Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

57

Dante

Estoy sentado en una silla con las piernas abiertas mientras apoyo mis brazos en el respaldo de esta.

Veo a Damiano mientras está mirándose en un espejo esperando a que piense en un buen maquillaje para esta tarde-noche.

Se acerca más a mí y cojo una brocha manchándola de sombra de color negro.

Sonríe mirándome.

—¿Maquillas a Ethan? —me pregunta cuando le digo que cierre los ojos.

Paso la punta de la brocha por su párpado derecho. Este se pinta de negro poco a poco.

—Es un pequeño hobby que tengo. Todo empezó porque estábamos bromeando y apostando a que no sería capaz de maquillarlo —digo sonriendo y me concentro en lo que estoy haciendo—. Y ahora estoy aquí maquillándote.

Sonríe y abre los ojos para verme cuando cojo la paleta y empiezo a buscar otro color.

—¿Y qué hacíais mientras estabais en hora de maquillaje? —me pregunta y río.

—Nos conoces —cierra los ojos. Pinto la parte más alta de sus párpados de color marrón y un poco de color violeta.

—No me vale esa respuesta —sonrío.

—Nos besábamos, risas por aquí y por allá, me cogía de la mano. Siempre me quería muy cerca de él. Hacía eso porque me decía que me quiere mucho y que necesita tenerme mucho tiempo a su lado.

Damiano acaricia una de mis piernas mientras sonríe mucho.

—Ethan te ama con locura. Necesito asistir a vuestra boda urgentemente —dice y río al oírlo.

¿Ethan y yo casados?

¡Qué locura!

Aprieta un poco mi pierna cuando me ve buscando el lápiz de ojos de color negro.

Encuentro su mirada.

Una mirada feliz y llena de emoción.

Me acerco más a él para pasar la punta del lápiz por su ojo haciendo líneas perfectas. Delineando un poco sus bonitos ojos a pesar de que el color negro está presente, pero mi trabajo con el lápiz se nota porque he difuminado muy bien los colores.

Acabo de hacer el delineado en ambos ojos y siento su mano en mi cuello, cerca de mi nuca.

Besa mis labios sonriendo y acaricia mi mejilla con cariño.

Coloco una mano en su cuello besando al chico.

Su lengua aparece por unos pocos segundos y eso me hace reír. Él sonríe y sigue besándome.

Nos separamos sonriendo y él acaricia mi mejilla antes de besarme de nuevo por un segundo.

Damiano mira hacia la derecha y se sorprende mucho.

Yo diría que está muy asustado.

—¡Mamá! Mamá, no es lo que parece —dice rápidamente muy nervioso.

Rosa sonríe un poco y suspira.

—¿Me estás diciendo que no estabas besando a Dante? Lo he visto, Damiano —dice con mucha tranquilidad—. Solo espero que los dos no estéis tramando algo a las espaldas de Ethan. Le haríais mucho daño.

—No le estamos haciendo daño —digo y trago saliva sin creerme que he abierto la boca.

Rosa se acerca a nosotros y sonríe un poco.

—No me esperaba esto. Pensé que erais solo amigos —dice sorprendida y ríe un poco.

—Somos solo amigos —informa Damiano y lo veo ocultando una sonrisa.

No somos solo amigos.

—Me imagino que habéis montado un trío —dice Rosa viendo el maquillaje que hay en la mesa de la cocina.

—Pero, ¿qué estás diciendo, mamá? Eso es mentira. ¿De dónde sacas esas fantasías?

—¿Mentira? —ella ríe—. Una vez dormí contigo cuando estábamos visitando Brasil y dijiste el nombre de Dante y Ethan mientras dormías.

Damiano se pone nervioso y se levanta de la silla.

—Mamá, no digas nada. Te ruego que no se lo digas a nadie.

Rosa sonríe y besa la mejilla de su hijo para luego verme a mí.

—No diré absolutamente nada, chicos. Podéis confiar en mí —dice sonriendo—. ¿Estáis seguros de que no le estáis haciendo daño a Ethan?

—Muy seguros. Gracias, mamá —dice mi amigo y abraza a su madre.

Ella sonríe mucho y siento la necesidad de levantarme y abrazarla.

Mientras nos abrazamos, comienza a hablar.

—Damiano, ten cuidado fuera de casa —dice viendo el aspecto de su hijo—. En esta familia tenemos una mentalidad muy abierta, pero cuando sales fuera de casa, las cosas cambian. Ten cuidado con la gente que te puede insultar o ver mal por el simple hecho de que estés maquillado y que tengas las uñas pintadas.

Damiano me mira y suspira.

No parece que esté cómodo.

—Las cosas tienen que cambiar aquí. No quiero que te hagan daño. Eres muy fuerte, hijo —dice cogiendo la mano de Damiano—. De camino al trabajo, he visto unos hombres metiéndose con un chico que tenía un delineado. Sus ojos estaban oscurecidos y le quedaba muy bien.

—Si se meten conmigo, seré fuerte y seguiré adelante. Necesito maquillarme, mamá. Lo descubrí cuando era muy joven y es mi droga. La necesito todos los días.

Rosa sonríe muy orgullosa de su hijo y veo varias lágrimas en sus mejillas.

Abraza a su hijo pequeño con fuerza.

—Ojalá seas un ejemplo a seguir para muchas personas —dice su madre muy contenta de tener a un hijo tan increíble.


Camino con las manos en los bolsillos de mis pantalones mientras veo a la gente.

Están viendo un punto fijo.

Están viendo a mi amigo porque está maquillado.

Unos tienen cara de asco y otros están sonriendo.

Los hombres ven a Damiano de una muy mala manera, pero a mi amigo no le importa.

—Es aquí —dice cuando llegamos a una especie de discoteca.

Toca el bolsillo delantero de sus pantalones para comprobar si lleva tabaco.

Entramos y nos reciben luces de muchos colores y una canción muy latina.

Quédate cerca de mí, ven, cúrame esta noche

Y, aunque sea mentira, quiéreme esta noche

La canción Cúrame de Rauw Alejandro suena y sonrío feliz de entrar en un lugar en donde hay reggaeton.

Ambos sabemos español a la perfección y entendemos lo que dicen las canciones.

—No podemos hacer nada en público —dice cerca de mi oído para que pueda oírlo—. Nos verán muy mal y nos pueden echar de aquí.

Asiento y caminamos hacia la barra. Pide dos cervezas y me da una.

—Disfruta de la noche, pero no te alejes mucho de mí —dice y sonrío cuando chocamos las dos botellas.

Dos cervezas más. Miradas de asco dirigidas a Damiano. Ambos gritando la letra de las canciones mientras nos reímos hasta llorar por culpa de la risa.

Todo va perfecto. Lo estoy disfrutando mucho.

Un grupo de cuatro personas se acercan a nosotros sonriendo.

Dos chicas y dos chicos.

—¡Chicos! —dice Damiano feliz y abraza al grupo mientras ellos ríen y sonríen.

—Damiano, estás muy bello —dice la chica morena y le da un gran beso en la mejilla riendo porque ha usado una palabra italiana. Ese beso ha sido dado cerca de la comisura de sus labios.

—Gracias, preciosa. Vosotros más porque sois latinos —dice Damiano y me ve—. Él es mi amigo Dante. Dante, estos son mis amigos latinos.

—Bueno, amigos... —comenta la otra chica moviendo un poco la cabeza. Ambas ríen y los chicos sonríen sin decir ninguna palabra.

Espera, ¿qué?

Frunzo el ceño y todos se dan cuenta.

Juro que mi cara enseña confusión y algo de asco.

Me saludan y se presentan.

La morena es Davinia. La de pelo azulado es Tania. El chico más delgado es Raúl. Y el chico con un tatuaje en el cuello es Mario.

Los cinco hablan felices y veo todos los movimientos de la chica morena.

Toca mucho el pecho de Damiano estando muy cerca de él y parece que se está poniendo cachonda delante de todos nosotros.

Más de una vez dice papi.

Es la palabra que más usa.

Llevo el pico de la botella de cerveza a mis labios y bebo viendo lo que tengo delante.

Davinia se acerca más a Damiano y lo besa.

Y juro que la bebida sube por mi garganta para luego bajar. Toso un poco al sentir el líquido cuando baja de nuevo.

Damiano toca su cintura y luego su trasero mientras ella baila contra su cuerpo.

Es decir, que se está restregando contra el paquete de Damiano.

Mi amigo se ríe y sigue besándola mientras los demás hablan entre sí como si nada estuviera pasando.

Me doy la vuelta incapaz de seguir viendo lo que tengo delante.

Me duele el pecho.

No me esperaba nada de esto.

No somos nada. No estamos saliendo, pero, joder, me siento muy dolido.

Camino hacia la salida trasera del establecimiento y apoyo mi espalda en la pared mientras tengo una mano en mi pecho.

Cojo aire y comienzo a llorar.

No estaba listo para ver esto.

Y todo porque son amigos con derechos.

Ethan y yo somos lo mismo para él y duele ver que hace la misma cosa con otras personas.

Pensé que éramos especiales para él.

Lloro más y cojo mi móvil con manos temblorosas.

Marco el número y espero a que responda.

—Ethan —digo y controlo mi respiración.

—Cariño, ¿qué ha pasado? —me pregunta preocupado.

—Ah, nada. Solo háblame, por favor. Necesito que me hables —suspiro y seco una de mis lágrimas—. Te extraño.

•••

****

Holaa.

Primero de todo, quiero darle las gracias a mi querida Mery927 por darme información sobre su país.

Me hizo mucha ilusión saber todo lo que me contó y me encantaría saber más jeje. Así que ya sabes, cuéntame cualquier cosa de Argentina que yo te escucharé encantada.

La madre de Damiano ya sospechaba algo sobre estos.

Imagínate estar al lado de Damiano y que diga nombres mientras está durmiendo JAJAJA. Algo pasaaaa.

Por cierto, ¿qué opináis sobre lo que hizo este chico delante de Dante?

A mí me dolió porque me puse en el lugar del novio de Ethan.

¿Opináis que Dante ha exagerado con su reacción o que es muy normal que reaccione así?

Me gustaría saber qué pensáis de esta escena.

Simplemente está acostumbrado a tener a este chico en el trío y le tiene cariño tanto como amigo como en tema sexual.

El pobre Dante no se esperaba nada de esto... Yo estaría como él si estuviera metida en un trío y veo que esa persona se está besando con alguien más delante de mis narices.

Hay que cuidar a Dante que es pequeñito.

Y Damiano ha vivido una vida muy loca en Latinoamérica. Os lo aseguro.

Estad preparadas para saber esa información.

Espero que os haya gustado este capítulo.

¡Nos vemos!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro