[5] Enzy be like:
•~ Enzy be like: •~
Ayari.
Hace rato había dejado a Najak solo en el invernadero, pues su ceño fruncido aunque no lo pareciera era algo temible. Me curó con bastante esmero a pesar de que apenas y era un rasguño.
Me había movido un poco el tapete ver su preocupación y no lo podía negar, una que otra mariposa en el estómago se había hecho presente al ver tremendo perfil que el chico se cargaba, pues cuando me estaba curando y gracias a la lus del sol, pude detallar aún más sus hermosas facciones.
A la hora de la comida nuevamente no había nadie, por lo que mejor me decidí por ir a caminar un rato y conocer más el bosque, aprovechando e iba a la tienda por un refrigerio o algún ramen, pues no había ninguna gana de cocinar dentro de mí.
Me calcé un par de botas junto a un pantalón que se suponía era de esos para hacer ejercicio, pero solo lo usaba para dormir —porque yo realmente de fitness no tenía ni las pestañas postizas—, también una chamarra cazadora blanca que tenía —con una así parecía muñeco de nieve pero ¿qué frío iba a tener con tremendo chamarron poderoso?— y por último un simple gorro tejido, el mismo que me dio Najak para ser exactos.
Ahora que lo pensaba, no podía negar que me estaba encariñando del chico y no solo del lugar.
Salí con tranquilidad, solo que está vez cargando mi celular por si acaso. En cuanto salí a la calle pude notar que la casa de los "vecinos", estaba en dirección a la tienda (e igual a la ciudad) y que se encontraba al otro lado de la calle. Casa igualmente de grande que la de Giri y sus chicos, solo que más sombría en aspecto.
Me preguntaba en cierto modo como podrían durar tanto tiempo en una reunión sobre el medio ambiente, y aún más, solo entre DOS vecinos.
Fijando mi vista a las ventanas delanteras de la casa, no se veía nada hacia dentro ni tampoco había luces de los chicos. Seguí caminando como si nada, tranquila y a mi ritmo; no había prisa ni presiones. Solo yo caminando al aire libre del bosque y sus alrededores, escuchando a las aves piar y a las ramas estremecerse por la suave brisa —la cuál en ocasiones me hacía sacudir la espina dorsal.
Concentrada en tan solo sentir el paisaje a mi alrededor y con la mente en otro lado, empecé a tararear una canción.
—La luna pasaba cerquita del mar, la arena plateada cubierta de sal, sentada en la orilla mojaba mis pies, pensando en tu boca pensando en tu piel —susurrando la había cantado y aún así me escuche bastante bien. Sonreí orgullosa por mí voz, tal vez no era una profesional, pero no se podía negar que por lo menos dominaba las notas bajas.
La canción era La vida me cambio, pero aunque no la escuchaba mucho, era una que no podría faltar en la segunda playlist.
~Pensando en tu boca pensando en tu piel ~
Se me vino a la mente esa parte de la canción, pero me sonroje, alterada al recordar a la par de esa letra la imagen de Najak curandome.
Y sus facciones.
Y su pelo que se notaba tan suave.
Y sus ojos rasgados que tenían esa mirada tan atrapante.
Y sus labios que se veían tan besables.
Y...
—¡Ayari, no seas pervertida! —me reprendí a mi misma, tomando mi cabeza entre mis manos al notar a dónde irían a parar esos pensamientos cada vez más cochinos.
—¿Entonces eres pervertida? —sonó una voz que iba saliendo de entre los árboles.
—¡Ay, a la sh!t! —grite, dando un saltito hacia atrás.
Cómo les está gustando asustarme a estos, en serio.
Yo iba caminando del lado derecho del camino, por lo que él se me apareció por mi derecha del bosque.
Enzy salió de entre los árboles, y antes de que llegase a mi, pude vislumbrar una sonrisa burlona en sus labios, la cuál borro antes de que se le saliera una carcajada por mi escena.
—Entonces ya no solo pervertida —vociferó—, sino que ahora también grosera —agregó, dándome un golpe en la frente con un dedo y haciendo algo de burla a mi estatura.
Sip, a mi estatura. Yo no era realmente pequeña, pero el si que era un poste de luz, al igual que los demás chicos, por lo cual me dejaba abajo por varias cabezas.
—¿Y? —me crucé de brazos, a la defensiva—, ¿me vas a decir que tú eres un santo? —alcé una de mis cejas, algo molesta.
—No —rió—, pero por lo menos no soy acosador como tú —acusó, cruzándose de brazos también, lo cual lo hacía ver más grande.
—¿Y tú cómo sabes? —inquirí, dudosa porque él ya lo supiera tan rápido. ¿Acaso Louis le había contado? ¿O Luka andaba también en el chisme?
—¿Confirmación o duda? —preguntó, haciendo un ademan de dudoso—, digo, te noto muy en confirmación —sonrió.
Después de ver mi expresión de fastidio, termino por carcajearse de mi reacción. Al final nunca supe si era de broma o realmente estaba confirmando si era acosadora —digo, cuando un chico me gusta si que puedo serlo por saber todo de el chico—, pero a pesar de ser medio molesto, me siguió hasta la tienda.
Imagino que era por si algo me pasaba o por los lobos de la otra vez, pues dudaba que haya sigo la única en notarlos rondar tan cerca de la casa.
El camino hasta la tienda fue silencioso pero no fue incómodo en realidad. Estar con Enzy en cierta parte era como estar con un hermano, que te hacía sentir cómoda, pero también era como estar con tu novio frío y reservado. Enzy no era completamente así, frío y todo eso, por lo menos eso podía decir en los dos días que llevaba aquí, pero no lo aseguraba aún.
Al entrar el tintineo de las puertas aviso de nuestra llegada a la encargada y a los que parecían ser los dueños, los cuales se encontraban sentados juntos en una de las mesas de convivencia que había.
En cuanto pasamos las puertas de cristal se nos quedaron viendo, no sé si criticandonos o notando que no soy de por aquí, pues la otra noche no estaban todos juntos como ahora.
—¿Te incomodan? —preguntó Enzy a mi lado.
—¿Eh? ¿Qué cosa? —indagué, tomando una bolsa de frituras.
—Las miradas.
—No —recorde—, simplemente los ignoro —expliqué—. ¿Y a ti? —pregunté en su dirección.
—¿Yo qué?
—¿Te incomodan sus miradas?
—¿Qué? Claro que no —habló como si fuese superior.
Otra cosa que agregarle es que tal vez fuese en un mínimo engreído.
Cuando Enzy vio que estaba por agarrar unas galletas y no lo hice, las tomó él. Me dejó en duda eso, tal vez se le habían antojado a él. Yo no las tomé porque realmente no llevaba mucho dinero, simplemente había tomado un poco del guardado.
Yo me dirigí a la caja para pagar y Enzy se perdió entre los estantes de frutas y demás. En la que la chica joven pasaba las cosas por el escaneo, me habló.
—¿Vives con ellos? —susurró, viendo en dirección a donde se había ido Enzy.
Yo dude un momento en contestar.
—Em, si.
La chica noto mi pequeña incomodidad y sonrió.
—Disculpa, simplemente no hay gente nuevo muy a menudo y menos tan lejos de la ciudad —se explicó.
Yo asentí tranquila pero aún incómoda por si sonrisa, la cuál era... Algo siniestra sinceramente, más lo ignoré, ansiosa por irme.
Me preocupe aún después de haber pagado, pues Enzy no volvía y yo seguía afuera de la tienda, sentada en una de las bancas. ¿Dónde se habría metido ese cuatro ojos? Digo, si era un cuatro ojos medio molesto y todo hasta ahora, pero no quería que en una de mis primeras convivencias con él, el chico se desapareciera.
Enzy.
Estaba encerrado en el baño, pero esperando a que Ayari se fuese para seguirla de cerca, pues últimamente sentía un olor cerca de ella; como siguiéndola. Eso no me parecía ni me cabía.
El hedor que siempre la seguía era familiar, pero no era que ella no se hubiese bañado, sino que era más como un hedor a... Vampiro. No lo comprendía completamente ni mis hermanos tampoco; los vampiros nunca se han atrevido a entrar a nuestro territorio y el que uno anduviera cerca solo significaba algo: nuestras sospechas hacia lo que es Ayari solo se afirman más.
El hedor a vampiro era una asquerosa revoltura de sangre podrida de ellos y de lo que queda de su humanidad por los primeros seis meses, y luego se vuelve un olor nauseabundo a muerto y la sangre de los inocentes que asesinan. Los vampiros eran seres asquerosos y no podría describir mi desprecio hacia ellos.
Todos los malnacidos vampiros debían morir por todo lo que le hicieron a nuestro pueblo.
Y suponía que todos a excepción de Heli y su grupo. Ellos eran... diferentes, en especial ese tal Solon, algo tenía; algo escondía.
Ayari.
Me cansé de esperar, así que emprendí camino de regreso a la casa, pues tampoco era como que Enzy se fuera a perder o algo así. Tenía más posibilidades de perderme yo que el peliverde.
Me estaba planteando la idea de ir a caminar por el bosque otra vez, no me estaba importando mucho el que esa manada estuviera cerca, a pesar de que algo así podría ser mortal, sinceramente no me estaba importando si la consecuencia era ver bellas flores y árboles frondosos.
El frío estaba comenzando a calar en las nubes, pues en la pura punta de los altos frondosos se notaban partículas blanquesinas en montón, andoles una fina capa blanca que desde abajo, apenas y se notaba.
Sin previo aviso me metí entre los arbustos y comencé a caminar por allí, perdiendo me en mi vida que estaba empezando a sonar como There's Nothing Holdin' Me Back de Shawn Méndez de fondo.
Danzando entre las pequeñas ramitas que me estaban raspando cuidadosamente los brazos y dando ocasionales vueltas por encima de las mortales raíces. Me perdía otra vez entre la música natural del bosque y la belleza que me rodeaba. Me cegó por un microsegundo algo metálico en el suelo, pues había rebotado un rato de sol que se colaba por entre los árboles.
Detuve mi andar y me enfoque en encontrar nuevamente ese brillo, en buscar lo que me hubiese dado. Me agaché un momento y lo ubiqué; a menos de un metro ahí estaba: una pequeña plaquita de metal que parecía tenía consigo una cadena. Lo alce entre mis manos y lo observé: era un tierno pero elegante collar de metal, con una fina cadena y una plaquita en forma de luna y una hermosa estrellita azul en medio de la luna (🌘), que hacían un hermoso detalle en el colgante.
Ese azul era familiar, como si me llamaste a no dejarlo, a seguirlo y a buscarlo.
Me coloque el collar en el cuello con extremo cuidado y seguí mi camino a casa por el bosque, pues algo me decía que ya debía de volver.
🐺
—¿Empezar ya la escuela? —murmuré.
—¡Si! —chilló Arista—, más precisamente: mañana —farfullo, contenta y entusiasmada por más que la idea de que yo volviera a los estudios, que ella tendría tiempo a solas con Giri. Arista me tomo de los brazos y siguió hablando—. Los chicos de Giri, bueno, Khan, nos ha hecho el favor de ahorrarnos el ir hasta la escuela y ha hecho todo el papeleo y así. Podrás empezar mañana, además de que antes de venir a casa, fuimos rápido a recoger tu uniforme.
Mi madre alzo una bolsa plástica transparente y saco con furor el uniforme, mucho más entusiasmada que yo por volver a la escuela, pues: ya me había acostumbrado a quedarme en un lugar acolchonado y pasármela trague y trague chucherías todo el santo día.
Al sacar la falta del uniforme me emocioné un poco más, pues las tallas las habíamos enviado a una costurera hace como mes y medio.
«¿Cuánto habré engordado en ese tiempo?». Sufrí internamente.
Apreté los labios en una fina línea para no reírme de la cara que seguramente haría mi madre al ver qué no entrara en la falda, pero me aguante y aparentemente ella no tenía como principal objetivo eso. Me hice a un lado en cuanto se oyó la puerta principal abrirse y que ella pasará por al lado de mi con rapidez.
Empezó a hablar de no se que cosas con Giri mientras lo llamaba "cariño". Yo sinceramente no me aguanté y me carcajee al ver el rostro de asco de Camill al pasar por al lado de la parejita enamorada de los dos mayores y su espectáculo como de pareja recién casada.
—Si van a andar con sus cosas mejor váyanse a su cuarto o avisen para acuchillarme antes los ojos —se quejó, con sarcasmo.
Yo me reí, pero antes de poder decir algo o hablarle, Camill me rodó los ojos como niño malcriado y subió las escaleras. Yo en mi triste afán por querer caerle bien a toda la gente o de poder siquiera, saber la razón de su desprecio, lo seguí por las escaleras y lo alcance arriba, en el pasillo, después de haber casi corrido, pues un paso suyo eran casi tres de los míos.
Jalé su brazo con fuerza para que voltease a verme y solté la pregunta que me hacía picar en ese momento la lengua.
—¿Qué rayitos de sol te pasa conmigo?
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Holiiii
Discúlpenme por no actualizar más rápido está vez, pues es que no me gustaba como quedaba la parte narrada por Enzy y ps sinceramente me puse a leer un nuevo libro: "Eres eterno, Nicholas", no es un fanfic (lo digo por el nombre Nicholas), pero como es un libro de un chico de enfermedad terminal y eso, pues...
Si notan que narro un poco diferente los últimos párrafos es porque ando así como tristona, además de lo del mugre K 😠 *Se enoja en biased celosa.
Se que no es mío y todo pero el: "Si, acepto", "También acepto", "No se peleen K está para todas". Osea mijo, ten piedad por las que no podemos irnos para Japón jsjsjahka 😞
Bueno ps hasta próximo capítulooo
Bye and Ai shiteru ♡
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