Capítulo 20 ✘ Shadow
—Darel...
Un sin fin de veces su creadora repite sin él reaccionar. Su palidez comienza a tornarse oscura comenzando por sus dedos. La delgadez excesiva al punto de parecer un cadáver. Un muerto condenado a la eternidad al ser un vampiro.
—Debe existir una cura —la Reina sigue sin apartarse de su creación desde que lo trasladaron a su habitación donde yace acostado sobre la cama. Ella aferrada a su mano con preocupación al verlo cada vez peor —Debemos salvarlo.
—Nada funciona Ayline — su Rey aparta la jeringa con un líquido carmín de su cuello y la deja sobre la cama con 10 más vacías —Nuestra sangre no lo cura.
—Es nuestro hijo —con cuidado revisa la herida que cada vez se extiende sin sanar cubriendo parte de su pecho y medio brazo— No podemos rendirnos con él —deja deslizar las lágrimas por sus mejillas sin evitarlo— no puede morir otra vez.
Darren gruñe frustrado, le da una rápida mirada y se acerca más a su creación. Con sus filosas uñas rasga sus brazos, su cuello donde su sangre brota sin la herida cerrarse.
—El maldito veneno lo está acabando.
Aylin niega varias veces y se levanta de la cama.
—Vamos Darel, tienes que sobrevivir —con cuidado coloca su mano en su rostro. Se percata de un polvo oscuro manchar sus dedos, con los labios entre abiertos aleja su mano notando un hueco en su mejilla— Darren... ¿qué... le está pasando?
Él la aleja sin tocarlo, con sus manos en sus hombros la sostiene.
—Se está... volviendo polvo —su Reina niega varias veces. La suelta y vuelve a derramar gotas de su sangre en sus labios sin ver resueltados —No hay forma...
—No, no lo digas —con brusquedad lo hace girarse— Me rehuso a perderlo. No me voy a despedir de él, no puedo aceptarlo —limpia sus lágrimas con rapidez— Lezy puede...
—Ya es demasiado tarde Ayline, se le avisó con un mensaje de urgencia que viniera al Castillo pero su poder, la magia oscura no salva una marca de un híbrido y a Darel no le queda mucho tiempo.
—¡Darel no morirá! —lo empuja acercándose a su creación sin tocarlo—él no puede —guarda silencio al ver su apariencia en completa disecacion.
—En el vampirismo, desde siglos atrás los híbridos como el maldito de Valuk han sido prohibidos, asesinados por esto mismo. Nadie encontró una cura ante el mal que causan en vampiros y lobos. Es letal Ayline.
Se niega a escucharlo y aceptarlo.
—Está vinculado con Derek por su oscuridad.
—Con un vampiro que se encuentra en descanso, no es opción, no es esperanza Ayline. La oscuridad que tiene Darel, bien no los explicaron, Derek ya no la controla —la obliga a verlo— y se desvaneció con el veneno híbrido.
—No, no, no—pasa saliva— Es mi Darel, nuestro hijo— se le lanza a abrazarlo ocultando su rostro en su hombro volviendo a llorar.
—Ayline —coloca su mano en su espalda siendo el único en ver a su creación desvaneciendose poco a poco comenzando por su rostro— Te juro que mataré a ese maldito híbrido.
Enseguida, ella se aleja, sus agarre en sus brazos la mantienen quieta.
—Quiero verlo —recibe su negación— Darren... por favor.
—Recuerdalo como era Ayline
Ella cierra sus ojos varios segundos. Al abrirlos asiente, su alma comenzando a soltarla.
Entre la curiosidad y la sensación de vacío en su pecho, se voltea lentamente pronunciando su nombre con agonía.
—Darel —cubre su boca al ver en su lugar, sobre la cama restos de polvo.
—No era el descanso —su creador con disimulo limpia esas gotas de lágrimas rebeldes que mil veces se niega a derramar— que quería que tuviera.
Su Reina baja su mano lentamente.
—¿Que... qué le vamos a... decir a todos? No... los salvamos. Darel está —guarda silencio al ver entre el polvo emerger una capa de humo oscuro cubriendo la mitad de la cama —Darren...
Esta por tocarlo cuando su agarre la detiene.
—No me explico que es eso
Con cautela ambos se acercan, se inclinan un poco notando la capa de oscuridad desvanecerse poco a poco dejando en su lugar una sombra que comienza a cambiar exactamente en un Darel curado, renacido ante sus ojos. En su apariencia regresa su habitual palidez, la mordida en su hombro se cierra sin dejar cicatriz comenzando a mover los dedos de sus manos.
—¿Hijo?
Eternos segundos de suspenso cuando lo ven abrir los ojos, tan intensos color carmín.
—¡Darel! —esta vez la Reina exclama con emoción al verlo mientras él se incorpora en la cama revisando sus manos, notando sus uñas largas y filosas. Siente sus colmillos sobresalir de sus labios al sonreír con malicia— No te perdimos —acerca su mano a su rostro captando su atención— estas aquí, eres real.
—Volviste
Darel ensancha su sonrisa al escucharlos.
—Nadie puede destruirme —su voz es más profunda que los alerta— No se libran de mi tan fácil —el carmín de sus ojos cambia cuando en su irís se torna un destello oscuro— su Darel, yo lo controlo.
Aylin aleja rápidamente su mano al ver sus ojos negros por completo. Por su Rey, la hace retroceder al mismo tiempo que él.
—¿Sorprendidos? —comienza a levantarse de la cama quedando del otro lado— He vuelto a la eternidad a su creación, ya han tratado conmigo en el pasado —señala especialmente a la Reina.
—Su maldita oscuridad
—Cientos y miles de vampiros se refieren a mi de esa forma —mueve su mano viendo con atención la oscuridad que emerge de sus dedos— ¿Qué soy? ¿Quién soy? —ríe siniestro.
—¡Ya deja a Darel en paz!
Su tétrica mirada se posa en la Reina.
—Yo lo presiento, nuestro hijo aún no lo perdemos. Esta aquí.
—Atrapado —la corrige— en mi. Una vez siendo liberada, la esencia del vampiro se queda condenada aquí —señala con una mano su cabeza— sufriendo rodeado de oscuridad hasta rendirse —hace una corta pausa— Poco queda de Darel, una cubierta de protección más hasta lograr consumirlo —rodea la cama, con rapidez el Rey se mantiene delante de su Reina sin dejar de verlo alerta— poder, un vampiro que alimenta lo que soy —cierra su puño— Y no pueden dañarme.
—Tú no eres nuestro Darel
—Estas equivocado, seas lo que seas vamos a destruirte.
—¡Inténtelo! —ladea la cabeza— Darel volverá a sufrir.
Al instante Aylin observa sus manos, líneas oscuras cubriendo sus dedos y extenderse hasta sus brazos. Con brusquedad hace a su Rey girar a verla notando lo mismo en él.
—Darel no los dañaría —habla la oscuridad— yo si.
Darren gruñe y le da una última mirada.
—No serás del todo liberada mientras Darel aun exista. No saldrás de aquí y te doy mi palabra que nuestra maldita creación... volverá como tal, no a traves de ti.
Se voltea obligando a su alma a dirigirse a la puerta hasta ambos salir azotando la puerta colocando un seguro que no servirá para detenerlo.
A cierta distancia, al mismo tiempo se detienen viendo las líneas oscuras desaparecer en los dos.
—¿Qué vamos a hacer? Tenemos que ayudar a Darel.
Él asiente, con su agarre en su barbilla la obliga a verlo.
—No está del todo curado, no mientras su maldita oscuridad lo controle —hace una corta pausa ocultando sus colmillos— Hay que actuar Ayline, hoy mismo Darel debe tener un descanso antes de que eso cumpla su palabra y no quede nada de él.
A su pesar, su Reina asiente.
—Por el tiempo que sea necesario. Hasta que termine la guerra, hasta que Derek despierte y desaparezca de él la oscuridad —Aylin baja la vista al dejar de sentir su tacto— así dure siglos.
(...)
Mientras tanto, la oscuridad sin borrar su sonrisa desvanece la misma de sus manos. Se vuelve a verse a si mismo acostumbradose en su nueva y falsa apariencia.
Al fijar la vista en la puerta, avanza. Al llegar no usa su fuerza para abrirla cuando fácilmente puede salir. Se dedica a esperar el justo momento mientras se apoya en la puerta recargando su cabeza y colocando ambas manos cerrando los ojos.
—Darel, yo puedo salvarte
—No te daré lo que quieres. Me controlaste para acercarme al maldito híbrido —apunta en un punto entre toda esa oscuridad cuando solo puede escuchar el eco de su voz— Tú idea no era detenerlo, era causar mi muerte. No me ayudaste cuando me enfrente a él.
—El trato Darel
Él niega varias veces, internamente siente el dolor, puede escuchar voces mezcladas al nombrarlo al punto de sentirse débil y caer al suelo de rodillas.
—¿Qué me está pasando? —observa sus manos, sus dedos deja de sentirlos al desaparecer— esa voz —hace una corta pausa— Son ellos... mis creadores.
Abre los ojos sorprendido al dejar de ver medio brazo.
—Eres un vampiro que ya no existe.
Ante sus ojos por primera vez observa esa sombra de oscuridad emerger de ella siendo una figura antinatural, humanoide con enormes garras y colmillos mucho más grandes que un vampiro.
—No quiero... morir. Tú, en el pasado me salvaste. Me hiciste volver a existir.
La sombra extiende lo que parece su brazo hacia él.
—Liberame Darel y volverás otra vez
Él deja de verla, baja la vista derramando varias lágrimas.
—No me vas a controlar —medio sonríe sin ánimo— Sin mi te desvaneces. Tú me necesitas.
Escucha esa risa siniestra la misma que tantas veces lo atormento de niño.
Lentamente alza la vista viendose a si mismo. Un Darel físicamente con líneas oscuras por todo su cuerpo.
—Debilidad Darel, es todo lo que necesito de ti.
Internamente es atacado por ella perdido en su propia conciencia.
Su falso aspecto abre los ojos lentamente y se aleja de la puerta.
—Deja de luchar Darel.
(...)
En la sala, ambos líderes del Castillo con líder del Consejo pierden toda esperanza y paciencia hasta que ante ellos, ven ese reconocido humo negro dejándose ver su apariencia.
—Estamos aquí —Elizabeth es la primera en hacerles una rápida reverencia como el resto— Recibimos su mensaje —observa a cada uno— ¿Qué sucedió con su creación?
—Valuk lo mordió, intentamos de todo para sanarlo, darle nuestra sangre, la de Alina, la del mismo Valuk —habla la Reina— Usar formas de sustraer el veneno pero nada funcionó— se obliga a no llorar— Darel volvió a morir.
—Pero la maldita oscuridad lo trajo de vuelta. De alguna forma lo controla del todo.
—¿Fue completamemte liberada? —les pregunta Darkiel que se mantiene a un lado de Elizabeth.
—Creemos que tiene a Darel atrapado
—Hay una pizca para salvarlo. No lo van a perder —les dice Jonathan viendo de reojo a Esteban— Lezy esta dispuesta a ayudar en lo que necesiten. Se está encargando de la barrera, reforzando el hechizo para que en dado caso, la oscuridad de Darel se mantenga aquí —hace una mueca— pero no puede sola, ante el estado de Alina, recurrimos a traer a Elliot y él ayudarla.
—En este momento, él es lo último de nuestras preocupaciones.
—Lo voy a vigilar, no causará problema en cuanto Lezy termine, regresará a Rumania—espeta Jonathan— y si me permiten, iré a ver a Valuk, sigue siendo un Williams.
Con velocidad desaparece de su vista.
Con un carraspeo, Darkiel menciona:
—La oscuridad de mi Señor no es fácil de vencer.
Aylin lo ignora y fija la vista en Elizabeth.
—¿Puedes obligarlo a descansar?
Ella comparte una mirada fugaz con Darkiel y regresa a verla.
—Puedo intentarlo, puede funcionar. Mi padre tantas veces tuvo que obligarse a descansar por lo mismo. La oscuridad no puede actuar de esa forma en un vampiro.
—Sin embargo, se corre el riesgo de que su creación no la soporte al batallar con ella durante el descanso —Darkiel capta su atención— Fui el responsable de dormir a mi Señor siglos atrás, tuvo un descanso duradero pero la última vez la oscuridad fue difícil de mantenerla en él. Me atacó con gravedad, controló a mi Señor. Con el tiempo, ya no es la misma, conoce el poder y las formas de mantenerla atrapada —de su bolsillo saca un frasco de sangre oscura— ¿Quieren correr ese riesgo con su creación?
—Es sangre de mi padre, mía y de toda la Corte —Elizabeth interviene y le es entregado el frasco— Ya esta bajo un hechizo, es cuestión de inyectarla en él y dormirlo con todo y la oscuridad.
—Si es la única opción, tiene que funcionar —le responde la Reina.
No obstante, la puerta de la sala es abierta de golpe entrando Ana Liz con rastro de sangre en sus mejillas por sus lágrimas.
—Alina —emite con voz rota al detenerse cerca de todos—no despierta, la magia oscura no desaparece de ella.
—Una vez la magia oscura controla a la vampiresa o vampiro, es difícil destruirla cuando ya forma parte de su poder, un don al despertarla —le dice Elizabeth al verla— pero si tú hija es lo suficiente fuerte, puede aferrarse y ella controlarla y volver a ser la misma. Es mucho más fácil lidiar con la magia que alguna clase de oscuridad —desvía la vista— ¿Te encargas Darkiel??
—Por supuesto Señorita Elizabeth, tengo experiencia, fui de ayuda para nuestra creadora Mellissa Wilbert y conozco el hechizo para despertar a su creación con su don controlado.
Ana Liz le medio sonríe
—Gracias —se limpia las mejillas— ¿Qué pasó con mi hermano? —su mirada se posa en el frasco.
—Darel murió
—¡¿Qué!? —espeta incrédula al escuchar a su creador.
—Volvió hija, la oscuridad lo curó. Por un momento, tú hermano... se volvió polvo pero volvió a resucitar y... esta atrapado.
—Su oscuridad lo controla —ella abraza a su creadora al lucir más calmada.
—¿Qué tan fuerte es esa oscuridad? ¿En qué lo va a convertir? —les pregunta la Reina sin soltar a Ana Liz.
—La oscuridad de mi Señor no se trata de la misma que cualquier vampiro o vampiresa posee durante el tiempo que debe descansar.
—Darkiel —le advierte Elizabeth— será peor que lo sepan.
—¿Qué ocultan? ¡Hablen maldita sea! —pierde toda paciencia el Rey, su Reina interviene al sostener su brazo al alejarse de su hija.
—No están tratando con la peor maldad de una versión de él. La oscuridad es una sombra que hace siglos, encontró a mi Señor al buscar a los vampiros más fuertes para poder consumir su poder. Ha estado controlando vampiros, Vlad Valentains, creador de mi Señor la tenía y fue traslada a su creación.
—La sombra los elige —inquire Elizabeth y extiende el frasco— Deben descansarlo ahora, pero aseguren que sea en Darel porque siendo la sombra, no habrá resultados.
—Lo más difícil es traerlo de vuelta, si aun persiste, debe haber una pizca del vampiro que controla.
—Eso no suena fácil —espeta Esteban— Aquí la pregunta crucial es ¿quién lo va hacer? Es mejor actuar sin que se de cuenta porque ni Darel, ni quiero creer que esa... sombra querrán descansar eternamente.
El silencio los invade, todos viendo el frasco.
—Puedo ayudar a mi hermano si logro controlarlo con mi don.
—No, Ana Liz. Te va a dañar si su oscuridad te detecta en su contra. Tú regresa con Alina.
—Mamá pero...
—Criatura, es ese estado es más fuerte que tú y yo tal vez no sea tan fuerte, nunca he enfrentado a una oscuridad ni la mía propia pero puedo ser la distracción.
—¿Tú? No lo creo Esteban, lograrás que te mate y se pierdan más vampiros incluyendo a mi padre —le dice Elizabeth al verlo— Ningún vinculado puede estar cerca de él, ni yo misma al ser de aquí la más fuerte, siendo descendiente de mi padre, me querrá matar al detectar la sangre y poder que tengo de mi creador.
El rubio vampiro gruñe y se cruza de brazos dándole la razón.
—Con gusto podría intervenir pero la sombra ya me conoce —espeta Darkiel con sus manos detrás de su espalda.
—Ninguno actuará —Darren le arrebata el frasco a Elizabeth— Se trata de mi maldita creación, yo seré quien lo haga.
—¡No! —su alma gira a verlo captando su mirada— En cuanto te vea, te matará como tanto ha intentado hacerlo. Nos lo comprobó hace un rato, a ambos quiso... consumir con lo que es —le arrebata el frasco ocultandolo detrás de su espalda— También es mi hijo, soy su madre y no me rendiré nunca con él.
—De la misma forma puede actuar en tu contra Ayline.
—Tal vez, si se trata de la oscuridad pero Darel no lo haría. Puedo traerlo de vuelta y sé como. Me tiene que escuchar.
—Mi hermano la aprecia mucho más que todos aquí. Puede funcionar.
—Pequeña puede ser esa única opción
Ella da un paso adelante.
—Déjame hacerlo Darren, por Darel.
Él gruñe y desvía la vista.
—No voy a contradecir lo obvio. Como su creadora, Darel te prefiere —regresa a verla— Hazlo Ayline pero vamos a intervenir si se le ocurre...
—Darel no sería capaz —lo interrumpe y regresa la vista al frente— ¿Debo decir un hechizo?
—Ya no es necesario, solo inyectale una gran cantidad de sangre —le responde Elizabeth— Suerte con tú hijo, Lin.
+++
En la habitación, el falso Darel no deja de caminar de un lado a otro usando sus uñas rasgándose la piel tratando de enviar un mensaje, sin embargo sana con rapidez y no recibe su respuesta.
—¿Dónde... dónde estás? —se detiene en el centro y alza la vista— ¿por qué no te presiento?
Piensa en esa portadora de magia oscura que le es de utilidad al conocerla a traves del vampiro.
Sin poder sentir la misma conexión que Dennis tiene con el real Darel.
De pronto, la puerta es abierta. Alerta la Reina se adentra cerrando la puerta ocultando una jeringa detrás de su espalda sin lucir nerviosa.
—Es hora de que me escuches
—No te rindes
Lo mira pestañear varias veces esfumandose el tono negro de sus ojos reemplazado por el carmín sin embargo las líneas oscuras que resaltan en su piel se mantienen.
—No es la primera vez que tengo que batallar contigo con tal de proteger a mi hijo —Aylin se acerca varios pasos dejando una distancia prudente— Logramos dormirte en el pasado, librar a Darel de ti.
—Ya no es el mismo vampiro, su fortaleza, la maldad me trajo de vuelta. Siempre estuve oculta en él esperando este momento.
Ante todo, Aylin se obliga a lucir calmada y no demostrarle miedo.
—Tú me atrapaste en él con tal de verlo en la existencia —ladea la cabeza— Fui libre del vampiro Derek Valentains siendo más fácil controlar un vampiro como tu creación desde crio.
—Darel es más fuerte de lo que crees
—Lo sé y es tan útil —le sonríe con malicia.
—Él es el único que decide de si mismo, quien te puede controlar otra vez —con fuerza sostiene la jeringa— No tengas miedo, te voy a ayudar.
—¿Qué pretendes?
—No estoy hablando contigo —Aylin se atreve a caminar rodeandolo, esta vez se detiene a poca distancia de él— me dirijo a mi hijo, a mi Darel —pasa saliva— Escúchame, estoy aquí. Te juré nunca dejarte solo. Sé que debes tener miedo, desde niño le temias a la sombra que veías —fija sus ojos en los suyos— ¿lo recuerdas? Nunca te hemos dejado solo, todo lo hicimos por ti.
>Lamento haber sido la culpable de causarte esto pero fue la única manera de tenerte en la existencia, tú padre lamenta el daño que te hizo al estar creciendo dentro de mi, pero ningúno se rinde contigo Darel. Te vamos a ayudar, tal vez todos pueden odiarte, ver lo peor de ti pero no nosotros.
—No te escucha
Aylin lo ignora y continúa.
—Para mi sigues siendo ese Darel que de niño una vez me preguntó que si estaba bien querer —medio sonríe al recordarlo— Que si serias débil por demostrarlo, que si tú padre se molestaría contigo por ser un vampiro expresivo —hace una pausa— Te dije que no, que un vampiro puede sentir lo mismo que un humano y esta bien. Recuerdo que lo dijiste tan claro y fuerte Te quiero mamá y quiero a papá —deja salir las lágrimas— No dejabas de decirlo y yo amé escucharlo, se lo decías a tu hermana ganando sus abrazos, se lo diisjte a tu padre, por mi lo obligué a que te repitiera lo mismo.
>Ese Darel eres, aquel que en el fondo nunca haz querido dañar a tu creador, a nadie. Cuando es todo lo contrario, quieres ser como él, lo admiras. Desde niño lo haz imitado, fuiste muy apegado a él, llorabas porque no quería pasar tiempo contigo y por mi, lo obligaba con tal de verte feliz.
—Cállate
Ella da un paso adelante sosteniendole la mirada.
—El mismo Darel que de pequeño, me dio el mejor regalo en mi cumpleaños. Dejaste tus manitas pintadas sobre la almohada con sangre, no se te ocurrió algo más y fui tan feliz cuando me la diste. Te gustó verme sonreír. Nunca te ha gustado verme triste como ahora. Quiero a mi hijo de vuelta. Quiero poder decirle que te quiero demasiado Darel.
Lo mira retroceder, el destello de oscuridad de sus ojos esfumandose por completo como las líneas oscuras.
—Madre —resuena su voz causando la enorme sonrisa en la Reina. A zancadas se acerca a ella abrazándola— eres tan ingenua, nunca volverá.
Con rapidez lo empuja al volver a ver la oscuridad frente a ella en su falsa apariencia. Sin darle tiempo de mover su brazo al sujetarla de la muñeca viendo la jeringa. Con su mano libre la sostiene del cuello con fuerza.
—Mal intento —pronuncia esa voz, disminuye el agarre de su cuello al deslizar su mano y sin preámbulos se inclina clavandole los colmillos ignorando la voz de ese Darel interno.
La pérdida de sangre la hace soltar la jeringa al sentir el dolor en su cuello causando un quejido y más lágrimas.
Cuando se aleja la empuja con brusquedad, ella apoyándose de la cama cubriendo la marca con su mano sin creerlo.
—Vamos Darel, tienes que beber mi sangre.
—No quiero lastimarte
Una Reina extiende su brazo hacia el vampiro pequeño frente a ella.
—No lo harás pero la necesitas. Tanto sangre mortal como la nuestra para que no rechaces ningun tipo de sangre. La mía y la de tu padre, te ayudará cuando estas creciendo demasiado rápido mi niño.
Su creación hace una mueca, a regañadientes asiente y usa sus pequeños colmillos al atravesarlos en su brazo bebiendo una cierta cantidad de sangre. Satisfecho, con ayuda de su creadora, se aleja viéndola.
—¿Te dolió?
—No, tú nunca me harías daño.
—Vampiresa débil. No me serias útil cuando tú oscuridad la tienes muy oculta, hay luz en ti, hay demasiada humanidad que no le permites ser libre y controlarte.
Aylin regresa a la realidad al escuchar su voz desvaneciendo el fugaz recuerdo.
El falso Darel se acerca a ella sin limpiar el rastro de su sangre como ese hilo que se desliza por la comisura de sus labios.
—No me sirves para apoderarme de ti pero si eres un mal para Darel al estar él en mi contra por ti.
Con velocidad aparece cerca de ella apunto de atacarla cuando se lo impide la intervención de otro vampiro.
—Te mataré ahora mismo.
Darren usa su fuerza para lanzarlo a una esquina de la habitación. Lo alcanza y lo sostiene del cuello con fuerza.
—¿Me matarás padre? —ríe en su cara.
—Darel para mi ya no existe más.
La oscuridad se mantiene en silencio, lo sostiene de la misma forma ambos aumentando su fuerza.
—Tú si eres un vampiro que vale la pena controlar —le murmura al mismo tiempo que su oscuridad lo cubre comenzado por sus dedos cubriendo la mitad de sus brazos sin Darren aún así soltarlo cuando sus ojos se tornan completamente negros al igual que los suyos.
Aylin se obliga a reaccionar y gira a verlos. Antes de intervenir, del suelo agarra la jeringa y se acerca a ambos.
No duda cuando se agacha y le inyecta la sangre en su cuello notando sus ojos volverse rojos otra vez sin esa oscuridad en él.
—Lo siento tanto Darel —le dice al mismo tiempo que saca la jeringa vacía y la lanza al suelo.
Él poco a poco cierra los ojos.
Enseguida, Darren lo suelta y se aleja de él quedando sentado en el suelo.
—Darren...
—No... no te acerques —la detiene al notar de reojo su intención. Observa sus manos, las líneas oscuras comienzan a desaparecer y al alzar la vista sus ojos regresan a ser carmín.
La mirada de Aylin viaja de él a su creación inconsciente en el suelo cuando el resto aparece y entran.
—Mírame —Elizabeth se acerca a Darren, se inclina con su agarre obligándolo a verla —¿Sigues siendo el mismo maldito de siempre?
—El mismo que desprecia a Derek y toda su maldita Descendencia— se safa de su agarre sin tener fuerzas para levantarse por si mismo.
Mientras Darkiel con Lezy se acercan a Darel, el primero se agacha y revisa sus ojos.
—Funcionó ¿cierto? Se dio cuenta, por un segundo lo traje de vuelta, era Darel pero su oscuridad me descubrió. Me atacó y no podía permitir que dañara a su padre.
Darkiel se levanta y gira a verla.
—El descanso eterno ya no es cura para él.
Tan pronto, ese Darel abre los ojos. Al sentir la presencia de todos, ríe siniestro.
—¿Tú? Siglos sin vernos —emite al ver a Darkiel en su campo de visión— Ya nada de lo que hagas, me controla.
—Eres una sombra aún débil contra el vampiro que poseiste —chasquea sus dedos y se da la vuelta al dejarlo otra vez inconsciente —no será por mucho tiempo.
—Darkiel no puede repetir el proceso, de lo contrario prácticamente le dará poder a la oscuridad cuando va a destruir lo que quede de Darel porque aquí todo ataque lo recibe él —emite Elizabeth.
Aylin posa su vista en Darren, ignorando su mirada se acerca agachandose sosteniendo su mano.
—Fallé, no actúe rápido
—Hiciste tú mejor intento —la consuela Lezy que se mantiene alerta de Darel.
—Debe existir una conexión que Darel se aferre —emite Elizabeth pensativa.
—Dennis, pero esta del lado de Vlad y lo usará en nuestra contra. No lo salvará.
—Otro vínculo —espeta Darren al ver su mano entrelazada a la de su alma— Tú tienes una conexión superior con Darel a comparación de mi —deja de verla— Ayline puede crear ese vínculo y reforzarlo de la misma forma en un anillo.
—¿Cual es tú idea? —le pregunta Elizabeth con suma atención.
—La maldita oscuridad necesita ser atrapada, si no es en Darel, será un maldito objeto.
—¿Es posible? ¿La oscuridad puede ser trasladada a un anillo librandose de ella? ¿O a un brazalete?
—Sería lo mismo cuando debemos destruir la oscuridad, no dejarla dentro de él y que lo controle siempre.
—Puede funcionar mejor el anillo —Darkiel da un paso adelante— Pero se necesita uno con mayor antigüedad y poder en su función. Un objeto más poderoso.
—Existen, hay una maldita caja con varios de ellos.
—Del mismo lugar que obtuve mi anillo y la Reina el suyo de promesa eterna —inquiere Lezy mostrando su anillo de gema verde.
—Esos anillos son de mi creadora
—Mellissa Wilbert los creó hace siglos con magia oscura. Su uso es un riesgo cuando la mayoría es para el mal —se acerca a Elizabeth— Los había olvidado, pero si aun podemos usar el anillo de elixir, su creación puede salvarse.
—¿Elixir? Es una forma de expulsar todo el mal de un vampiro y curarlo ¿es así Darkiel?
—No del todo Señorita Elizabeth. Nuestra creadora nunca lo usó contra la oscuridad de vampiros, mucho menos en una sombra misma que tratamos. No cura males como mordidas de un híbrido pero si solía usarlo para curar vampiros sin causas letales.
—¿Conoces el hechizo? —Darkiel asiente— dímelo y usaré mi don con tal de ayudar— Lezy se cruza de brazos.
—Darkiel —Elizabeth gira a verlo— Si logramos mantener la oscuridad fuera de Darel ¿creés que al ser de vuelta a mi padre, él pueda despertar? Él podría más controlarla.
—No le daré la seguridad que funcione de esa forma señorita Elizabeth.
Ella sonríe con una pizca de esperanza.
—No importa, vamos a intentarlo. Danos los anillos —regresa la vista en el Rey y en la Reina— podemos lograr despertar a mi padre aunque Darel vuelva a dejar de existir sin su oscuridad.
++Mini maratón 1/3. Sigan leyendo ++
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