prologo
Como todas las mañanas, Jorn Lander despertó en su lecho, se encontraba en el piso más alto de la torre real de North. no debía ser demasiado tarde, pues el sufría de insomnio, por lo cual tenía bien ordenado a sus criadas que lo despertaran un par de horas antes del mediodía, el sol entraba por su ventana y caía en sus sabanas semi transparentes, bajo ella estaba su mujer Marl, tenía un rostro alargado, ojos verdes como el césped tras una lluvia veraniega, y el cabello que le llegaba hasta arriba de la cintura y tenía ese extraño color negro pero que aun así reflejaba cualquier rayo de luz que diera vuelta por la sala.
Una de sus criadas de mayor rango golpeó tras la puerta Jorn se vistió con calma y dio la orden de abrir la puerta.
—Buenos días señor, Sir Lewis llegó de su viaje y me ordeno que le llame para una audiencia, lo antes posible —dijo la criada—.
—¿Ha vuelto del viaje de las costas de Pelik? —Jorn paso por la puerta mientras que Marl se corría a un costado —no debería haber inconvenientes en la invasión. Si son problemas con la financiación decidle que pida el dinero a la casa de moneda, no importa cuanto sea.
—Disculpe señor, pero él advirtió que diría algo así, pero también dijo que no se trataba necesariamente de malas noticias, no se que a que se deba pero lo note algo emocionado por realizar la reunión.
—Que vaya a sus aposentos y descanse —dijo el rey mientras golpeaba la puerta de la habitación continua a la suya, tras unos segundos, Rasha una chica joven de rasgos tonificados y con cota de maya negra abrió la puerta.
Tras una inclinación de cabeza empezaron a caminar por el pasillo, Rasha iba tras el Rey justo al filo donde uno no está trotando, pero tampoco caminando, aun así, conservaba su elegancia en su paso, él no estaba caminando muy rápido precisamente, pero era un hombre más bien alto y la chica era más baja que la media en ese lado del mundo—Vamos a visitar a Crohon —dijo sin apuro el rey, a su entender solo una hora no era relevante cuando se trata de decisiones sobre viajes que pueden llevar días en mar. Además, siempre es bueno estar bien presentado.
—Si señor. — respondió Rasha con la mirada perdida en el pasillo.
Continuaron derecho por el pasillo de ladrillos amarillentos y vitrales que dejaban ver el polvillo del aire, la piel cenicienta de la muchacha se entibiecía bajo la luz. Bajaron por la siguiente escalinata con forma de serpiente retorcida y entraron a la habitación de Crohn.
El barbero, un hombrecillo de no más de un par de décadas de edad, cabello que caía hasta los hombros y barba solo alrededor de los labios y en el mentón ya tenía listos los cuencos llenos de agua, las toallas calientes, la navaja bien afilada, y los materiales para fabricar la espuma en ese momento.
—Buenos días señor —dijo el barbero- ¿Qué servicio gustaría que le brinde?
—Solo corta lo desparejo, tengo que tratar algunos asuntos.
—Por su puesto, tome asiento por favor.
Crohn le preparó una silla frente a un espejo donde el rey vería las cicatrices de sus batallas anteriores, al sentarse el barbero empezó con su labor.
—Señor, ¿le han informado que Sir Lewis ha vuelto de su viaje?
—Si, me ha pedido tener una audiencia, como sabrás hace unos meses lo envié a que supervisará la conquista de Pelik.
—Me tenía algo preocupado, su viaje se alargó más de lo esperado ¿no es así? —dijo el barbero mientras lavaba la navaja— por favor levante la barbilla, ya casi termino.
En cuanto acercó la navaja hacia su cuello recibió el reflejo de la mirada Rasha, que en ningún momento había sacado la mano del mango de la espada. hasta ese momento, había permanecido como un mueble de la habitación, evidente, firme pero silenciosa y oculta.
—Una de las criadas me dijo que no cree que sean malas noticias, yo tampoco, en Pelik no hay nada además de algunos pueblos, que Cecius no bendice ya hace años.
«Además es el tipo de persona que no dudaría en derribar la puerta de mis aposentos si su gloria estuviera en riesgo» pensó, era mejor que un barbero no estuviera al tanto de la insubordinación de su jefe de guerra «si no fuera tan efectivo ya le hubiera arrancado los ojos»
—Estoy seguro de que sabrá cumplirá con su deber.
La habitación del jefe de guerra era bastante modesta, de no ser porque la cama estaba sobre un somier y no era una simple hamaca tendida entre dos palos podría pasar perfectamente como uno de los cuarteles de soldados, tenía una armadura de metal sin pulir y de color natural, era un fiel predicador de que un hombre debe cuidar su equipamiento como a su propio cuerpo, pero eso nunca significaba que este debiera ser necesariamente bello, junto al lado había una estantería con algunas espadas cortas, dos espadas largas, manguales, un mandoble, hachas de mano, puñales y más armas de las cuales, algunas no tenían un nombre traducido al idioma de North. no en vano el apodo de Sir Lewis era "Mil manos" en referencia a que tenía, con cada arma conocida en el mundo un nivel, que cualquier maestro consideraría al menos como sobresaliente.
Con Lewis nunca sabía que esperar, ese hombre era un monstruo casi en el sentido literal de la palabra. era el resultado de años de cruzas selectivas entre las mujeres y hombres más robustos, además de fuertes, este proceso había empezado con la reina Bkant tercera y había sido clave en las guerras de limitación de fronteras.
Lewis era una mole, sus dedos tenían el diámetro del brazo de un bebe, su cara parecía una piedra llena de grietas blanquecinas sobre un manto color a la tierra seca, resultado de su exposición al sol, la coronilla del rey consuerte alcanzaba el comienzo de su cuello. era increíble que una persona con tanta masa corporal pudiera tener la agilidad que él manejaba.
—Bueno —dijo el rey Jorn mientras entraba acompañado de Rasha— ¿Cuál es el problema Lewis?
—¿El problema? el problema es que ya conquistamos casi todo el continente —dijo el general mientras lo miraba a los ojos y comía una manzana.
—Excelente, con Pekin en nuestro poder tendremos rodeado a Carreld, los forzaremos a pagar impuestos para poder comerciar con cualquier otro reino. o bien se tendrán que unir a nuestras col...
—Aun no tomamos Pekin —interrumpió Lewis— en realidad en nuestro viaje ni siquiera llegamos a esa estúpida costa.
—Explícate.
—Veras, en el mar uno se orienta principalmente por las estrellas o por la brujia.
—Brújula —corrigió Rasha—
—Brújula —escupió Lewis— bueno, resulta que su brújulia no coincidía mis estrellas. Yo prefiero navegar a la vieja usanza, pero el capitán se enfurruño con que su tecnología moderna era una maravilla y no se que mierda.
Lamiendo se los labios Jorn permanecía regio, con una postura que cualquier soldado envidiaría, Rasha seguía de pie con la mano en el pomo de su espada.
—Sáltate los detalles —apuro el rey —tengo cosas que hacer.
«Lo mande hace meses y ni siquiera atraco en el puerto correcto, al final si debería sacárselos»
—Pues resulta —siguió Lewis— que al final hicimos caso al capitán, cuando llevábamos semanas navegando sin ver ninguna costa, empecé a pensar que quizá seria buena idea matarlo y tomar el man...
—Lewis, el capitán Tashk —interrumpió Jorn imaginando los detalles del funeral del capitan— era uno de los mejores capitanes que a visto este reino, fue por eso que lo asigne a tu misión.
—Es, sigue vivo, pero como marinero es peor que una mierda de ballenato. El caso es que llegamos a una isla fuera del mapa, era una pequeña aldea con una pequeña reserva.
—¿Me citaste para informarme que saqueaste una aldea?
—Una aldea que habla un idioma desconocido, aun que perfectamente entendible. además tomamos unos mapas... hay un puto contiene entero.
—Suena interesante pero...
—Aún hay más —volvió a cortar, pero intento arreglar su falta de respeto— Señor, Aun hay más. No había colosos, pero un hombre que aparentaba ser el rey o por lo menos el líder tenía el sello de un oso en el pecho, peleo como uno, y además usaba unas extrañas espadas y armaduras de hielo, más duras que nuestro acero.
«¿Espadas de... ? se romperían al primer choque» pensó Rasha, no solía verbalizar sus pensamientos, pero por la cara de su... del Rey imagino que pensaba algo similar.
—Por el momento concentrémonos en Pekin. una vez terminemos este continente veremos que son esos cuentos de hadas de los que...—el rey se paro en seco, sintió un dolor bien podría ser un puñal incandescente clavándose en el medio del pecho mientras que le atravesaba el corazón, perdió el equilibrio.
Rasha solo emitió un suspiro y audazmente lo sostuvo antes de que tocara el suelo bajandolo despacio hasta que toco el suelo.
—Dígame lo que siente lo mas rápido que pueda, si es veneno esa información podría ser vital— dijo Rasha sin perder un segundo.
Lewis, se limitó a mirar desde arriba, extrañado.
Así como vino el dolor, este desapareció pasados unos segundos.
—Cuando terminemos este continente iremos al nuevo— dijo Jorn mientras Rasha lo ayudaba a levantarse —Un paso a la vez Lewis.
Ya entrada la noche Marl dormía desnuda entre almohadones de plumas. era una noche de verano dentro de lo normal, el fresco ya entraba por la ventana, junto con la luz de la luna. de repente algo le quemó en la mitad derecha de su cuerpo. salto de la cama como si esta estuviera llena de culebras elevando un grito de entre dolor y terror.
Estaba rodeado de sudor y rojo como una braza poco atendida.
—Marl... ¡Rasha!— llamó, pero Marl seguía durmiendo sin percatase si quiera.
De alguna forma el Rey recordó el dolor en el pecho cuando... cuando negó la invasión las nuevas tierras era una locura, pero...
—Lo hare... atacaremos de inmediato— jadeo.
Tras susurrar esas palabras despertó, estaba en su cama junto a su esposa. Sin ningún tipo de dolencia.
—¿Estas bien? te movías mucho— dijo su esposa poniendo una mano en su pecho.
—No lo se, creo que me estoy volviendo loco, pero necesito charlar algo con Lewis.
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Esta es mi primera historia, si te gusto no te olvides de darle a la estrellita y comentarme en que mejorar o lo que se te ocurra :)
Pd: ese hermoso banner lo hizo Editorial_Submarino y astrophileve <3
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