[3] ¡Carajo, Louis!
•~ ¡Carajo, Louis! •~
Estaba apunto de abrir la puerta de mi habitación cuando desde la profunda oscuridad salió un:
—¿Ayari?
—¡¡¡AAAAAAAAAHHH CARAJOOOOOOO!!!
Todo en mi sistema se había desestabilizado debido al susto. Rápidamente me lleve una mano al pecho para dar un intento a regularizar mi respiración, mientras intentaba acostumbrar mi vista a la oscuridad para enfocar lo que sea que me hubiese llamado por mi nombre.
La voz no había vuelto ni a piar, pero si algo sabía era que esa voz no era conocida para mí.
Perfecto, no vuelvo a bajar por agua en mi vida.
Entre con una rapidez abisal a mi habitación y encendí la luz con desespero. Corrí nuevamente a las puertas y las abrí de par en par en un intento ameno por iluminar lo mayor posible la estancia.
Lo que sea o quién sea que hubiese estado en el lugar hace unos segundos, había desaparecido.
🐺
Definitivamente no había dormido después de ese susto que casi me da un infarto anoche. Debido al miedo que sufrí hace unas seis horas atrás, había aprendido a dormitar con un ojo cerrado y el otro abierto.
Claramente tampoco me iba a ir a dormir al cuarto de mi mamá, quién sabe que cosas estuviera haciendo ahí con Giri. Además, ya no era una niña asustada de cuatro años. Bueno, en este momento si era una niña asustada de catorce, pero nada más.
Volteé a ver el reloj en la mesita de noche y vislumbre que marcaba las 6:15 de la mañana (madrugada para mi). El sol ya había salido hace mucho, y a pesar de que me imaginaba las mañanas aquí mucho mejor que la de hoy, no podía levantarme a ver debido al temor a esa voz y volver a ver a esos lobos cerca.
¿Para que mentir? Claro que me encantaban los lobos, pues se parecían a preciosos y enormes perros peludos. De hecho, por eso me enamoraban los huskys, pues eran grandes y super mega duper peludos, y eso me encantaba. Por supuesto que algún día quería acariciar uno, pero no uno salvaje; no quería que me mordiesen la mano.
Al final me oblige a levantarme para bajar e ir a ver cómo sería todo el rollo de la escuela, quizás ya me habían inscrito o apenas lo harían, pero igual quería ir a chismorrear, pues según sabía, ellos iban en el turno matutino.
Al bajar me lo primero que hice fue dar un vistazo a la cocina, para ver si mamá ya había hecho el desayuno o si alguien se encontraba ahí. Me sorprendí un poco al notar que en toda la sala y la cocina no había nadie, más aún al ver qué mamá no se encontraba en la cocina, como normalmente lo hacía.
Mire al calendario que se encontraba pegado al refrigerador: era Lunes y no veía que esos chicos se prepararán para la escuela. Tal vez solo no hacían ni un poco de ruido en sus habitaciones, o simplemente ya se habían ido y no me había dado cuenta, lo cual sería extraño en realidad, pues yo prácticamente no había dormido.
Me asome por el porche al estacionamiento y mire que la camioneta de Giri aún estaba ahí, delatando que no se habían ido aún.
Si no estaban y las camionetas seguían ahí, ¿a dónde rayos habían ido? ¿A donde abría desaparecido mi madre?
Me dirigí rápidamente a su habitación y no había nadie, ni siquiera había tocado para entrar. Mamá no estaba y Giri tampoco, subí nuevamente a mi habitación y me asome rápido por los ventanales; no había nadie afuera.
Corrí al pasillo y toque la puerta de los cuartos de los chicos, esperando que alguno me abriera o que diesen señales de vida, pero nada aún. A la tercera habitación me rendí y entre sin permiso, invadiendo la privacidad pero desesperada por ver a otro ser vivo.
Ningún chico se encontraba en su cama cuando encendí la luz.
«¿¡Y estos dónde rayitos de sol están!?». Pensé, con desespero.
Cogí aire y lo expulse varias veces, calmando me para seguir buscando. Me senté en una de las camas que se encontraban contra esquineadas y me lleve las manos a la cara, sosteniéndola para evitar desesperarme y estresarme más.
Alce la mirada y a la derecha me encontré con la mesita de noche de... ¿Louis? Ese nombre tenía escrito en la tapa dura de uno de los cuadernos que se encontraba encima de la mesita.
Me levanté y me acerque a la mesita, viendo la hora en el reloj y prestándole más atención a cuaderno. Parecía un diario.
Lo tomé entre mis manos a sabiendas de que si lo leía realmente estaría invadiendo la privacidad de alguien, quién sabe si aquí dice que ha matado a alguien o si ha estado acosando a alguien.
Abrí el cuaderno en la primer página y lo que decía era:
«Marzo 04 de 2010.
Los cazadores nuevamente nos descubrieron y nos han estado siguiendo por toda Asia. El último pueblo en el que hemos estado tuvo una gran variedad de criaturas así como de extensión de bosque, mi hermano y yo nos hemos hecho cargo de investigar por aquí en Arabia, pero los demás llegarán pronto, necesitamos atraparla cuánto antes».
¿Atraparla? ¿A qué se refería con atraparla? ¿A quién, para ser exactos?
La curiosidad me gano y aunque estaba consciente de que no debía seguir, lo hice, pase a la segunda página, que decía lo demás, en una fecha demasiado diferente como para seguir con el contexto de lo anterior:
«Abril 16 de 2011.
Khan está demasiado ocupado y estresado como para poder seguir, todos nos encontramos agotados y hartos de perseguirla. Luka y Tahel intentan jugar con Ruslan para distraerlo un poco de tanta sangre, a pesar de que es un gran luchador, no quita el que siga siendo un niño. Ruslan pronto cumplirá años y el único pastel que tendrá será en arena o popo de camello, lo cuál entristece en gran manera a Mahan.
Hemos intentado llegar a algún pueblo en Egipto, más bien al Cairo, pero se nos está haciendo imposible por querer atraparla sin perderle el rastro y con el poco sentido de la orientación que nos queda».
¿El Cairo, Egipto? ¿Qué hacían tan lejos de Estados Unidos? ¿Y qué mierdas es eso de atraparla a más de un año de diferencia? ¿En qué estaban metidos estos mocosos?
Tantas preguntas atacan mi cabeza a la vez que hasta yo misma me vuelvo loca.
—¿Ayari? —suena otra vez esa voz a mi espalda, aterrandome y me volteo asustada, lanzando el libro a la mesita nuevamente y con el nombre de Louis aún en mi mente por lo que acababa de leer, grito:
—¡Carajo, Louis!
🐺
—¡Carajo, Louis!
El chico se queda unos segundos confuso por verme aquí, pero yo aún más, pues quien era él.
—Amh, si —frunció su ceño y me escrutó con la mirada—, mi nombre es Louis.
¿Sería uno de los otros dos chicos de Giri? Bueno, es lo más probable, pero ¿por qué hasta ahora? ¿Él sabía dónde estaban los demás?
—¿Qué haces en mi habitación? —preguntó, viéndome de manera gélida—. ¿Eres Ayari, no? La hija de Arista —dedució al verme bien, pero viéndome como si fuera una rarita por estar aquí.
Cuando el volteo y noto el diario medio abierto en la mesita de noche debido a que no lo acomodé bien, me levanté de golpe. Debía de irme si no quería pasar un momento incómodo, porque en definitiva, de que fui descubierta, fui descubierta.
No sé por qué tan irónicamente me acordé del meme: ATRAPADAAAAA.
Aunque bueno, eso amerita a la situación.
—C-claro, ¿quién más? —reí incómodamente y me preste a irme, pero no pude emprender mi huida, pues el me tomo del brazo de forma brusca y me miró directamente a los ojos.
—¿¡Leíste ese libro!? —gritó. Yo me sobresalté, asustada, pero él no lo noto y me soltó de manera que me lastimó el brazo. Se acercó y tomó el diario en manos, viendo en qué pagina me quedé, pues la manera en que cayó el cuaderno dejaba ver eso.
Pareció notar que no había leído mucho, pero cuando volteo me dio miedo su mirada enojada.
Parecía amargado.
—Sal de aquí —ofuscó, cuando yo no me moví debido a la impresión, volvió a gritar, pero con una voz animal—: ¡Sal de aquí!
Ya me había movido y abierto la puerta, pero para cuando ya iba para el pasillo, choque con un pecho y me volteé hacia arriba, notando a un chico igual al otro, solo que este tenía el cabello color café y verde, pues el del otro era gris y rosado.
Sus ojos grises caídos me miraron confusos y después sorprendidos.
—¡Ayari!
«¿¡Ahora qué!?».
El chico alto me abrazó y yo me removí incómodamente, él era mucho más grande que yo.
El otro, Louis, salió de la habitación al pasillo y aún despreciándome con la mirada, habló a su hermano.
—Luka —¿Luka? Entonces así se llamaba este—. ¿También viniste con Arista?
—¿Mamá? ¿Dónde está mi mamá? ¿Dónde están todos? —interrogué, zafándome del los brazos aprisionantes de Luka.
Ambos se miraron confusos y después Luka me sonrió.
—Estamos en la casa de los vecinos a unos metros —explicó. ¿Había más civilización en este extenso bosque?—, ¿no te dejo una nota Arista?
—¿Nota? —dude y corrí a mi habitación a revisar mi celular.
¿Por qué no se me había ocurrido antes?
Además de leer los diarios de otras personas como acosadora, era bruta.
Al encender el celular, claramente, había un mensaje de mamá diciendo que estaban en la casa de los vecinos en una reunión para hablar sobre no se que de no se que de los animales y así. Cosas de cuidar el bosque y la flora y fauna.
Cerré los ojos un momento para aguantar la risa de todo lo que acababa de pasar para que al final fuese solo eso. Además también me había dejado otro mensaje diciendo que mi desayuno estaba en el horno de microondas y que la escuela no empezaba si no hasta mañana.
—¿Todo bien, Ayari? —asomó la cabeza por la puerta Luka.
—Si, si —agite una mano en el aire, restándole importancia.
🐺
Hace un rato mamá subió a ver cómo estábamos los chicos y yo, y en cuanto se dio cuenta de que ya estaba despierta, me dijo que me calentaría el desayuno y que si quería, podía alistarme rápido para ir con ellos a la casa de los vecinos. Yo me negué y al final se fueron los tres, Luka, Louis y Arista.
Todos estaban allá, en una especie de reunión de vecindario aunque solo fuesen dos casas en más de cincuenta kilómetros.
Yo en este momento estaba en la barra de la cocina, desayunando un riquísimo omelet —que juraba si mi mamá lo quería, podría ser una cocinera profesional, poner un restaurante y tener sin problema alguno cinco estrellas.
Aunque sentía que si quería, que con el que más podría socializar sería Tahel, pero en este momento ni el estaba en casa.
La curiosidad me carcomía por querer subir otra vez y leer más de ese diario a pesar de que Louis se había enojado conmigo por ello. Ciertamente no quería empezar con el pie izquierdo con él, pero su primer rechazo me había dolido (además del palpitar en mi brazo). Tal vez si, lo tenía que admitir, fue mi culpa la primer impresión tan descarada.
Me había metido a su cuarto sin permiso y para acabarla, le había esculcado el diario.
Ni quién me quisiera volver a ver después de eso.
En cuanto terminé mi desayuno y el jugo de naranja que se encontraba en mi vaso, me levanté y los lave rápido para calcular el tiempo en el que ellos volvían y en el que podría volver para tomar rápido el diario y regresarlo por la noche.
Tal vez si, estaba siendo como un drama de espías y agentes secretos, pero había que admitir que esos chicos estaban escondiendo algo, y yo lo iba a descubrir. Estaba decidida a hacerlo, porque además de que a mí vida le faltaba acción, esto me generaba demasiada curiosidad y me ponía ansiosa.
🐺
Estaba ya subiendo las escaleras con el máximo cuidado de no hacer ruido por si acaso y hasta con guantes por si las moscas de las huellas digitales.
Realmente no creía que se fuera a hacer mucho drama por esto, pero aún así Louis podría haber escondido el diario o algo así. Por ello lo regresaría lo antes posible en la noche. Incluso él podría estar pendiente del diario por lo mismo y eso sería preocupante, pues podría descubrirme.
Abrí rápido la puerta y entré, medio cerrando la detrás de mi, para evitar sorpresas otra vez.
Cuando dirigí mi mirada hacia la medita de noche, el diario ya no se encontraba ahí. Solo había libros sobre química, física y no se que más de la escuela, matemáticas nada más.
Suspire y me resigne a seguir buscando.
Esto era demasiada invasión a la privacidad, así que salí de la habitación y me fui a la mía.
Un rato después me di un susto al escuchar un golpe fuerte afuera, como por el lado derecho de la casa. Me daba miedo pero aún así decidí ir a ver qué era. Salí y al parecer de dónde había venido el ruido era un tipo de invernadero, más bien un jardín, pues solo se encontraba cubierto por mallas que cuidaban que las enredaderas de flores no se saliesen de su lugar.
Me acerqué y para cuando había cruzado el arco de las mismas mallas de enredaderas, me sorprendí al encontrar al grandullón rubio con un mandil verde, cubierto de tierra y fertilizante, recogiendo pedazos de lo que parecía ser una gran maceta que se le había caído aparentemente.
—¿Najak? —hablé.
—Oh —se enderezó, viéndome—, ah, Ayari.
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Holiiiii
Sipi, otra vez me quedé sin datos jsjaja
Espero próximamente poder actualizar cada una o dos semanas, dependiendo de qué tan rápido escriba, aunque no se preocupen, que a esta historia realmente le estoy echando ganas.
¡Feliz año nuevo por cierto!
Espero pronto traerles un nuevo capitulo, pero en fin, byeeee.
Bye and Ai shiteru ♡
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Dato curioso de hoy: ¿Sabían que el dios Lobo Vargr del DARK MOON original es conocido en la vida real como Fenrir (o también conocido como Hróðvitnir), en las leyendas nórdicas?
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