LANCRE MAGIC SCHOOL
1910
- ¡Señorita, señorita, despierte! ¡Última parada!
Lizbeth Phoenix dio las gracias al empleado del ferrocarril y se dispuso a bajar. Recogió su bolso, paraguas y maleta para dirigirse a su destino.
Tenía veintisiete años. Hacía cinco años ejercía la docencia y había adquirido notoriedad en la comunidad magisterial por poner en práctica métodos innovadores de enseñanza con magníficos resultados. Hoy, se aprestaba a asumir un nuevo reto.
Suspiró satisfecha. Por fin conocía el mítico país de Lancre.
Cuna de los más grandes hechiceros y brujas. Para el mundo exterior era un pequeño pueblito de Inglaterra.
Pero sólo los seres mágicos podían entrar en él apreciando su verdadero esplendor.
Y ahora estaba en su capital, Unnamed County.
Aliso su traje de color gris, su largo cabello trenzado y revisando su bolso encontró el ubiquex.
Era una pequeña botella de vidrio. A través de la superficie transparente se podía ver un rollo de papel que se movía en su interior destellando un polvito dorado, haciendo tintinear la botella como si fuera una campana.
Retiró el corcho y leyó lo que estaba escrito en el pergamino.
Estimada señorita Lizbeth Phoenix:
"Estamos honrados y agradecidos por haber aceptado nuestra invitación.
Sabemos que con su valioso aporte los nuevos estudiantes serán una generación que llenará de orgullo a Lancre M.S”
Atentamente,
Master Phineas Bang.
Cuando volvió a revisar el papel, este brillo nuevamente mostrando el delineado de un mapa de la ciudad.
Un pequeño punto de luz brillaba sobre una ubicación.
"Alto Hospicio Street."
Al levantar la vista vio una flecha de señalización verde flotando en el aire, señalando un cartel que tenía escrito el nombre de la calle.
Sonriendo feliz, se dejó guiar por el artilugio.
Lizbeth siguió el recorrido del mapa hasta que llegó a un enorme lugar.
Tenía una gran reja y se podía ver un edificio antiguo y señorial.
La edificación estaba rodeada por un inmenso bosque.
En el frontis había una placa de mármol con la inscripción LANCRE M.S y una frase en latín: Homo locum ornat, non hominem locus" (el hombre honra al lugar, no el lugar al hombre).
-¡La escuela es magnífica, como la imagine!
Al acercarse a la reja de entrada se percató que un pequeño hombrecito estaba dormido dentro de una especie de garita de control.
Con la punta de su dedo índice trato de tocarlo lo más suavemente posible para despertarlo.
-Señor, buenos días. Disculpe, ¿me podría ayudar?
El hombrecito se despertó sobresaltado; la miró asustado. Pero luego se recompuso y la quedó mirando muy serio.
-Usted ¿quién es? ¿Y porque osa perturbar la paz de mi sueño?
-Siento mucho haberlo asustado. Mi nombre es Lizbeth Phoenix, soy maestra. ¿Con quién tengo el gusto?
El pequeño abrió los ojos sorprendido y la seriedad de su rostro cambió por una expresión amable.
-¡Disculpe! Mi nombre es Marcus Mc Gowan, soy el guardián de Lancre M.S.¡Bienvenida miss Phoenix, la estábamos esperando!
-Mucho gusto señor Mc Gowan ¿Sería tan amable de indicarme el camino?
-Por supuesto, ¡sígame por favor!
El camino desde la reja hasta el edificio le tomó un buen trecho.
Cuando por fin ingresaron, pudo notar placas recordatorias con los nombres de los alumnos egresados en las distintas promociones.
El señor Mc Gowan la llevó hasta una puerta y tocó para ser atendido. Una voz desde el interior respondió:
- ¡Adelante!
Al ingresar vio un hombre de edad mediana, no muy alto, de cabello canoso y apariencia bonachona.
Levantó la vista y le sonrió. Se puso de pie para saludarla, con un apretón de manos se dirigió a ella.
- ¡Miss Phoenix! Que gusto que ya esté entre nosotros. Estamos muy emocionados por tenerla aquí.
Por favor, tome asiento, le explicaré cuál será su labor en nuestra escuela.
Antes que nada, quiero agradecerle en nombre de la administración de la institución que haya accedido venir de tan lejos para ayudarnos.
Lizbeth lo escuchaba con atención.
Realmente había viajado de muy lejos. Venía de lo profundo de la selva amazónica, donde los apus le habían hecho llegar el mensaje de la escuela.
-Lizbeth, contamos con su bien ganada reputación como maestra joven e innovadora para motivar a los estudiantes, sobre todo para los casos que requieren mayor atención.
Tenemos actualmente en la escuela jóvenes con aptitudes excepcionales, pero cuya actitud para aprender deja mucho que desear.
Hemos visto que los métodos tradicionales no surten efecto, así que pensamos en usted para sacar a flote lo mejor de estos estudiantes.
-¡Oh! Muchas gracias por la confianza. Señor Bang, ¿me podría contar algo sobres estos niños? ¿Qué edad tienen? ¿Son muchos? ¿Qué problemas presentan?
-Vamos para que los conozca y le voy dando la información.
Así fue como supo que la clase estaba conformada por dos niñas de diez años, un niño de doce, otro de once, dos de diez, dos de nueve y el más pequeño de siete.
-Mm.…aula multigrado. ¡Interesante!
También que el inconveniente en la mayor parte de los casos era un gran problema de desmotivación, temor a usar sus poderes. En un par de niños una actitud rebelde y hasta retadora.
Descubrió que había varios maestros y tutores. Ella lo sería de este grupo en particular.
La escuela tenía diversas alas y pabellones. Había dormitorios para niños y niñas.
Justamente, irían a conocer a sus pupilas. Conforme se acercaban al ambiente de las alumnas escucharon una voz de mujer que gritaba muy molesta:
- ¡Chilenita malcriada! ¡En mala hora llegaste a esta escuela! ¿Por qué no te quedaste en tu choza del ande?
Cuando Lizbeth escuchó eso, se sintió indignada. Si algo detestaba era la gente que se sentía con derecho a humillar, mucho peor a abusar de un niño.
-¡Yo tampoco quiero estar aquí! Y para su información, yo no vivía en la zona andina sino en la costa, ¡ignorante!
Llegaron justo cuando la mujer iba a golpear a la niña.
Lizbeth percibió como el enojo la embargaba. Tomó de la muñeca a la mujer. Tuvo que soltarla porque de ella empezó a salir un calor infernal que amenazó con lastimar a la abusiva.
- ¿Qué le pasa? ¿Con qué derecho va a golpear a una niña? ¿Así se dice maestra?
- ¡Usted no se meta entrometida! ¡Esta chiquilla es una insolente!
-Señora Iriondo ¿Qué significa esto? En esta institución tratamos con respeto a nuestros estudiantes.
Retírese por favor. Luego hablaremos de este incidente.
Lizbeth se acercó a la menor que estaba siendo abrazada por otra, aparentemente de la misma edad.
Cuando se acercó a ellas la conmovió la actitud protectora de la niña.
-Hola, ¿estás bien? ¿Te hizo daño?
-Aparte de gritarme no llegó a hacer nada más.
-Gracias señorita por defender a Ilse.
-¡Ilse! Qué lindo nombre ¿Y cuál es tu nombre nena?
-Me llamó Aliona. Aliona Kozlov.
-¡Oh! Tu nombre es bonito ¿Eres rusa?
-Mis padres son de allá, pero yo nací en Argentina.
-Un hermoso país, sin duda.
-Escuche que eres de Chile. Tengo amigos que viven allí.
-Mis padres son alemanes, pero soy chilena de nacimiento.
-Miss Phoenix, ellas son sus alumnas Ilse Wolf y Aliona Kozlov.
Como ya se conocieron, vamos al pabellón de niños para que conozca a sus otros estudiantes.
Antes de salir a conocer a los niños, Ilse se quitó el suéter que traía puesto. Levantó los brazos para recoger su largo cabello negro.
Lizbeth notó un simpático detalle.
Un dibujo en su muñeca. Una carita feliz.
Se dirigían al dormitorio de varones.
El director le explicaba que al ser una escuela de élite recibían alumnado de todo el mundo.
Así como las niñas eran sudamericanas, los niños provenían en este caso, del mismo país. Corea.
Cuando ingresaron encontraron a los chicos en plena revolución. Estaban en una entretenida guerra de almohadas, que sufrieron las consecuencias de tanta energía.
Plumas flotando por todo el ambiente decoraban la habitación.
-¡Buenos días jóvenes! Se ve que el desayuno los recargo para las actividades del día. Lo cual no incluía, destripamiento de almohadas.
Los niños se quedaron estáticos cuando los vieron. Sólo se escuchaban sus respiraciones agitadas, una que otra tos y un ¡pfff! al escupir las plumas que se tragaron sin querer.
-Vengan chicos, conozcan a su nueva tutora, miss Lizbeth Phoenix.
Seis se acercaron. Lizbeth los observaba fijamente. Quería ir analizando el temple de cada uno.
-Mucho gusto maestra. Me llamo Kim Seokjin, soy el mayor del grupo.
Lizbeth se quedó impresionada.
Su hermoso rostro, su actitud tan caballerosa y educada, su aura tan pura. Parecía de la realeza.
Luego fue el turno de Jung Hoseok. Transmitía alegría, optimismo. Tenía bellas facciones con esa nariz tan perfilada y radiante sonrisa.
Kim Namjoon. Dueño de unos hermosos hoyuelos. Era más bajo que Hoseok a pesar de ser de la misma edad. Era encantador pero muy tímido.
Era el turno de los más pequeños.
-¡Hola maestra! Me llamo Park Jimin. ¡Es muy linda!
-¡Muchas gracias! Tú también lo eres Jiminie.
Los otros pequeños se rieron cuando Lizbeth llamó lindo a su amigo.
-Ustedes guapos ¿cómo se llaman?
Los chiquitines se pusieron rojitos y contestaron:
-Buenos días maestra. Soy Kim Taehyung. Él es mi amigo Jeon Jungkook.
-Mucho gusto Taehuyng y Jungkook. Espero que nos llevemos muy bien.
Chicos, me dijeron que eran siete. ¿Quién falta?
-Oh sí, miss Phoenix. Falta uno de ellos. Lo que pasa es que es un poco retraído y se aísla por momentos.
Debe estar en la sala de música.
-Señor Bang allí viene.
Lizbeth pudo ver a un niño delgado, de apariencia frágil. Pero transmitía fortaleza, seguridad y una madurez mayor a su edad.
Esos ojitos de gato curioso lo confirmaban.
-Joven Min, acérquese a saludar por favor.
-Buenos días maestra. Mi nombre es Min Yoongi.
-Mucho gusto Yoongi. Espero que podamos ser amigos.
El la miró y dio una media sonrisa desafiante.
-Bueno, miss Phoenix, ya conoció a sus discípulos.
Nuevamente, bienvenida a la Escuela Mágica de Lancre.
🏫
Bitácora de clase.
DIA 1
Hoy tuve la primera clase con los niños. ¡Estoy muy contenta! Son adorables, inteligentes y receptivos.
Definitivamente, lo peor que puede hacer un maestro es ponerles etiquetas a sus estudiantes sin saber la razón de su actitud o proceder.
¿Como pretendían llegar a ellos cuando ni siquiera los escucharon?
¡Estos niños tienen un bloqueo porque están asustados!
Todos vienen de vivir en tierras de mortales, huyendo de guerras y violencia.
Mis hermosos coreanitos. Fueron arrancados de sus hogares porque los amenazaban no sólo espíritus malignos de un clan oscuro, sino el hambre y la miseria de la ocupación japonesa.
Mis lindas niñas. Traídas contra su voluntad porque sus auras místicas son poderosas. Provienen de familias que han practicado la magia durante centurias y fueron cazadas desde la Edad Media.
Así que mi primera tarea será sanar sus almas.
Lizbeth y los niños estaban emocionados. El director autorizó que salgan a realizar una visita de estudio a Unnamed County.
Se sorprendió al saber que era la primera vez que salían desde que llegaron a la escuela hacía ya varios meses.
Conocieron diversas tiendas donde vendían artículos de magia, libros de hechizos y pociones.
Miss Phoenix les explicó que la magia se manifestaba de diversas maneras dependiendo de la cultura que la practicaba, del aura del hechicero y la capacidad de controlar su poder. Por ese motivo estaban en la escuela, para aprender sobre sus dones y usarlos adecuadamente.
Compraron cosas para hacer un picnic y lo realizaron felices en la entrada del bosque que colindaba con la escuela.
-Miss Phoenix, ¿usted de dónde viene?
Preguntó Namjoon. Ya se veía más desenvuelto, dejando de lado su timidez.
-Mm. Igual que nuestras amigas Ilse y Aliona también soy sudamericana.
Mis padres son ingleses, pero emigraron a Perú para ayudar a formar la Universidad de Magia de América que tiene su sede principal allá.
-Maestra, ¿sus papás también son profesores?
-Si Jungkookie. Desde pequeña admiraba su trabajo y supe que algún día también ayudaría a niños tan especiales como ustedes a controlar su poder para hacer el bien.
-Miss usted, ¿qué don tiene?
Preguntó Tae mientras mordía un pastelito. Jimin lo miró con cara de "¡eso era mío!" pero fue muy tarde.
Lizbeth que notó su expresión le sonrió y le cedió uno de los que ella iba a comer. Al instante el pequeño le regaló una enorme sonrisa que lo hacía ver adorable.
-¡Que niño tan curioso! No te preocupes, mañana en nuestra siguiente clase se los mostraré.
-Señorita Phoenix. ¿No le da miedo usarlo?
-Si Ilse, a veces. Nuestros poderes se maximizan con las emociones. Por eso necesitamos primero, aprender a manejarlas para luego entrenar nuestro don.
Los niños disfrutaban la hora de ir a dormir porque Lizbeth los trataba con cariño al hacer que se acostaran.
Ayudaba a las niñas a cepillar su cabello y se los trenzaba para que no se enrede.
Verificaba que los niños tuvieran todo listo y ordenado para el día siguiente.
Los reunía a todos frente a la gran chimenea de la antigua y majestuosa biblioteca para contarles diversas leyendas andinas, amazónicas o de diferentes culturas. También los invitaba a narrar las de sus lugares de origen.
En más de una ocasión le tocó llevar en brazos a la cama al pequeño Kookie, que se quedaba dormido en medio de los relatos.
Los niños empezaron a crear un vínculo emocional muy fuerte con ella.
Su trato amable, respetuoso pero firme al momento de poner disciplina hizo que rápidamente se ganará el corazón de sus alumnos, incluso de Ilse y Yoongi que eran los más retraídos, pero también rebeldes.
Las lecciones empezaron con diversas técnicas de relajación y meditación para controlar las emociones, sobre todo las negativas, como el miedo o la ira.
Llegó el día de mostrar cuál era su don. Sus estudiantes estaban expectantes.
-Mis niños, hoy les mostraré cómo controlar su poder.
Cuando era pequeña como ustedes, también tenía miedo de usar el mío porque me daba cuenta que cuando estaba molesta se activaba y me costaba controlarlo. Pero gracias a las técnicas que hemos aprendido, soy capaz de contenerlo.
-Maestra, ¿no tiene miedo de volver a descontrolarse?
-Si, Seokjinnie. Pero ruego que, si eso pasa, pueda activar mi autocontrol o tener a mi lado alguien que me ayude.
Ustedes son afortunados, se tienen los unos a los otros.
Bien chicos, ¡empecemos!
Lizbeth pidió a los niños que se alejaran a una distancia prudente y que por nada del mundo se acercarán al límite que ella trazó.
Se ubicó al centro, cerrando los ojos susurró: Ignis.
Un brillo destelló donde estaba ubicada la maestra, haciendo que sus alumnos cerrarán los ojos. Cuando los abrieron se quedaron sorprendidos. Lizbeth emanaba fuego como si fuera una antorcha. No sólo eso. Se había transformado.
Su largo cabello castaño ahora era rojo y flotaba al viento. Su uniforme institucional fue reemplazado por una hermosa túnica roja.
¡Y sus ojos! Ya no eran pardos sino negros, muy oscuros.
-¡Waoo! ¡Parece una fogata! Dijo emocionado Hoseok.
-¡No Hoseokie, es como el ave fénix! acotó cautivada Aliona.
-Maestra .. ¡Bultaoreune! Gritó feliz Yoongi.
Lizbeth soltó una pequeña carcajada al oír esa expresión. Su voz se escuchó entre el crepitar del fuego.
-Mis niños, este poder debo usarlo sólo si es necesario. Es inestable y puede desestabilizarse con facilidad.
-Maestra a que se refiere con este poder? ¿Tiene otro?
Preguntó asombrado el siempre atento e inteligente Namjoon.
- Si Joonie
Lizbeth levantó su dedo como diciendo "esperen”.
Luego elevó los brazos al cielo y gritó
Glacies!
Esta vez se escuchó como un zumbido. Un viento frío hizo que se estremecieran y cerrarán nuevamente los ojos. Al abrirlos, su maestra se había transformado otra vez.
¡Era bello! Alrededor de ella estaba nevando. Su apariencia era distinta. Su cabello pasó de rojo a ser blanco, su tez era muy clara, sus ojos celestes. Su túnica era blanca y con reflejos plateados.
-Miss Lizbeth, ¡parece un ángel! Le dijo admirado Tae.
-Maestra, ¡se ve hermosa! Esta vez fue Ilse que la miraba maravillada.
-Tu eres hermosa. Susurró Yoongi bajito, sin que nadie oyera.
Conforme pasó el tiempo los niños empezaron a descubrir sus dones.
Las niñas eran poderosas hechiceras que podían manipular la energía creando campos repelentes y de protección. Si combinaban su poder eran invencibles.
Lo que más le gustaba a Lizbeth de ellas era su espíritu.
Aliona era el soporte de Ilse con su amistad pura y sincera. Era muy cordial con todos, le gustaba ayudar a cuidar a los más pequeños.
Ilse por su parte, era un tanto introvertida, pero empezó a soltarse y sacar a flote su lado bromista, divertido. Le fascinaba sacar de sus casillas a Yoongi.
Lizbeth estaba maravillada con lo que descubrió de los niños. Descendían de diversos linajes de la realeza coreana y también de castas ancestrales de hechiceros.
Podían convocar a seres mitológicos asombrosos.
Aprendió que Seokjin descendía de una de las familias más antiguas y poderosas. Él podía convocar al majestuoso Dragón coreano, el Yong, controlar la lluvia y las nubes.
Admiraba mucho a ese jovencito. Era cariñoso, protector con sus donsaengs. Tenía muchas habilidades, pero también grandes inseguridades que compensaba con trabajo arduo y mucho ahínco.
Era un gran ejemplo para sus "hermanitos".
Yoongi era taciturno. Pero esos momentos de aislamiento los usaba para reflexionar. Era muy crítico con lo que lo rodeaba y eso le provocaba ansiedad. Pero curiosamente, esta disminuía cuando estaba con Ilse, más aún cuando ella se dedicaba a molestarlo.
Otro talento que tenía era que sabía manejar la espada con gran presteza.
Él podía llamar al elegante Chollima, el caballo alado. Era el único que podía montarlo.
Era un animal majestuoso, muy veloz y Min lo tenía totalmente domesticado.
Hoseok pertenecía a un linaje que se hacían llamar "descendientes del sol"
¿Sería por eso que el simpático Hoseokie tenía una personalidad tan radiante? Era la persona más optimista que Lizbeth había conocido.
Cuando se juntaba con la "solecito argentino” como le decía a Aliona por su hermoso cabello dorado, eran un dúo que llenaba de energía positiva al grupo.
El convocaba al Samjoko, el cuervo de tres patas, muy útil para guiar en la búsqueda de caminos insondables u objetos o personas perdidos.
Namjoon. Ese niño no necesitaba de magia para sobresalir. Era muy inteligente, perspicaz y observador.
Podía interrelacionarse con los animales e incluso con las plantas y comprender su lenguaje.
El controlaba al Bulgasari, monstruo devorador de hierro.
Los maknaes ¡Ah, esos pequeñitos! Parecían trillizos.
Se la pasaban juntos de arriba a abajo. Traviesos y bromistas, pero también hábiles para aprender.
Ellos controlaban a los Imugi o dragones menores.
Jimin era tele kinésico, Taehyung telépata y Jungkook podía abrir portales Inter dimensionales.
Lizbeth también los instruyó en algunos hechizos de supervivencia que permitían, por ejemplo, sanar heridas, ocultarse o activar talismanes.
Si supiera señorita Phoenix, lo útiles que serán sus enseñanzas dentro de muy poco …
🎃
Noche de Halloween. Para los mundanos o mortales, una festividad inocua.
Los seres mágicos en cambio, debían estar vigilantes ya que en esta fecha se activaban las entradas que permitían viajar a diferentes dimensiones y los espíritus benévolos y malignos podían cruzar hacia este mundo.
La clase de la señorita Phoenix estaba preparada para cualquier contingencia. Habían elaborado sus amuletos con el tótem de su clan.
También, tenían elaborado un plan de escape por si fuera necesario huir.
Todos los maestros de la escuela habían adiestrado a sus alumnos.
Era en esta noche, que los hechiceros oscuros aprovechaban el paso inter dimensional. Ya habían incursionado un par de veces en la escuela con el objetivo de secuestrar estudiantes para convertirlos en sus secuaces.
Lizbeth y los niños estaban como todas las noches reunidos en la Biblioteca antes de ir a dormir. Tenían puestos sus abrigos y calzado en caso fuera necesario salir.
El peligro podía darse hasta la medianoche. Debían estar prevenidos.
Todos hacían un gran esfuerzo por mantenerse despiertos, ya que miss Phoenix los hacía acostar temprano.
Jungkook no pudo aguantar. Se quedó dormido en brazos de Lizbeth.
Cuando el reloj dio once campanadas, el sonido de silbatos los hizo sobresaltar.
-¡Niños despierten, es la señal! Rápido, formen las parejas.
La maestra se hizo cargo de Kook. Jin llevaba a Tae, Yoongi a Jimin. Hoseok iba con Aliona y Namjoon con Ilse.
Trataban de evacuar a una zona protegida por un hechizo. Pero fueron interceptados por un grupo de hombres que aparecieron de un túnel de luz.
-¡Hasta que por fin dimos con los mocosos! Bien escondidos que los tenían. ¿Como están principitos?
El hombre que se dirigía a ellos era asiático. Probablemente coreano. Iba acompañado de otros cuatro sujetos.
Tenían un aspecto amenazante con sus rostros cubiertos de tatuajes y pupilas de un color parecido a los ojos de las serpientes.
-Kwon Ji-Yong! Ese es el desgraciado que mató a mis padres.
Seokjin lo miraba con rabia. Sus ojos estaban llenos de lágrimas.
Kwon era el líder del clan oscuro de Busan. En su afán de poder, había destruido a los otros que podían hacerle sombra.
Luego empezó a exterminar a las familias que practicaban magia blanca.
Su objetivo eran los niños porque eran los herederos del conjuro de los animales sagrados.
- ¡Aléjese! ¡No se atreva a hacerles daño!
-Preciosa, esa no es mi intención.
Muertos no me sirven de nada. Vamos mujer, hagámoslo por las buenas. Tú y las zorritas pueden venir también, nos hace falta compañía.
- ¡Asqueroso! ¡No les pondrá un dedo encima! ¡Niños, en guardia!
Lizbeth dejó a Jungkook a cargo de Jin. Avanzó y puso distancia entre ella y sus alumnos.
Invocó al fuego creando una gran ola de calor.
Mientras tanto, Ilse creó un campo de fuerza protector y Aliona uno para atacar.
Yoongi materializó una espada y se puso en posición.
-¡Guapa! Cuanto poder. Vaya, una sexy piro quinésica. Esto se pone cada vez mejor.
¡Que esperan payasos, ataquen antes que llegue la medianoche!
Mientras que Lizbeth y las niñas se encargaban de protegerlos, los niños rodeaban a Junkook.
-¡Kookie, pequeño, despierta por favor!
Jin trataba de reanimarlo para que creará un portal y poder huir.
-Pierdes el tiempo Kim. El chico no despertará, está bajo un hechizo. ¿O me crees tan estúpido?
-¿Porque no viene nadie a ayudarnos? ¡Esta escuela está llena de magia!
-Nadie vendrá Hoseok. Los árboles me han dicho que perciben una fuerza oscura sobre toda la escuela.
Nos han aislado de los demás.
Mientras Lizbeth repelía el ataque, habló con Tae telepáticamente.
-Tae, es momento. Habla con mi padre, avísale.
-¡Maestra, no podré! ¡Él está muy lejos!
-Tú puedes mi niño! Hazlo por mí y tus amigos.
-Jimin necesito que me cubras.
- ¿Tae? Está bien.
Jimin usó su poder telekinetico y empezó a lanzar piedras y maderos a los hombres.
Yoongi se dio cuenta que Ilse se estaba debilitando. Se acercó a ella y la tomó del hombro. En ese instante, ella pudo sentir que su poder se incrementaba.
-¡Jin Plan B!
-¡Si maestra!
Jin creó una neblina que los cubrió.
Así,Tae después de hablar con el señor Phoenix se dedicó a tratar de hablar mentalmente con Kook y despertarlo.
-Jin, ¿cómo van?
-Todavía no despierta.
-Tae, conectanos!
-Kookie bebé. ¡Despierta pequeño! Te necesito para poder salvar a tus amigos. ¡Escucha mi voz!
- ¡Ríndete de una vez perra! ¿Cuánto más crees que podrás resistir? Ni tu ni esas gatitas durarán mucho.
- ¡Aliona, Ilse, únanse y protéjanse!
Los niños empezaron a asustarse.
¿Que pretendía hacer miss Phoenix?
Las pequeñas unieron fuerzas y fortalecieron el campo de protección.
-¡Lizbeth venga con nosotros! ¡Por favor!
-¡No Seokjin! ¡Cuida a tus hermanitos y hermanitas!
Cada uno sabe lo que tiene que hacer.
-¡Los amo mis niños!
Lizbeth estaba segura que el campo de fuerza los protegería. Yoongi y Hoseok ayudaban a sus amigas a mantenerlo estable.
Se concentró en la ira y dolor que sentía por el sufrimiento pasado de sus pequeños y por el hecho que esos malvados quisieran privarlos de su voluntad y libertad.
Así que, a sabiendas que el despliegue de poder que haría podría acabar también con ella, sacó su última ficha de juego.
-¡Ignis!
El calor y fuego que emanaba eran insoportables. Los hechiceros oscuros quisieron huir, pero la fuerza de su furia los alcanzó, arrasando con ellos en segundos.
Pero, el desborde de energía sobrepasó a Lizbeth e hizo que implosionara, desapareciendo y dejando una estela de luz.
Los niños llegaron a ver el sacrificio de su amada maestra. Estaban desconsolados.
A la medianoche el peligro cesó. El señor Bang pudo asistirlos y consolarlos por la desaparición de Lizbeth.
Seokjin le explicó las indicaciones de su profesora.
Por su seguridad viajarían por un portal que Junkook abriría. Se refugiarían con los señores Phoenix en la Amazonía peruana.
Hoseok usaría el poder del Samjoko para orientarse a través de las dimensiones.
Fue así que los estudiantes de Lizbeth Phoenix le dijeron hasta pronto a la Escuela Mágica de Lancre.
Invocaron a los dragones y el caballo alado para viajar.
Atravesando el portal, desaparecieron sin mirar atrás.
⏳
Quince años más tarde…
Ha pasado mucho desde la infausta noche de Halloween de 1910.
Los niños continuaron su formación bajo la tutela amorosa de los señores Phoenix.
La huella de Lizbeth caló muy hondo en ellos.
Varios se dedicaron a la docencia en homenaje a la amiga, a la maestra.
Seokjin y Namjoon son maestros de magia en Lancre.
Yoongi y Hoseok enseñan en Corea y Aliona e Ilse en la Universidad de América.
¿Los pequeños?
Son exploradores que viajan por los portales dimensionales buscando reliquias mágicas que están en peligro de ser robadas por los magos oscuros.
Una mañana, los mayores recibieron un mensaje telepático de Tae.
Hyungs, noonas. ¡Lo encontramos! ¡Encontramos el talismán del Ave Fénix!
Todos se regocijaron. ¡Eran magníficas noticias!
Por fin podrían traerla de vuelta…
"No hay magia más poderosa que el amor de un corazón noble y sincero"
Para ti V. Maestra entre maestras.
Que tu magia llegue hasta el cielo.
♥♥♥♥
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