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Capítulo 37 ✘ Caos

  🦇 D A R E L 🦇

Mis colmillos los alejo de su cuello lentamente hasta ver su rostro. Dennis aún permanece entre mis brazos, luce excesivamente pálida, ya no escucho su corazón latir. Parece muerta cuando sé que en una fracción de tiempo, despertará condenada a la eternidad.

Será vampiresa, un ser perteneciente al vampirismo, al igual que yo.

La desesperación, tal vez el miedo de perderla para siempre me hizo actuar sin pensar y la convertí.

Por inercia, coloco mi mano en su mejilla cuando miles de recuerdos me abruman:

—¿Cómo convertiste a mi madre? —un Darel con 12 años de eternidad le pregunta a su creador.

—Creí que nunca iba a hacerlo, pero ahí estaba la desesperación cuando estaba apunto de perderla cuando ella era mortal —le responde permaneciendo cruzado de brazos frente a él— La primera vez fue aquí en este maldito Castillo, en nuestra habitación. No le pregunté, solo actúe y la marque sin beber su sangre, pero no terminé el proceso. Lo interrumpí y ella sufrió una parte del cambio siendo aun humana y cuando una daga atravesó su corazón, lo volví a hacer. Crei que había sido demasiado tarde, porque su corazón ya no latía.

—Pero ella resucitó —mi creador asintió— Tú si la convertiste— afirme.

—Si, volví a tenerla a mi lado, siendo como yo, eterna.

Fugazmente ese recuerdo se desvanece. Recuerdo toda mi eternidad.

—¿Hermano? —desvío la vista al reconocer esa voz.

—Libe

—¡Darel! —ella se levanta, luce mal con toda esa sangre en su cara, pero no deja de ser mi hermana. Con la misma belleza heredada de mi creadora— No puedo creerlo.

Al llegar hasta mi, arrodillada se me lanza a abrazarme ignorando por completo a Dennis. Pese a eso, acepto su abrazo dejando una mano en su espalda.

—Libre de la Sombra, al fin libre —le respondo.

—¡¿Cómo diablos lo lograste?! —se aleja acunando sus manos en mi rostro, me encaja sus largas uñas.

—Todo fue gracias a Dennis —ella me suelta al escucharme y baja la vista.

—Oh ¿qué locura hiciste? —la revisa notando la marca en su cuello, recibe mi gruñido— Hermano —alza la vista fija en mi— ya es demasiado tarde para regañarte.

—No me arrepiento. Iba a morir, tenía que salvarla, tenía que... agradecerle.

Odio su burlona sonrisa.

—Aunque no te sientas listo para aceptar y gritar lo importante que es para ti, sea como sea, por ella estas aquí. Y estaré en deuda eternamente con tú alma.

—Dennis —rectifico— me dio su don, prefirió morir cuando yo... me equivoqué.

Libe asiente y observa a ambos lados.

—¿Qué pasó? Lo único que recuerdo es que nuestra madre le clavó una daga al maldito cazador y luego —regresa a verme— La Sombra me atacó.

—Traté de impedirlo Libe, como cada uno de sus movimientos pero los hilos de oscuridad desde adentro... no alcancé a controlar. —Hago una corta pausa— Absorbió al maldito cazador, yo morí. Lo último que vi es a nuestros creadores y por Dennis solo sé que se los llevó.

Libe coloca su mano en su pecho.

—¿Lo presientes? La conexión con ellos es débil... no quiero ni pensarlo.

Compruebo lo mismo, debe sentir que es más débil la conexión con nuestro creador y extrañamente, con nuestra creadora no la presiento. Algo lo bloquea.

—Tenemos que ir por ellos, Libe.

—¿A dónde? No sabemos a donde se los llevó.

Enarco una ceja

—Yo sé —gruño al sentir un extraño poder dentro de mi, uno que no me pertenece sin embargo, nunca me había sentido tan estable, no hay voces, no hay Sombra, tengo control de mi mismo. Me siento libre, raramente vivo apesar de ser vampiro.— El don de Dennis, aún presiente una conexión con el cazador —veo mis manos, emerge energía oscura de mis dedos, eso no controlo. De hecho, aún no entiendo muchas cosas ¿Cómo persiste la conexión si Dennis es vampiresa por mi? ¿Si el cazador es controlado por la Sombra?

—Donde esta ese maldito, esta la Sombra.

Asiento

—Están vinculados —emito.

Libe es la primera en ponerse de pie.

—Entonces hay que darnos prisa, vamos a salvarlos.

—Totalmente de acuerdo pero antes —bajo la vista—Dennis.

—Déjala ahí, date prisa hermano.

Gruño

—No la dejaré aquí, cualquiera que la vea no dudará en clavarle una estaca y no podrá despertar nunca.

Ella gruñe y se inclina a levantarla.

Dennis parece una frágil muñeca cuando es sostenida por ambos al lograr ponerme de pie.

—Déjala en cualquier habitación, encargate de ella rápido y te veo en el lado oeste.

Dicho esto y Libe desaparece.

Entonces cargo a Dennis y es un maldito descontrol al ver su cuello, deseo su sangre antes de tiempo.

—Control Darel —me digo a mi mismo cuando entro a una habitación y la dejo sobre la cama. Tampoco es seguro cuando hay cientos de esos hilos de oscuridad inmoviles por todos lados sin embargo, sé que no se pueden destruir hasta dañar a la Sombra.

Regreso la vista en Dennis, me dedico a verla con detenimiento.

No tengo la certeza si volveré. Si estaré a su lado en el momento en que despierte.

Si la Guerra aún permanece.

—Perdón Dennis —dos palabras que me costaron demasiado pronunciar. Me inclino sellando mis labios en los suyos y al alejarme me marcho.

No puedo usar mi velocidad vampirica cuando aún me siento débil. La sed de sangre arde en mi garganta, necesito beber sangre.

Así que duro en alcanzar a Libe al avanzar por el pasillo hasta del otro extremo de Castillo. Al menos no me cruzo con sombras en esta parte alta, más veo esos hilos alrededor comenzar a moverse cuando estaban congelados.

—Libe —emito al verla a poca distancia, prácticamente arrastro mi propio cuerpo.

—¡Tío Darel! —alguien se me lanza, siento sus brazos rodearme. Veo su tentador cuello muy cerca de mi boca, mis colmillos detectan su sangre cuando sobresalen y crecen más— Yo sabía, que no te rendirías.

—Alina —mascullo su nombre entre  una queja por alejarse y cierto descontento, pero me alivia verla otra vez. No olvido todos sus fallidos intentos.

—Hay... magia oscura en ti, es raro.

Levanta sus manos, imito su acción. La mía fluye.

—Por Dennis —emito.

Libe se encarga de explicarles con rapidez.

—Increíble —espeta Alina al dejar de escucharla— Eres eterno, libre de la Sombra, tienes un don de magia oscura y tendrás a tú... alma— hace una mueca de desagrado— La hija del cazador.

—Solo Dennis —no me acostumbro a esa total y cruel verdad. Dejo de verla y desvío la vista en Libe, con su ayuda el creador de Alina se levanta.

—Gracias hija —le dice y fija la vista en mi. Su herida está sanada. —Volviste, engañaste a la misma muerte otra vez Darel. Bienvenido.

Musito

—Libe, ya nos tenemos que ir —aparto la vista.

Owen Rutwend no es de mi total agrado así sea libre de la Sombra. Hay cosas que no han cambiado.

—Hija, quedate con tú padre. Tengo que ir a ayudar a mis creadores.

—Liz, no, es peligroso y tú, que hayas resucitado no te hace inmune, realmente inmortal a cualquier ataque de la Sombra fusionada con el cazador.

—No te esto pidiendo permiso, ni te pedí tú absurdo consejo— le respondo.

—Owen, ya estamos decididos —le dice Libe.

—Yo los acompaño —Alina luce tensa— O mejor los alcanzo. Las sombras se acercan.

Al mismo tiempo desviamos la vista, tan malditas escurridizas vienen en nuestra dirección.

—Libe —avanzo con esfuerzo.

Los cuatro retrocedemos hasta Alina permanecer al frente y dejar fluir su don creando una barrera.

Dejo de verla cuando nos alejamos en dirección a los calabozos.

El Castillo está repleto de más sombras. Se nos dificulta bajar los escalones sin tocar ningún hilo. La Sombra con su poder recuperado por culpa del maldito cazador, le va a permitir controlarlas y causar el mismo afecto.

Al bajar las escaleras, avanzamos por el estrecho pasillo, maldigo no ver a ningún mortal vivo en las celdas. Asquerosamente hay sus entrañas exparcidas como su sangre infectada.

A medida que avanzamos, compruebo que varios vampiros debieron intentar salir por aquí y fueron atacados por más que trataron defenderse cuando veo una estaca en el suelo.

Con esfuerzo, me agacho y la agarro ocultandola en mi bolsillo del pantalón y retomo mi camino siguiendo a mi hermana.

—Libe —gruño cuando logramos salir del Castillo por un pasadizo de salida— Ve.

Ella se detiene y se voltea.

—¿Qué tienes?

Caigo de rodillas al suelo.

El plan de salvarlos lo veo tan lejano como la distancia entre el Castillo al lugar que ya he estado, su escondite.

—Sangre

Ella gruñe al llegar hasta mi.

—No hay humanos aquí y fuera de aquí no te puedes alimentar de ellos si todos están infectados —la escucho maldecir y se agacha a mi altura descubriendo su cuello— Hazlo hermano antes de que me arrepienta.

Observo atentamente su cuello.

Es su sangre o debilitarme más. Disecarme y no poder seguir.

—Libe

—Darel, solo hazlo.

—Solo te quería decir —humedezco mis rececos labios— que no me detendré.

Encajo mis colmillos en su cuello mientras la sostengo con una mano de la nuca y la otra del hombro.

Es inevitable no disfrutar su exquisito sabor, en cada gota me siento más recuperado.

—Darel... te alejas o te romperé el cuello.

Gruño cuando por ella alejo mis colmillos. Estoy por repetir acción, la maldita necesidad esta ahí. Sin embargo internamente agradezco que ella marque distancia al levantarse y cubra la marca con su mano.

—¿Mejor?

—Satisfecho —pronuncio y me pongo de pie.

Libe es la primera en marcharse con velocidad, esta vez la sigo al mismo ritmo cuando aún desconozco el uso que Dennis le daba a este maldito don.

Aún con la idea en mente de ir por nuestros creadores:

Es nuestro turno de salvarlos.

#

Alina se debilita cada vez más como su barrera de protección. Las sombras cruzan en el momento que desvanece su magia oscura, la alcanzan y la atacan.

—¡Alina! —le grita su creador y torpemente retrocede.

Al mismo tiempo ambos son consumidos por la oscuridad, infectados, controlados cuando esas mismas sombras se desvían a atacar más vampiros. Con suma rapidez cambian a la mayoría de todo el Castillo.

En Alina, al ser controlada por la oscuridad, sin consumir su don, desaparece hasta reaparecer en la sala. En el centro, hilos de oscuridad se deslizan en el suelo, se conectan en un solo punto.

Entonces Alina deja fluir su magia oscura, sus ojos completamente negros como las líneas oscuras alertan su descontrol. Sin ella detenerse pronuncia hechizos tras hechizos creando una grieta en el suelo. En segundos, crea un portal entre dimensiones con tal de liberar más sombras del reino del Rey Shanees.

(...)

Por la Sombra original, el Rey vampiro muere y revive por su gran poder. Cada vez que atraviesa su garra en su corazón, la misma herida cura a tiempo y repite el proceso antes de que el Rey deje de existir.

Darren, a perdido la cuenta de cuantas veces muere por una corta fracción de tiempo.

Vuelve a abrir sus ojos, con su vista borrosa. Sangre gotea de su nariz al caer al suelo hasta que aclara su visión y con esfuerzo levanta la cabeza ante la debilidad.

Los hilos de oscuridad lo mantienen inmóvil, presionadolo como cadenas en sus brazos, arrodillado con más red de hilos a su alrededor.

Humedece sus labios lamiendo su propia sangre que se desliza desde su nariz hasta su boca.

—Line... —la busca con la mirada al reconocer el lugar. El mismo escondite del pasado, él en el centro, cerca de las escaleras.

—El Rey vampiro volvió a despertar—anuncia el Rey Shanees al aparecer al final de las escaleras. Su poder es elevado como su oscuridad que emerge a su alrededor.

Darren le da una mala mirada al tener la misma apariencia del cazador frente a él.

—¿Dónde? —logra decirle.

—Aquí —la Sombra extiende su mano, la red de hilos aparece a dos escalones más arriba hasta esfumarse dejando ver a Aylin. —Mi Reina de oscuridad— ella baja los escalones restantes y aceptando su mano se sitúa a su lado.

Darren maldice a sus adentros al verla controlada. Con sus ojos negros como la oscuridad emergiendo de ella como los hilos cubriendo su palidez.

—Ayline

El Rey Shanees levanta su brazo en su dirección moviendo sus hilos que la controlan. Ella se acerca a él y ladea la cabeza.

—Matalo —le ordena.

Aylin sonríe con malicia y detrás de su espalda muestra una estaca de madera.

—Como ordenes Shanees —responde robóticamente.

Con velocidad aparece frente a Darren.

—No dejes que te controle... Ayline —la observa sostener la estaca con ambas manos y la guía a su pecho obligada a atravesarla en su corazón.

#

En ese preciso momento, desde Rumanía Elizabeth no deja de rendirse por más débil que se encuentre al  interferir en el descanso de su creador.

Por varios intentos fallidos, por primera vez Darkiel interfiere. Repite el mismo hechizo, sosteniendo de la mano a Elizabeth tras dejar su sangre en aquel antiguo vampiro en descanso y dejando sus manos unidas en su cadaverica mano, ambos al mismo tiempo aparecen en su descanso en varios de sus recuerdos.

Cuando el tiempo caduca, ambos pierden conexión. Sin embargo, tuvieron a Derek al frente suyo, Darkiel el único que logró contacto al cambiar en cuervo y situarse en su hombro. Elizabeth fue la primera en desaparecer y al instante él regresando a su forma original.

A la realidad, los dos frente al ataúd con Derek aún en descanso.

—Señorita Elizabeth

Darkiel la sostiene de la cintura cuando ella pierde el equilibrio. Sus manos aferradas al ataúd.

—Otra vez —emite la vampira con dificultad. Con sangre deslizandose de su nariz.

—Señorita Elizabeth, su debilidad no se le permite. Necesita descansar.

—No Darkiel... ahora más que nunca...debemos despertar a mi padre... La Guerra... Vlad... la Sombra.

Con su ayuda, se endereza. Dejando sus manos esta vez en sus hombros.

—Lo intentaré por mi Señor.

Ella observa su rostro y se esfuerza en sonreírle.

—Gracias ...Darkiel —le responde.

Él asiente y desvía la vista al ver su intento logrado.

—Mi Señor —emite al ver aquel vampiro dentro del ataúd recuperarse. Su aspecto deja de ser cadáverio, disecado resaltando su excesiva palidez.

Elizabeth presiente su gran poder.

—Padre —le dice sin creerlo al girar a verlo. Derramando lágrimas de sangre al verlo abrir los ojos tras interrumpir su descanso— Bienvenido.

Cuando finalmente, después de mucho tiempo, Derek Valentains ha despertado.

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N/A:
Sin palabras... Tengo miedo de lo que se viene ¡Al fin, Derek despertó! Ya me imagino apenas salga del ataúd todas las quejas que va a recibir de Vlad, como un padre cuando le cuentan todo el desastre que ha hecho su hijo, Derek es hora de solucionarlo. Todo aquí es un caos.

Nos vemos en la recta final. Será un especial y último maratón hasta que lean el capítulo final 🖤⚰️🍷

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