31
Dante conduce y siento que está muy nervioso.
En cambio, Damiano y yo estamos muy tranquilos.
Mete el coche en el parking subterráneo del hotel que hemos elegido para hacer todo esto. Estar los tres en la misma habitación entre besos y algo más.
Para el motor del coche y escucho como suspira.
—Dante, ¿estás bien? —pregunta Damiano y mi novio asiente—. ¿Quieres que volvamos a casa?
Mi novio mira a Damiano muy serio.
—Ni de coña —responde. Damiano y yo nos reímos.
Dante sale el primero del coche y luego salimos los dos.
Han pasado tres días desde la conversación que tuvimos con Damiano.
Los tres estuvimos de acuerdo diciendo que esto sería nuestro secreto.
No queremos que nadie lo sepa. Ni los fans ni nuestros mejores amigos.
Nadie.
Será un secreto.
Se hará y se quedará entre los tres para siempre.
Dante viste una camisa verde oscura que lleva dentro de unos vaqueros. Y unas deportivas blancas.
Damiano lleva una camiseta negra, unos pantalones rojos y unas botas negras.
Y yo llevo una chaqueta de cuero de color rojo, un top negro que enseña mi abdomen, un pantalón negro y unas botas negras con un poco de tacón.
Caminamos dentro del hotel rezando para que nadie nos conozca.
Dante pide el acceso a la habitación y nos dirigimos hacia el ascensor mientras él sostiene la tarjeta.
Esperamos a que las puertas se abran.
Llegamos a la planta correcta y respiramos aliviados al ver que no hay nadie en el pasillo.
Buscamos la habitación y Dante acerca la tarjeta al pomo de la puerta. Esta se abre.
Entramos en nuestra habitación y Damiano cierra la puerta.
Vemos a Dante.
Está siendo algo tímido, pero está muy nervioso.
—¿Quieres cancelar esto? —le pregunta Damiano estando de cuclillas una vez que Dante está sentado en una silla. Mi novio niega.
—Solo me siento muy nervioso. Nunca antes he hecho esto con nadie.
—Yo tampoco —decimos Damiano y yo a la vez.
Reímos y Dante sonríe.
—Es algo nuevo para los tres. Si no quieres hacerlo, nos vamos —le digo a mi novio.
Él niega rápido.
Se levanta de la silla y nos mira a ambos.
Me abraza por varios segundos y Damiano se derrite al vernos.
Sonríe mucho.
Mi novio me mira y comienza a besarme. Su mano se mueve por mi pecho y se detiene en mi abdomen desnudo.
Lo acaricia y muerde un poco mi labio inferior.
Sonrío al saber que esto acaba de empezar.
Se separa un poco de mí y su mirada es seria, pero en sus labios hay una sonrisa muy traviesa.
Coge la mano de Damiano y lo acerca a él cuando estoy justamente a su lado.
Los labios de los chicos se unen delante de mí.
Las manos de Damiano se mueven por la cintura de Dante mientras se besan.
Me encanta ver esto.
Sonrío.
Paran el beso.
Dante hace una seña y Damiano lo entiende.
Mi amigo pone una mano en mi espalda y yo en su cuello. Nos fundimos en un beso de largos segundos.
Su lengua no tarda en aparecer.
Esto me sorprende mucho.
Nunca antes me había besado usando su lengua.
Eran besos cortos que me daba a veces cuando él quería. Pero también era yo el que le pedía besos bromeando.
Sus manos se detienen en mi abdomen y mueve una de ellas muy despacio.
La sensación que me da es increíble.
Nunca me había imaginado que, al vestirme así, ambos irían en busca de mi abdomen.
Seguimos con el beso, el cual no acaba.
Siento una lengua en mi abdomen y, automáticamente, muerdo el labio inferior de Damiano.
Un escalofrío recorre mi cuerpo.
Acaricia mi cuello y me mira.
—Tranquilo, Ethan —susurra y vuelve a juntar nuestros labios, pero antes de que pase eso, veo a Dante arrodillado delante de mí pasando su lengua por mi abdomen mientras lo acaricia y una de sus manos se coloca en mi cinturón.
Beso a Damiano y mi cuerpo tiembla un poco.
Estoy empezando a sentirme excitado.
La mano de mi amigo sigue acariciando mi cuello. En cambio, mi mano está en su nuca y soy yo el que controlo los movimientos de su cabeza.
Gimo un poco cuando siento un leve apretón en mi entrepierna.
—Joder —digo y veo una sonrisa pícara en el rostro de Damiano.
Dante desabrocha mi cinturón y baja la cremallera de mis pantalones. Introduce una mano en estos y toca mi erección, la cual se oculta bajo mis calzoncillos.
—Joder —repito y gimo un poco más alto.
Me siento bastante excitado. Tanto que mi miembro duele al sentir las manos de mi novio.
Necesito sentir más, pero eso tiene que esperar, lo sé.
—Te está gustando, Ethan —dice Damiano y asiento. Vuelvo a gemir y él me mira satisfecho al ver lo que tiene delante de él.
Levanto a Dante del suelo colocando una mano en su cuello suavemente.
Se coloca a mi lado y comienzo a besarlo acariciando su mejilla.
Para mi sorpresa, Dante gime y no tengo ni idea de qué está pasando.
Veo lo que pasa y encuentro a Damiano sentado en el suelo. Los vaqueros de Dante ya están desabrochados.
Nuestro amigo se dedica a pasar su lengua por encima de los calzoncillos de mi novio.
Sonrío sorprendido al ver esto.
—¿Te gusta? —le pregunto y él asiente. De su boca sale otro gemido.
—Me encanta —dice casi en un susurro.
Escuchamos la risa de Damiano por dos segundos. Ambos sonreímos.
La ropa empieza a desaparecer poco a poco entre besos, gemidos y caricias.
Dante y yo somos los únicos que estamos en calzoncillos. Damiano sigue con ropa.
—Eso es injusto, David —dice Dante y nuestro amigo se ríe.
Su pelo tapa un poco sus ojos cuando inclina la cabeza hacia abajo.
Damiano es hermoso.
Puede ser un loco que me estresa con sus tonterías de niño pequeño, pero, joder, es muy hermoso y oculta muy bien su lado oscuro.
Bueno, no lo oculta cuando estamos dando algún concierto.
Nunca pensé que en la intimidad sería así, matándonos.
Nos mata cada vez que nos besa, que nos acaricia, que pasa su lengua por alguna parte de nuestro cuerpo, que se mueve delante de mí de una manera muy sexy.
Joder, Damiano.
Somos amigos desde hace años y nunca me había imaginado que estaríamos en la misma habitación pasando la raya. Besándonos, tocándonos y gimiendo.
Ahora lo que me asusta es que, a partir de este momento, nuestra amistad cambie.
No quiero que nada cambie. Necesito a mi amigo loco y ese amigo que me tiene mucho cariño. Ese amigo que siempre está ahí conmigo en mis momentos felices y tristes.
Ahora Dante y yo estamos sentados en la cama mientras nos besamos y nos tocamos.
Su mano busca mi miembro bajo mis calzoncillos. Cuando lo encuentra, gimo alto y escucho un joder de parte de ambos chicos.
Yo muevo mi mano de arriba abajo sobre sus calzoncillos mientras controla sus gemidos.
—Quiero escucharte, Dante —le digo—. Gime alto.
Veo a Damiano llevándose las manos a la cabeza. Coge aire y toca su pelo una y otra vez mientras muerde su labio inferior mucho tiempo.
—Sois muy sexys —dice por fin. Dante ríe entre gemidos y yo sonrío sintiéndome un poco tímido por su comentario.
—Tengo curiosidad de saber como eres cuando estés en calzoncillos como nosotros mientras alguno te toca —digo y me sorprendo con mis propias palabras, las cuales van dirigidas a mi amigo.
Dante sonríe al oírme y muevo de nuevo mi mano. Gime alto y se cae hacia atrás en la cama.
Damiano aprovecha el momento y se quita la camiseta rápido. Se arrodilla en el suelo y se acerca a mi novio.
Pasa su lengua por el pecho de Dante y luego por su cuello. Besa este dejando besos húmedos.
Los tres podemos escuchar esos besos.
La respiración de Dante es muy agitada. Su pecho sube y baja muy rápido. Sus gemidos suenan por toda la habitación.
Me está volviendo loco.
Introduzco mi mano en sus calzoncillos y su cuerpo se curva tanto que casi se sienta. Gime muy alto y Damiano le obliga a acostarse de nuevo. Besa su cuello y pasa su lengua por este.
—Ethan, me estás matando —dice gimiendo y sonrío muy orgulloso de lo que estoy haciendo.
Paro de tocarlo y me levanto.
Separo a Damiano de mi novio y Dante me mira preocupado y asustado.
—¿Qué ha pasado? ¿Tenemos que parar? —me pregunta, pero no es capaz de ver mi rostro.
Cojo la mano de Damiano y lo acerco a la cama. Lo empujo y él cae riendo.
—Ay, Ethan —dice Dante aliviado y ríe un poco—. Me habías asustado. Pensé que teníamos que parar.
Niego viendo a mi amigo fijamente.
Parece que está nervioso, pero estoy seguro de que esos nervios se irán pronto.
—Nos encargaremos de él —le digo a Dante y él sonríe encantado.
Damiano esconde su rostro entre sus manos y ríe.
Entre Dante y yo, le vamos quitando los pantalones y las botas.
No nos puede ver porque sigue con las manos en su rostro.
Ambos nos vemos y en los labios de mi novio aparece una sonrisa pícara.
Nos besamos antes de empezar a volver aún más loco a Damiano.
Ambos hacemos lo mismo.
Pasamos la lengua por su pierna. Cada uno se encarga de una. Nos acercamos a sus muslos y subimos más.
Damiano mueve su cuerpo y sonrío al verlo. Solo puedo ver su cuerpo, su rostro lo oculta entre sus manos.
Llegamos a sus calzoncillos azul marino y Dante empieza a repartir besos sobre este.
Damiano vuelve a moverse y escucho un ruidito.
Dante se encarga de hacerlo con la boca, mientras yo acaricio la zona con la mano. Aprieto un poco y, por fin, podemos escuchar sus gemidos.
Aparta sus manos de su rostro y veo como gime y abre la boca.
Nos mira para luego cerrar los ojos por culpa del placer.
Sonrío y me acerco a la zona sin parar de verlo.
Mi lengua aparece y la paso por allí. A mi lado, Dante deja un beso sonoro en su entrepierna.
Damiano gime y su cuerpo vuelve a curvarse.
Esto es increíble.
Dante me obliga a besarlo cuando pone una mano en mi pelo. Beso los labios de mi novio mientras mi mano va de arriba abajo encima de los calzoncillos de Damiano.
Mientras nos besamos, escuchamos los gemidos de nuestro amigo.
Me encanta dominar, pero también me gusta ser el sumiso.
Es mi momento cuando paro de mover mi mano.
Ambos me acuestan en la cama, esta vez muy cerca del cabecero de la cama. Mi cabeza está encima de la almohada.
Damiano se coloca casi encima de mí y comienza a besarme mientras acaricia mi pecho.
Siento a Dante también encima de mí. Nuestros miembros se rozan. Ambos gemimos mientras Damiano está completamente callado besándome.
Para unos segundos de besarme y vemos lo que hace Dante. Ha empezado a mover sus caderas y nuestros miembros, los cuales están ocultos debajo de nuestra ropa interior, se rozan sin parar.
Gimo y Dante hace lo mismo.
Cierro los ojos, pero Damiano tiene otros planes.
—Ethan, mírame —me pide y le hago caso mientras no paro de gemir—. Dile a Dante que le amas.
Sonrío al oír sus palabras y río un poco mientras los gemidos siguen ahí.
—Díselo —me pide serio.
Mientras veo a Damiano y gimo, digo esas palabras.
—Dante, te amo —digo y Damiano no parece satisfecho.
—Más alto —me dice con una voz muy sexy.
—Dante, te amo —digo más alto y gimo.
Ambos escuchamos un pequeño grito y gemidos bastante altos.
Vemos a Dante. Se acaba de caer a mi lado. Sus calzoncillos grises están manchados, muy manchados.
Joder.
Se acaba de correr. Acaba de tener su orgasmo y aquí está gimiendo mientras sigue pasando su mano por su miembro, pero esta vez debajo de sus calzoncillos.
Gime viéndome y grita un poco.
Damiano y yo vemos más manchas en su ropa interior.
El semen sigue saliendo mientras su orgasmo se alarga.
—Joder —dice Damiano muy sorprendido cuando Dante para de masturbarse y de gemir—. No me lo esperaba.
Sonrío y le doy un beso en la frente a Dante. Él sonríe con los ojos cerrados.
—Acabaste muy cansado —le digo a mi novio. Él se queja y se sienta.
—No quiero quedarme dormido.
Damiano ríe y descansa su cabeza en mi pecho mientras ve a Dante.
Mi novio se levanta de la cama y camina hacia una mochila negra que hemos traído.
Dentro de esta hay ropa interior de los tres, preservativos, lubricante y pañuelos. También algo de comida.
Delante de nosotros, se quita la única prenda de ropa que tiene puesta y la mete en una bolsa de plástico que había en la mochila.
Se va al baño y veo su trasero mientras empieza a limpiar su miembro lleno de ese líquido salado.
Miro a Damiano, el cual está encima de mí.
Mierda. No quiero que se corte el rollo.
Damiano acaricia mi rostro y deja un beso en mis labios.
Se va a levantar, pero no le dejo. Cojo su mano y me mira.
—Damiano, no —digo mientras lo veo. Él sonríe.
—¿Quieres seguir con esto conmigo? —me pregunta.
—¡Y conmigo! —grita Dante desde el baño. Ambos nos reímos.
—Quiero seguir con esto. No te vayas.
Sonríe y vuelve a besar mis labios.
Mi mano se mueve hacia abajo hasta encontrar mi miembro. Meto esta bajo mis calzoncillos y mis dedos se mojan un poco por culpa de mi líquido preseminal.
Los labios de Damiano me besan sin parar mientras comienzo a masturbarme.
Gimo y él me ve con una sonrisa.
—Eres muy listo —dice contra mis labios.
Río y ahora beso otros labios.
Dante ha vuelto y ahora ambos me están atacando.
Dante con sus besos. Damiano acariciando mi cuerpo hasta colocar su mano encima de mi mano, la cual se mueve. Solo nos separa la fina tela de mi ropa interior.
Mi novio para de besarme y veo lo que hace mientras sigo moviendo mi mano muy despacio.
La aparta y baja mis calzoncillos, quitándomelos por completo.
Se coloca entre mis piernas y se lleva mi miembro a su boca, solo la punta.
Gimo y Damiano sonríe.
—Eres muy afortunado de tener un chico que te da tanto placer —dice y sonrío gimiendo.
Damiano me besa y siento su lengua contra la mía.
Esto me recuerda a aquella noche cuando los vi besándose. Vi sus lenguas mientras se besaban.
Mis gemidos se convierten en unos más graves contra la boca de Damiano mientras siento a Dante comiéndome.
Se ha metido mi polla entera. No lo he visto, pero lo sé.
Luego ha vuelto a la punta y su lengua se movía en este punto. Lamiendo y moviéndose en círculos sobre la punta.
Mi respiración se vuelve más agitada y agarro a Damiano por la nuca, atrayéndolo más a mí.
Los quiero sentir.
La lengua de Damiano roza la mía y juraría que estamos haciendo un desastre entre besos. Nuestras bocas están muy abiertas.
No me sorprendería si algo de saliva está en mi mandíbula.
Muevo mis caderas un poco y, al hacerlo, me muero.
Gimo más alto y Damiano se aleja de mí.
Veo que está mirando la escena.
Mi novio está entre mis piernas viéndome y yo estoy gimiendo alto.
Damiano solo acaricia mi pecho mientras mira la escena sin parar.
Mi orgasmo llega y grito entre gemidos.
No puedo verlos porque mis ojos están cerrados mientras me llevo una mano a la cabeza. Cojo un poco mi pelo sintiendo un placer increíble mientras tengo mi orgasmo.
Me relajo y abro los ojos. Encuentro a Damiano viendo a Dante. Mi novio traga y nuestro amigo ríe un poco.
Me miran y sonrío feliz por estar con ellos.
—Sois demasiado —dice Damiano riendo—. Nunca antes había visto una pareja con tanta química y siendo tan atrevida.
—¿Eso es malo? —pregunto y veo a Dante pasando la lengua por sus propios labios.
Se lo ha tragado todo.
Sonrío y le mando un beso.
—No es malo —dice mi amigo—. Es muy bueno. Ojalá encontrar a alguien y ser así como vosotros.
—El placer es muy importante —dice Dante sonriendo y me besa.
Salado. Me encanta.
—Sí que lo es —dice Damiano y suspira viéndonos—. Ha sido un momento muy bueno estando con vosotros.
—Espera, ¿te estás despidiendo? —dice Dante decepcionado.
—Ya hemos acabado por aquí. Solo era un momento para vosotros.
Me siento rápido y niego.
—Un trío, Damiano —digo—. ¿Cuántas personas son?
Nuestro amigo se ríe.
—Dos —responde.
—No seas imbécil, Damiano —dice Dante y me sorprende mucho su tono—. Es cosa de tres. Faltas tú.
Damiano suspira y se deja caer en la cama.
Cierra los ojos y cuando los abre, veo una lágrima en su mejilla.
Me asusto y me siento a su lado.
—¿Qué te pasa, Damiano? —pregunto preocupado. Dante acaricia su mejilla secando su lágrima.
—Os veo y me pongo triste porque nunca encontraré a nadie que me haga feliz —explica entre lágrimas—. Voy a acabar solo.
—Damiano, eres increíble. ¿Qué estás diciendo? —dice Dante intentando no llorar.
—Es algo que siento —suspira—. Me encantaría tener una relación como la vuestra. Sois adorables, estáis muy enamorados, sois atrevidos, tenéis algo que nunca en la vida he visto. Sois la mejor pareja que he visto. Os lo aseguro.
Sonrío y hago que se acueste a mi lado.
Abrazo a mi amigo pegándolo a mi pecho. Dante está detrás de él acariciando su pecho.
Beso su cabeza y oímos a Dante riendo.
—¡Eres adorable, Damiano! —dice y nuestro amigo sonríe contra mi pecho—. Me encanta tu pelo. Eres muy guapo.
Damiano se ríe y la tristeza desaparece.
Veo a Dante y articulo un gracias, amor. Él sonríe y vemos a Damiano.
Se sienta un poco en la cama apoyando su espalda en el cabecero de la cama.
Nos mira y sonríe.
—Besaros. Sois muy adorables.
Reímos y Dante lo hace rápido.
Me besa y yo sonrío.
—Sois los mejores, chicos. Espero que duréis para siempre. Yo estaré aquí viéndoos.
—Y guardando nuestro secreto —digo señalándolo con el dedo índice. Ellos se ríen y Damiano asiente.
—Siempre. Mi boca está cerrada.
Sonrío.
No sé cómo ocurre, pero Dante y yo nos encontramos dándole placer a Damiano minutos después.
Nuestro amigo se masturba después de poner algo de lubricante. Nos turnamos para besarlo mientras, en todo momento acariciamos su cuerpo.
Llega al orgasmo y, cuando se limpia con los pañuelos que hemos traído, abrazo a mi amigo con fuerza.
Beso su cabeza numerosas veces mientras Dante acaricia su espalda estando detrás de él.
Damiano descansa en mi pecho y se queda dormido. Dante me mira con una sonrisa y abraza a nuestro amigo mientras tiene los ojos cerrados.
Mis ojos se van cerrando y me quedo dormido con estos dos chicos.
Damiano se merece a alguien bueno a su lado. Se merece felicidad y amor.
Odio verlo triste. Me parte el corazón.
•••
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¡Hola!
Por aquí tenéis este capítulo tan interesante.
Amé escribirlo. Se ha convertido en uno de mis capítulos favoritos.
Tiene unas 3400 palabras. Por eso es el capítulo más largo de Dante hasta el momento.
No sé lo que pensáis sobre este momento, pero...
¿Podemos hablar de la perfección que hay aquí? Todo es perfecto. ¡Es que se entienden muy bien y no ha habido ni un problema entre ellos!
Pura perfección, así os lo digo.
Es que me lo imagino todo y me muero. Es que es demasiado perfecto.
¿Qué opináis de este capítulo?
¿Qué es lo que os ha gustado más?
Decidme, decidme. Tengo mucha curiosidad. Me encantaría saber lo que pensáis.
Por cierto, quiero abrazar a Damiano.
¿HOLA, MUNDO? ¿HAY ALGUIEN POR AHÍ QUE SEA PERFECTO PARA AMAR A DAMIANO?
¡Damiano se merece lo mejor!
Además, en este capítulo vemos como respeta la relación entre Ethan y Dante.
Nunca ha dicho nada fuera de lugar, solo se ha centrado en la pareja y los ha vuelto locos jeje.
En conclusión, estoy enamorada de este capítulo. Solo hay pura perfección.
Espero que os haya gustado tanto como a mí.
¡Nos vemos!
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