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Capítulo 39.5 ✘ Rey vampiro

  👑 D A R E L 🍷

Los días transcurrieron con rapidez y hoy será la Coronacion. Libe luce más emocionada y nerviosa que yo. Por supuesto, no a muchos les gustó escuchar la noticia en la reunión de hace tres días, no muchos están de acuerdo que justamente el vampiro que causó la peor Guerra en el vampirismo, sea nombrado Rey.

Sin embargo, tampoco me importa lo que piensen.

Se los debo a mis creadores.

A todos les voy a demostrar que seré un Rey a la altura de mi padre. Más muchas cosas pienso cambiar. No barreras, no Guerras, no rivalidades, no privacion de libertad cuando pienso ser un Rey que no permanecerá encerrado en este Castillo, podré serlo fuera de aquí al mismo tiempo que tendré la oportunidad de conocer el Mundo mortal y al mismo tiempo, tratar de averiguar de Dennis.

Ella es mi primer problema a solucionar.

No dejo de pensar en ella y en este momento, quisiera verla.

—Darel Valentains —una voz del otro lado de la puerta me saca de mis pensamientos.

—¿Qué quieres Baroski? —emito en voz alta sin querer ir a abrirle la puerta al guardia Real.

—Sus creadores lo esperan en la sala para su Coronacion

—Retirate, en un momento estaré ahí.

Dejo de sentir su presencia y desvío la vista en el reloj de arena sobre el buro. El último grano cae, la hora ha llegado. Es media noche y estoy tan cerca de ser nombrado Rey.

Maldigo a mis adentros y me pongo de pie.

Hace una hora que estaba listo más preferí seguir en soledad, quedarme encerrado en mi propia habitación a tener que soportar a todo el Reino antes de toda la ceremonia.

No me esforcé mucho en lucir presentable. Mi habitual vestimenta. Camisa, pantalón y zapatos negros.

Mis gustos no han cambiado.

Por última vez peino mi cabello hacia atrás y me dirijo a la puerta hasta salir. No tan preparado para enfrentar a todo el vampirismo.

...

En cuanto llego a la sala y cruzo por esa puerta, recibo demasiadas miradas. Esta infestado pero no demasiado, muchos no aceptaron la invitación.

Ignorando los murmuros me adentro, ubico a mis creadores con Libe cerca del trono y me dirijo a ellos.

A medida que me acerco, veo con detenimiento a mi hermana. Luce diferente, con un vestido largo color negro, de un solo tirante. Pocas veces ondula su cabello, sus labios son rojos que combinan con sus ojos carmín. Toda una Reina. La misma heredada belleza de nuestra creadora.

Ella, luce un vestido largo color rojo, de dos tirantes cruzados en su pecho. Su cabello lo ha trenzado dejando dos mechones en su rostro.

Y a su lado, yace mi creador. No es raro que luzca como siempre, de negro. Al diferencia entre ambos es que yo llevo un chaleco del mismo color.

—¡Ahí estas hermano! Creí que no vendrías.

—Y dejarte sola como la nueva Reina, jamás. Aquí soy el preferido.

Al estar lo suficientemente cerca, Libe me agarra del brazo.

—¿Están listos?

Niego

—Muy nerviosa madre —le responde mi hermana.

—Suban al maldito trono.

Obedecemos su orden, me dejo llevar por Libe hasta llegar a cada silla. Mi hermana es la primera en tomar asiento de la silla de menor tamaño a un lado de la más grande. Sin dejar de sonreír más sus pensamientos son contradictorios. Finge demasiado bien.

Dejo de verla y observo mi lugar. Dudo unos segundos hasta tomar asiento en la silla para un Rey.

Y sigo sin creerlo aunque vea la multitud frente a mi.

Cuando de crío, cuando nadie estaba en la sala, sin permiso solía tomar asiento en esta misma silla y fingía ser un Rey y ahora, enfrento una realidad.

—Bienvenidos a todos, gracias por asistir a esta nueva Coronación...

No le presto mucha atención al discurso esperado de mi creadora. Cuando en toda la multitud, la busco sin dar con ella.

Dennis, no vino.

Dennis, no está aquí.

Más en una esquina distingo la presencia de Alina, el irritante de Elliot. May y un convertido. A poca distancia, Valuk como cada uno de sus creadores. Incluso entre el vampirismo hay varios lobos, la mayoría de su especie como su Alfa.

Dejo de ver a cada uno cuando la cercanía de mi creadora causa mi atención. Se acerca primero a mi con una corona entre sus manos sin borrar su encantadora sonrisa.

>Le debo demasiado. Nunca se rindió conmigo<

—Yo, Ana Aylin Valentains, como la anterior líder de este Castillo. Te nombro a ti, Darel Valentains como el nuevo Rey para este Reino —me coloca la corona en mi cabeza, en sus ojos se acumulan lágrimas y retrocede.

No pronuncio palabra.

Es raro la sensación.

—Darren —lo llama en voz baja y señala a Libe. Recibe su negación y simplemente le entrega una corona más pequeña.

Mi madre gruñe y se acerca a Libe volviendo a sonreír.

—Yo Ana Aylin Valentains, como la anterior líder de este Castillo. Te nombro a ti, Ana Lizbeth Valentains como la nueva Reina para este Reino —mi hermana inclina un poco la cabeza y le es colocada su propia corona.

Madre retrocede viendo a cada uno.

—Estoy orgullosa de los dos —emite en voz baja, con disimulo se limpia la primer lágrima y se voltea— ¡Sus nuevos líderes!

Con velocidad desaparece.

Es tan extraño recibir las reverencias de todos.

E inicia el segundo paso de la ceremonia. Se escabullen a ir por una copa que en una esquina yace una extensa mesa repleta de copas de cristal con sangre.

Regreso a ver a mi hermana, no deja de tocar su corona y es la primera en levantarse. Con velocidad llega hasta nuestros creadores, primero abraza a nuestra creadora y luego a nuestro creador e increíblemente es recíproco el abrazo.

Me obligo a levantarme del trono y me acerco.

—Darel —soy recibido por un abrazo demasiado duradero de mi madre— no sabes lo feliz que soy —por fin marca distancia— Te tengo en la eternidad y eres Rey.

—Gracias Madre, por todo —su sonrisa se ensancha y regresa a su lugar. A un lado de mi creador.

—Te quité tú corona —la señalo aún en mi cabeza.

Sus propios pensamientos, son contradictorios.

Gruñe y avanza un paso.

—Y yo cumplí mi palabra. Lograste ser el nuevo y maldito Rey. Estas preparado Darel —extiende su mano en mi dirección. No dudo en aceptarla y tras el impulso me atrevo a abrazarlo sin ser alejado— estoy orgulloso de ti, hijo.

Sus últimas palabras las emite en un susurro en mi oído.

Y tan pronto se aleja regresando a su lugar. Permaneciendo esa falsa faceta.

—¡Vamos a saludar a todos!

Libe me jala del brazo y me obliga a bajar los escalones, sin soltarme se dirige a su alma.

En cuanto los veo abrazarse, me safo de su agarre y a tiempo retrocedo cuando ante mi mirada, Libe besa a Rutwend.

Con desagrado, desvío la vista mientras veo alrededor.

A poca distancia, veo al híbrido y es el momento para hablar con él.

—Valuk —pronuncio su nombre cuando aparezco frente de él— Híbrido— mascullo entre dientes logrando su atención. Deja de besarse con una loba que desconozco.

—Rey Darel —ambos hacen una reverencia. No me quejo, es extraño pero puedo acostumbrarme.

—No se ha dado la oportunidad de hablar contigo —le digo en cuanto se endereza— Te debo un agradecimiento por tu ayuda. El recuerdo me ayudó a controlar a la Sombra, te demostré que no soy un vampiro débil apesar de todo lo que pasó.

—Les importas a muchos. Nunca tuve una rivalidad contigo. Podemos empezar de nuevo.

—Trataré de tolerarte más... Valuk.

—Me acostumbré a que te refirieras a mi como el híbrido. Antes me molestaba pero ahora, estoy orgulloso de mi naturaleza.

Musito

—Cualquiera cosa, cuente conmigo su alteza —se ríe— Vamos Key, con la manada.

—Permiso Rey vampiro.

Ambos se marchan perdiendose en la multitud.

—Que difícil es agradecer —me digo a mi mismo y me doy la vuelta. Me acerco a los que reconozco y con los que he convivido por mucho tiempo.

—Algo que nos tengas que decir Alina —escucho la voz de Elliot— Hace días, vi a Darkiel contigo. Es raro que ahora no esté presente.

—No voy a presumirlo pero si insistes en saber, ambos tenemos un acuerdo. Yo le ayudaré a resolver sus dudas y Aziel me ayudará con mi don.

—¿Y cuáles son tus reales intenciones con él? —me detengo y me situo a un lado de Alina— ¿Cómo lo convenciste?

—Palabras, nada más —sonríe y se cruza de brazos.

De reojo la observo.

Alina lleva un vestido color negro, corto ceñido a su cuerpo con sus habituales botas que le otorgan más altura. Más capta mi atención que lleve un collar con una pluma negra como dije.

Ocurrencias de Alina Valentains.

—¿Tú y el sirviente del antiguo vampiro? —espeto al estar perdido en ese tema. Alina nunca me contó al respecto.

—No es lo que piensan.

—Entonces ¿por qué estas nerviosa? —le dice May con burla.

—No les incumbe, tengo un trato con él nada más. En un mismo beneficio y si Aziel no está aquí es porque no quiso estar presente. Se fue pero sé que volverá.

Giro a verla.

De Alina todo se puede esperar.

—Aziel ¿Quién es? —trato de unirme a su conversación. Estoy perdido.

—Darkiel —me responde May.

—Tan extraño que lo llames por su real nombre.

—¿Quieres que te hechice Elliot?

Recibe su risa.

—Ya dejen a Alina en paz —interviene May enganchada del brazo de un convertido— y ya que todos están presentes o la mayoría. Quiero presentarles a Caleb, ya deben haberlo visto como el anterior encargado del traer mortales pero ahora oficialmente es un vampiro por completo.

—Mi creadora lo convirtió.

Lo escaneo, no escucho su corazón latente.

—Bienvenido al vampirismo, Caleb. Es lo mejor que media humanidad —le dice Alina.

—Gracias y con el permiso del Rey —fija la vista en mi— le pido su permiso para quedarme en el Castillo con May.

—¡Es mi alma! —anuncia ella con emoción y esta vez entrelaza su mano con la suya. Sus anillos brillan.

—Me da igual

Recibo las miradas de todos.

—Tú decides, eres el nuevo Rey.

Gruño al escuchar a un irritante Elliot.

—Tienes mi permiso, te puedes quedar todo el tiempo que quieras y si te vas... no me importa.

—Gracias su alteza.

Me cruzo de brazos y carraspeo.

—¿Dónde esta Noah? No lo he visto ni a las gemelas.

—Están en su habitación, Noah no quiso asistir y Isabel y Sharon lo están acompañando.

—Los tres solos, encerrados, en una habitación, cama ¿qué se espera de eso? —inquiere Alina mientras observa la pluma con interés.

—No es lo que piensas Alina, mi sobrino en este momento está muy inestable por la... muerte de mi hermano.

—Tú y yo sabemos que es un método de distracción.

Frunzo el ceño mientras veo de Alina a Elliot y noto esa mirada cómplice.

—No es lo que estoy pensando ¿verdad? —emito con seriedad. Prefiero no leer sus pensamientos.

—Eh, yo iré por una copa de sangre.

Alina huye con velocidad.

—Noah me necesita.

Enseguida Elliot se marcha.

Gruño al perderlos de vista.

—Yo no sé nada, Darel —inquiere May.

—Me las pagará Elliot y Alina me va a escuchar —me obligo a controlarme. Definitivamente los Williams poco me agradan.

—No seas un Rey cruel —fijo la vista en May— Sabes, por lo que mis creadores me han contado, eres el primer Rey vampiro que muy joven toma el cargo de líder.

—Lo sé May —resoplo— Disfruten esta absurda ceremonia.

Me doy la vuelta y avanzo en dirección a mis creadores. Dejan de hablar con la creadora de las gemelas. En cuanto se marcha, Libe se acerca.

—Más de 30 reverencias ¡No lo creo!

—Libe, disminuye tú estusiamo —le digo en cuanto llego a su lado. Recibo su mala mirada y concentro la vista en nuestros creadores— ¿Cuándo se piensan ir?

—En una maldita semana.

—Queremos resolver los últimos pendientes.

Comparto una mirada con Libe, asiente. Estamos de acuerdo en algo.

—No confían del todo en nosotros y se quieren asegurar que seamos los líderes correctos. Nos ponen a prueba —les digo.

—Queremos lo mejor para cada uno y para el Reino.

—Demuestren que así será. Que nos nos equivocamos a elegirlos y nombrarlos como los nuevos líderes.

—Te doy mi palabra, padre. Lo haremos bien ¿verdad hermano?

Asiento

—Pero no quiere decir que nos vamos a olvidar de cada uno. Vamos a regresar al Castillo, visitarlos constantemente. Cualquier cosa, nos avisan por favor. Recuerden que siempre contarán con su madre que los ama.

—Mamá, no empieces porque no quiero llorar más.

Ella cubre su boca con su mano.

—Controlate Ayline.

Ella asiente y baja lentamente su mano.

—Lo siento, sensibilidad por mi aún humanidad —observa a cada uno— Los veo y no lo creo. Si a ambos los tenia hace poco en mis brazos, tan pequeños. Ana Liz tú eras una niña hermosa y Darel, tú mi bebé.

Niego varias veces.

Esa es mi madre.

—Mamá, iré por unas copas. Brindaremos los cuatro y podrás decirnos todo lo que quieras. Aun hay tiempo para despedidas.

Libe se marcha con velocidad.

—Darel —gira a verme.

>Maldición, Libe<

Musito

—He hablado con tu padre y queremos intervenir a ayudarte a recuperar a Dennis.

—Que no estoy de acuerdo, se prefiere a esa... a tu alma lejos.

—Darren, ya lo hablamos —le dice con seriedad.

—No lo hagan. Si se van del Castillo, no busquen a Dennis y madre, te pido no hablar con ella, no la convenzas.

—Hijo, no me pidas eso.

—Lo hago porque estoy seguro que pensabas hacerlo.

—No nos gusta verte sufrir por tu alma, Darel.

La agarro de las manos.

—Madre, Dennis tendrá que decidir cuando volver. No interfieran en mi vínculo —la suelto lentamente— Disfruten su eternidad en el Mundo mortal —hago una corta pausa. Ella regresa a un lado de mi creador— Y díganle a Libe que no puedo quedarme a brindar, prefiero regresar a mi habitación.

—Eres el Rey, debes estar presente.

—Lo sé pero antes quiero fingir que no tendré una gran responsabilidad con el Reino. Quiero estar solo antes de solucionar los problemas de otros.

—Te puedes retirar Darel.

Agradezco la intervención de mi creador al sostener del brazo a mi creadora. Antes de que me detenga, me marcho con velocidad.

Al llegar al pasillo, me detengo y camino en dirección a mi habitación. Mientras me quito la corona.

No obstante, es extraño la sensación.

Dejo de ver la corona en mis manos y alzo la vista sin creer que ella está aquí. Al instante me detengo.

A una nula distancia veo a Dennis tan diferente. Luce un vestido azul marino que por la poca iluminación que se cuela por el Castillo, parece negro. Largo, ceñido a su cuerpo sin tirantes resaltando su figura. Al fin a sustituido su harraposo vestido. Su cabello negro lo tiene ondulado perfectamente, amarrado de unos cadejos y el resto suelto.

Luce demasiado hermosa. Mucho más hermosa.

Decido acercarme cuando ella no a notado mi presencia.

No me cabe duda que es Dennis.

La misma que se encuentra en un dilema con su vestido. El tacon de sus zapatilla se le ha atorado. Quieta a medio pasillo, sin dejar de maldecir.

—Necesitas ayuda.

Se tensa al escuchar mi voz.

—Siempre nos encontramos, Dennis.

Jala con brusquedad su vestido, le da poca importancia cuando a causado una abertura al girar a verme.

—Darel —sus ojos carmín me escanean. De sus rojizos labios se asoman unos colmillos— O mejor dicho, Rey Darel Valentains. —hace una torpe reverencia.

—Viniste —trato de ocultar la emoción.

Dennis se endereza.

—Escuché que te iban a nombrar como el nuevo Rey y quise comprobarlo. Llegué tarde ¿cierto?

—No te perdiste de mucho.

Dennis acorta la distancia.

—Eres su Rey —me arrebata la corona y me la coloca en la cabeza— Te vez, bien —carraspea. Esta por retroceder cuando lo evito al sostenerla de la cintura.

—Tú, igual. Muy... diferente —carraspeo.

Ríe nerviosa

—Soy vampiresa y ya no puedo cambiar.

—Te vez hermosa —se lo digo causando su sonrisa.

—Te eche de menos Darel.

Curvo una media sonrisa.

—Te extrañé Dennis

—Pensaba en ti todo el tiempo y muchas veces estuve apunto de volver —frunce el ceño— Me escucho tan patética.

—¿Nos ahorramos las confesiónes?

Ella asiente y se atreve a colocar sus manos en mis hombro.

No me quejo de la nula cercanía.

—La verdad, no estoy lista para volver al Castillo. Aún no pero hoy quería verte y comprobar con mis propios ojos que eres el nuevo Rey, aquí entre nos, mi favorito —desvía la vista— De hecho, no quiero entrar a esa sala y enfrentar a todo el vampirismo aunque ya soy parte —regresa a verme. Humedece sus labios y es demasiada la tentación— prefiero estar contigo. Solo vine al Castillo por ti, Darel.

—Dennis —coloco mi mano en su nuca— ya no soporto.

La beso desesperado, con sincronizacion movemos nuestros labios al mismo ritmo, nuestros colmillos rozan entre sí al punto de probar pequeñas gotas de nuestras sangre.

—Darel —gruño cuando me aleja. Odio que sea fuerte— ¿prefieres tú Reino o estar conmigo?

—A ti —digo sin dudar. Sonríe con malicia— A mi habitación.

Asiente varias veces y con la misma velocidad vampirica abandonamos el pasillo hasta llegar a mi habitación.
Empujo la puerta sin dejar de besarla.

Dennis se encarga de cerrar la puerta mientras ambos avanzamos. Mientras yo retrocedo, con mis manos bajo el cierre de su vestido.

En cada paso que damos, Dennis me quita el chaleco y comienza a desabotonar mi camisa, yo comienzo a bajarle el vestido hasta su cintura, ella me quita la camisa y la lanza lejos y de mi parte, dejo su vestido caer al suelo. Al mismo tiempo nos deshacemos de nuestros zapatos, del resto de nuestra ropa. Completamente desnudos y con la misma velocidad, llegamos hasta el centro de la cama, yo sobre ella entre sus piernas.

En ese momento, dejo de besarla.

Dennis me quita la corona y la lanza lejos, le doy poca importancia a donde cae cuando toda mi atención está puesta en ella.

—Eres mía, Dennis —acerco mi rostro a su cuello— Yo te convertí, por mi estás aquí.

—Tú lo haz dicho, Darel —me obliga a verla encajando sus largas uñas en mi barbilla— Un vínculo nos une.

Vuelvo a besarla al mismo tiempo que Dennis rodea sus piernas en mi cintura, con una mano sostengo una mientras la deslizo lentamente hasta llegar a su muslo y en una mejor posición, me entro en su interior. Sus manos las coloca en mi espalda, ignoro sus malditas uñas cuando me undo por completo y con frenesí comienzan las embestidas.

No hay control.

Cada una más salvaje que la otra, mezclandose nuestros gemidos. Ella jadea mi nombre, yo el suyo varias veces.

En algún punto, guio mi rostro a su cuello, cegado por el maldito placer encajo mis colmillos, succionando su sangre como una vil droga. Incluso, Dennis imita mi acción cuando siento sus colmillos en mi cuello, bebe descontrolada y realmente no me importa ser su donante, solo de ella.

Al menos esta noche puedo disfrutarla conmigo.

Beber su sangre

Besarla

Un mutuo placer

Sin estar distanciados.

+++ Nos leemos en el Final +++

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