Capitulo Seis.
Noah estaba huyendo de él... otra vez.
De pie en el centro del cuadrilátero, Darius apretó las correas de los guantes alrededor de su muñecas antes de golpear los mismos juntos. El boxeo no era su deporte favorito entre todos, pero gracias a la gran influencia de su hermano, no había tardado en adoptarlo como una forma fácil de descargar el estrés.
Y por supuesto, poder golpear a Damon sin consecuencias era un enorme bonus.
Pero aunque eso lo animaba en cierto punto, toda la situación con Noah simplemente tiraba abajo cualquier indicio de emoción. No era la primera vez que el chico lo hacia, y estaba seguro de que no sería la última, Noah hacia eso cada vez que tenía un problema que no quería o podía enfrentar. Huir y ocultarse parecía haberse transformado en su forma de defensa, y aunque era irritante, no podía entrometerse en su forma de hacer las cosas.
—¿Listo para que te muela a golpes, hermanito? —saltando a través de las cuerdas, Damon le dedicó una sonrisa de mierda—. He estado deseando golpear ese estúpido rostro por un tiempo.
Darius bufó hacia él—. Dejame un solo moretón y le diré a papá.
—Le diré a papá —se burló con voz tonta antes de hacer mala cara—. Papá no puede opinar de esto, te subiste a este cuadrilátero por decisión propia, así que no puedes ir llorando con él luego.
En eso tenía razón, él había sido quién le había pedido a Damon entrenar con él, pero eso no quería decir que le gustase ser golpeado. Y Damon iba a golpearlo. Conocía bien a sus hermanos, y ninguno de ellos le había tenido compasión jamás.
—¿Listo para esto? —Damon preguntó, su rostro lleno de anticipación mientras golpeaba sus guantes juntos, haciendo resonar el sonido dentro del gimnasio.
Damon era, y con mucho respeto a sus propios padres, un hijo de perra. Durante la siguiente media hora, lo golpeo, sacudió y arrojó al suelo tantas veces que había perdido al cuenta. Por supuesto, el chico había tenido piedad en cierta medida al tomarse el tiempo de guiarlo y enseñarle, y no solo golpearlo sin sentido.
Pero esto era un ex-boxeador profesional contra un novato que solo quería golpear algo, era obvio como iba a terminar todo.
Para la octava vez que el suelo se precipitó hacia él, Darius decidió que ya había tenido suficiente. Quedándose recostado en su espalda, observó a su hermano de pie a pocos pasos, esperando que se levantara, deseoso por seguir golpeándolo, el bastardo.
—¡Me rindo! —gritó—. ¡Tiro la toalla! ¡Saco la bandera!
Acercándose a donde estaba, Damon le dedicó una mirada sorprendida—. ¿Ya te rendiste? —dijo, y había un poco de sonrisa en su voz—. Pero eso solo fue el calentamiento, pensé que querías descargar tu enojo, ¿eso fue todo?
—Ya no estoy enojado —dijo lastimosamente, retorciéndose en el suelo—. Ahora solo estoy adolorido.
Agachándose a su lado, Damon rio—. Ni siquiera te golpeé tan fuerte.
—¡Si lo hiciste! —aseguró—. ¡Le diré a papá!
—Ahora si estas buscando que te golpee enserio —gruñó. Extendiendo su mano hacia él, apresuró—. Vamos, deja de retorcerte y ponte de pie, estas avergonzándome.
Palmeando lejos la mano extendida para ayudarlo, se puso de pie por sus propios medios, ignorando el dolor que se extendió por su cuerpo ante el movimiento. Había aprendido su lección, el boxeo definitivamente no era lo suyo.
—¿Listo para otro round? —Damon preguntó, saltando fuera del cuadrilátero cuando Darius le lanzó una patada. Riendo, el mayor se quitó los guantes y buscó en su bolso de deportes antes de pasarle una botella de agua—. ¿Vas a decirme que paso para que quisieras probar el boxeo? ¿Esto es por todo el asunto con Nilo?
Quitando sus propios guantes, tomó la botella y suspiró—. En parte —admitió—. Pero no es solo por eso.
—¿Quieres contarme?
Tomando un largo trago de agua, volvió a mirar a su hermano. Era un poco triste pensarlo, pero además de Noah y sus hermanos, Darius no tenía muchos amigos cercanos. Claro, conocía a muchas personas y hablaba con otras tantas, pero no consideraba a ninguna de ellas como amigos cercanos.
Así que dado que no podía hablar de eso con Noah porque la pequeña mierda estaba tercamente ocultándose de él, solo le quedaban sus hermanos.
Cualquiera de los dos era una pésima opción para hablar de sentimientos, pero no podía ser demasiado exigente ahora.
—Yo... —dudó—. ¿Recuerdas que Noah se puso ultra borracho en la boda de Nicky y Wolf?
Damon asintió—. Escuché algo sobre eso.
—Bien, yo solo... ah, cometí una estupidez —admitió, girando la botella entre sus manos—. Yo lo besé, y realmente no debería haberlo hecho, él estaba tan borracho. Yo estaba sobrio, debería haber sido el responsable allí.
—¿Estás de broma? —Damon lo miró como si fuese estúpido antes de hacer un gesto hacia si mismo—. ¿Acaso olvidas con quién hablas?
Darius tuvo que sonreír un poco con eso—. No es lo mismo, tanto Blue como tu estaban ebrios —dijo—. Yo estaba sobrio, prácticamente me aproveché de él.
Acercándose, Damon suspiró—. Tanto lo que yo hice, como lo que tu hiciste, estuvo mal. El alcohol no es excusa para nada, y el consentimiento lo es todo —dijo antes de agregar—. ¿Noah te ha dicho algo sobre eso?
Darius negó—. No, ni siquiera sé si lo recuerda, estaba realmente ebrio —dijo—. Pero yo no puedo quitarlo de mi cabeza, y cuanto más lo pienso, más culpable me siento por tomar algo de él de esa forma.
—Deberías disculparte entonces, aun si él no lo recuerda.
Asintiendo suavemente, agregó en voz baja—. Hay algo más —cuando Damon lo miró con curiosidad, habló—. Él dijo que me amaba.
Deteniendo todos sus movimiento, Damon lo miró por un largo momento antes de bufar—. Hay días en que haces que me pregunte si realmente somos hermanos.
—¿A que te refieres?
—¿Acaso no has escuchado decir que "Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad"? —dijo, mirándolo como si fuese estúpido—. El niño te dijo que te amaba, y tu solo vienes y gastas tu tiempo dejando que yo te golpee.
—¿Que se supone que debería hacer? —y quizás estaba rogando un poco, pero no tenía idea de que se suponía que debía hacer, todo era demasiado complicado—. Ahora él esta ignorándome y ni siquiera sé que fue lo que hice mal. He estado siendo un buen chico, hasta te hice caso y no hice un escándalo por todo el tema de su empleo, intenté apoyarlo en su nuevo emprendimiento. Y ahora él no me habla... no lo entiendo.
—¿Crees que recordó el beso y esta enojado contigo por eso?
Se encogió de hombros—. Es lo único que se me ocurre —saltando fuera del cuadrilátero, tomó la toalla de su propio bolso y la paso por su rostro—. He estado esforzándome por tanto tiempo, he intentado ser la persona que él quiere que sea. He mantenido mi distancia, y me he comportado como un simple amigo, estoy ahí cuando me necesita e intento ser su apoyo en todo. Durante estos últimos años, me he convertido en una sombra que continuamente lo acompaña, y esta a su lado, y al mismo tiempo, esta a metros de distancia solo viéndolo existir.
Se dejó caer pesadamente en la banca a un lado de su bolso, escuchando el sonido de las maquinas funcionar a su alrededor.
—¿Sabes lo difícil que es estar al lado de la persona que amas y no poder siquiera pensar en tocarla? —preguntó, su voz más afectada de lo que había previsto—. Ni siquiera puedo darle un abrazo de verdad, porque tengo miedo de que mis sentimientos se desborden y termine soltando todo lo que esta en mi interior. Él esta justo ahí, Damon, justo al alcance de mi brazo y yo solo soy su amigo, su maldito amigo, y eso me esta matando por dentro, ¿sabes?
—Si lo amas tanto como dices, ¿por qué dejas que la situación siga de esta forma? —Damon interrogó.
Suspiró—. Eso es lo que él quiere, lo que me pidió —dijo, enroscando la toalla en sus manos. Tomando un respiro, le dedicó una pequeña sonrisa al rostro preocupado de su hermano—. Además, se supone que debes querer que tu persona amada sea feliz, sin importar si es contigo o con alguien más, mientras sea feliz, tu también lo eres, ¿verdad?
Damon le dedicó la más larga mirada antes de rodar los ojos—. Esos son estupideces que los perdedores dicen para sentirse mejor por no ser suficientemente valientes para hacer algo —dijo—. El amor es egoísta, Darius, esas estupideces que les encanta decir en las películas románticas no son validas en la vida real. Esto no es una película donde al final, Noah repentinamente se percata de que siempre te amo a ti y solo a ti y corre a tus brazos en medio de un camino desierto.
—¿Por qué un camino desierto? ¿Que clase de películas has estado mirando?
—Punto equivocado —el otro gruñó—. Concentrate, estoy intentando darte una lección de vida aquí.
—¿Lección de vida? Parece más como si estuvieses incentivandome a cometer secuestro o algo similar. —se burló.
—Por supuesto que no, pagarte un abogado sería extremadamente caro —masculló antes de sacudirse y volver al tema principal—. Si no haces algo, entonces él se te escapara entre los dedos. Él te ama, Darius, te lo dijo. No tengo idea porque intenta ocultarlo con tanta fuerza, pero si quieres mi opinión, aunque no me la pediste, creo que él piensa que ustedes juntos serían un desastre.
—Lo seríamos.
—Si, pero al menos serían un desastre feliz y no el desastre depresivo que son ahora —dijo—. Haz algo para cambiar esto, niño estúpido, demuéstrale que ustedes dos juntos serían increíbles, hazlo ver que su corazón esta a salvo contigo y que lo amas, te prometo que es todo lo que necesitas.
Apretando al toalla entre sus dedos, meditó sobre ello un instante antes de preguntar:— ¿Cómo hago eso?
Una sonrisa con un giro malvado apareció en el rostro de Damon—. Fácil, debes conquistarlo —dijo—. Usa el encanto Baker con él.
—¿Encanto Baker?
El mayor asintió decididamente—. Por supuesto, eres un Baker después de todo, estoy seguro de que hasta un mentecato como tu puede sacar a relucir el encanto en su interior cuando el momento se presenta.
Frunciendo el ceño, Darius dudó por un tiempo sobre si abrir la boca o no, antes de simplemente soltar:— Yo nunca he coqueteado con nadie —admitió—. Nunca he usado el encanto Baker con nadie.
Estaba seguro de que si le hubiese dicho que había atropellado a alguien camino allí y lo había dejado tirado en la calle, Damon no se hubiese espantado tanto como con lo que acababa de soltar.
—¿Tu...? ¿T-tu nunca...? —sus ojos estaban amplios, su boca había caído abierta—. ¿Nunca saliste con nadie?
Darius negó lentamente—. Solo ha sido Noah, siempre.
Abriendo y cerrando la boca varias veces, Damon pareció buscar algo que decir—. ¿Y nunca has coqueteado con él?
Pensándolo un momento, negó—. No, no creo haberlo hecho.
Damon esta... anonadado, no había mejor palabra para describirlo.
Cuando los segundos pasaron y su hermano solo lo observaba como si le hubiese crecido una segunda cabeza, Darius se animó a hablar con voz suave, preguntando:— ¿Me enseñarías?
De alguna forma, eso hizo que la expresión de Damon cambiase en un instante a una que era todo travesura— Bienvenido a las clases intensivas de coqueteo de Damon Baker, antes apodado el Rey de las Conquistas.
... ¿por qué tenía la sensación de que acababa de meterse en un lío?
***
Darius coqueto... ahora si, se viene lo bueno. XD
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