37
—Sigue hablando —me anima Damiano mirándome sin parar—. Estás en todo tu derecho hablar en esta habitación. La compartimos, no te olvides.
Sonrío un poco y trago saliva.
Deseo.
Me doy la vuelta para no verlo.
—Te espero en casa para darte un muy buen momento —dice Dante desde la otra línea—. He escuchado a Damiano.
Sonrío y suspiro un poco.
Damiano se va y aprovecho la situación.
—Dante, ¿te puedo hacer una pregunta?
—No digas eso y dispara —se ríe al decir esto.
Sé porqué se ríe, yo también lo hago.
Dispara.
Otra frase nuestra.
Tengo muchos recuerdos con él y esto me encanta.
—¿Qué opinas si me lío con Damiano?
Agacho la cabeza viendo muchos flashes.
Me están dejando ciego.
Mi mano está en la cintura de Victoria mientras vemos a los fotógrafos y a los periodistas.
Ahora estamos en Londres. Han pasado unos cuantos meses.
—Un poquito más, Ethan —dice mi amiga sabiendo que me está molestando bastante las luces de las cámaras.
Sigo en la misma posición, pero muevo mi pelo echándolo hacia atrás.
La temática de hoy es el negro y el rojo.
Los que vamos de negro somos Victoria y yo. Casi toda nuestra ropa es negra.
Thomas y Ethan van de rojo, o intentan. Su ropa es roja, blanca y negra.
Todos nos maquillamos y hemos jugado con los colores.
Estamos a punto de entrar a una pasarela de moda en la que actuaremos al final.
Hacemos unas cuantas entrevistas de unos tres minutos cada una y no faltan las risas en todas estas.
Todos se ríen, pero yo me controlo bastante.
Soy tímido cuando me están grabando.
Caminamos hacia la entrada del lugar mientras veo a Victoria agarrando el brazo de Damiano mientras da varios saltitos.
Thomas camina a mi lado y oigo un suspiro.
—¿Crees que mi bebé me querrá a pesar de que salga en todos los medios? —me pregunta susurrando muy bajo, casi no lo puedo oír.
—Te amará más porque te verá muchas veces. Eres muy guapo, Thomas.
Mi amigo sonríe y se acerca más a mí. Descansa su cabeza en mi hombro por dos segundos.
Thomas tiene muchas ganas de convertirse en padre. Junto a Stella, están muy ilusionados.
Aunque yo diría que Stella está más ilusionada.
Entramos y buscamos nuestros asientos mientras la gente nos habla a veces.
Asiento sin saber qué decir.
Sé inglés, pero no tengo ni la menor idea de qué puedo decir.
Estoy acostumbrado a que mis amigos hablen.
Nos sentamos.
A mi derecha tengo a Thomas y a mi izquierda tengo a Victoria.
Vemos la pasarela y me centro mucho en las prendas de las chicas y de los chicos.
Me llama mucho la atención la ropa que llevan las chicas.
Me encantaría usar una de estas prendas algún día.
Las faldas son preciosas. También lo son las camisas que llevan las chicas.
Al ver a los chicos me acuerdo de Dante.
No sé porqué, pero me imagino a mi novio en una pasarela de moda.
Dante modelo.
Sonrío al imaginármelo.
Un chico muy atractivo, pero también muy lindo.
—Vámonos, Ethan —me dice Victoria y también avisa a Thomas—. Es hora de actuar.
Nos levantamos y caminamos hacia el lugar que nos indican.
Es al otro lado de la pasarela.
Puedo ver los instrumentos que vamos a tocar.
Nos preparamos y me siento delante de la batería.
Mis amigos están muy lejos. Yo diría que están a unos tres metros de mí.
Suspiro.
No me gusta que me pongan tan lejos de mis amigos.
Pueden mover perfectamente la batería mucho más cerca de ellos.
Tendrán sitio para bailar, tirarse al suelo y para dar saltitos.
Muevo mi pelo y escucho como alguien habla en los altavoces, pero no entiendo nada porque esta persona no habla ni en inglés ni en italiano.
Supongo que está hablando sobre nosotros.
Damiano agarra el micrófono, el cual está en el soporte.
Victoria no se mueve. Thomas está moviendo sus piernas.
Escucho cómo dicen el nombre de nuestro grupo. Todo se vuelve oscuro, pero podemos ver perfectamente nuestros instrumentos.
Damiano empieza a cantar Zitti e Buoni y todos nosotros tocamos la melodía.
Casi no veo a mis amigos porque me centro mucho en la batería.
Quiero hacerlo bien.
Elevo la vista y veo a Victoria.
Es su momento.
Toca el bajo y, a lo lejos, puedo ver una pantalla en la que enseñan a Victoria.
Lleva varios anillos, pero uno de ellos nunca se lo quita.
Sonrío al ver el anillo de compromiso, el mismo que lleva Coraline.
Ambas lo usan a todas horas.
Damiano se acerca a mí mientras canta. Pasa detrás de mí y acaricia uno de mis hombros. También toca mi pelo.
Sonrío mientras estoy realmente concentrado en la batería.
La canción acaba y escuchamos los gritos de las personas que están allí presentes en la pasarela de moda.
Me acerco a mis amigos con las baquetas en la mano y damos las gracias.
Otra actuación más para la historia de Måneskin.
Thomas camina en el pasillo del hotel mientras baila sosteniendo un refresco en la mano.
Victoria ríe y le sigue el juego.
Ambos ríen mientras bailan.
Sonrío al verlos.
Hemos ido a cenar a un restaurante y nos sacamos muchas fotos con las fans que encontramos en las calles y en el propio restaurante.
—Bueno, chicos. Me voy que me duele la cabeza —dice Damiano llevándose una mano a la frente—. Buonanotte.
Nuestros amigos se despiden de él mientras siguen bailando en el pasillo.
Damiano entra en la habitación que compartimos.
Últimamente compartimos habitación porque Victoria y Thomas quieren estar juntos haciendo el tonto.
Así que ellos dos se quedan siempre en la misma habitación cuando vamos de viaje.
Conozco muy bien el comportamiento y las excusas de Damiano.
Se ha ido porque quiere estar lejos de nuestros amigos.
Camino por el pasillo y entro en la habitación que compartimos sin hacer ningún ruido.
Lo encuentro quitándose el maquillaje delante de un espejo.
Me mira a través de este y una pequeña sonrisa aparece.
—¿Me voy? —pregunto y él niega.
Ya no lleva la ropa que estaba usando antes.
Ahora solo tiene un pantalón negro deportivo.
—Ethan, contigo estoy bien. Necesito tranquilidad y a tu lado la encuentro porque eres muy callado —dice sonriendo y se acuesta en la cama.
Se acomoda y cierra los ojos.
Suspira y me mira quitándome la ropa.
Me pongo un pantalón violeta deportivo.
Me quito el maquillaje y, cuando acabo, me acerco a la cama.
Me acuesto y cierro los ojos.
Oigo la risita de Damiano.
—¿Qué te pasa a ti ahora? —le pregunto y él se encoge de hombros sonriendo.
—Estaba recordando la conversación que estabas teniendo con Dante aquel día en Bulgaria.
Me mira con atención y parece que está confundido y sorprendido.
—Primera vez en la vida que no te pones colorado cuando hablo sobre algo que has hecho que tenga que ver con este tema —dice sorprendido y sonrío.
—Eso es porque ya me conoces en ese tema.
Ríe y cierra los ojos poniendo las manos en su pecho.
—Aún lo recuerdo.
—Han pasado cinco meses de eso, Damiano.
Asiente y vuelve a verme.
—Si lo volvemos a hacer, nos quedamos sin cojones —dice intentando no reír. Pero ambos reímos a carcajadas.
—¿Lo dices por Dante?
Asiente y sonrío.
Me acerco a él. Coloco una mano en su mejilla y beso sus labios.
Siento como sonríe contra mi boca.
Se aleja un poco.
—¿Tenéis una relación muy abierta? —me pregunta y toco su pelo.
—Solo contigo —vuelvo a besar sus labios, pero él se aleja de nuevo sonriendo.
—¿Hay alguien más entre vosotros?
—Su polla y la mía —se ríe a carcajadas y tomo su rostro—. Cállate ya.
Ríe y se vuelve muy serio.
Sus labios se estampan contra los míos y en un movimiento rápido ya lo tengo encima de mí.
Su pecho desnudo está contra el mío.
Ambos se chocan y, al sentir mi piel, muerde mi labio inferior parando nuestros besos.
—Extrañaba besarte, Ethan —dice mirándome a los ojos.
—¿En serio?
—Sí. He besado a Thomas. Ya sabes como es. Un segundo y adiós —sonrío—, pero nunca he sentido atracción por él. Deberías saberlo.
Coloco una mano en su nuca y lo obligo a que me bese.
Necesitaba sentir sus labios sobre los míos.
No quiero que siga hablando.
Solo quiero besarlo.
Su mano acaricia mi cuello. Siento un escalofrío recorrer mi cuerpo.
—¿Te enseño a ser silencioso? —me pregunta—. Como se enteren Victoria y Thomas, nos vamos a morir. Ya te lo advierto.
—Se mueren ellos primero porque pensarán que le estoy poniendo los cuernos a mi novio —digo con una sonrisa.
—Cuando tu novio babea al verme como lo hizo en nuestro trío —dice y ríe.
Río con él.
Me ataca con sus besos haciéndome callar, pero soy capaz de alejarme un poco para poder hablarle.
—Me gusta eso de que me enseñes a ser silencioso. Será complicado no estar gimiendo mientras me haces algo —digo y él pasa la lengua por su labio superior.
—No hagas ningún ruido, Ethan.
•••
****
¡Hola!
Ethan y Damiano están muy juntitos jeje.
Dante no era el único que sentía atracción por Damiano, ya lo vemos.
¿Seguirán estos dos besándose o se dormirán?
Ya han pasado cinco meses, ¡la historia va avanzando!
Muchas gracias por vuestro apoyo. Me hace muy feliz escuchar mi móvil cuando me llegan muchas notificaciones vuestras.
¿Qué os está pareciendo el libro?
¡Nos vemos!
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