32. La costa (Actualidad)
Narrador omnipotente
"No podrás descubrir nuevos océanos si no tienes el coraje para perder de vista la costa."
Mientras el cielo aún se fragmenta, la pequeña llama de la chimenea da calor a los cuerpos de las personas que la rodean. A pesar de guardar el luto por la persona fallecida, todos permanecen en silencio.
Las hermanas se apoyan mutuamente porque no tienen a nadie más, pero Star se pregunta constantemente dónde estará su hermano. No debería desaparecer, sino estar presente con ellas y brindarle su apoyo.
Los truenos son tan fuertes que las personas dentro del hogar saltan de susto.
— Afuera parece como si estuviéramos en los tiempos bíblicos—habla Lara arropándose con su manta, mirando afuera por si llega a ver algo fuera de lugar.
John se acerca a su hermana y lo que dice es verdad, desde temprano no ha dejado de llover a cántaros y afuera no se nota nada. Ni siquiera notan las dos sombras que se mueven bajo la lluvia hasta llegar al porche.
Demon y Damián se miran uno al otro antes de asentir y tocar la puerta, lo que provoca que la mayoría dentro de la casa se asustara y todos corrieran a protegerse por si eran la gente de Lux.
—¿Quién en su sano juicio toca la puerta? —susurra Lara tras de su hermano al notar que este va a ver por la ventana.
—Debe ser la gente Lux, a lo mejor notaron la luz de la chimenea —susurra Star, asustada.
Finn niega igual que John.
— Es imposible, afuera no se ve nada y estamos a quilómetros de la ciudad—dice John sin ver nada afuera. Y cuando el grupo de adentro se dispuso a no hacer más ruido, dos toques volvieron a inundar la sala.
John tragó fuerte y con pasos vacilantes habló.
—¿Quién es? — Carly, a igual que Lara, le dieron una mirada de reproche, pero nadie notó que bajando de las escaleras del segundo piso, una señora Susie sostenía una escopeta cargada y abrió la puerta de un golpe apuntando al joven que estaba empapado.
—¿Quiénes son y por qué están aquí? — Fue directa, sin dejar de mirar a los dos jóvenes, que se mantenían con las manos alzadas por la impresión de la señora.
Ninguno habló y Susie hizo un movimiento en la escopeta haciéndole saber que estaba cargada. Aparecer todo estaba congelado, ya que nadie se movió de su sitio impresionado. Hasta que Demon notó que la señora llevaba el dedo al gatillo y no pensaba dudar.
—Lo siento, mi hermano y yo estábamos huyendo de la gente de Lux y sin darnos cuentas llegamos hasta aquí, íbamos a la costa. —mintió sin apartar la mirada de la señora Susie, pero esta solo le devolvió la mirada, pero más profunda, sin creerle nada.
—¿Por qué iban a la costa? —preguntó ella sin dudarlo.
— Escuchamos que hay un barco que lleva a las personas a un lugar seguro fuera de este infierno —habló Damián sin titubear, ayudando a su hermano.
Era algo que lo habían notado cuando se iban, pero no le dieron importancia.
—No le creo, la costa está muy lejos de aquí —habló Star dando un paso alado a Susie y esta asintió.
Demon miró a Star y negó antes de señalar hacia atrás.
—No sé si no lo notas, pero allá afuera hay un pequeño diluvio y nada se ve. Y más si estábamos huyendo de la gente de Lux.
—Eso es verdad—habló Lara dando un paso al frente sin mirar a Damián, que se le notaba familiar.
Nadie habló y Susie no bajó la escopeta que apuntaba a la cabeza de Demon. Pensaron los hermanos que no lo iban a dejar pasar hasta que Susie la bajó y se hizo a un lado dejándolo pasar. Los hermanos entraron a la propiedad notando que todos estaban menos el ángel y el chico que acababa de morir. Los dos sintieron el frío de la noche y se acercaron a la chimenea buscando el calor.
— No piense que se van a quedar, cuando pase la tormenta lo acercaremos a la costa.— habló Susie haciendo señas a John que estuviera pendiente mientras que ella subía y los demás en la sala, dejando a John con su papá vigilando.
Ya arriba, todos rodearon la mesa en silencio. Rous aún seguía dolida por la muerte de Cole, pero tenía que avanzar aunque sea, debía distraerse con otra cosa.
Star dejó caer un viejo libro de Luna en la mesa, mientras que Finn se mantenía con los brazos cruzados.
—Vamos a cambiar de plan, si en verdad hay un barco que lleva a las personas a un refugio, voy a necesitar que se vaya Carly junto con mi esposo ahí.
—Yo opino que mejor investiguemos si es verdad, puede ser una trampa también. —dice Finn pensando lo obvio y Star asiento.
—Lo mejor es que vayamos a investigar primero, pueden ir dos personas y nos mantengamos comunicados. —habla Star pensando en una idea.
— Se le olvida que la costa está lejos de aquí, como a 3 horas para ser exacto. — Carly habló que, no estando de acuerdo, no quería irse. Pero si había una posibilidad de salir de este infierno, no lo dudaría.
—Por eso vamos a mandar a Finn, el chico no se va a cansar como nosotros...
—Voy con él—Rous interrumpió a Susie sin pensarlo, mientras miraba al chico que frunció los cejos confundido.
—No, va a ir con John...
—No, va conmigo y me disculpa, Susie, pero esta es mi decisión.
—Rous, sé que está dolida y todo eso. Aún falta mucho para superar a Cole, pero no creo que sea buena idea... — Star estaba intentando que a su hermana no le entrara la locura que pensaba que estaba haciendo, pero Rous negó y la hizo callar.
—Ya tomé la decisión y voy yo con él.
Nadie en la sala dijo nada, sino que permanecieron en silencio.
***
Habían pasado ya unas seis horas desde que escapó un poco y en el camino que desde donde se diría a la costa, ninguno de los dos pudo dejar de ver la parte de lo que fue una vez un helicóptero en todo el hueco de un edificio.
—De seguro perdieron el equilibrio y por eso chocaron. —hablan Finn cuando nota que Rous se queda mirando el lugar donde antes fue una tragedia.
Rous aparta la mirada y vuelve a caminar mientras susurra:
— De seguro fue eso— los dos siguen caminando aún en medio de la oscuridad de la madrugada.
Se dispusieron a ir antes de que John y su padre fueran a llevar a los jóvenes desconocidos que no sabían de dónde salieron para llevarlos a las cosas sin saber si podía ser una trampa o no. Por eso ellos se fueron adelante a investigar un poco y después diera la señal por el comunicador.
Finn avanzaba y, a medida que se alejaban del pueblo, Rous no podía evitar observar los paisajes que se desmoronaban, ya que no había quedado nada hermoso como un recuerdo para recordar. Se encontraron con un puente que estaba en parte destruido después de caminar durante una hora.
Ambos se detuvieron para observar la cantidad de vehículos vacíos que había allí. Finn señaló a Rous el camino a seguir mientras agarraba firmemente su mochila.
—Ya hace una hora que dejamos el pueblo atrás, estoy seguro de que llegaremos en buen tiempo a la costa. —habló Finn tomando el paso del camino.
—Eso veo, aunque la costa no creo que sea un lugar seguro. Tenemos que estar pendientes, no conf... —no terminó la frase cuando chocó con la espalda de Finn, que se había detenido de repente. —¿Qué pasa? —preguntó ella retrocediendo un poco precavida, pero como Finn no hablaba se hizo a un lado notando que arriba de los tubos había dos cuerpos de personas que se habían ahorcado.
—Eso no se ve bueno —susurró Finn tragando fuerte.
—Mejor tomemos otro atajo. —dijo Rous retrocediendo hacia atrás y Finn también.
—Eso nos va a llevar más tiempo. —maldijo Finn. Rous estuvo de acuerdo con él ya que tendría que desviarse y le tomaría más tiempo para llegar. — ¿Confía en ellos?
—No, ni siquiera en mi propia sombra ahorita.—dijo Rous pasando por debajo de unos cables que estaban rodeando un área prohibida.
Finn se lo pensó por un minuto para nombrarla, desde que ella desapareció no volvió a verla más y no sabe dónde estará aquel ángel.
—¿Y en Luna?
Rous se detuvo en medio del camino, como si ese nombre no lo quisiera escuchar jamás en su vida, Luna se había ido desde hace mucho. Les borro la memoria a todos, y cuando regresa solo es para dañar todo. No estuvo cuando Cole murió. Si ella lo hubiera salvado, Cole estaría con ella pero no, ella no está.
Así que no confiaría en ella nunca más.
—Ni en ella. —dijo firme y siguió el camino.
Finn no siguió preguntando, sino que caminaron los dos en silencio, en ocasiones tomaban pausas para descansar y en otras seguían. Ya a lo lejos se podían notar varias embarcaciones de barco dañadas y otros buenos atados al muelle.
Rous se detuvo por un momento a la distancia respirando el aroma de la playa y no pudo pensar en la última vez que estuvo ahí con Cole. Disfrutando los dos juntos, una lágrima silenciosa salió de sus hermosos ojos y cayó en el suelo. Mientras que Finn sacaba unos binoculares y observaba hacia el muelle para ver si veía algo.
—No noté movimiento, parecía desierto.
Rous se limpió el rastro de lo que fue una lágrima rápidamente y saca también sus binoculares, esta vez notando al final del muelle que había movimiento.
—Allá. —señaló y Finn siguió la mirada de Rous. Ampliaron bien los binoculares y notaron pequeños grupos de personas entrando en una pequeña embarcación.
—Entonces sí era verdad.
—No cantemos aún victoria, pero tengo una idea. —murmuró Rous guardando los binoculares y sacando el radio de su mochila para dar la señal a la señora Susie.
Finn solo observó mientras no dejaba de mirar a todos lados por si pasaba algo más.
Y ahí, casi al llegar a la costa, Rous y Finn planearon una estrategia por si las cosas salían mal.
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