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—Si que pasaron cosas— dijo Freen, el rey Wyat Gandwar acababan de ponerlo al tanto de la invasión a las islas, el único sonido que inundaba el salón del castillo era el crujir de los troncos en el hogar —que bueno que ya este de vuelta ¿Arthur ya planifico una defensa en caso de que una invasión?
—Brien y Arthur partirán mañana antes del amanecer acompañados una pequeña escolta. Irán a bastión de las tormentas. —Respondió Wyat acariciando su barba, el bastión de las tormentas era un pequeño castillo de refugio al Oeste de Wind bordeando la cordillera, mantenía una guardia permanente, pero podía ser defendido por muy pocos hombres. Estar a unos cuantos metros sobre el nivel del mar proporcionaba una defesa natural —Me sentiría más seguro si partes con ellos.
—Ya estaba en los planes, Arthur será un genio de las estrategias, pero nunca confié en el.
—No va a traicionarnos —respondió el rey sorbiendo hidromiel de un cuerno— y es un estratega por naturaleza, Brien puede aprender mucho, se avecinan tiempos difíciles para el reino.
—Se que no lo hará, pero no es un buen ejemplo para Brien. La idea de soltar osos hambrientos frente a tus enemigos en la guerra contra el rey anterior fue bastante ingeniosa, sabe lo que hace —Dijo Freen dando vuelta para ver el emblema de la casa Gandwar, un oso con fondo blanco. —aun así prefiero entrenar personalmente a Brien, es buen chico.
—Limítate a que sepa cómo defenderse —Dijo Wyat mirándolo a los ojos —no será soldado, ya supero la edad para el entrenamiento.
—Tu no elegiste a los seleccionados —Respondió Freen— pero niega que no tuviste que ver en eso y prometo convencer al chico de no volver a tocar una espada en su vida. Sin duda no es el más hábil pero su nivel no es tan malo, además Criost no concede la criomancia solo por la habilidad con la espada. No olvides que sin tu pulgar apenas eras capaz de sostener una espada.
Entonces algo se oscureció en la mirada del rey, extendió su brazo con la palma abierta, instantáneamente una daga de hielo azul oscuro se formó en su mano mientras palidecia ligeramente, forjar con criomancia costaba calor corporal por mas mínima que fuera la pieza creada.
—Criost me bendijo y me sano, por mas profunda que sea cualquier herida se sana cuando uno recibe la bendición —Dijo Wyat observando su mano completamente sana— aun así son sucesos que pasan en muy contados casos, desde las guerras no hay noticias de nuevos criomantes y solo se puede ser vez.
—No puedes protegerlo por siempre —Respondió Freen saliendo de la habitación— algún día tomará su propio camino y nadie podrá deterlo.
«Lo se» pensó el rey «y eso me aterra»
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