Extra
«Aproximadamente dieciocho años atrás»
Estoy perdida. Y no lo digo en el ámbito metafórico, porque realmente estoy perdida. Desconozco en donde me encuentro, pero sé que estoy a salvo con Roxanne y Harper. Me ha dolido muchísimo estar sola en Austria, un país ajeno al mío donde no tengo familia. Mi única familia es mi hijo Set y mis dos amigas, cuya desesperación las ha llevado a la locura y no sé qué hacer. Extraño mucho a Norman. Extraño mucho a mamá. Extraño mucho a Trenton. Extraño mucho mi vida de antes. Extraño sentirme viva. Pero no puedo hacer otra cosa más que esperar a que ocurra un milagro. Marlon Blake, por lo que supe de él, fue que se largó a Norteamérica y jamás volvió. Supongo que quizás quedó situado allá sin deseos de volver o murió, cualquiera de las dos opciones me da igual. Ya han pasado dos años y estoy tranquila sin tener noticias suyas. Set, mi pequeño hijo de dos años de edad, es mi vida. Es muy parecido a mí, pero también muy parecido a Norman. Le sacó los mismos labios, nariz y la manera de mirar: Arrogante y agresivo. Pero muy dulce al mismo tiempo. Sus ojos salieron de la fusión de los nuestros: aqua. Ni grises ni azules ni verdes. Puesto que se tornan de diferente color dependiendo del color de su ropa. Set fue el impulso que necesitaba en mi vida. Ahora estoy en un parque aislado pasando un rato, ya que a Set le gusta mucho dormirse con el aire fresco de la noche y yo prefiero pasar tiempo fuera que dentro de la pequeña casa que comparto con Roxanne y Harper. Roxanne se está volviendo loca, le urge mucho encontrar a su hijo, pero lo veo imposible.
—No—le digo a Set, quién me comienza a jalar del cabello—no—me mira con ojos maliciosos y balbucea ciertas palabras, queriendo volver a jalarme un mechón de pelo—no, Set.
—Es idéntico a Norman.
Parpadeo, aturdida y miro con el ceño fruncido a mi hijo y él me devuelve la mirada con perplejidad. ¿Estoy soñando? Sacudo la cabeza y retomo la atención en Set, que bosteza aburrido y me abraza cariñosamente, colocando su rubia cabecita en el hueco de mi cuello y hombro.
—Lola—oigo de nuevo esa voz y esta vez me levanto de la banca del parque y giro en redondo hasta toparme con la silueta de alguien, muy cerca de mí. De repente se me corta la respiración y siento que mi corazón da un vuelco.
—¿Trenton? —susurro.
Él asiente con una sonrisa triste en sus labios y se acerca unos pasos a mí, pero se mantiene distanciado.
—¡Trenton, eres tú! —corto la distancia que nos divide y lo abrazo con fuerza, cuidando que Set no sea apretujado entre nuestros cuerpos.
No puedo evitar llorar. Mis lágrimas fluyen, silenciosas, en mis mejillas y me doy cuenta que él también llora mientras me acaricia el rostro y besa la cabeza de Set.
—Vine por ti—le oigo decir y baja la mirada, para observar a mi hijo—por ustedes—corrige, esbozando una sonrisa.
MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LEERME :D
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