Capítulo 23
¡Hola! Muchas, muchas gracias por todos sus comentarios, realmente es genial leerlos RebeFernandez5, Mkijud, GladysElizabethGrego, ElizabethHernande381, crisalecbloom, EugeniaJimenez, IlmrTolkien, MagnusNoizLightwood, Rosewood84, Flor-otaku, MaryPlaza8, Crazy_Ghost_Girl_14, BiancaCarrillo1, Jennyta00, montirroch, RhimerSantos 💜💙💜
Muchísimas gracias también a quienes dejan su voto y siguen leyendo 💙💜💙
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Se acerca el nacimiento del bebé Malec😉
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Resumen. Un plan en marcha
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-"El Malefactorum"- siseó Dark- "¿Qué querría con ese malvado libro?"
-"Es raro y poderoso, y eso es todo lo que necesita para incitar tu interés"- respondió Magnus secamente- "Ahora si eres tan amable, tengo prisa, tráeme el libro y dime el precio"
El viejo Brujo miró a Magnus con recelo- "Sabes que el Coven ha estado tratando de rastrear ese libro durante siglos, y sería ilegal para mí vendértelo, ¡incluso si lo tuviera! Se dice que el Malefactorum contiene algunos de los hechizos más poderosos, difíciles y malvados que jamás se hayan escrito"
-"Por favor, Janus, no pierdas el tiempo diciéndome cosas que ya sé, mi padre escribió ese pequeño volumen hace siglos como un incentivo para Brujos tontos. Sé exactamente dónde y cuándo llegaste a obtenerlo, y si pude encontrar esa información también puede Lucia. La única diferencia entre nosotros es que te pagaré un precio justo por ello, y guardaré el secreto de dónde lo obtuve, si surge la necesidad. En cambio Lucía te torturará y luego te asesinará cuando consiga lo que quiere"- Magnus miró al fabricante de pociones con impaciencia, apenas podía contener energía crepitando en la punta de sus dedos.
Janus Dark respiró hondo y tembloroso, había esperado desaparecer hasta que toda esta locura hubiera acabado, y si Magnus hubiera llegado cinco minutos más tarde, habría encontrado una tienda vacía. Aun así, el Gran Brujo probablemente estaba en lo cierto cuando dijo que Lucía haría todo lo posible por localizarlo, y Dark no era un hombre tonto- "Muy bien, pero no quiero ningún registro de que esta transacción tuvo lugar"- dijo moviéndose hacia la caja abierta y recogiendo el último libro que había agregado unos momentos antes.
Era un libro pequeño, viejo y poco atractivo, algo que pasarías por alto sin pensarlo dos veces. Podía esconderse a la vista, como podían muchas cosas verdaderamente malvadas, esperando a que la mano correcta lo levante y desate el caos. Magnus lo tomó con cuidado de la mano de Janus como si tratara de minimizar cualquier contacto con él. Se guardó el libro en el bolsillo y le dio a Dark el precio acordado.
-"Ten cuidado, Gran Brujo"- dijo el pocionista en voz baja- "He oído que sólo un Brujo malvado puede invocar esos hechizos con éxito"
-"Tengo la intención de invocarlos contra un Brujo malvado, y eso tendrá que servir"- respondió Magnus mientras salía de la tienda casi vacía.
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El anochecer llegó pronto debido a las nubes que habían amenazado con empapar la ciudad todo el día.
Alec y Jace estaban patrullando en el West Village donde recientemente se habían recibido informes de actividad demoníaca menor. Todo parecía normal mientras descendían por Waverly en dirección a Christopher Street. Jace se detuvo a una cuadra de su destino y, con una sonrisa irónica, sugirió que se separaran- "Le das un vistazo a Gay Street, yo terminaré con Waverly y te encontraré en Christopher"
Alec puso los ojos en blanco, pero estuvo de acuerdo con la idea, ya que los haría regresar al Instituto más temprano, y con suerte Magnus ya estaría allí. Gay Street era un camino angosto y curvilíneo, flanqueado por antiguas casas adosadas de estilo federal o griego renacentista. Algunas de las casas databan de la década de 1820 y una que otra tenía fama de haber sido clandestina durante la época de la prohibición, en la década de 1930; pero no era la colorida historia del área lo que preocupaba los pensamientos de Alec, era el destino de Catarina, y la posibilidad de que pudieran, al menos, tener una forma de rastrearla hasta el paradero de Lucía.
Alec no había visto a Magnus desde temprano esa mañana. Isabelle le dijo que el Brujo había ido a buscar un objeto personal de Catarina para el hechizo de seguimiento, y algo del dispensario de pociones Mortero y Pistilo. Había esperado que Magnus estuviera de regreso antes de salir patrullar, pero, a pesar de retrasarlo hasta el último momento posible, el Brujo no había vuelto. Un suave suspiro abandonó los labios de Alec mientras continuaba caminando silenciosamente por la calle, sabía que el nacimiento del bebé era inminente y los meses pasados habían estado llenos de miedo y frustración para ambos. Incluso ahora que tenían su primera ventaja real, Alec se encontró preocupado de que podría ser demasiado tarde. ¿Qué pasaría si Lucia llegara a descubrir la sustitución de su sangre por la de Magnus? ¿Mataría al bebé?"
Fue el grito agudo de un niño aterrorizado, y el zumbido de su sensor de demonio que llevó a Alec bruscamente de vuelta a la conciencia de su entorno. El Cazador de Sombras salió corriendo en dirección a la voz del niño. La noche oscura dificultaba ver algo, pero a medida que se acercaba, su mente comenzó a llenarse de terribles y familiares imágenes de muerte y desmembramiento. Luchó por controlar la sensación de pánico que amenazaba con abrumarlo, y en ese instante supo qué horror encontraría al final de la calle, ¡un demonio Reaper!
Había pasado un tiempo desde que él y Magnus estuvieron en Londres persiguiendo al Brujo que había convocado a tal demonio e iniciado el terror mundano llamado Jack el Destripador; nunca olvidaría la sensación de estar cerca de un Reaper. Algunas veces llamado el Asesino del Diablo, estos siervos de Lucifer sólo podían ser convocados por un Brujo muy poderoso y tenían que recibir un objetivo específico. Alec rezó porque este no había sido enviado en busca Magnus.
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Jace no había ido mucho más allá de Waverly cuando su sensor también lo alertó de una fuerte presencia demoníaca. Volvió rápidamente Gay Street, sabiendo que, fuera lo que fuera, él y Alec tendrían muchas más posibilidades juntos que separados. En cuestión de minutos su mente comenzó a llenarse de escenas de violencia terrible, como tener las peores partes de una película de terror proyectándose en un ciclo sin fin en su cerebro. Jace, por lo general tan calmado frente al peligro, se sorprendió por el miedo y el pánico que debió reprimir para continuar hacia Alec y cualquier demonio que los estuviera esperando.
Jace llegó a la ubicación de Alec a tiempo para ver un extraño humo negro como la niebla que inundaba el suelo y se arrastraba hacia las esquinas; en el mismo centro del humo había un gran demonio en forma de hombre con capa negra, una cara blanca como huesos que casi brillaba en la oscuridad. Alec estaba de pie frente a él aparentemente paralizado por el horror. En los brazos del demonio yacía el cuerpo de un niño pequeño, la garganta cortada de oreja a oreja, la herida tan profunda que la cabeza casi había sido separada del cuerpo. El demonio dejó caer su presa ahora sin vida y comenzó a moverse implacablemente hacia el todavía congelado Alec.
Jace, quien nunca huyó de una pelea, supo instintivamente que no era el momento de correr riesgos insensatos. Agarró su parabatai y se fue por la calle a una velocidad vertiginosa. Necesitarían refuerzos y probablemente un Brujo para enfrentar a este demonio. Tropezando con Waverly Place sabiendo que el Reaper estaba solo segundos atrás, Jace se dirigió a la iglesia más cercana con la esperanza de que el suelo sagrado frenara al demonio el tiempo suficiente para darle tiempo de pedir refuerzos.
Por fin llegaron a la iglesia de San José. Jace sacó su teléfono celular y llamó al Instituto. Mientras hablaba con Izzy, lanzó una mirada ansiosa a Alec, quien se quedó exactamente donde Jace lo había dejado, y aún parecía demasiado sorprendido como para decir o hacer algo. Una vez que le aseguraron que la caballería estaba en camino, Jace puso una mano tranquilizadora en el hombro de Alec. Ambos podían escuchar el rugido demoníaco del frustrado demonio flotando justo afuera de su santuario- "Háblame, Alec"- susurró Jace suavemente- "¿Qué hay allí afuera?"
-"Yo–es un demonio Reaper"- respondió Alec con un escalofrío, pero antes de que pudiera decir más, la energía arremolinada de un portal se abrió en la pared de la iglesia e Izzy, Clary, Ian y Magnus aparecieron en el santuario.
Jace se volvió para decirles a los recién llegados lo que les esperaba más allá de las puertas de la iglesia cuando el rugido se detuvo de repente, al igual que el gemido incesante de sus sensores demoníacos. "¿Qué demonios ...?"- gruñó Jace cuando Magnus pasó a su lado para abrazar a Alec.
-"Alec, cariño, ¿qué pasó?"- preguntó mientras acariciaba suavemente el cabello de la frente de Alec y veía la mirada atormentada en los ojos grises del Cazador de Sombras. Los ojos de Alec siempre le decían todo sobre cómo se sentía cambiando de color, del brillante azul celeste al gris oscuro dependiendo de su estado de ánimo.
-"M– Magnus, era un demonio Reaper"- tartamudeó Alec.
-"Dios mío, no pensé que Lucía estuviera tan loca"
-"¿Quieres compartir con el resto de nosotros?"- preguntó Izzy- "Parece que se ha ido ahora, y por mi parte me gustaría saber qué está pasando"
-"Volvamos primero al Instituto"- respondió Magnus, dándole a Alec una mirada preocupada- "Entonces les contaré todo lo que necesitan saber sobre el Reaper"- Magnus abrió un portal y observó mientras los demás avanzaban hasta que sólo quedaron él y Jace.
-"¿Qué ocurre con el Reaper que tiene a Alec tan alterado? Entiendo que es un demonio poderoso, pero nos hemos enfrentado a ellos antes"- preguntó Jace.
-"El Reaper siempre persigue a una víctima específica, alguien a elección del invocador, y no descansará hasta que haya completado esa misión"- dijo Magnus sombríamente.
-"Entonces, ¿detrás de quién va? ¿Tuyo?"
-"No"- respondió Magnus, su rostro mostraba claramente el dolor emocional que estaba sintiendo- "Va tras Alec"- y luego, sin decir otra palabra, le dio un leve empujón a Jace y lo siguió a través del portal.
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Continua en el siguiente...
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