diez.
10.| STANDARES.
Katerina no estaba acostumbrada a dormir en un sofá. Incluso cuando viajaba alrededor del mundo consumiendo almas para mantenerse con vida, nunca durmió en un sofá o en un banco del parque. Siempre algún lugar elegante en el que quedarse. Ella podía ser considerada una asesina, pero tenía sus estándares sobre dónde dormía. Sobre su hermana adoptiva, no sabía si Lyra tenía sus estándares, especialmente considerando que estaba durmiendo sobre el suelo. Katerina no confiaba en Wade respecto a mantener el departamento limpio. Ni siquiera confiaba en el sofá sobre el que estaba intentando dormir.
Sólo Dios sabe qué hizo sobre esa cosa.
En el medio de la noche, Katerina se despertó sin ninguna razón aparente. Ella no tuvo una pesadilla, sólo se despertó porque ya no estaba cansada. Era el tipo de persona que era. Con su vida siendo una verdadera pesadilla, no tenía ninguna. Normalmente, cuando se despertaba en medio de la noche, era porque tenía hambre y rápidamente saldría a cazar a alguien. Pero teniendo en cuenta que los Vengadores estaban detrás de ella, no tenía la opción de salir. Ella no sabía qué estaban dispuestos a hacer para encontrarla.
Ella no descartaba que ellos iban a hackear las cámaras de tráfico para ver a dónde se había dirigido Wade. Si estaban decididos a encerrarla hasta que se muera de hambre, no iban a dejar que los detuviera unas simples cámaras de tráfico. Ellos eran los Vengadores. Cuando tenían un objetivo, harían lo imposible para cumplirlo.
Katerina soltó un suspiro pesado mientras miraba a través de la ventana detrás del sofá. La latina mordió su labio inferior mientras miraba la calle ligeramente iluminada. El vecindario de Wade no era un lugar al que muchas personas irían. Lo que era inteligente. Si querían permanecer ocultos, no debían llamar la atención.
Ella miró sobre su hombre a su hermana, quién se movía mientras soñaba. Una pequeña sonrisa estiró sus labios mientras la observaba. Pero entonces ella escuchó ruido venir desde la cocina, lo que captó su atención. Katerina caminó por la sala de estar antes de pararse en el marco de la puerta de la cocina.
Parado sin una remera frente al refrigerador se encontraba Wade. Katerina lo observó por un par de segundos, volviendo a morder su labio. Ella golpeó con sus nudillos en marco de la puerta, llamando su atención. Cuando Wade se giró, tenía una rebanada de pizza de pepperoni en su boca. Wade la miró por unos segundos antes de sonreírle. Rápidamente quitó la rebanada de su boca y sostuvo la caja de pizza hacia ella.
— ¿Quieres?—, ofreció Wade —. ¿O prefieres almas humanas?
—Sólo porque debo consumir almas no significa que no disfrute una rebanada de buena pizza—, contestó Katerina mientras cruzaba la cocina. Ella tomó uno de los pedazos de la caja antes de darle una buena mordida. Wade rió mientras la observaba comer, ganándose su mirada —. Será mejor que no estés pensando en nada sucio.
— ¿Yo? ¿Sucio?—, Wade miró a la distancia, guiñando un ojo antes de girarse hacia Katerina —. A los lectores no les importa que sea sucio. Pero creo que tengo un clásico sentido del humor.
— ¿Clásico?—, repitió Katerina y Wade asintió —. Lo dudo.
—No necesito tu aprobación, princesa—, respondió Wade con una pequeña sonrisa. Sus ojos viajaron hasta la puerta de la cocina antes de asentir en dirección al living —. ¿Tu hermana sigue dormida?
Katerina miró sobre su hombre antes de asentir —. Sí. Suele dormir mejor que yo. Ella no sufre de un hambre voraz en el fondo de su estómago, deseando almas.
—Qué trágico—, suspiró Wade. Katerina caminó hacia la encimera de la cocina y se sentó sobre ella de un salto.
Ella cruzó las piernas mientras continuaba comiendo la pizza. Wade la observó antes de colocar la caja a su lado. Él cruzó sus brazos sobre su pecho mientras estaba parada frente a ella antes que ella notara que le miraba. Ella torció la cabeza a un lado, mirándolo antes que Wade rascara su cabeza. Katerina alzó una ceja mientras le miraba antes de apoyar la rebanada de pizza sobre la caja.
Saltando del mostrador, ella caminó hacia él. Sus ojos viajaron por su rostro mientras asimilaba su lenguaje corporal y su expresión facila. Una vez que se levantó frente a él, ella le miró. Wade la miró por unos segundos antes de empujarla contra la pared. Un gemido abandonó sus labios al igual que de los de él una vez que se presionaron contra los de ella.
Las manos de Wade encontraron lugar en su cadera mientras la sostenía contra la pared. Katerina envolvió su cuello con sus brazos mientras le devolvía el beso, levantando una de sus piernas hasta llegar a su cadera. Los labios de Wade viajaron por su barbilla hasta su cuello. Él hundió su rostro en el espacio de su cuello mientras seguía bañando su piel con besos.
Katerina arrojó la cabeza contra la pared y arqueó su espalda mientras podía sentirlo morder su cuello. Un gemido abandonó sus labios mientras la besaba antes de deslizarse hacia debajo de su top, besando su hombro. Wade la acercó a él y Katerina tomó la oportunidad para saltar y envolver sus piernas alrededor de su cintura. Wade la cargó por la cocina antes que ambos llegaran a la habitación.
Wade la arrojó sobre la cama antes de colocarse sobre ella. Katerina envolvió su torso con sus piernas mientras él besaba su cuello. Ella comenzó a dejar un camino de besos por sus biceps. Los dedos de Wade encontraron el comienzo de su top y se lo quitó. Una de sus manos abrazó su pecho antes de quitarle su brasier también.
Él se acercó y comenzó a dejar besos por el valle entre sus pechos. Él continúo besándola por su estómago. Katerina metió sus dedos en la cintura de su par de jeans antes de quitárselos. Wade hundió sus dedos en su cadera antes de quitarle sus pantalones. Una vez que ambos estaban desnudos, Wade se insertó en ella, causando que Katerina tomara un montón de las sabanas.
Mientras Wade entraba y salía, los gemidos salían de las bocas de ambos. Ella recorrió su espalda con sus manos antes de hundir sus uñas contra su piel. Ella rasguñó su espalda mientras entraba y salía. Wade hundió su rostro en su cuello ya que éste estaba expuesto. Sus labios estaban separados para soltar gemidos mientras torcía la cabeza.
Un tiempo pasó, y ambos estaban acostados en la cama, uno al lado del otro. Wade había arrojado una sabana sobre sus cuerpos desnudos. Su brazos estaba detrás de su cabeza mientras descansaba a su lado, y Katerina se abrazaba a su lado. Él envolvió su cuerpo con su brazo mientras miraba el techo. Ambos vestían sonrisas mientras descansaban allí y Katerina podía sentir el beso que Wade presionaba contra su frente.
—Entonces, um, ¿deberíamos preocuparnos sobre--?
—Oh, por Dios, no—, lo interrumpió Katerina con una carcajada —. No habrán Wades pequeños corriendo alrededor. Soy básicamente el equivalente a la muerte. No puedo tener hijos.
—Eso es... ¿bueno?—, rió Wade.
—Sí, lo es—, acordó Katerina —. Ahora, cállate. Estoy cansada.
—Oh, wow—, exclamó Wade, pretendiendo estar ofendido y Katerina lo miró —. Ok, ok. Dios, haces la noche de alguien millones de veces mejor de lo que podría haber sido y te callan.
—Wade.
—Ok, ok—, respondió Wade —. Buenas noches.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro