseguía, lograron atacarnos. Creí que buscaban a Yongsun, y eso era alarmante sin duda. Quería protegerla, y lo haría sin importar el costo, pero hace unos días por fin pude conocer al responsable del estado mental deplorable de tu prima. "Los responsables", mejor dicho.

Cuando Yongsun decía "ella" mi primer pensamiento fue, obviamente, que se refería a una mujer, ya sea vampiro, demonio o cualquier otra de las criaturas que habitan en esta ciudad infernal, pero no me sentía tan amenazado al pensar que solo nos enfrentábamos a una mujer. No es por presumir, hijo, pero, tal y como escuchaste en las cientos de historias que te relaté cuando eras pequeño, durante mis años más productivos me encargué de eliminar a una gran parte de los vampiros que habitaban la ciudad. Pero se multiplicaban cual bacterias y mi intento de librar a Ulsan de esas criaturas detestables falló notablemente. 

Ya no me encontraba en mis mejores años, pero tenía la pequeña esperanza de que sería capaz de salvar a Yongsun. Era imposible de creer, pero no puedes juzgarme por desearlo.

Estaba claramente equivocado. Yongsun no se refería a una sola persona, se refería a todo un grupo de personas cuando mencionaba a "ella".

Tal vez esa es la razón por la que ella enloqueció y tú no...

Es demasiado tarde para intentar escapar de ellos, Taehyung. En este momento, mientras termino de escribir esta carta para ti, siento como nos vigilan desde la oscuridad. Si es que decidiste perdonarme, quizás pienses en volver por nosotros, peor te suplico que no lo hagas. Jamás regreses a Ulsan. No pienses en nosotros y huye lejos. Vuelve a Seúl, o viaja a otra ciudad lejana y olvida todo lo que sucedió. Incluso, si decides ignorar mis súplicas, probablemente ya es demasiado tarde para nosotros.

Las posibilidades de que estemos muertos mientras estás leyendo esto son demasiado altas, Taehyung, así que realmente espero que tomes en cuenta lo que te pido y no regreses jamás.

Si mis suposiciones son ciertas, y tu prima y yo ya hemos perdido la vida, esperamos finalmente ser merecedores de tu perdón.

Si es que existe una vida después de esta, espero que podamos encontrarnos y que me permitas ser el abuelo que jamás pude ser para ti.

Con cariño y pesar,

Kim Manyoung. ❞  

Ni siquiera había terminado de leer todo el contenido de la carta cuando ya había empezado a llorar. Intentaba cubrir mi boca con la manga de mi abrigo y así lograr callar los sollozos que habían amenazado con salir desde el segundo párrafo. Guardé con cuidado el papel nuevamente en el sobre y abrí la puerta de la casa. 

El señor Jeon miraba las noticias en la sala de estar, y ya pude oler desde el momento en el que puse un pie sobre el hogar la deliciosa comida que la señora Jeon preparaba desde la cocina . Me mantuve cabizbajo para no llamar la atención de ambos, dispuesto a encerrarme en mi habitación a re-leer una y otra vez la carta y analizar cada palabra sobre el papel.

Mi abuelo ruega por mi perdón, pensé, quiere que lo perdone cuando yo debería ser el imbécil que se arrastrara por su perdón después de tratarlo como basura durante los últimos meses. Él no se merecía que lo tratara así. Soy un idiota insensible. Doy asco... Y ahora él afirma estar muerto. No puede estarlo, tengo que disculparme. No puede...

El televisor estaba encendido a un volumen bastante alto, pero el señor Jeon parecía más interesado en el periódico entre sus manos. Me detuve, a unos cuantos metros del primer escalón, intentando encontrar algo de paz entre mis pensamientos desesperados. Miré a Jungkook bajando las escaleras al alzar un poco la mirada. Lo único en lo que centré mi atención fue en la voz de la reportera que provenía del televisor, como si algo me obligara a centrarme solamente en las noticias que, hasta ese momento, no parecían tener nada que me resultase mínimamente interesante.

"Dos cuerpos fueron encontrados sin vida en un bosque al norte de la ciudad de Ulsan, con notorias heridas que se asemejan a las que poseía el cuerpo de una adolescente encontrada bajo las mismas condiciones hace varios meses ya, y ,aún más alarmante, a las que se hallaron en las numerosas víctimas de la ola de muertes que sufrió la ciudad años atrás. Los cadáveres pertenecen a una mujer joven, de aproximadamente veinte años, y a un hombre mayor que estaría cruzando los setenta años. Debido al avanzado estado de putrefacción que presentaban las víctimas aún resulta complicado descifrar su identidad; sin embargo, gracias a numerosas declaraciones de los habitantes de Ulsan, se sospecha que se podría tratar de Kim Manyoung y su nieta, Kim Yongsun."

No pude escuchar más. Mi mente se desconectó del mundo, y ya no me molesté en callar mis sollozos. El señor Jeon se apresuró en dejar a un lado su periódico y apagar el televisor, levantándose y mirándome con preocupación absoluta. La señora Jeon tampoco tardó en aparecer. Jungkook me abrazó, pegando mi cabeza a su pecho, acariciando mi cabello y susurrando una y otra vez "Tranquilo, pequeño. Tranquilo."

Los sollozos ardían y dolían. No quería llorar. Me quemaba la garganta y me estrujaba de forma dolorosa el pecho. Me lastimaba, lastimaba a Jungkook, no tenía ningún sentido hacerlo, pero aún así no podía parar. Cuando creía que empezaba a calmarme, las palabras "Están muertos" se repetían una y otra vez en mi cabeza, y el llanto volvía a tomar intensidad.

Todo hasta que escuché las palabras de Jungkook, y el mundo se lleno de una paz temporal que fue suficiente para detener mis lágrimas.

— Tranquilo, Taehyung. Estoy aquí, y siempre estaré aquí. A tu lado, para siempre. No importa lo que decidas hacer o a dónde quieras huir, te acompañaré sin importar qué. Te protegeré, para que no sufras ese destino. Lo prometo.

Me aferré a su camiseta, cerrando los ojos y disfrutando del calor que me brindaban sus suaves caricias en mi cabello. Tomé una gran bocanada de aire para calmar mi respiración agitada, y avergonzado por mis palabras, hablé en voz baja:

— Solamente si... me permites protegerte también.

Jungkook sonrió.

Yo también intenté hacerlo.

Porque todo sería mejor si permanecíamos juntos. Él necesitaba alguien a quien proteger, y yo necesitaba ser protegido. Claro, Jungkook también necesitaba protección, y yo necesitaba una razón para seguir viviendo, así que haría lo que fuera necesario para evitar que algo malo le sucediera.

Tal vez no podíamos deshacernos tan fácilmente de los demonios que nos atormentaban, pero podíamos enfrentarlos juntos. No éramos capaces de transformar las cosas negativas en positivas, pero podíamos hacerlas soportables con la ayuda del otro, y eso...

Era más que suficiente para mí.

Fin.










Hey! Aquí Nod'z reportándose por última vez en este libro :'D

Muchas gracias por leer Dark Paradise!

Este es el primer proyecto que realmente tomo en serio, y estoy bastante orgullosa de mí misma por haberlo terminado por fin. De verdad, muchísimas gracias por leer y apoyar mi historia mediocre )): ♡ Si no fuera por esos comentarios, votos o las simples lecturas, realmente habría abandonado Dark Paradise hace mucho tiempo :b

También lamento haber tardado tanto en la publicación de los últimos capítulos. He tenido algunos problemitas que solucionar, y era difícil encontrar ganas de escribir, espero que lo comprendan y no les haya molestado )):

Al leer sus comentarios o simplemente revisando los capítulos, me avergonzaba demasiado de todas las faltas ortográficas y de redacción que se me escapaban mientras escribía .-. así que dentro de poco empezará la etapa de edición de Dark Paradise :))

Creo que eso es todo, ¡Nos leemos en una próxima historia (muy pronto uwu)! 



Fun fact: Mi primera idea para el final era que Jimin sí logre asesinar a Taehyung (:


— Noduru.




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro