Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

28

Dante

Damiano me mira y sonríe. Es una sonrisa pícara.

Se acerca a mí y me deja ver su lengua cuando pasa esta por sus dientes y su labio superior.

—Te quedan muchas cosas por descubrir sobre mí —dice y coloca su mano en mi cuello.

Se acerca mucho más a mí.

No puedo aguantar más.

Me pego más a él y beso sus labios.

Él me da la bienvenida encantado moviendo sus labios sobre los míos.

Atrapa uno de mis labios entre sus dientes y un pequeño gemido escapa de mi boca.

—Acuéstate aquí —me pide señalando el sofá. Niego, pero a él le da igual mi opinión, por eso me empuja y caigo en este riendo.

Cae encima de mí porque, antes de que me empujara, coloqué mis manos en su cuello.

Abro las piernas y él se coloca entre ellas.

Estoy sin camiseta y él sabe muy bien qué hacer conmigo.

Va hacia abajo y deja besos húmedos en mi abdomen mientras no para de verme.

Se ve muy sexy, maldita sea.

Su lengua aparece y esta pasa por mi piel.

Mi espalda se curva un poco.

Necesito sentir más.

—Damiano, te necesito.

—¿Qué quieres, Dante? ¿Estás seguro de que quieres seguir con esto?

Su mano pasa por encima de mis pantalones, también por encima de mi entrepierna.

Aprieta un poco mi erección bajo el pantalón.

Gimo y asiento.

—Damiano, no sigas con este juego. Te necesito ya. Ahora mismo.

Me despierto sobresaltado y con la respiración agitada.

Estoy sudando.

Maldita sea.

¿Por qué he tenido este sueño?

Paso mis manos por mi rostro y enciendo la pequeña lamparita que hay en la mesita de noche.

No tengo ni idea de qué hora es, pero ni siquiera me importa.

Bajo mi mirada y me quiero morir.

Estoy excitado y mi líquido preseminal ha manchado mis calzoncillos.

Mierda.

Me levanto de la cama despacio, pero no funciona.

—¿A dónde vas, señorito? —me pregunta Ethan incorporándose un poco. Me mira de arriba abajo y sonríe al ver lo que ve—. Alguien se despertó de buen humor.

Río y camino hacia el baño.

—Ahora vengo.

Cierro la puerta del baño y me miro en el espejo.

Dante, relájate y olvídate de Damiano.

Estás con Ethan.

Recuerda que no le quieres hacer daño a Ethan.

Suspiro.

Lavo mi cara con agua fría y vuelvo a mirarme en el espejo.

Miro mi erección y me quejo.

No quiere volver a la normalidad.

Paso un dedo sobre la mancha en el color oscuro de mis calzoncillos.

Muerdo mi labio inferior intentando no hacer ningún ruido. Intentando no gemir.

Lavo mi dedo y me dan unas ganas horribles de insultar a mi propia polla.

Cierro los ojos y me apoyo en la pared. Echo la cabeza hacia atrás.

—Dante, ya basta —digo muy bajo.

Unos segundos después, salgo del baño y veo a Ethan sentado en la cama, esperándome.

—Parece que alguien necesita placer. Ven aquí —dice y río.

Sigue ocultando todo, Dante.

Si se entera, te va a matar. Más bien, se pondrá muy triste.

Aunque, para ser sinceros, no había ni rastro de celos por parte de Ethan cuando Damiano estaba conmigo.

¿Le habrá gustado ver aquello?

Camino hacia donde está y me siento delante de él, muy cerca de su cuerpo.

Sus manos no tardan en hacer su trabajo cuando empiezo a besarlo con pasión.

Las pasa por mi pecho y luego empieza a apretar mi miembro duro.

Muerdo mi labio inferior queriendo preguntarle algo, pero él no me deja continuar con lo que quería decir.

Su mano busca mi miembro dentro de mis calzoncillos y lo acaricia.

Cierro los ojos y un pequeño gemido escapa de mi boca.

—Tú lo que necesitabas era placer, Dante. No te vas a escapar tan rápido.


Me despierto y veo a Ethan durmiendo a mi lado.

Me doy una ducha y voy a la cocina.

Me preparo un café con leche y bostezo un poco.

Esta casa está en silencio.

Parece que todo el mundo está durmiendo.

Empiezo a beber un poco de mi bebida y me siento en un taburete.

Muevo la cuchara pensando en lo que ha pasado cuando me desperté por la noche.

Ethan siguió tocándome, besándome y acariciando mi cuerpo hasta que mis calzoncillos se mancharon cuando alcancé el orgasmo.

Mi novio estaba satisfecho por su trabajo.

Me había hecho gemir bastante y me dio mucho placer.

Sonrío al recordarlo.

También le di placer. Besé su cuerpo y lo toqué mientras su espalda se curvaba.

Gimió mi nombre numerosas veces. Yo gemí su nombre pidiéndole que no parase. Le dije lo mucho que le amo y él sonrió feliz.

Y allí estaba yo con él, pero mis pensamientos eran una mezcla entre mi novio y el chico que me besó anoche. Todo por culpa del sueño erótico que tuve.

Acabo el café y lavo la taza y la cuchara.

Camino por la casa y me dan ganas de visitar el estudio.

Hace mucho que no estoy allí.

Abro la puerta despacio y la melodía de una guitarra me da la bienvenida.

Te gusta ver desde las alturas.

¿Cuál es tu pena? El tiempo lo cura.

Tengo la piel de la aceituna.

Damiano está sentado en un sofá rojo tocando la guitarra mientras ve como sus dedos se mueven por las cuerdas de esta.

Solo lleva unos pantalones negros.

Está descalzo y su pelo oculta un poco su rostro.

Dame más de tu veneno, de tu vida loca.

Tu parsimonia al caminar.

Dame más de los secretos de tu boca

Que no se pueden pronunciar

Su voz es perfecta.

Canta en español como si hubiera nacido y vivido en España. No tiene acento extranjero.

Su castellano es muy perfecto.

Sigue cantando y no paro de verlo.

Cuando acaba, alza su mirada y me ve.

En ese mismo momento, sonríe feliz al verme.

—Hola, Dante. Buenos días —dice animado y toca varias cuerdas de la guitarra.

—Buenos días, Damiano. ¿De dónde viene ese acento?

Ríe un poco y cierro la puerta.

Nos quedamos completamente solos en el estudio.

—Aprendí español en el colegio y en el instituto, pero también he asistido a clases fuera del horario escolar —explica abrazando la guitarra de color negro—. Además, mis padres, mi hermano y yo somos muy buenos en los idiomas y hablamos unos cuantos.

—Eso es increíble. Me gustaría aprender más idiomas.

Sonríe.

—Pero siéntate en algún sitio, hombre. Puedes tocar todos los instrumentos. No los rompas —dice y ríe. Sonrío y me siento a su lado.

Me mira con una sonrisa y me entrega la guitarra.

—Estoy aquí por si quieres que sea tu profesor para aprender idiomas —dice contento y me mira con la guitarra.

—Lo aprecio mucho. Lo tendré en cuenta.

Asiente con una sonrisa y toca una cuerda.

—¿Sabes tocar la guitarra?

Niego y él sonríe.

Parece que le gusta enseñarle cosas a los demás.

—Yo te enseño.

Intenta colocarse detrás de mí y empieza a tocar una canción que se me hace muy familiar, pero no consigo adivinar cual es.

Me enseña a tocar la guitarra poco a poco y me entrega unas partituras, las cuales ya sé leer.

—Venga, ahora tú solo —dice entusiasmado.

Toco la guitarra despacio y él aplaude cuando acabo segundos después.

—Contratado. Eres el segundo guitarrista de Måneskin —bromea.

Ambos reímos.

Este chico es muy divertido y adorable.

Rápidamente te puede hacer sonreír.

Dejo la guitarra a un lado y miro a Damiano un tanto serio.

Él sigue sonriendo.

—¿Puedo hablar contigo sobre algo? —le pregunto y él asiente rápido.

—Adelante. Puedes hablar sobre todo lo que tú quieras.

Me quedo pensando y me siento un poco tímido.

Trago saliva.

Vamos, Dante. Habla ya.

—Verás, no paro de pensar en lo que pasó anoche entre nosotros.

Damiano se ríe y se deja caer en el respaldo del sofá.

—Menuda noche loca —comenta entre risas—. Estuvo muy bien. Me lo pasé bien.

Toco mi pierna y no sé qué decir ahora.

¿Ha visto todo esto como un juego y por eso se ríe?

—¿Y qué pasa con eso? —me pregunta curioso y se mira las uñas pintadas de negro.

—Me gustó. Pensé mucho en ello.

Se sorprende y su sonrisa desaparece.

—Pero, Dante, estás con Ethan. ¿Cómo puedes pensar en eso? Además, era un juego.

Lo último me duele un poco, pero no muestro ese sentimiento.

—Sé que estoy con Ethan, pero no paro de pensar en ti. Tengo miedo a que me obsesione con estos pensamientos.

—¿Qué clase de pensamientos? —no respondo y él ya se da cuenta de qué pensamientos son—. Oh. Ya entiendo.

—Lo siento —digo sintiéndome muy estúpido.

No muestra ningún deseo hacia mí.

Él mismo lo ha dicho.

Era un juego.

—No. No te disculpes por algo que sientes —dice y sonríe un poco. Acaricia mi mano con cariño—. Los sentimientos pueden llegar a ser muy poderosos.

Asiento y lo miro.

No digo nada, solo lo veo.

—Así que, ¿te gusto?

—Y dime tú primero, ¿te gusto? —le pregunto.

Veo como traga saliva y me mira sin parar.

•••

****

¡Hola!

Sí, soy yo por aquí por tercera vez hoy JAJAJA.

Solo tengo ganas de publicar y publicar porque me encanta daros contenido.

Todas sabemos que esto se puso interesante y necesitamos más información. Así que aquí estoy publicando de nuevo.

Eso es lo que pasa cuando escribo muchos capítulos en menos de 24 horas.

Unas cuantas de vosotras estáis decepcionadas con Dante y otras estáis horny queriendo más escenas de Dante y Damiano.

Queríais más información, así que aquí está.

Decidme, ¿qué opináis sobre lo que está pasando con Dante?

¿Qué opináis sobre lo que han hecho Damiano y Dante en la boda?

¡Nos vemos!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro