66
Ha pasado casi un mes desde que Damiano ha vuelto.
Las cosas han cambiado, como por ejemplo Victoria está llena de alegría ahora y casi todos los días está con Damiano en el nuevo apartamento de nuestro amigo.
A Victoria le vale hacer cualquier cosa con Damiano. Desde jugar al ajedrez con trampas hasta gritar la letra de alguna canción juntos en la cama riendo sin parar.
Nunca antes los he visto tan unidos.
A mi amiga no le importa faltar a su trabajo actual. Profesora por las tardes enseñando a tocar el bajo y la guitarra eléctrica a niños y a adultos.
Coraline le ha pedido que siga acudiendo a su trabajo porque es muy importante. Y, si no acude, la imagen de Victoria puede ser mala a partir de ese momento.
Mientras, Coraline ha encontrado trabajo en una empresa pequeña de moda. Se dedica a diseñar ropa muy bonita.
Stella ha ignorado siempre el presente para dedicarse a dibujar y llenar su habitación del arte que crea.
Ha vendido varios dibujos a bajo coste hasta que una empresa se interesó por ella y ahora tiene mucho trabajo creando dibujos para un libro de poemas de una escritora que habla sobre el amor propio.
Ahora ya sabéis el trabajo de cada uno de nosotros. Por lo menos tenemos trabajo.
No podíamos estar meses sin trabajar y sin conseguir nada de dinero.
Thomas deja salir el humo por su boca y sonríe.
Mientras, muevo un bolígrafo viendo a mi amigo, el cual ha cambiado cuando Damiano ha vuelto.
Realmente creo que era así de imbécil porque estaba triste, pero no tiene derecho a comportarse como un gilipollas con la familia que ha creado y con Graziella.
No ha pedido ni perdón a esta niña ni a la madre de su hija.
Vive como un alma libre entre cigarros, melodías y noches enteras detrás de la barra trabajando.
Miro a mi amigo y me lanza la caja de cigarros. La cojo en el aire y suspiro echándome hacia atrás en la silla.
—Thomas, ¿qué vas a hacer con tu vida? —le pregunto y él se ríe al oírme como si la pregunta fuera la pregunta más tonta de este mundo.
—¿Perdón? Pues seguir con mi presente. Me gusta bastante.
Eso me duele mucho.
En su presente no está Stella ni Felice.
Mi cuñada, al enterarse de que Thomas no cuida a Felice, ya no le deja estar con la niña y a él ni siquiera le importa.
Es un inmaduro de mierda.
—Tienes una hija y una mujer que amas. Y no estás nunca con ellas. No les haces caso —digo y él se encoge de hombros.
Me entran unas ganas enormes de pegarle.
—Son mi pasado, supongo —dice mirando el cigarro que tiene entre sus dedos para luego llevárselo a los labios.
No me puedo controlar, así que le doy un buen golpe en el brazo.
Juro que en unas horas aparecerá un gran moratón en la zona.
—¡Pedazo cabrón de mierda! —exclama y se retuerce de dolor—. ¡Fuera de mi casa ahora mismo!
—No me voy a ir. El cabrón aquí eres tú, Thomas. No tienes sentimientos —digo con mucho asco. Estoy realmente enfadado con mi amigo—. Eres un maldito egoísta que solo le interesa su vida.
—¡Fuera de mi casa, Ethan! —grita y yo no me muevo de la silla—. ¡Fuera de aquí!
—Tienes una familia preciosa y eres un puto cavernícola de mierda que solo le interesa su ego.
Esas son mis últimas palabras.
No aguanto en esa casa cuando se pone de esta manera tan imbécil.
—¡Ethan! —exclama feliz Stefan y me abraza con fuerza—. Hace semanas que no te veo.
Sonrío ocultando mi enfado y vuelvo a abrazarlo.
Oímos unos pasos rápidos y allí aparece.
Me mira con una sonrisa y grita emocionada.
Hace una semana que no nos vemos.
—Et Et Et —dice muy feliz y cojo a la pequeña en brazos.
Me abraza al instante con sus pequeños bracitos.
—Nunca está tan feliz con su abuelo —dice Stefan y reímos. Mientras, Felice toca mi pelo como si yo fuera una muñeca.
—Abuelo es feliz —dice la pequeña—. Abuelo juega conmigo mucho mucho.
Río y le doy un gran beso en la mejilla.
Stefan se derrite al oírla hablar.
No para de sonreír.
Alguien corre escaleras abajo y grita muy feliz como si tuviera una gran noticia.
Y así es.
Stella ni siquiera me saluda por lo feliz que está.
Tiene su móvil en la mano y está llorando.
—¡Ojalá Dante estuviera aquí! —exclama y más lágrimas caen por sus mejillas mientras está realmente feliz.
¿Qué ha pasado?
—Lo han encontrado. ¡Nelson está en la cárcel!
•••
****
Holaaa.
¡Nelson, púdrete en la cárcel, cabrón!
¿Quién está feliz de que esté allí?
Te lo merecías desde hace muchos años, asqueroso.
Y... Thomas sigue siendo muy tonto aghh.
¡Niño, cambia!
Espero que os haya gustado este capítulo.
¡Nos vemos!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro