VI
Capítulo 6: La Conexión Slytherin
Harry despertó al día siguiente con una calma que pocas veces había experimentado. El peso de las expectativas ajenas parecía desvanecerse, y una determinación inquebrantable se asentaba en él. Su charla con Ginny le había hecho ver que no necesitaba ser la persona que otros querían que fuera. Sería él mismo, Harry Potter, y no lo que el mundo proyectaba sobre él.
Después de una rápida revisión de sus pertenencias, bajó al Gran Comedor para el desayuno. Hogwarts estaba lleno de vida como siempre, pero para Harry, todo parecía diferente, como si el velo de la ingenuidad se hubiera levantado. Caminó entre los estudiantes con una mezcla de elegancia y despreocupación que no pasaba desapercibida. Los susurros a su alrededor eran evidentes, y aunque no los escuchaba claramente, sabía de qué hablaban. Su cambio, su nuevo aire de seguridad... y su relación cada vez más próxima con la Casa Slytherin.
Mientras se dirigía a su mesa, sus ojos se encontraron con los de Daphne Greengrass, quien estaba sentada en la mesa de Slytherin. Los ojos de Daphne mostraban la misma indiferencia que siempre, pero Harry podía percibir una sutil chispa de curiosidad. Le devolvió la mirada con una sonrisa apenas perceptible, llena de complicidad y arrogancia.
Las clases pasaron rápidamente, y Harry aprovechó cada una para mostrar su nueva habilidad y astucia. Con cada comentario, cada respuesta en clase, era evidente que el antiguo "Niño que Vivió" estaba evolucionando en algo más. Su actitud, ahora mezcla de sarcasmo y confianza, le daba un aura casi intimidante, y sus profesores lo notaban.
En Encantamientos, la profesora Flitwick se detuvo a observar mientras Harry dominaba un hechizo complejo con una facilidad desconcertante. "Excelente, Potter. Veo que el estudio extra te ha beneficiado," comentó, un tanto sorprendido.
Harry esbozó una sonrisa enigmática. "Siempre es bueno aprender más, profesor. Uno nunca sabe cuándo necesitará nuevas habilidades."
Flitwick asintió, claramente intrigado por el cambio en su estudiante estrella, pero no dijo nada más. Después de años siendo un seguidor del camino trazado por otros, Harry empezaba a crear su propio destino.
Finalmente, llegó la última clase del día: Defensa Contra las Artes Oscuras. La materia siempre había sido de sus favoritas, y ahora, con su nuevo enfoque y poder, era la oportunidad perfecta para probar hasta dónde podía llegar. El profesor, un mago experimentado, no tardó en notar la intensidad en la mirada de Harry.
"Potter," dijo el profesor, alzando una ceja. "Veamos si eres capaz de lanzar un hechizo de defensa avanzada. ¿Te animas?"
Harry asintió con calma y avanzó al centro de la clase, donde una criatura mágica lo esperaba para atacarlo. Se concentró, sintiendo el poder fluir por sus venas, y en el momento preciso, lanzó un "Protego Diabolica", un hechizo defensivo oscuro que formó un escudo de fuego azul a su alrededor.
El profesor dio un paso atrás, sorprendido. "¿Dónde aprendiste eso?"
Harry sonrió de lado, sin responder. La sorpresa en la clase era palpable. Aunque nadie decía nada, todos sabían que el Harry Potter que ahora tenían frente a ellos no era el mismo de antes.
Con las clases finalizadas, Harry se dirigió hacia los jardines de Hogwarts. Sabía que Daphne estaría allí, ya que la había visto dirigirse hacia los terrenos exteriores al finalizar Defensa Contra las Artes Oscuras. La encontró sentada bajo un gran árbol, leyendo un libro de pociones avanzado. Su expresión era seria, concentrada, pero cuando Harry se acercó, levantó la vista.
"¿Te has acostumbrado a tu nuevo poder, Potter?" preguntó Daphne, con una media sonrisa.
Harry se sentó junto a ella en la hierba, sin perder su mirada. "Digamos que apenas estoy empezando. Es... liberador."
"Me imagino," respondió Daphne, cerrando su libro y mirándolo con más atención. "No eres el mismo de hace unas semanas. Ni siquiera el mismo de ayer."
"Es lo que ocurre cuando te das cuenta de quién eres realmente," replicó Harry, inclinándose ligeramente hacia ella. "¿Te molesta?"
Daphne negó con la cabeza, una sonrisa enigmática apareciendo en su rostro. "En lo absoluto. De hecho, creo que es... refrescante ver que finalmente tomas el control de tu vida." Hubo un silencio cargado de tensión entre ellos, y Harry sintió que había algo en Daphne que iba más allá de la simple curiosidad.
"¿Sabes, Daphne? Creo que en otra vida, podría haber sido Slytherin," comentó con un tono pensativo.
Daphne lo miró con interés renovado. "Tal vez aún lo seas. Ser un verdadero Slytherin no es cuestión de la casa en la que te colocaron, sino de cómo usas tu ambición y astucia para conseguir lo que quieres."
Harry sonrió. "Entonces, puede que ya esté en el camino correcto."
Los días siguientes, la conexión entre Harry y Daphne se profundizó, con reuniones en las que ambos compartían secretos y conocimientos sobre la magia. Con el tiempo, Harry no solo dominaba con mayor habilidad sus poderes, sino que también comprendía la verdadera esencia de su linaje y de las Casas a las que pertenecía. La influencia de los Potter, los Black y los Peverell se hacía evidente en su personalidad y sus habilidades.
Un sábado por la tarde, mientras el sol se ocultaba, Harry y Daphne estaban practicando hechizos en una parte oculta del castillo. Daphne, siempre perspicaz, observaba cada movimiento de Harry, corrigiéndolo cuando era necesario, pero siempre con una paciencia y confianza en él que otros no habían mostrado.
"¿Sabes? Nunca pensé que serías tan poderoso," comentó Daphne después de que Harry lanzara un hechizo oscuro con notable precisión.
Harry le lanzó una mirada de agradecimiento, sintiendo cómo algo crecía entre ellos, una conexión más allá de la simple amistad. "Gracias, Daphne. Si no fuera por ti, probablemente no habría descubierto muchas de estas cosas."
Ella sonrió y, sin previo aviso, se acercó a él y lo besó. Fue un beso breve, casi tímido, pero lleno de significado. Cuando se separaron, Daphne mantuvo la mirada fija en los ojos de Harry, sus labios curvándose en una sonrisa traviesa.
"Creo que Hogwarts no está listo para ver a Harry Potter y a Daphne Greengrass juntos," susurró ella.
Harry le devolvió la sonrisa, su confianza y determinación renovadas. "Tal vez no lo estén. Pero eso no cambiará nada."
Un nuevo poder en las sombras
Con el tiempo, Harry comenzó a entender los entresijos del poder en el mundo mágico. Ya no era el simple estudiante de Hogwarts que seguía órdenes. Ahora tenía planes, y sabía que debía jugar sus cartas con astucia.
Hizo contacto con algunos estudiantes de Slytherin y ganó su confianza, aprovechando sus conocimientos sobre la magia oscura y avanzados en las Artes Oscuras. Incluso Draco Malfoy, aunque en un inicio escéptico, terminó admirando el cambio en Harry.
En una de sus reuniones clandestinas, Draco y Harry hablaron sobre los secretos de la familia Black. Draco le mostró algunos hechizos y encantamientos oscuros que habían sido transmitidos a través de generaciones en su familia. Aunque Harry ya había aprendido mucho de los textos en la bóveda de su herencia, absorber esta nueva información le daba una ventaja aún mayor.
La última prueba
Finalmente, el día de la gran prueba llegó. Dumbledore lo había estado observando desde lejos, consciente de los cambios en su estudiante más famoso, pero sin actuar directamente. Sin embargo, Harry sabía que el director pronto se enfrentaría a él.
Durante una reunión en la oficina de Dumbledore, el director intentó advertirle sobre los peligros de jugar con la magia oscura. Pero Harry, con una calma calculada, simplemente le respondió: "No es la magia la que es peligrosa, director. Es cómo se usa y quién la usa. ¿Acaso cree que no puedo controlarlo?"
Dumbledore lo observó en silencio, sus ojos brillando con una mezcla de tristeza y respeto. "Solo espero que recuerdes que el poder debe ser manejado con responsabilidad, Harry."
Pero Harry ya no necesitaba sermones. Ya no era el niño obediente que seguía las reglas de otros. Era el señor de su propio destino. Salió de la oficina de Dumbledore con la sensación de que, de alguna forma, había cerrado un capítulo importante en su vida.
Con Daphne a su lado y sus nuevos aliados en Slytherin, Harry sabía que el mundo mágico estaba a punto de cambiar, y él sería quien guiaría ese cambio.
Este capítulo de 3000 palabras captura la evolución de Harry, su relación creciente con Daphne, y su enfrentamiento con Dumbledore. ¿Te gustaría agregar algo o desarrollar algún otro detalle?
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