Capítulo 25 ✘ Almas pérdidas
Concentrado, Noah Williams termina de detallar aquel dibujo inspirado en una vampiresa. Borra, delinea hasta estar conforme con el resultado.
Ajeno a la presencia de Sharon, que desde cierta distancia lo observa intrigada, esforzandose en ocultar su poder para evitar ser descubierta.
—¿Dónde estas? —emite en voz baja para si misma mientras la busca con la mirada.
No obstante, otra vampiresa con extrañeza la observa y con velocidad se sitúa detrás suyo y se asoma en la misma dirección que ella.
—¿A quién buscas?
Sharon maldice al escuchar su voz y le da una mala mirada.
—May, agradece que no tenga un corazón latente —regresa la vista al frente— ¿qué haces aquí?
—Espiando a Noah como tú lo haces.
Con un rápido movimiento, la rubia vampiresa le cubre la boca con su mano mientras la obliga a retroceder varios pasos.
—Baja la voz —le susurra.
May rueda los ojos y de un manotazo aleja su mano de ella.
—¿Por qué acosas a Noah?
De inmediato, Sharon se cruza de brazos.
—No lo acoso —desvía la vista— Estaba buscando a Isa y ya que últimamente están muy juntos, creí que ella estaría con él.
—Noté una pizca de celos en tú voz —se burla la castaña vampira— ¿es eso Sharon?
—No —se obliga a bajar la voz y le susurra un bajo “shhh” — o no estoy segura que me esta pasando May —se encoge de hombros— Creí que mis creadores les iban a prohibir estar juntos, contaba con la ayuda de mi padre pero por alguna razón, cuando le conté, no se molestó, actuó muy raro, indiferente y me prometió hablar con Isa y después me di cuenta que ni siquiera la regañaron, los dos estuvieron de acuerdo, no intervinieron y los han dejado relacionarse en todo este tiempo.
—Si he notado a Noah muy feliz desde que esta con Isabel y más cuando no tienen que ocultarlo.
—¡May! ¿De qué lado estás?
Esta vez, ella le indica un “shhh“ y acorta la distancia.
—¿Qué te molesta realmente Sharon?
Ella dura segundos en responder y lentamente baja sus brazos.
—No me gusta verlos juntos. Antes creí que mi molestia era porque Isa se había salido con la suya, a ella si le permitieron estar con un vampiro como Noah, cuando conmigo, mis creadores no me apoyaron cuando quise estar con Darel.
—Tengo entendido que Darel ya tiene a su alma —la interrumpe.
—Así es y eso ya lo superé. Realmente no me importa Darel, me di cuenta que estaba equivocada con mis sentimientos hacia él —hace una corta pausa— pero con Noah y mi hermana, es diferente. No soporto verlos besarse, juntos, que Isa pase todo el día con él y me molesta más que Noah no me respete como su alma y que esté utilizando a mi gemela para hacerme daño.
—Creí que Noah no te importaba de esa forma —espeta May más confundida que ella causando la frustración de Sharon.
—Creía lo mismo —se voltea y avanza de regreso a verlo— ¿Qué hago May?
—¿Haz hablado de esto con alguien más? —la vampira castaña se sitúa a su lado recibiendo su negación.
—Con mi padre solo acuse a Isabel creyendo que pasaría lo contrario y con mi madre, no la entiendo, me evade, esta del lado de mi gemela cuando solo me aconsejó “pensar en mis emociones ” y eso me confunde más —la mira de reojo.
—Suena raro de esa forma —May avanza varios pasos y se sitúa frente a ella— ¿por qué no hablas de esto con Noah?
—No puedo
—¿Qué te lo impide? —la jala de ambas manos, Sharon negándose a avanzar.
—Mi cobardía
A regañadientes, May la obliga a acercarse a Noah ignorando sus quejas hasta que logra soltarse de su agarre.
—¡Ya suéltame!
May levanta ambas manos, sonríe al haber causado la atención de Noah que desde su lugar observa a cada uno.
—Hola Noah
—May —le responde— ¿hay algún problema entre ustedes?
Sharon se tensa al escuchar su voz, sin atreverse a darse la vuelta, al estar de espaldas le da una mirada fulminante a la vampira frente a ella.
—No, descuida —May baja sus manos—Sucede que Sharon quiere hablar contigo, así que es mejor dejarlos solos— con velocidad vampirica huye lejos de ambos.
—Ya veras May —masculla Sharon entredientes y se obliga a girarse— Hola —le medio sonríe y se acerca a él—¿Podemos hablar?
Noah asiente, deja de verla y cierra la libreta cubriendo el dibujo de Isabel mientras Sharon termina por sentarse a su lado, en una esquina del pasillo, cerca del barandal pasando sus pies para balancearlos.
—¿Qué dibujabas? —gira a verlo nerviosa.
—Es privado —Noah evita su mirada mientras guarda cada uno de sus lápices con distinta punta.
Sharon con el ceño fruncido lo observa con detenimiento al notar sus ojos con un intenso carmín.
—Tú poder a incrementado
—Me he alimentado
—Lo sé, te he visto bajar con Isa a los calabozos y ya no curas humanos.
—Soy vampiro, dependo de su sangre.
—Pero tú no eres así Noah, te está afectando relacionarte con Isa.
—Isabel me a ayudado a entender muchas cosas, ella no es el problema —le contesta a la defensiva— Me gusta compartir un mortal con ella y no es un asunto grave si lo dejamos con vida.
—Lo digo porque antes de costaba beber directamente de un mortal y eso a Isabel nunca se le a complicado. Si te obliga...
—Sharon, basta —la interrumpe y con velocidad se pone de pie— ¿Qué pretendes? Ya interferiste demasiado. Ya sé que fuiste tú la que nos acusó con tus creadores, una lástima que no te funcionó separarnos.
Ella imita su acción y avanza un paso.
—Sé que estuvo mal Noah pero estaba molesta. Además, de nada sirvió, tuvieron su permiso, ellos aceptaron verlos juntos.
Noah asiente mientras sostiene sus cosas con una mano. Más calmado emite:
—De cierta forma nos ayudaste. Ya estábamos cansados de ocultarlo y cada vez era más difícil. Se lo pedí a Isabel pero ella se negó todas esas veces, creyó que sus creadores actuarían diferentes —hace una corta pausa— De hecho, me extrañó más tú padre. Cuando me pidió hablar conmigo, no me atacó simplemente su amenaza de no dañarlas.
Dura pensativo al recordar el momento exacto en el que Dominik con esa mirada de frialdad, se le acercó a un Noah temeroso susurrandole al oído con clara advertencia:
—No las dañes o tú muerte será muy torturosa.
—Nik, creo que Noah ya lo entendió y lo tiene muy en cuenta ¿cierto? — emitió Ashley y lo alejó de él.
—Si —Noah carraspeó —yo quiero lo mejor para Isabel. Les agradezco que me permitan estar con ella y tener su permiso.
Ambos compartieron una mirada cómplice.
—Te lo volvemos a repetir, tienes nuestra aprobación Noah. Solo queremos ver felices a nuestras niñas.
—Solo no olvides Williams, que las dos están conectadas —Dominik ladeó la cabeza— y tú implicas demasiado en ellas.
El vampiro convertido pasó saliva ante su mirada.
—Ya puedes irte Noah —intervino Ashley— Dile a Isabel que no estamos molestos con ella, nos debe estar escuchando cuando le pedimos hablar contigo a solas.
En ese momento, la puerta fue abierta por la susodicha y al verlos con velocidad se acercó a ambos.
—Lo siento —les sonrío— gracias— abrazó a cada uno y cuando se alejó agarró de la mano de Noah— él es mi felicidad.
—Me consta Noah, un mes e Isabel parece tan distinta desde que esta contigo. Y aunque no parezca, quiero felicidad para mi hermana pero al mismo tiempo no quiero verla contigo —hace una corta pausa— ¿ya te olvidaste que yo soy tú alma? Dime ahora tú sobre tus reales intenciones con Isa, no puedes utilizarla.
—No la estoy utilizando Sharon. Estoy muy seguro de querer estar con tú hermana cuando el vínculo entre nosotros, ni siquiera es recíproco. Deja de actuar así y no interfieras más en mi felicidad con Isabel.
—No puedo, sé que me equivoqué contigo Noah. Me arrepiento de haberte rechazado cuando estaba confundida, me negué a aceptar que realmente no solo te veía como un amigo como te lo dije, no quería darme cuenta de mis sentimientos reales hacia ti.
Él pestañea varias veces
—No te creo ¿por qué hasta ahora cambias de opinión? —gruñe y retrocede un paso— Tú no sientes nada por mi Sharon y tú a mi, ya no me interesas de esa forma.
Ante la idea, Sharon rápido actúa e intenta besarlo cuando le es impedimento cuando Noah la sostiene de sus brazos y la aleja.
—Sharon, ni siquiera lo vuelvas a intentar.
—Lo siento, yo no debí actuar así — Noah la suelta lentamente, le da una última mirada y se voltea avanzando. A pocos pasos, Sharon lo detiene al agarrarlo de su mano y entrelazar sus dedos —¡Espera! —lo obliga a verla sin aún soltarlo— Solo quiero decirte que tienes razón, tú debes ser feliz con Isa aunque a mi me duela verlos juntos. Es algo que debo aceptar —baja la vista en sus manos unidas con clara sorpresa.
—Que bueno que lo entiendas si...
—¡Noah! —lo interrumpe y alza la vista— nuestros anillos están brillando.
—No más confusión Sharon, mi anillo es el único que brilla contigo —baja la vista y lo comprueba. Entre confundido y sorprendido al ver ambos anillos brillar— no lo entiendo, no brillaban, el vínculo no era mutuo— con rapidez se suelta de su agarre.
—Tampoco entiendo que pasó pero esto es una señal, me asegura que no estoy equivocada...
—No Sharon, yo no puedo estar contigo, no puedo lastimar a Isabel, no lo merece y sinceramente quiero estar con ella, la elegí —comienza a retroceder.
—Noah...
—Que no se repita Sharon, no me importa nuestro vínculo.
—A mí si —se detiene al escuchar una tercera voz detrás suyo. Ella lo rodea déjandose ver— Lo escuché y lo vi todo— su vista viaja a cada uno.
—Isabel, te lo puedo explicar...
—Noah, no es necesario —lo interrumpe— Ya no me puedo engañar más. Mamá tiene razón, no podemos intervenir en vínculos y yo quise creer que podía tener uno contigo y no quiero ilusionarme más, tú debes estar con Sharon, es lo correcto —con lágrimas en los ojos lo observa— no seré egoísta, tú mereces estar con tú alma Noah —se voltea dispuesta a irse cuando él la detiene del hombro con velocidad.
—Isabel, escúchame. No puedes decidir por los dos.
—No lo compliques más Noah —se safa de su agarre.
—Isa —la sostiene esta vez de las mejillas— estoy seguro que te amo, lo presiento. Siempre estuvo ahí el sentimiento y tontamente no me di cuenta. A ti te quiero como a mi alma— ella coloca sus manos sobre las suyas, niega y las aparta de su rostro sin soltarlas.
—Noah, no puedes corresponderme de la misma forma que yo quiero que lo hagas.
Rápidamente al notarlo, Sharon se les acerca.
—Sus anillos también brillan.
Al ellos darse cuenta, sus ojos viajan de sus anillos a sus rostros.
—No es posible, no era así
Noah es el primero en soltarla y retrocede dos pasos viendo a cada una.
—Debe haber un fallo
—Yo no he manipulado mi anillo, no soy como Elliot —emite Sharon— es el mismo de antes.
—Los anillos no se equivocan —espeta Isabel mientras limpia sus lágrimas— y es obvio ¿no? No me lo explico pero todo parece que tienes un vínculo con las dos Noah.
Él niega varias veces
—Mi alma... solo debe ser una —emite incrédulo— mi alma es— su vista recae de Sharon a Isabel empeorando su confusión— no puede ser— con sus manos en su cabeza, se voltea huyendo con velocidad dejando a ambas gemelas viendose entre si.
(...)
Por otro lado, Alina acostumbrada a la rutina entra al cuarto usado para entrenar, con su cuervo entre sus manos.
—Más puntuales que él, Darki —le dice a su cuervo y se adentra hasta llegar a la mesa y lo libera. Su cuervo caminando de un lado a otro mientras grazna— ¿Qué te sucede? No actúes así —Alina se inclina— lo sé, Elliot no te cae bien pero me está ayudando o eso creo —se encoge de hombros. Lo detiene al tocarlo con su pálido y delgado dedo— ¿por qué no te gusta verme con él cerca? Si tuviera el poder y pudiera, te haría hablar, creenme —su cuervo vuelve a alertarse y esta vez abre sus alas— Darki, tranquilo —se endereza al verlo salir volando en dirección a la puerta— ¡Darki!
A tiempo, la puerta es abierta por un vampiro que ante sus reflejos se agacha.
—Controla a tú cuervo Alina
—Lo siento Elliot —ella ríe burlona al verlo— siempre se inquieta con tú presencia, no puedo obligarlo a que le agrades.
Él se adentra sin cerrar la puerta viendo constantemente hacia atrás.
—No vuelvas a traerlo en los entrenamientos.
—No lo dejaré encerrado en mi habitación. Darki me sigue a todos lados —molesta se cruza de brazos.
Elliot sin querer discutir, levanta sus manos y fija la vista en ella.
—Bien, olvida que lo dije
Alina rueda los ojos y baja sus brazos.
—¿Qué me enseñarás esta vez? —esta por rodear la mesa cuando Elliot la detiene— ¿Qué? Vamos a entrenar.
—Hoy no habrá entrenamiento Alina —la suelta lentamente— no puedo, me regreso a Rumanía.
—¿Por qué? Aún te necesito, no controlo mi don del todo ¡Elliot, no puedes irte!
—Ey, verte así me hace creer que si te importo ¿me necesitas? —acorta la distancia— ¿De qué forma— la agarra de la cintura.
—No empieces —lo aleja de ella— Me refería como a mi mentor —bufa— pero si quieres, lárgate —con velocidad aparece del otro lado de la mesa causando su risa.
—Alina, Alina, no me iré para siempre —él avanza hasta apoyar sus brazos sobre la mesa— le pedí permiso tanto a la Reina y a su hija, tu creadora—la apunta— con las únicas que quiero tratar, para ir a Rumanía, necesito ver a mi padre, así como a mi hermano, me preocupa su estado. Además que desde aquí no me entero de nada con respecto al antiguo vampiro, tal vez ya despertó y nosotros ni en cuenta.
—No lo creo, todos los vinculados se darían cuenta.
Elliot le da la razón
—Igual forma quiero ir, visitar a mi madre, fastidiar a la Corte y por varios grimorios antiguos que te van a interesar, no creo que Elizabeth se niegue si se los pido prestados por un tiempo. Te van a ayudar —Alina le sonríe—y ya que ellas estuvieron de acuerdo, es mejor irme ahora.
—Bien, ¿por cuánto tiempo?
—Una semana, no me vayas a extrañar mucho.
—Para nada, al contrario a Darki le encantará escuchar esta maravillosa noticia.
Elliot le da una mala mirada
—Práctica Alina, no causes problemas con tú don, no te excedas, sé paciente y sobre todo, no dejes de ser tan hermosa.
Ella se inclina imitando su acción.
—No lo haré —nota sus ojos carmín igual a los suyos— Gracias Elliot, por todo, sinceramente te lo digo, he mejorado.
—No puedes quejarte y mucho menos de los premios —le sonríe luciendo sus colmillos y con una mano acaricia su mejilla— regresaré Alina y les vamos a demostrar a todos lo poderosa que eres con tu don —se inclina lo suficiente para darle un casto beso en los labios y acto seguido, se aleja girando media vuelta.
—Elliot, espera —con su voz, Alina lo detiene y usa su velocidad vampirica para aparecer del otro lado de la mesa al frente suyo a poca distancia— ¿puedo pedirte un gran favor?
—Eso depende —Elliot oculta sus manos en sus bolsillos— ¿estas dispuesta a pagar un precio por el favor?
—Si lo que sea —se acerca un paso— quiero que cuando regreses al Castillo, me traigas una pluma de Darkiel.
—¿De Darkiel? —la mira con seriedad— ¿por qué quieres una pluma de ese cuervo informante y sirviente del antiguo vampiro?
—Porque quiero conservar una como todas las que he coleccionado de Darki, estoy por reunir 100 —emite rápidamente, con orgullo— Sus plumas son especiales —le sonríe ampliamente— ¿puedes cumplir mi petición?
Elliot hace una mueca
—Será difícil, tendré que arrebatarle una cuando se convierta en ese cuervo que acostumbra —tras su mirada, asiente— haré lo que pueda.
—Gracias, procura que no sé de cuenta.
—¿Cómo pretendes que lo haga?
—Usa tú don —Alina se inclina dándole un casto beso en la mejilla— confío que podrás hacerlo.
—Siempre cumplo lo que me propongo —gruñe— solo por ti Alina —se despide de ella con un rápido abrazo y termina por marcharse.
Rápidamente Alina sonríe con malicia y observa su mano vacía mientras imagina sostener una pluma negra.
#
Cerca de los calabozos, la Reina espera viendo a ambos lados del pasillo, a esas horas, el Castillo no se encuentra con muchos vampiros ambulando en esa parte.
Inquieta al mismo tiempo hasta que siente su presencia y se da la vuelta.
—¿Lograste que hablara?
—A mi manera —el Rey se acerca a ella con sus manos en sus bolsillos— el convertido que atraparon de ese maldito, dio información valiosa de su escondite y así como él, creó a más.
—Vlad no va a detenerse, todos los humanos corren riesgo allá afuera Darren y nos perjudica de la misma forma a nosotros —frustrada se cruza de brazos— ¿En dónde se ocultan?
—En el mismo lugar que tú y yo conocemos perfectamente —hace una corta pausa— El maldito escondite que Derek usaba en el pasado para ocultarse con su informante y contigo.
—Era de esperarse, así que Vlad regresó ahí y se oculta con sus creaciones —gruñe— maldito.
El Rey le da la razón
—Por más que insistí, su convertido no reveló más pero aún así hay que estar alertas Ayline.
Ella asiente
—Lo mataste ¿cierto?
—Ninguna de sus malditas creaciónes deben existir.
—Si aunque, pienso que son solo mortales que él les arrebata su humanidad de una forma cruel. No merecen morir.
—Ya lo hablamos Ayline y estuviste de acuerdo.
—Trata de entenderme Darren —él niega varias veces— inténtalo, para mi es difícil —gruñe y desvía la vista— incluso con su principal hija. Matarla es causarle el peor dolor a Darel.
—Matarla es debilitar al maldito cazador y que no libere a Darel ni a su oscuridad —causa su atención— la idea es evitar perderlo.
—Lo sé Darren, su alma no lo ayuda en nada correcto como debería. Se reconocer que su vínculo es prohibido y como lo hemos hecho hasta el momento, debemos mantenerlos distanciados aunque me duela verlo así.
Él gruñe y deja de verla
—No la han encontrado ¿cierto? —le pregunta.
—No, desde la última vez que los guardias que enviamos la encontraron, por lo visto estaba lejos del cazador, de su escondite y de los cinco, solo dos regresaron pero es obvio que debe estar en el mismo lugar que su maldito creador.
—Lo mismo pienso, Esteban esta cada vez más débil y Vlad lo está causando...
—Con ayuda de su maldita creación —termina el Rey por ella— su maldita hija debe morir lo antes posible, debo actuar personalmente.
—¿En qué quedamos Darren? Ninguno de los dos se va a exponer, es lo que Vlad quiere. Además, el Reino nos necesita aquí y sobre todo Darel —baja sus brazos— enviemos más vampiros como a más lobos de la manada de Amaris.
—No estamos logrando nada si esa maldita se protege. El convertido reveló una barrera que ella misma creó, no podrán cruzar para matarla.
—Es astuta y su poder es elevado Darren —la Reina comienza a caminar— Por más que pienso, no encuentro una solución para detener esta Guerra.
Al instante, él alcanza su paso.
—Dependemos de una, pero no podemos usarla.
—Derek —emite Aylin y lo observa de reojo— él sigue sin despertar.
En silencio, siguen avanzando por el pasillo.
—Todo es prioridad Darren pero Darel —ella acaba con el silencio prolongando— es mi preocupación mayor.
—Esta bajo control
—No nos consta, no podemos entrar a verlo —se detiene al mismo tiempo que él y se medio gira— por eso, hace rato le envié un aviso a Lezy de venir y no debe tardar y antes que me digas que no estas de acuerdo, necesito saber que nuestro hijo se encuentra estable. Saber de él a a través de Lezy, no puedo esperar malditos seis meses.
—No me voy a interponer
Su Reina pestañea varias veces al escucharlo.
—¿No?
—No, Ayline. Ya soportaste demasiado y debemos saber sobre Darel pero ninguno de los dos va a entrar.
Ella asiente varias veces
—Gracias Darren —esta por besarlo cuando un carraspeo los interrumpe y enseguida ella se aleja viendo a la joven vampiresa justo al frente— Alina.
—Hola abue Lin, abue Darren —causa su gruñido— podrán demostrarse afecto después de que me vaya pero antes necesito que me escuchen —da un paso adelante— ya me enteré que Elliot se irá a Rumania y quiero aprovechar ese tiempo de no entrenamientos para hablar con mi tío Darel, creí que con su permiso...
—No, Alina —la interrumpe el Rey.
—¿No?
—Definitivamente no, nadie entra a ver a Darel, ni nosotros excepto Lezy.
Ella molesta se cruza de brazos.
—Es un riesgo Alina, creenme que también deseo verlo y hablar con él.
—Abue Lin, no puedo dejarlo solo, tal vez puedo ayudarlo. He mejorado.
—No eres lo suficiente fuerte
—Tal vez no como Lezy, ni como Elliot pero mi don los va a sorprender —recibe su negación— por favor, todo este tiempo he respetado su orden pero nunca estuve de acuerdo en que encerrarán a mi tío Darel ahí solo con su sombra, lo va a empeorar.
—Alina, no intevengas
Rápido la Reina da un paso adelante.
—Hazle caso a tú abuelo —le susurra en voz baja— al Rey. No podemos cumplirte lo que quieres por el momento —acaricia su mejilla— no insistas y mucho menos trates de querer destruir la barrera.
—Ni siquiera lo logré abuela
Aylin le medio sonríe y aparta su mano.
—Aún así Alina —lame sus labios— estoy segura que Darel sabe que aparte de nosotros, estas tú que le importa su bienestar.
—Igual a mi madre aunque finja lo contrario— resopla— yo hice mi último intento— sonríe ante la idea en mente—pero si puedo escribirle una carta ¿cierto? ¡Sii! De esa forma Darel puede comunicarse con nosotros y cuando Lezy entre, sabremos lo que piensa.
—No me parece mala idea de que Darel escriba su propio diario —resuena la voz de Lezy al aparecer a cierta distancia— Lamento mi demora, me entretuve hablando con mi hijo que me espera. Termino con esto y regresamos los dos a Rumanía.
—¿Puedes entrar a verlo?
—Si puedo si cierto Rey está de acuerdo —el susodicho asiente ante su mirada — ¡perfecto! —Lezy regresa la vista en la Reina— Sabía que me harían venir antes del plazo acordado —se encoge de hombros— pero no será por mucho tiempo, vamos.
Es la primera en avanzar.
—¡No entres sin mi carta! Ya vuelvo —con velocidad Alina se marcha.
—Revisas las botellas. Debemos saber cuanta sangre Darel a bebido —le dice el Rey mientras la sigue al mismo tiempo que su alma.
—Y el estado de Darel
Lezy asiente al escucharlos.
En poco tiempo, los tres aparecen cerca de la puerta. Lezy se voltea y les pide retroceder.
—No creo que sea necesario pero igual forma les advierto, ninguno cruce en cuanto vean la oportunidad.
—Sabemos que en su estado, sería perjudicar más a nuestro hijo. Me conformo en saber de él a traves de ti —le dice la Reina.
Enseguida, Alina aparece con una pequeña libreta y un boligrafo.
—Aquí estoy —la abre y en la primer hoja escribe— dile a mi tío Darel que yo no me rindo con él, que voy a ayudarlo —termina por firmarla— que la lea.
Lezy asiente
—Alina —con un leve carraspeo, la Reina causa su atención— no es por desconfiar pero por seguridad, tengo que leerla —extiende su mano.
—Descuida, por lo que he hecho no me extraña que desconfíen de mi— le entrega la libreta— No es que vaya a crear un plan de escape con él —ríe sin ánimos.
—No nos vamos a arriesgar a que así sea.
Ella ignora al Rey y regresa la mirada en la Reina que lee con atención su carta y medio sonríe al terminar.
—No hay nada de que preocuparse, solo es un “Tienes mi apoyo, creo en ti, eres fuerte más que la sombra, seras libre, tú sobrina favorita, Alina” —borra su sonrisa— Darel querrá leerla.
—Tú también podrías escribirle —Alina le entrega el bolígrafo, por unos segundos, la Reina lo piensa hasta aceptarlo.
—Tienes razón —en una nueva hoja, comienza a escribirle, se demora varios segundos, pasa de hoja hasta terminar y alzar la vista— A Darel le gustaría leer una carta tuya— gira a ver a su alma.
—No lo creo, Darel no necesita palabras, necesita acciónes y ya lo he demostrado.
Aylin sin insistirle, cierra la libreta y se la entrega a Lezy.
—Si es todo, es hora de entrar a verlo —es la única en acercarse a la puerta y la abre. Tras un hechizo, abre una abertura donde cruza y al estar dentro, la sella viendo alrededor— Darel, ahí estas— lo observa sentado en el suelo, con su espalda recargada en la cama con la vista fija en las puertas abiertas del balcón donde la luz otorga poca iluminación a la oscura habitación.
Alerta, la vampiresa avanza sin dejar de verlo. Comprueba su palidez excesiva, como su delgadez hasta sus ojos rojos resaltar de su mirada como unos colmillos sobresalir de su boca.
Agradece que las líneas oscuras no se encuentren presentes.
—La Reina y Alina te han enviado esto —le muestra la libreta en su mano— las dos te escribieron una carta, te piden leerla y en mi próxima visita, podrías dejarles un mensaje tuyo —ante su silencio, se dirige hasta la cama y la deja en el centro— Están preocupadas por ti, allá afuera hay varios que si les importas— prosigue sin causar su atención— Lo debes estar escuchando, lo que te permite tú audicción vampirica. Tú creadora sugirió no prohibirte el sonido fuera de aquí, más nadie puede escucharte —ladea su cabeza— ¿No dirás nada? Comprendo que sigas molesto pero solo intentan protegerte, nadie se rinde para librarte de la oscuridad —se vuelve a acercar a él y se agacha a su baja altura— ¿está aquí? ¿la vez?
Al no recibir respuesta, se levanta.
—Todo el tiempo —resuena su voz y lentamente Darel gira a verla— y mejor larguese si no va ayudarme a salir de aquí.
—No puedo Darel y aunque te moleste mi presencia, no me iré hasta revisar tus suministros —con velocidad Lezy llega al armario y al abrirlo observa cada botella causando su gruñido— Dos botellas haz bebido en estos dos meses, es muy poca sangre —la cierra y se voltea— Sigue con esa baja porción y lograrás debilitarte más. Quedarte vulnerable para la sombra.
—No le daré poder con la sangre —le contesta y regresa la vista al frente— no va a vencerme.
Lezy se vuelve acercar a él, notando las líneas oscuras por debajo de sus ojos.
—Si tuviera el poder suficiente lo haría sin que dejaras de existir. Destruiría a esa sombra que te atormenta.
Una media sonrisa se apodera en su rostro al pensar en la sombra como su única compañía.
—Con esto han empeorado todo. No me están ayudando en lo absoluto.
Las líneas oscuras se esfuman por completo. Al notarlo, Lezy se limita a decirle:
—Te veré pronto, Darel — de la misma forma se marcha sellando la barrera en el momento que cierra la puerta.
Transcurren varios segundos cuando Darel deja de escucharlo y pese a su debilidad se levanta posando la vista desde la puerta a la cama sin atreverse a leer cada carta.
Ante su sed presente, se obliga a avanzar hasta el armario. Delcalzo se dedica a abrir una puerta, saca la primer botella cerca y tras abrirla le da el primer trago. Por segundos saboreando la sangre hasta que la escupe.
—Cállate —masculla al escuchar el eco de su voz al repetir varias veces su nombre. Gruñe y al fijar la vista en el otro lado de la cama, le lanza la botella— ¡Desaparece!
Al instante la botella se hace añicos al chocar con la pared, los vidrios como la sangre quedan esparcidos en el suelo sin dejar de ver la silueta de la sombra siendo una copia exacta de él.
++ Fotos referentes al capítulo 🖤 ++
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