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Dante
Dejo la bata blanca en el perchero y la veo con tristeza... Mis prácticas han acabado y las he disfrutado mucho.
Quiero volver a estar en un hospital pronto para seguir ayudando a la gente.
Acaricio la manga de la bata y salgo del vestuario con mi móvil en la mano.
Limpio mis lágrimas y, antes de irme, veo a varias enfermeras y doctores con una gran cartulina en la que está escrito mi nombre.
¿Qué es esto?
—¡Dante, hermoso, te queremos! —exclaman y a mí me da la risa al oírlos.
Mis mejillas se vuelven rojas en segundos.
—¿Pero qué es todo esto, chicos? —digo controlando las lágrimas.
En el colegio una vez me recibieron en clase de una manera similar. Mis compañeros y amigos prepararon una fiesta porque había sacado las mejores notas en mi clase.
Ninguno de ellos me odiaba por sacar esas notas. Todos habían aprobado y cada uno tenía su calificación. Estábamos muy contentos.
Mi profesora me decía que me iría muy bien en los estudios y que sacaría con mucha facilidad la carrera que eligiera.
Ella y todos sabían que iba a estudiar medicina.
Sonrío al ver lo que tengo delante.
Un señor mayor se acerca a mí con una carpeta y un bolígrafo en la mano.
Saca una hoja de este y se pone a mi lado.
—Dante, hemos visto que eres un excelente doctor y, además, eres una bella persona. Eres amable con todo el mundo y eso es un gran punto a favor —dice mientras sostiene los objetos.
Una enfermera grita entusiasmada y todos los allí presentes reímos al escucharla y al verla.
—¿Te gustaría trabajar con nosotros? —me pregunta.
Mi corazón da un salto.
¡Mi sueño se hará realidad!
Entro en mi casa corriendo después de decirles a los dos chicos que tengo algo importante que decirles.
Los veo sentados en el sofá y Damiano está cogiendo una caja de cigarros del interior de su chaqueta.
—¡Chicos! —exclamo y me echo a llorar sin parar de sonreír y de saltar.
Ethan se asusta al verme, pero se relaja cuando ve mi gran sonrisa.
—¿Qué ha pasado, campeón? —me pregunta Damiano con el cigarro en la boca. Se ha levantado del sofá y ahora está cerca de la terraza con la puerta corredera abierta.
—¡Me han contratado! ¡Soy doctor! ¡Tengo trabajo!
Grito muy feliz y lloro mucho más.
Ethan se levanta del sofá muy sorprendido y me abraza muy fuerte.
Casi me deja sin respiración, pero me da absolutamente igual.
¡Soy doctor!
—Sabía que trabajarías muy pronto. Lo sabía, Dante —susurra mi novio y ahora soy yo quien lo abraza fuerte.
Huelo humo y veo a Damiano cerca de nosotros.
Está sonriendo mientras tiene el cigarro encendido entre sus dedos.
—Felicidades, Dante —dice sonriendo y pone su mano libre en mi pelo—. Eres doctor y estamos muy orgullosos de ti. Sabíamos que tú podías con absolutamente todo.
Sonrío. Abrazo a mi amigo y él ríe feliz.
Ahora mismo siento que ambos son mis padres porque han estado a mi lado desde que nos conocimos, aunque Damiano se unió tiempo después.
Me han animado a seguir adelante cuando yo decía que no podía con esto, que no conseguiría trabajo.
Doy muy buenos consejos a los demás, pero no me los aplico a mí mismo.
Tenía que ser positivo, pero la mezcla entre el miedo y el yo no puedo con esto, infravalorándome, me hizo ver las cosas de manera negativa.
Ahí estaban Ethan y Damiano a mi lado. Me daban pequeñas charlas mientras estábamos en la cama juntos o en alguna cafetería tomando algo.
Recuerdo sentir las manos de Damiano pasando por mi pelo mientras me decía que yo podía con todo esto, que debía ser positivo y siempre seguir para delante.
Sus labios acababan besando mi frente para que luego Ethan me acercara a su cuerpo y me abrazara fuerte hasta que me quedaba dormido. Damiano se quedaba mirándonos con mucha ternura.
Ethan se acerca al sofá y coge algo detrás de este.
Es una bolsa de color marrón.
Me la entrega con una sonrisa y juro que ellos dos están más ilusionados que yo cuando tengo la bolsa en mis manos.
¿Qué podrá ser?
La abro y veo algo rectangular escondido por el papel de regalo, el cual es muy colorido.
Empiezo a abrirlo y, cuando lo veo, me echo a llorar de nuevo.
En mis manos hay un álbum con el título Cuando yo soy doctor. Es turquesa.
Tengo muchas ganas de abrirlo.
Al abrirlo, encuentro un sobre y veo que el álbum no tiene ni una foto ni nada escrito.
—Es para que vayas recapitulando tus experiencias en el hospital. Cuando seas viejito leerás todo lo que has escrito y una bonita sonrisa aparecerá en tu carita.
Sonrío sin parar al oír a mi novio. Mis ojos comienzan, de nuevo, a acumular lágrimas que están a punto de salir.
—Ethan, eres todo un poeta —dice Damiano antes de llevarse el cigarro a los labios. Nos hace reír con su comentario.
Entre risas, mis lágrimas caen por mis mejillas y abrazo muy fuerte a Ethan.
—Gracias. Esto es muy bonito.
—El bonito eres tú, Dante. Estoy muy orgulloso de ti —susurra mirándome a los ojos mientras sus manos están en mis mejillas.
Damiano se acerca a mí y acaricia mi hombro sin parar de sonreír.
—Sabía que lo conseguirías.
•••
****
Holaa.
Soy yo y sigo viva jeje.
He empezado los estudios hace un día y todo me está yendo muy bien. Espero que siga así porque me siento muy cómoda.
Por aquí tenéis a Dante que ya va a empezar a trabajar dentro de poquito.
¡NUESTRO NIÑO SE NOS HACE MAYOR AHHHH!
Me hace muy feliz saber que Dante ha conseguido uno de sus sueños.
Este chico se merece lo mejor.
Por cierto, hablando de Dante, por mis historias de Instagram he compartido varias imágenes sobre el chico que tengo en mente.
Se llama Alessio Petrazzuoli y es modelo.
Encontré un vídeo de él en TikTok y pensé que era el novio de la chica que lleva esa cuenta, pero no. Leí los comentarios y vi su nombre por allí.
Cuando vi ese vídeo ni siquiera estaba pensando en mis libros. Vi al chico y, rápidamente, pensé "¡Es Dante! ¡Es él!" JAJAJAJA.
Por aquí os dejo las fotos de este chico:
¿Qué os parece?
Es guapísimo y es Dante JAJAJA.
Sí o sí es Dante.
Espero que os guste.
Muchas gracias por esperar mi actualización. Aprecio mucho los mensajitos que me mandáis por Instagram. ¡Gracias!
¡Nos vemos!
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