Toc. Toc

-¡Hyung dame el mando!

Toc. Toc

- ¡Oye cara de moco, era mi turno!

To. Toc.Toc. ¡Puum!!

-¡Noonaaaaa!!

Otra noche que Ariadne pedía a todos los ángeles del cielo paciencia para no estrangular al par de engendros que tenía por hermanos.

Maldecía la hora en que se conmovió por los ojitos suplicantes que usaron ese cuarteto de chantajistas.

-Hubiera dejado que se los llevaran a la Antártida y que se dedicaran a desquiciar a los pingüinos!

Con un suspiro derrotado fue a ver que nueva hazaña habían logrado los niños. 

Cuando entró al dormitorio Jungkook se frotaba el brazo con los ojos llorosos y Taehyung lo miraba con cara de arrepentimiento.

-¿Se puede saber qué pasó ahora?

-Ari noona, Tae me quiso quitar el mando del videojuego y como no se lo di me empujo de la cama.

-¡Eso no es cierto! Tu estabas saltando en la cama, cuando te pedí el mando quisiste escapar y tropezaste con la sábana.

-Ok, ok. Aquí hay varias reglas que se rompieron:

Uno: Las camas son para dormir, no para saltar.

Dos: Ya que ustedes y recalco la palabra, USTEDES fueron los que rompieron el otro mando, lo mínimo que debían hacer era compartir ése hasta que puedan comprar uno con sus ahorros.  

Si a eso le agregamos que se pudieron haber hecho daño creo que el veredicto es fácil de suponer.

-¡No noona, me portare bien, pero no hagas que me bañe todos los días!

-Kookie, eso no es ningún castigo

-Para él si noona. Si oyeras como lo tiene que amenazar omma para que se duche. 

-El baño no está en discusión. Y el castigo es para ambos. Una semana sin videojuegos. 

-¡Pero noona! 

-Sin rechistar. ¿O quieren que sean dos?

-Está bien noona.

-Muy bien chicos. Arreglen sus cosas y a dormir. Es tarde y mañana me acompañaran a hacer las compras. ¿No me van a dar las buenas noches?

-¡Buenas noches Ari noona! 

-¿Y mi beso?

-Yujjj ¡Ya no somos bebés!

-Es cierto, eran más simpáticos en ese entonces. Buenas noches, descansen.

Al cerrar la puerta del dormitorio pudo dejar escapar la sonrisa que estaba ocultando hacía rato. Ese par era "hincha ovarios" como decía Natasha, su mejor amiga. Y también su gran debilidad. 

Desde que los conoció cuando su padre le presentó a Ming Jae la mamá de los niños, se robaron su corazón con sus miradas tiernas y traviesas sonrisas.

Tae Tae y Kookie. Doce y diez años de pura energía. Hacía ocho que se hicieron familia, y aunque eran extenuantes la llenaban de alegría con sus travesuras.

Regresó a su estudio donde había dejado a medias unos diseños. Necesitaba desahogar con alguien el estrés de tener que cuidar a esos chiflados. Y ya tenía en la mira a su paño de lágrimas.

Activó la cámara del móvil y empezó la videollamada. 

Lo primero que apareció frente a ella fue una boquita que chupaba con esmero su puño.

-¡Andy saluda a tía Ari!

-¡Hola Andy!  ¡Préstame un ratito a tu mami por favor!

El celular pasó a enfocar a la madre del pequeño. 

-¡Hola hermanita! Que milagro que te acuerdas de los pobres.

-Zoé, no seas dramática. Te llamé hace dos días.

-Niña, para alguien que está acostumbrada a verte la cara a diario desde hace veinte años dos días es una eternidad.

-Bueno hermana, échale la culpa de eso al que te separó de mí y te embarazó.

-¡Hey celosita! Con mi esposo no te metas. Cambiando de tema y antes que el aludido aparezca, ¿a qué debo el honor de tu llamada?

-A que necesito que me aconsejes como tenerles paciencia a mis adorados hermanitos y no morir en el intento.

-Ariadne querida, le preguntas a la persona menos indicada. Recién estoy entrando en esas ligas y créeme que si no fuera por Jinnie ya me hubiera vuelto loca. Una cosa es que me haya mentalizado con un hijo, pero no con dos bendiciones lloronas a la vez.

-Por cierto, ¿dónde está Juliet? 

-En su lugar favorito. Durmiendo en el pecho de papá.

-Me alegro por ti Zoé. Jin es un buen hombre y el mejor padre para mis sobrinos.

-Deseo lo mismo para ti Ariadne. Las cosas no son siempre como uno quiere, ni tan fáciles como las imaginas, pero no me veo en otro lugar ni tiempo. Soy tan feliz ahora que no lo cambio por nada.

-Unnie, ya sé por dónde va ese discurso…

-No he dicho nada chica, sólo estoy filosofando. Te dejo bella, hora de bañar a estos hermosos, a ver si se relajan y nos dejan dormir un par de horas de corrido.

-Adiós, saludos a Jin y abrazos a mis Kim súper poderosos.

👨‍👩‍👧‍👦

Ariadne Carreño. Veinticinco años, hija de padres divorciados que mantenían un cariño mutuo y habían hecho que la familia de Ari (como la llamaban sus allegados) creciera exponencialmente.

De ser unigénita pasó a tener primero, una hermana mayor: Zoé. 

Empezaron a vivir juntas cuando su mamá y el papá de su "unnie" se casaron. Ella tenía cinco años y su hermanastra siete.

 Más tarde llegaron a su vida los pequeños terremotos, Taehyung y Jungkook.

 Se habían quedado con ella por tres meses; el señor Carreño y Ming Jae eran biólogos marinos; tuvieron que viajar por trabajo a la Antártida. 

Los chicos eligieron quedarse con ella antes que ir con su padre verdadero. Bueno, se entendía, el tipo era un ogro. Y aunque no lo admitieran, amaban a "Ari noona."

Su familia seguía creciendo. Zoé se casó y ahora es mamá de Andrew y Juliet unos lindos mellizos de tres meses.  Su esposo, Seokjin, es un hermano más para Ariadne. Ni que decir que a ella se le cae la baba por los pequeños Kim.

En lo profesional le va excelente. Es diseñadora senior en "Smeraldo Design" junto a su mejor amiga y socia Natasha Aller, su alma gemela desde que se conocieron en la universidad.

Completan el equipo dos diseñadores junior: Park Jimin y Kim Namjoon, el encargado del área de fotografía y novio de Nat, Min Yoongi y Kim Seokjin en la parte contable. (exacto, ese Seokjin; y sí, ella fungió de Cupido entre Zoé y el guapo contador)

La vida la trataba bien; como siempre dice, tiene dos mamás y dos papás que la aman, hermanos que llenan su vida, sobrinitos que llegaron para darle una nueva perspectiva a la vida, amigos y compañeros incondicionales, éxito profesional.

Pero… ese molesto, frío y vacío PERO que estaba allí, molestando en el fondo de su corazón.

Y ella sabía que era. 

Quería tener una relación de pareja. Sabía de primera mano por las relaciones de sus padres, de su hermana y amiga que las cosas no eran color de rosa, que nadie es perfecto. Tal vez debía besar muchos sapos antes de encontrar al hombre ideal para ella.

Aunque en su caso, parecía que ninguno lo era. Sus estándares eran tan altos que nadie daba la talla. Nat y Zoé siempre se preguntaron porque teniendo alrededor a chicos tan guapos e interesantes como Seokjin, Yoongi, Namjoon y Jimin no había intentado nada con ellos.

Primer filtro: nada de romances con compañeros de trabajo.

Y eso que a ninguno de ellos les fue indiferente al inicio. Una linda cabellera dorada, ojos vivos y de mirada inteligente, su porte fuera de lo común en Corea y sobre todo, la luz que irradiaba con su optimismo y energía eran parte de sus muchos atributos. 

Pero no, descartados. La chica tenía principios sólidos como un roble.

Citas no le faltaban. Pero no había quien llenará sus expectativas. 

Natasha le decía que tal vez necesitaba bajar la valla y ser más realista. El príncipe azul no existía.

O tal vez no había nacido el hombre para ella.

🌭

Unas semanas más tarde, Yoongi le ofreció presentarle a un amigo. ¿Tan mal la veían para que Min le ofrezca eso? El hombre era un crack en la fotografía, pero su faceta de celestino era totalmente irreal, considerando que no era exactamente, la imagen del entusiasmo social. 

Hasta ahora nadie se explicaba cómo había terminado siendo el enamorado novio de Natasha alias "la portadora de la Death Note"; otra alma de la fiesta.

Los hermanos huracán se quedaron a cargo de Zoé y Seokjin. 

Habían descubierto que su kriptonita eran los mellizos. Cuando estaban con ellos se volvían los niños más dulces y obedientes, sólo les faltaban sus alitas y liras para pasar por querubines.

Así que, confiando que se quedaban en buenas manos partió a su cita.

Dos horas más tarde, moría de hambre y aburrimiento. Tuvo que inventarle al hombre que debía ir a ver a sus cuatro hijos. Al pobre casi le da una embolia cuando le enseñó las fotos de sus hermanos y sobrinos.

Se hizo la arrepentida por haberle pedido a Yoongi que no mencionara ese "pequeño detalle"

Partió en su auto a recoger a los chicos de la casa de Zoé, pero primero compró hamburguesas para todos.

Cuando por fin estaba por dormir, recordaba el fiasco de cita y su mala suerte para hallar al chico de sus sueños. Una idea empezó a dar vueltas en su cabeza:

-A este paso, creo que lo tendré que hacer yo misma.

Ariadne, estás delirando, ahora tienes complejo de Doctora Frankenstein.

¿Cómo diablos sé le ocurrió eso? No era una eminencia médica, no sabía nada sobre genética ni biología; tampoco conocía sobre robótica ni nada que se le parezca.

-Creo que estar rodeada de niños y cuasi pubertos de veintitantos años me está afectando. Demasiada fantasía. Mejor duerme Carreño, mañana te toca lidiar con los tesoros.

Ariadne, Ariadne. Si supieras que ese estrambótico pensamiento acaba de llamar la atención de un niño más travieso y de cuidado que tus hermanitos. 

🖌

Ari daba vueltas en la cama. Hizo todo el repertorio para quedarse dormida. Contó ovejitas, probó con un vaso de leche tibia, leyó un rato, escuchó música relajante. 

Ya estaba pensando seriamente usar una mano amiga. Tal vez eran ansias reprimidas.

Iba regresando del baño a su habitación cuando se detuvo frente a la puerta del estudio.

Cuando menos se dio cuenta, estaba frente al tablero de dibujos. Sentía un deseo repentino e irrefrenable por dibujar. Tomó un pliego de cartulina, lápices, carboncillos y empezó.

Con cada trazo iba descargando sus frustraciones y pensando en su chico ideal: guapo en una forma original, que no fuera un obsesionado con sus músculos, de sonrisa hermosa y sincera, comprometido con su trabajo, pero también con su familia, amoroso, tierno, cariñoso, sensible, empático, optimista y alegre. ¡Dios! Su lista parecía interminable. 

Al terminar su frenesí creativo vio anonadada el producto de su arrebato.

Era el retrato de un hombre. Uno muy guapo, de finas facciones. 

La linda mirada y radiante sonrisa que adornaban su rostro la dejaron encandilada. Ariadne se sentía extraña. ¿Como pudo dibujar con tanta precisión el rostro de alguien a quien no había visto en su vida? ¿De dónde salió esa súbita inspiración?  

Lo extraño de todo es que, mientras más lo veía, sentía que esos ojos la estaban mirando.

Los días de Ariadne discurrían entre llevar a la escuela a los niños, mucho trabajo en la oficina, darse escapadas para visitar a Zoé y los bebés, llegar a almorzar con los chicos y desde casa seguir coordinando con Natasha y el equipo así como atender algunos quehaceres domésticos. Llegada la noche caía rendida. 

Algo había cambiado. Desde que dibujó al extraño, soñaba siempre lo mismo. Se veía dibujando una y otra vez mientras una vocecita infantil le decía: se acerca el día bella Ariadne, ¿estás lista?

Era casi medianoche y Ari arrastraba su humanidad en dirección a la cama. 

Había sido un día más intenso de lo acostumbrado y lo único que le apetecía a esa hora era dormir. Pero cuando pasó cerca al estudio algo llamó su atención. A través de la puerta entreabierta pudo notar una luz muy brillante que iluminaba el interior. 

Le pareció raro pues recordaba claramente haber apagado la lámpara del escritorio antes de salir de allí.

Llevada por la curiosidad se acercó a ver. Boquiabierta, pudo notar de donde provenía el resplandor. El dibujo del guapo desprendía un halo con brillitos que invitaba a acercarse casi de manera hipnótica.

Fue así como se aproximó. El brillo aumentó y la fue envolviendo haciendo que cerrara los ojos para no deslumbrarse.

Cuando los abrió y enfocó su vista no podía creer lo que ocurría. La luz cegadora ahora daba paso a un extraño paisaje. Todo era como un gran dibujo realizado con carboncillos. 

Ella era parte del ambiente, pues al observar sus manos lucían como dibujadas con esa técnica. 

-¿Que cuernos pasó? ¡Estoy alucinando! ¿Será que ese par de demonios le puso algo a la comida? ¡Son tremendos, pero no los creo capaces! 

-¡Bienvenida Ariadne! ¡No sabes cuánto esperaba tu llegada!

Una cálida voz masculina la saludó. Al ver de quién se trataba no lo podía creer. Era él. El chico del retrato.

-¿Quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre?

-Ari, tú me creaste. He nacido del anhelo de tu mente y corazón. Me llamo J Hope.

-¿J Hope?

-Así es. Soy la Esperanza en el amor que vive en ti. Ven mi hermosa creadora y conoce mi mundo. 

J Hope la llevó a conocer el lugar. Iban pasando de escenarios como quien recorre las viñetas de una historieta. Ariadne estaba maravillada con él;era muy divertido, bromista pero también de pensamientos muy profundos. Después de haber paseado por el mágico escenario llegaron al punto de inicio.

-Es hora que regreses Ari.

-¿Te volveré a ver?

-Eso depende de ti y cuanto lo desees. Adiós Ariadne, te estaré esperando.

El sonido del despertador hizo que Ari despertara de golpe. Palpo su cuerpo y cara para luego observar sus manos con detenimiento.

-¡Waoo! ¡Que sueño tan realista! 

Al llegar a la oficina el primero en saludarla fue Jin.

-¡Hola Ari! ¿Te sientes bien? 

-¡Hola Seokjin! Si, ¿porque lo preguntas?

-Porque traes unas ojeras más grandes que las mías. Anoche no pudimos dormir, los bebés están resfriados y les costó conciliar el sueño. ¿A ti qué te pasó? 

-En realidad tuve una noche extraña. Creo que no dormí lo suficiente.

-Entonces deberíamos implementar una sala de siestas e inaugurarla tu y yo.

-Me parece una gran idea.

💘

Nuevamente en casa realizó su rutina diaria que incluía amenazar a Taehyung y Jungkook con: "quien se va a ir a la Antártida seré yo como sigan volviéndome loca con sus barrabasadas".

¿Cuál fue la última de sus hazañas? Aparecer con un perrito. ¡Un perro!  

Los ojos de Bambi de Kook, la lastimera voz de Tae y el plus de las orejitas caídas del cachorro terminaron por ablandar su corazón. No sin antes hacerles prometer que se harían responsables del animalito y que fueran pensando cómo convencerían a sus padres para tenerlo en casa. 

Siempre pensaba que las horas pasaban demasiado rápido y que el tiempo quedaba corto para todas las cosas que tenía que hacer. Pero ese día en particular se hizo eterno hasta que llegó la medianoche y fue al estudio. 

Si bien estuvo allí más temprano coordinando cuestiones laborales, no notó nada extraño en el retrato de J Hope. Estaba segura que la magia se haría efectiva al cruzar el umbral del nuevo día.

En efecto, al dar las doce campanadas el dibujo adquirió una nueva apariencia. De ser un boceto a lápiz, ahora tenía algo de color, como si alguien hubiera empezado a darle unas pinceladas. El brillo que la atrapó la noche anterior se hizo presente y la transportó nuevamente a los parajes mágicos.

-¡Bienvenida otra vez mi linda Ariadne! Te estaba esperando, ¿me acompañas?

JHope la llevó a recorrer bellos lugares que parecían sacados de las ilustraciones de un libro de cuentos, llenas de tonalidades. Ellos también adquirieron color y la chica pudo apreciar el color de la piel, cabello y ojos de Hope. Era realmente muy guapo.

Se sentaron al borde de un riachuelo a conversar de muchas cosas. Ari le contaba las hazañas de sus hermanos y JHope reía de buena gana. 

-Me gustaría conocerlos, son encantadores.

-¿Te parece? Ese no es un adjetivo que pondría en mi lista al referirme a ellos.

-Tú los quieres mucho ¿no es así?

-¡Los adoro! Zoé y los chicos son lo mejor que me pudo pasar. 

-¿En serio? Waoo. Espero pronto integrar el selecto grupo de tus personas favoritas.

-Ya eres una de ellas. Aunque nos hemos conocido en una situación poco común ¿no es así?

-¿Tú crees? No lo había notado para nada.

Ariadne entorno los ojos ante su comentario haciendo que él riera con tanto entusiasmo que la contagió.

-Me gusta el color de tu cabello y los reflejos dorados de tus ojos. Pero lo más lindo es verte sonreír. Y ver como se ponen rojitas tus mejillas. ¡Que tierna! 

Ariadne sentía que la cara le quemaba. Condenado dibujo, en mala hora empezó a cobrar vida.

Mientras la pareja conversaba animadamente el paisaje iba adquiriendo nuevos matices gracias a una mano divina. 

En el Olimpo, hogar de los Dioses Helenos (esos a los cuales la humanidad ha olvidado poco a poco) el pequeño Eros está orquestando una de sus más grandes travesuras.

Estaba harto de lanzar sus flechas a Ariadne y que la humana se mantuviera inmune a su poder. Parecía una amazona cubierta por una poderosa armadura. Empezaba a pensar que era una encarnación de Atenea digna de ser adorada en el Partenón.

Así que esa noche que deseó hacer a su "hombre perfecto" el chiquitín encontró la oportunidad para que por fin la rubia cayera bajo el poder de su hechizo.

Que mejor idea que darle vida a través del arte de sus prodigiosas y talentosas manos. El problema era que para que ese amor se hiciera verdadero ella debía elegir. ¡Oh si! Así se las cobraría todas juntas.

Quien diría que el "dulce" símbolo del Amor podía ser tan cruel y vengativo.

Noche a noche Ariadne y JHope iban acrecentando su relación. Ella se dio cuenta que estaba perdidamente enamorada cuando en su última visita se despidieron con un beso.

Al día siguiente despertó con una enorme sonrisa en los labios. Saludó afectuosamente a Tae y Kookie que la miraban asustados pensando que se había vuelto loca. ¿Adónde se fue su noona gruñona y divertida de todos los días? ¡Alguien cambio a Fiona por Campanita!

En la oficina, los chicos estaban igual de asombrados. Ariadne últimamente llegaba con cara de zombie y a duras penas mascullaba un "benos deass".  

Su letargo era tal que llegó al extremo de implementar la tan añorada "sala de siesta" que compartía cual familia Oso con Jin y Yoongi. Pero esta mañana en particular, llegó luciendo fresca y radiante como en los primeros días, o mejor dicho en su era pre "noona 24/7".

-¿Nat es mi imaginación o Ariadne tiene cara de adolescente enamorada?

-¡Naa! Yo le veo cara de recién follada.

¡Demonios Min Yoongi! ¡No me escupas el café en la cara!

👶

¡Qué bien la estaba pasando el niñito de las alas! Eros 5- Ariadne 0. 

-Eros, hijo mío. ¿Qué nueva fechoría estás tramando en nombre del amor?

-¿Yooo? ¡Ay madre! ¿Porque siempre piensas que estoy portándome mal?

-Siempre no, mi hermoso; pero esa carita de pillo te delata. Algo traes entre manos. Muéstrale a mamá que estás haciendo.

Afrodita sentó en su regazo al pequeño. Él le enseñó entusiasmado el lienzo donde J Hope y Ariadne se besaban. 

- ¿Hijito, está no es la mortal que no caía bajo tus flechas? 

-Así es madre. Pero escuche su deseo y se lo he concedido. Le di a su hombre ideal. Ahora está perdidamente enamorada. Al final el amor siempre triunfa.

-Eros, no quiero desilusionarte. ¿Estas consciente que eso no es real? ¿Qué pasará cuando su amor crezca? 

El mundo ya no es ese donde nos veneraban.  Los humanos no tienen fe ni creen en la magia. 

-Eso es fácil mami. La chica tendrá que elegir. Sólo queda un camino. O cree en el amor, aunque sea el de un mundo de fantasía o, regresa a la vida real a seguir sintiéndose miserable.

-¡Ay pequeño! Esas lindas alitas deberían ser negras algunas veces. 

💔

Ariadne se sentía tan feliz. Por primera vez tenía la certeza de haber encontrado a esa persona especial que tanto anhelaba. Pero su lado sensato le decía que era un absurdo total. ¿Cómo iba a enamorarse de alguien a quien sólo veía en sueños o era producto de alguna alucinación?

¿Sería tal vez que estaba empezando a perder la razón? Para ella no existía otra explicación. 

Una noche más que esperaba ansiosa el viaje para encontrar a su amor. El brillo mágico la transportó a los brazos amorosos de JHope y sus cálidos labios la llenaron de besos.

-¿Ari mi amor que tienes? Te veo pensativa. ¿Ocurrió algo malo con los niños?

-No, no. Mis diablillos están muy bien, gracias por preocuparte.

-¿Entonces? ¿Es el trabajo? Estás muy callada y también te noto triste.

-Hobi sabes que te amo mucho?

-Si lo sé y me gusta escucharte decirlo.

-Es todo tan extraño. No tengo dudas que te amo, como nunca amé a nadie. Pero, ¿qué será de mi realmente? ¿Tengo que hacerme a la idea de añorarte y verte en mis sueños cada noche? ¿Así será por siempre? 

-Ari no sé qué decirte. Esta es la única realidad que conozco. Estoy atrapado aquí y me da miedo pensar que puedas hallar a alguien especial en tu dimensión.

Su conversación fue interrumpida cuando sorpresivamente apareció frente a ellos un pequeño niño con alitas, arco y flechas doradas. 

-¡Hola hermosa Ariadne! Por fin nos encontramos cara a cara.

-Yo conozco esa vocecita. Tú me hablabas en mis sueños.

-Si. Pero te estuve observando desde hace mucho tiempo atrás, antes que desearas hacer a tu hombre perfecto.

-¿Me escuchaste cuando lo mencione?

-Ari, ya te lo dije. Te observo y escucho desde hace mucho. Ese duro corazón tuyo ha sido todo un reto para mí. ¡Qué grosero! No me he presentado; aunque seguro que me conoces.

- ¿Eres Cupido? 

-Eros, Cupido, tú eliges.

-¿Tú has creado este mundo?

-¡Por supuesto! ¿O cómo crees que surgió? ¿Frotando una lamparita? 

He venido a proponerte algo. Ya que te iban a salir telas de araña esperando a tu chico ideal y he concedido tu deseo, ¿porque no valoras mi esfuerzo y te quedas a disfrutar de este maravilloso paraíso?  

Vivirás por la eternidad acompañada de tu gran amor y dejarás atrás la miseria de tu vida mortal.

-Pero, ¡si yo no soy miserable!

-¿No te la pasas regañando con los monstruos esos de hermanastros que tienes? ¿La empresa no estuvo hace poco a punto de quebrar? ¿Ya no tienes la misma relación con Zoé desde que el guapo Kim se casó con ella y la hizo mamá, o sí? Ni que decir de tu compinche Natasha. Desde que está con su amor polar ya no tiene tiempo para ti ¿o me equivoco? Este es tu lugar Ariadne Carreño.

¡Por todos los santos! Ese enano regordete con alas pintaba su vida como un fracaso total. 

- Eres el dios del amor y no conoces lo que eso significa. Si dices que me observas deberías saber que mis hermanos son parte de mí y los amo con toda mi alma; que Zoé y Natasha tengan personas que las quieran tanto o más que yo solo llena de alegría mi corazón. Y si “Smeraldo Design” fracasa esta vez, lo intentaremos nuevamente porque así es la vida, caes y te levantas cuantas veces sea necesario. 

No Eros, no te atrevas a hacerme elegir. Una parte de mi se queda aquí, pero del otro lado tengo gente que me quiere y aprecia, no los voy a abandonar.

J Hope te amo, te amo mucho, y si debo cerrar mi corazón para siempre para guardarte allí lo haré. Eres perfecto, tanto que duele horrible dejarte. ¿Seguirás visitándome en sueños? 

-Ariadne siempre estaré aquí para ti. No puedo pretender que compartas conmigo esta jaula de oro por la eternidad. Se libre mi amada. Vive a plenitud como mereces.

-¡Ay que cursis y aburridos!. Veo que ya decidiste Ariadne. Aquí no hay espacio para medias tintas. Lo tomas o lo dejas. Así que adiós y regresa a tu mediocre vida mortal. Despídete del galán, esto va a arder. Literalmente.

Eros chasqueo los dedos y al instante el escenario donde estaban comenzó a ser consumido por el fuego. J Hope guio a Ariadne a un sendero por donde podía retornar a casa. 

-Adiós amor. Guárdame en un pedacito de tu corazón.

-¡Nooo! No te puedo dejar aquí, te quemaras. Ya no podré volver a verte. Ven conmigo por favor.

-No puedo Ariadne. Mi destino está en este lugar. Ve con los tuyos Ari y se feliz.

-Pero Hobi..

-¡Vete ya!

Mientras la pareja se despedía entre lágrimas el pequeño malcriado revoloteaba feliz por su maldad. La diversión acabó cuando escuchó la atronadora voz de Afrodita.

- ¡Eros! ¿Qué mierda hiciste? ¡Ven aquí, ahora!

- ¡Ups! ¡Ya voy mamita!

Ariadne despertó en casa cubierta de hollín. Tenía en la palma de la mano un trozo de papel quemado donde apenas se notaba parte de un rostro. Ese rostro que reflejaba la belleza del alma de su portador.

Un llanto incontenible la embargo. Se sentía tan mal que tuvo que pedirle a Zoé si podía llevarse a Tae y Kookie a casa por todo el día. 

Su hermana fue al rescate. Jin la acompañó, se llevó a los chicos y con ayuda de Namjoon, Jimin y Yoongi cuidaron a los niños y los bebés.

La brigada femenina se quedó a acompañar a Ariadne. Lloró toda la mañana abrazada a Natasha y Zoé.

Lo único que pudo decirles es que conoció al amor de su vida y lo perdió como llegó. Mágicamente.

💞

Desde aquel día el brillo de Ari se fue apagando poco a poco. Todos los que la amaban estaban tan acongojados por ella. Su sol radiante estaba sumergiéndose en un enorme agujero negro.

Y no eran los únicos. En el hogar de los dioses, Afrodita veía con ojos de piedad el sufrimiento de la muchacha.

-¡Oh dulce niña! Tu noble corazón no merece sufrir así. Si fui capaz de ayudar a Pigmalión que no ablando su alma por un reino, ¿por qué no voy a ayudarte si dejaste al amor de tu vida por el cariño hacia tu familia y amigos? 

¡Está dicho! Llegó tu hora Ariadne Carreño. Serás bendecida con la gracia de la diosa más hermosa, noble y bondadosa del Olimpo. ¡Recibe el regalo de Afrodita mi noble sol!

Después de seis meses de llorar como viuda y vivir como un topo nuestra protagonista está recuperando su vida social. 

Antes de eso, sólo salía de casa para atender asuntos urgentes de la oficina; los niños ya no estaban con ella pues el señor Carreño y Ming Jae ya habían retornado de viaje.

 Zoé y Natasha se turnaban para acompañarla. La visita de los mellizos alegraba en algo su triste existencia. 

Por fin se había animado a socializar. Era cumpleaños de su hermana y se reunirían en casa de los Kim para celebrarlo.

Al llegar todos estaban allí. Incluidos algunos amigos de la cumpleañera. Eran compañeros de la editorial donde Zoé trabajaba como correctora de estilo. 

Fue allí donde lo vio. Era él. Si no hubiera sido porque estaba sentada cargando a Juliet hubiera caído desmayada en medio del patio donde estaban reunidos. Su corazón latía a mil cuando el guapo se acercaba a ella acompañado por Zoé.

-Hermanita gracias por cuidar a July. Te presento a Jung Hoseok, es editor en la empresa y uno de los mejores del medio.

Ambos se miraban fijamente hasta que él reaccionó y le estrechó la mano.

-Un placer Ariadne. Me han hablado mucho de ti.

Ari tuvo que hacer un gran esfuerzo por no echarse a llorar. Definitivamente era él, su voz, la calidez y suavidad de su piel. Tomando aire se serenó y pudo responder:

-Gusto de conocerte Hoseok. 

-Chicos los dejo un momento. Debo cambiar el pañal de Juliet. Hoseokie te quedas en buena compañía.

 Un silencio incómodo quedó flotando en el ambiente hasta que él le dedicó una radiante sonrisa y le dijo:

-No sé porque tengo la extraña sensación que te conozco de algún lado, que ya te había visto antes.

Ella le devolvió el gesto diciéndole: ¿sabes? Yo también tuve esa sensación. ¿Qué raro no?

-¿Te parece? Yo no lo había notado.

Unas carcajadas y el sentimiento de Deja Vu terminaron de romper el hielo.

Fue como sé selló el regalo de amor que hizo la poderosa Afrodita como premio a un corazón puro y generoso que supo reconocer el valor de la amistad, fraternidad y amor filial.

“Atrévete a ser feliz y deja atrás el pasado.

El presente es lo más importante para sonreír”.

Con amor para mi solecito aksj1992

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