El balz que los hace bailar frenéticamente de un lado para el otro, todos los miran, solo son ellos dos, Fyodor y Nikolai, manos prendidas a la cintura y el hombro, quien diría que serían tan dotados a la hora de la danza. De izquierda a derecha mientras suenan los platillos, cada vez se siente más abrumador, la música los consume y los persigue, desaceleran a su ritmo, y brincarían si no estuvieran en un salón publico.
El ritmo se volvió de repente tenue y lo agradecieron, sentían su corazón en sus bocas.

"Quien diría que Fedya podría bailar tan bien" le dijo Nikolai antes de volver al frenesí.

Todos los miraban perplejos por el complemento que hacían, blanco y negro, rojo y morado, macabro y casi angelical.

"Usted no se queda atrás, ¿no es así Kolya?" Lo tiró de la mano y aceleró la pieza, giraban como títeres mágicos.
Nikolai reía, se sentía drogado, empalagado por el espléndido sonido de los cellos.

"Oh, oh, oh, creo que moriré hoy, Fedya" se tiró para atrás, arqueando la espalda justo donde Fyodor lo sostenía.

"No mueras, Kolya, aún tenemos mucho que bailar" y giraron por última vez, antes de realizarse la conmoción, y comenzar un canción casi romántica, que por supuesto, poco duró.

"¿Cómo se llama esta, oh Dios, tan agotadora pieza, angel?" Preguntó Nikolái, cansado de bailar, con los pies adoloridos y sus botas que rechinaban, pero su alegría a flor de piel y sin intenciones de detenerse.

"Danza Macabra, amor"

"Puedo comprender porque"

"Me haces reír"

Sus respiraciones no se alineaban más cuando la música les hacía un favor, podrían mirarse a los ojos sin nadie más, que todos esos espectadores desaparecieran.

"Sujetame bien, podría resbalarme en cualquier momento" Dijo Nikolai, que ya hacia fuerza en el resbaladizo suelo rojo.

"Tranquilo, jamás te dejaría caer"

De a poco la pieza se calmó, y se volvió en un tono melancólico, acabando de una vez con sus fosforescentes sonrojos.

"Ah, fuiste excepcional, Kolya" Comentó Fyodor al soltarlo y dejarlo ir.

"Dime querido, ¿Tu crees que ésta gente habría pensado lo mismo que tú?" Preguntó tomando el brazo de un hombre con olor a metal.

"¿Quién no?"

"¿Quien sabe?"

"Solo aquel que padece de locura sería capaz de creer que no eres un demonio retorcido" se acercó y tomó un reloj del hombre tirado "Creo que es hora de irnos"

"¿Por qué sería yo un demonio?" Preguntó incrédulo mientras se acercaba a Fyodor.

"Pareciera que ese tipo de preguntas son aproposito, ¿no es así, demonio? Que has salido del infierno únicamente para conquistarme con ese movimiento tan encantador tuyo"

"Quizás lo haya hecho"

Poco después, salieron, no sin andes dejar una hermosa sinfonía para sus siguientes invasores, que podrían bailar justo como ellos lo hicieron.

Nikolái y Fyodor cómo se dicen, están bailando "Danza Macabra" de Camille Saint Saëns.