Capítulo 5 ✘ Frío corazón
“Las almas se cruzan tarde o temprano en un plazo de eternidad”
—No se pueden ir —demanda la reina y observa a cada uno— no es necesario que crucen la barrera, afuera estarán en riesgo.
—Nos iremos —les responde Drake— a menos que se solucione este problema con su hijo. De lo contrario no voy a soportar un día más en el mismo lugar que él. Me llevaré a May y a Mía.
Aylin niega y gira a ver a ambas vampiresas.
—No pueden cruzar la barrera, Mía todos se expondrán si se van del Castillo.
—No intentes convencerla. No pueden obligarnos a quedarnos si es nuestra decisión irnos.
—Hablas por ti, no decidas por ellas.
—Teban, no quiero enfrentamientos. Ya lo hablé con Drake y... si tenemos que irnos —de reojo observa a Darren que se mantiene en silencio a un lado de Aylin— No dejaré que se vaya solo.
Suerte para ellos que ni Aylin, ni Darren están enterados sobre el ataque de Drake a su hijo y Mía teme que se enteren.
El rubio vampiro niega varias veces.
—Padre, madre yo no me quiero ir. Detengan esta locura, es... vergonzoso.
—¿Por qué Mía? —Aylin se dirige a ella— Tengo la sospecha de que quieren huir. Los tres reciben un buen trato, Drake tienes tú puesto al igual que tú en el consejo.
Mía baja la vista.
—Siempre habrán problemas mientras aquí este Darel —interviene Drake— Mi hija no convivirá con él más y es obvio que él no se puede mantener lejos de ella —la señala— si lo exilian consideré quedarnos.
—No vamos exiliar a mi hijo —responde Aylin con seriedad. De reojo ve a Darren— nuestro. Ni Darel o ustedes saldrán de aquí.
—Entonces iremos contra las reglas
—¿Más? No te conviene contradecir la orden de mi madre Drake. De por si, si hablo saldrás perdiendo.
Ana Liz se cruza de brazos retandolo con la mirada.
—No es necesario Liz, no les causaremos problemas, ya nos iremos. No tienen que separarse de su hijo Ana —inquiere Mía al observar a cada una.
La reina se cruza de brazos.
—Estan exagerando, cada una de nuestras creaciones ya no son niños, tienen la suficiente edad para... buscar placer. No veo lo malo.
—En primer lugar Esteban, no lo entiendes porque Noah no está involucrado, no tienes a una hija a quien defender su honor y el maldito de Darel solamente la utilizó.
May se cubre el rostro mientras susurra: ya quiero irme.
—Si ambas partes estuvieron de acuerdo, no hay nada que solucionar aquí. Salir del Castillo, es absurdo.
Esteban extiende los brazos. Empeora la molestia de Drake.
—¿Dónde está Darel, Ayline? —el rey harto de la situación le pregunta mientras se cruza de brazos.
La reina está por responderle cuando la puerta es abierta por el susodicho. Capta la atención de todos al entrar y cerrar la puerta.
—No me vean así, ya sé que llegué tarde a su patética reunión que por cierto no me interesa escuchar.
—Acércate hijo —le ordena Aylin.
Él gruñe y avanza hasta detenerse en el centro, a un lado de Noah. Confuso observa a cada uno de los presentes.
—¿A qué se debe la reunión? Siempre nos excluyen.
—No esta vez y más si se trata de un maldito problema que tú tienes que solucionar.
—Padre no sé de que habla.
—Drake, Mía y May quieren irse del Castillo por... un inconveniente contigo —le cuenta su madre.
—Por su culpa dirás con tal de alejar a mi May de ti.
—¿Sigue con lo mismo? Fui lo bastante clara con ella ¿Ahora buscar placer también es un castigo?
—Punto para Darel
—Esteban no lo defiendas —le dice Aylin dándole una mala mirada al rubio vampiro. Después fija la vista en su hijo— No es así Darel, solo que tú... comportamiento nos causa esto. Solo pídele una disculpa a Drake y listo.
—Eso nunca madre
—¡Basta! —exclama May al bajar sus manos— No hay nada que aclarar aquí. Lo que pasó con Darel no significó nada.
—De acuerdo con ella, fue un simple error que me esta causando muchos problemas.
—No dejarás de ser una mala influencia para May, para todos con tus ideas.
Darel gruñe, hace sus manos puños. Esta por atacarlo cuando su creador lo detiene. De la camisa lo jala y lo hace retroceder.
—Lleguemos a un acuerdo por favor —insiste Aylin— Ustedes consideren no irse, nosotros vamos a hablar seriamente con nuestro hijo y que esto sea olvidado. Lo que pasó con nuestros hijos no tiene que afectarnos a todos, la convivencia por favor.
—No hay nada que pensar. Cuando nos den el permiso para cruzar la barrera, nos iremos —Drake agarra del brazo a May y la arrastra a la salida.
—¡Espera! —Aylin gruñe— Darren, haz algo— gira a verlo.
—Tenemos problemas más graves que batallar con esto. Se quieren ir adelante, lo que les pase será por su decisión —baja sus brazos— Lizbeth, ve por Alina, que se comunique con Lezy y en cuanto aparezca, se les dará el acceso para cruzar la barrera.
Cerca de la puerta Drake se detiene y asiente.
—Vamos May —se la lleva a la fuerza.
—¡Al menos dejame despedirme!
Mía niega y avanza a la salida. Antes de salir se voltea.
—Gracias a todos por su ayuda.
—No podemos ayudarte ahora si estas de acuerdo con él nena.
—Tengo mis motivos Teban, mi familia debe estar unida, ya suficiente fue al perder a... Dean.
—Abuela Mía —Valuk capta su atención al hablar— Busca a mi padre, si salen de aquí él los puede recibir y darles protección, mi madre no se opondrá.
—Lo haremos Valuk
Mía los observa por última vez y se marcha con velocidad.
—No creí que teníamos que llegar esto —habla Ashley al abrazar a sus hijas, tristes al convivir por años con May — Aylin, hiciste de todo para convencerlos.
—Hay una guerra, Ashley, como vamos a dejarlos ir.
—Así lo decidieron Ayline, la protección es para todos dentro del Castillo. Fuera el riesgo corre por su cuenta.
Ella avanza varios pasos y se da la vuelta. No le gusta ver la sonrisa burlona de su hijo.
Noah se acerca a su creador y en voz baja emite:
—Padre pero el mundo mortal es peligroso, tú me lo haz dicho. May no lo conoce y no podemos perder a la familia.
—Contará con la protección de sus padres Noah, no puedo hacer nada. Mi prioridad solamente eres tu —le susurra su creador.
—Así es, tenemos que aceptarlo por más que no esté de acuerdo, como saben, afuera hay una guerra contra Vlad, la idea era permanencer todos unidos pero con esto —Aylin junta sus manos— Solo hay que desearles lo mejor y para nuestras creaciones, ya no debemos ocultarles nada. Debieron escuchar rumores o la curiosidad los llevó a investigar por su cuenta.
—Mis niñas ya lo saben todo —Ashley acaricia el rostro de cada gemela— y entienden que están más seguras aqui en el Castillo.
—Entendemos que es por protección —emite Isa.
—Por el bien de todos— termina Sharon por ella.
—A mi me espera un extensa plática con Noah, poco sabe y prefiero que se entere por mi, es hora de tocar ese tema cuando soy parte del vinculo y mi eternidad depende de ese vampiro.
—¿Por que dice eso padre?
Esteban finge una sonrisa al verlo.
—Te lo contaré todo, vamos hijo —le señala la puerta. Noah confuso lo sigue hasta ambos marcharse.
Después abandona la sala Ashley con sus hijas.
Enseguida Ana Liz se acerca a su madre.
—Creo que ya no vale la pena hablar hermanito, no te preocupes más por Drake.
—La venganza no se olvida Libe
—¿Qué ocultan?
—Nada madre —Ana Liz gira a verla— Iré por mi hija, antes tenemos que quitarle el brazalete —le da una rápida mirada a Owen— batallar un rato con su don.
—Quedará expuesta, tenemos que estar al pendiente para controlarla —Owen avanza— pero que más opción tenemos.
Dicho esto y se marcha con velocidad. Ana Liz se encoge de hombros y lo sigue.
Sin emitir palabra, Darel avanza a la salida.
—Aún no te vayas Darel. Sé consciente de lo que ocasionaste.
Se detiene, gruñe y se voltea.
—Lo estoy madre y sinceramente, no me importa. Si tú estuvieras consciente, aceptarías que esos vampiros se fueran. Es preferible a que se queden y yo cobre mi venganza —su madre lo ve con confusión— si no me soportan, que mal por ellos —da un paso adelante— si tan hartos están de mi, hay una fácil solución —deja crecer sus colmillos— mi libertad y no seré más un problema con que batallen.
—Nunca vas a salir de Castillo Darel —le responde su creador— así sea por toda tu maldita eternidad.
—Eso ya lo veremos
Con velocidad el rey aparece frente a él.
—No me desafies
—¿O qué? En el fondo es lo que quieren. Todos deshacerse de mi y yo no soporto más el encierro en este Castillo, a todo el reino, ni seguir sus reglas.
—Eres nuestro hijo, estas equivocado. Te preferimos aquí con nosotros.
Él niega varias veces
—No más explicaciones, por tu madre ya sabes lo suficiente. Si te largas, ese maldito vampiro va a cazarte.
—No le temo y tu tampoco deberías. Podemos derrotarlo.
—Al margen hijo —le pide Aylin.
Él la ignora, le sostiene la vista a su creador.
—Eres el vampiro más despiadado de todos. Muchos te temen. Desde niño mi propósito es ser mejor que tú y con esto, no actuar, aceptar un encierro y darle la victoria a ese maldito, me causas una gran decepción.
—No voy explicarte mis razones.
—No es necesario que lo hagas —Darel retrocede un paso— es lo bastante claro que te detienes por mi madre. Ella te manipula y todo por su asqueroso vinculo.
—El tema de las almas es algo que no conoces o entiendes hijo, cuando aún no haz encontrado a la tuya.
Darel gira a verla y se acerca a ella.
—¿Pará qué? No seguiré su ejemplo de dejarme manipular, debilitar y que cambie el vampiro que soy. No le daré poder sobre mi.
—Darel —su padre capta su atención — simplemente deja de causarnos problemas. Si sigues terco con exigir tu libertad tendré que recurrir a mi última opción —hace una corta pausa— obligarte a descansar, encerrarte esta vez en un ataúd y no despertarte hasta que esta guerra culmine. Así permanezcas por siglos.
Darel le sonríe con malicia, sus ojos se tiñen de carmesí y con velocidad sobrenatural lo empuja a la pared.
—Inténtalo y antes de que me venzas yo voy a destruirte — con su mano lo sujeta del cuello— o peor, no me hagas considerar ser yo quien destruya su vinculo.
—¡Hijo te exijo que lo sueltes!
Él gruñe, la ignora y ejerce más fuerza.
—Vamos ¿no vas a atacarme? —masculla entredientes.
Darren oculta su apariencia de vampiro.
—No usaré mi fuerza contigo. Si tanto me odias atrévete a matarme.
Aylin niega y con velocidad los alcanza.
—No intervengas Ayline —le pide Darren sin verla y lo agarra del brazo encajandole las uñas. No deja de ver a su creación —No eres lo suficiente fuerte Darel.
—Te juro... que llegara el día que acabe... contigo.
Darel aleja su mano lentamente y se safa de su agarre con brusquedad. Forcejean un poco y finalmente, Darel marca distancia, hace puño una de sus manos y se marcha con velocidad.
Internamente Aylin lo agradece.
—Deja de provocarlo, sabes que no me gusta estos enfrentamiento de padre a hijo ¡Está mal Darren que nuestra propia creación te quiera hacer daño!
Sin respónderle o lucir afectado Darren se aleja de la pared mientras se acomoda el cuello de su camisa. Al terminar observa su mano.
—Se llevó mi anillo —gira a verla con seriedad— tal vez el odio es mutuo.
Aylin espeta cansada:
—Yo me encargo, tú quédate aquí y yo lo voy a recuperar.
Usa su velocidad para salir de la sala. Al llegar al pasillo se detiene y apresura a sus pasos intentando alcanzarlo.
—¡Darel!
Él la ignora, con fuerza presiona el anillo oculto en su mano.
—Hijo detente por favor —Aylin gruñe. Recurre a usar su don, un potente viento lo hace detener sin permitirle seguir avanzando.
Darel rendido se da la vuelta.
Su madre aparece frente a él y anula su don.
—Regresame el anillo de tu padre —Aylin extiende su mano en su dirección— No puedes destruirlo y si así lo lograrás, nuestro vínculo seguirá siendo el mismo con otro anillo. Siempre va a brillar y eso no lo puedes cambiar hijo — él niega varias veces— Ese anillo es muy valioso para los dos, tu padre lo necesita de vuelta.
Entonces Darel levanta su brazo, extiende su mano y observa el anillo sin brillar.
—Depende mucho de quien lo usa.
—Entonces debo destruir solo al dueño —se lo entrega y enseguida se voltea.
—¡Hijo espera! ¡Escúchame...! —Aylin frena al intentar alcanzarlo cuando Darel usó su don y una línea de fuego apareció frente a ella. Mientras más se aleja, más disminuye hasta el fuego desaparecer.
La reina observa del suelo al pasillo, maldice al perderlo de vista y rendida regresa a la sala.
En lo más alto del Castillo, Darel aparece después de horas haber enfrentado a sus creadores. Cada día es lo mismo y todas esas veces suele huir de ellos y evadirlos.
Cuando llega al barandal gruñe al verlo a un lado de él.
—¿Qué haces aquí?
—Lo mismo te pregunto
—Lárgate Noah
El susodicho levanta la vista. Se encuentra sentado en el suelo, con su libreta entre sus manos mientras balancea los pies.
—Que seas hijo del Rey no te da derecho a correrme. Además hay muchos lugares del Castillo que puedes estar —deja de verlo y sigue dibujando— es el lugar más tranquilo y solitario, aprovecho estar aquí antes de que venga tu padre.
Darel gruñe y apoya sus manos en el barandal.
—Ya somos dos
Los invade el silencio.
El vampiro pelinegro gira a verlo con una mueca.
—Nunca dejará de ser un aburrido Noah.
Él suelta su lápiz
—Y tú de causar problemas —agarra un borrador quitando cada mal trazo— Aún así quiero que estés enterado que no te culpo porque parte de los Williams se hayan ido o por lo que pasó entre tú y May. Eres así Darel.
Él musita
Noah deja su dibujo y observa al frente.
—Hablé con mi padre, creo que estamos bien pero me contó todo y no sé cómo ayudarlo. No quiero perderlo.
—Ellos nos condenaron a esto.
—Somos vampiros Darel, condenados a vivir en la sombras. Aquí.
—No comparto tú idea —se aleja del barandal— Hay un mundo por descubrir Noah, esta no es la eternidad que quiero.
—Solo piensas en ti —Noah agarra sus cosas y se levanta— De verdad Darel, no hagas nada, solo vas a lograr que mi padre... deje de existir si atacan a ese vampiro.
—También tú ¡Dejen de temerle!
—¡Hay un vínculo!
Darel gruñe y observa fijamente el bosque a la distancia.
—Un vínculo no deberíamos limitarnos a no actuar.
—De eso dependen muchos. Y me importa mi padre, la señorita Elizabeth, mi abuelo. Todos Darel —hace una corta pausa— si me consideras tú amigo— él niega de inmediato— como sea, deja tu rivalidad con tú padre, a tu madre le gustaría verlos llevarse bien.
—Hoy me quedó claro Noah —lo observa— Que su vinculo no debe existir, sin mi madre, él se debilitará
más.
—El daño también será para ella. No pienses así Darel, tienes las mismas ideas que ese cazador. Ellos son el mejor ejemplo de almas...
—¡¿Qué sabes?! —rápido Noah retrocede al verlo acercarse a él. Choca contra el barandal. Darel curva una maliciosa sonrisa— tampoco haz encontrado a la tuya y como un consejo, son lo peor que te puede pasar.
Enseguida se voltea y se marcha dejándolo solo.
—No te hizo nada Noah, estas... bien —se observa a si mismo y baja la vista en su libreta. Pasa de página hasta llegar a la última y sonríe al ver el rostro de una vampiresa dibujado por él —que equivocado estas Darel, yo ya la encontré y está aquí— con detenimiento admira cada facción resaltada de una de las gemelas.
...
Decidido Darel avanza a la salida al Castillo. Cuando llega a la puerta, cada guardia bloquea su camino.
—No tiene permiso para salir
—Apártate o te arrancaré el corazón
—Sin el permiso de sus creadores, no puede salir —le repite el guardia líder.
—Déjenlo —resuena la voz de la reina. Su hijo sin atreverse a verla— No podrá cruzar la barrera, Darel no se alejará mucho ¿cierto?
Sin respuesta
—Como ordene mi reina
El guardia se aleja, da la orden y una de las puertas se abre. Con velocidad Darel sale del Castillo y a poca distancia se detiene. Observa el bosque y frustrado deja salir un grito.
—No dejen de vigilarlo —les ordena Aylin y toca su propio anillo.
—¿Qué intentas hacer Ayline?
Sonríe al sentir su presencia detrás de ella.
—Dándole a mi hijo un poco de libertad —se voltea y fija la vista en él— Cometimos un error al mantenerlo así por años, sé que es por su bien pero Darren, lo entiendo. También estoy harta de este encierro y para Darel, el mundo mortal le es intrigante y desconocido.
+++
Por otro lado, Darel desvía la vista a ambos lados. Comienza a adentrarse al bosque dentro del límite de la barrera.
De pronto se detiene al mismo tiempo que una vampiresa frente a él de cabello negro ondulado, con un vestido largo, ceñido a su cuerpo, de un tirante con un abertura en la pierna derecha.
La observa fijamente, ladea la cabeza al notar el arco en su mano.
—¿Quién eres tú? ¿Por qué saliste del Castillo? —oculta sus manos en sus bolsillos— Eres igual de rebelde que yo.
Ella le sonríe dejando visibles sus colmillos.
—Yo no pertenezco al Castillo —se coloca su arco en su hombro y comienza a caminar alrededor de él— Soy Dennis.
—Darel —no deja de ver cada uno de sus movimientos— ¿a qué te refieres? ¿Vienes del mundo... mortal? —niega para si mismo— Nadie puede cruzar la barrera.
Ella se detiene frente a él, levanta su brazo y observa su mano.
—Para mi no fue difícil cruzar —amplia su sonrisa— Mirate, tan sorprendido. Pareces un gatito encerrado.
—¿Un qué?
—Olvidalo —avanza tres pasos. Dennis lo mira con detenimiento— Darel Valentains, he escuchado de ti. Tenía tantas ganas de conocerte pero no ahora, esto fue... inesperado.
—¿Cómo cruzaste la barrera? ¿Qué clase de vampiresa eres? —rápido la agarra del hombro —¿A qué viniste?
Hipnotizado observa sus ojos carmesí, sus labios rojizos donde se asoman sus colmillos.
—Me dio curiosidad conocer el Castillo—le responde— Hui de la guerra en el mundo mortal.
Él la suelta lentamente
—Por culpa de ese despreciable vampiro cazador.
—He escuchado rumores, nunca lo he visto pero todos creen en él. Tal vez la guerra es culpa del rey y la reina.
—No te voy a permitir...
—Darel, estás del lado equivocado —él guarda silencio. Ella suelta una leve risa— Yo podría darte la libertad que quieres. Enseñarte un mundo que desconoces, mucho mejor que un mundo de vampiros. Lejos de aquí, tenemos a los humanos a nuestra disposición, toda la sangre que queremos y más, más poder.
—¿Cómo haces eso? Intentas entrar a mi mente. Me controlas cuando ni siquiera puedo... moverme.
Dennis pasa su lengua por sus colmillos.
—Piénsalo Darel, te aseguro que volveremos a vernos.
Tan pronto desaparece de su vista.
Darel gruñe y la alcanza con velocidad al poder moverse. Llega a la barrera y logra verla del otro lado mientras le sonríe con burla y se despide con su mano.
—Voy a... —al dar un paso la energía de la barrera lo hace retroceder.
Dennis lo observa fijamente.
—¡Darel Valentains se le exige regresar al Castillo!
Al escuchar otra voz se da la vuelta.
—Ella cruzó la barrera —regresa la vista en Dennis, sin embargo ya no se encuentra — Estaba aquí ¡esa vampiresa entró! —observa al guardia frente a él— Tuvo que verla.
Él ladea la cabeza
—No había nadie. Le vuelvo a repetir....
—No es necesario que me escolte —lo interrumpe sin insistir con el tema—Conozco el camino al encierro.
Darel avanza, gruñe cuando el guardia lo sigue en todo momento hasta entrar al Castillo.
Aún confuso se repite a él mismo no contarle a nadie sobre esa vampiresa desconocida.
Cuando Darel llega a su habitación, cierra la puerta y se recarga en ella. La oscuridad lo rodea al no entrar nada de iluminación.
Observa sus manos, mueve sus dedos con facilidad. Intenta entender la razón de no poder moverse o dañarla al estar ante ella hace poco. Con curiosidad mira su anillo, la gema rojiza sin brillar.
Una sonrisa malévola se apodera de su rostro.
—Voy a encontrar la manera de salir del Castillo, irme lejos y en el mundo mortal, buscarte Dennis —se aleja de la puerta— Y usarte para incrementar mi poder.
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