19
Dante
—Te pido, por favor, que te portes bien —le pido a mi hermana. Ella se ríe.
—Dante, no soy una niña pequeña. Sé comportarme.
Arrastro la maleta hasta llevarla cerca de la puerta principal de nuestra casa.
Stella me está mirando sentada en uno de los taburetes que hay en el salón de nuestra casa.
A su lado, Thomas nos ve.
Este chico está mucho tiempo con ella últimamente y espero que esté tratándola bien.
Sé que a mi hermana le gusta Thomas, pero no sé si se lo ha dicho.
El chico coge el mando de la televisión y entra en Netflix.
—Papá y mamá están fuera. Cualquier cosa, me llamas y vendré aquí —digo.
Martina y Stefan, nuestros padres, trabajan juntos en una empresa y ahora les ha tocado viajar a Escocia. No vendrán hasta la semana que viene.
—¿Cómo? —se echa a reír—. ¿Nadando, hermanito?
Le enseño el dedo medio y camino hacia donde está. Le doy un gran beso en la mejilla y luego un abrazo enorme.
Ella sonríe y me da un beso en la mejilla.
—Pásatelo bien —dice sonriendo—. Y no pienses mucho en mí.
—Como para no hacerlo... Nuestros padres no están y Coraline está a punto de irse.
Sí. Ahora Coraline es la chica más nerviosa del planeta, pero también la más feliz.
Se irá hoy a España a conocer a su familia con Victoria.
Mi hermana ríe y coge una de mis mejillas.
—Para hermanito. Estaré bien. Relájate —me dice y escucho la risa de Thomas.
Sonrío y veo a su amigo.
—Y tú también. Pórtate bien con mi hermana.
Thomas alza las manos como si yo fuera un policía. Esto nos hace reír a los tres.
—Me portaré bien. No te preocupes. Tú disfruta de tus días fuera de casa. Te lo pasarás muy bien —me dice Thomas—. Además, estarás muy feliz con Ethan. Tú solo disfruta.
Asiento y suspiro sabiendo que ya es hora de irme. Lo sé porque escucho un coche fuera de nuestra casa.
Me despido y salgo con mi maleta.
Delante de mí hay una furgoneta negra con los cristales tintados. La puerta corredera se abre y aparece Ethan con una gran sonrisa.
Sonrío mucho y lo abrazo con fuerza, feliz de verlo y, además, emocionado por estar con él más tiempo.
El chófer sale y me saluda presentándose. Se llama Constanzo y es un chico bastante joven.
Coge mi maleta y la mete en el maletero. Sube al coche y nos espera a Ethan y a mí para que entremos.
Cuando entramos en la furgoneta, unos gritos ilusionados nos dan la bienvenida.
—¡Mi pareja favorita! ¡Os amo tanto! —grita Coraline muy contenta.
—Son lo mejor. Queremos que os beséis delante de nosotras —dice Victoria con una sonrisa.
Río y me pongo el cinturón de seguridad. A mi lado, Ethan rueda los ojos y hace lo mismo que yo mientras les pide que no griten. Les dice que no nos vamos a besar delante de ellas.
—Claro —empieza Victoria—, no podemos ver porno en vivo. Eso es muy triste, Ethan. No nos das contenido.
Río a carcajadas al instante.
No sé porqué, pero los amigos de Ethan siempre mencionan el porno cuando él está delante.
Nunca lo he visto viendo este contenido.
—Para, Vic —dice algo molesto Ethan.
Ambas ríen y yo miro a mi novio con ternura. Él mira por la ventana esperando que lleguemos al aeropuerto lo antes posible.
Cojo su mano y él me mira sonriendo, feliz como si estuviéramos completamente solos en el vehículo.
—Mi osito está muy feliz —habla Coraline con Victoria—. Y Dante también.
Victoria sonríe y le da un beso a su novia en la mejilla.
Sonrío y veo a Ethan. Está mirando a la pareja y en sus labios hay una sonrisita.
—¿Para cuándo la boda? —bromeo y ellas me ven sorprendidas.
—¿Boda? —dice Coraline—. Nunca he pensado en casarme. Y si lo hago, espero ser feliz al lado de esa persona.
—Al lado de Victoria, dirás —corrige Ethan señalando a nuestra amiga con un dedo—. Sé que vais a durar hasta que seáis viejitas.
Victoria se ríe y coge su móvil. Comienza a utilizarlo mientras Ethan y Coraline hablan sobre bodas y sobre animales.
Veo mucho a Victoria. Lleva unos cinco minutos pasando un dedo por la pantalla de su móvil. Ni siquiera nos ha visto a ninguno de los tres.
Cuando he sacado el tema de la boda, Victoria ha cambiado.
Espero no ser el único que se ha dado cuenta de esto.
Constanzo nos avisa de que hemos llegado al aeropuerto.
El rostro de Coraline cambia y se lleva un dedo a los labios como si fuera a morder la uña de este.
Ethan se quita el cinturón de seguridad y se inclina hacia nuestra amiga. Toca su pierna y la mira a los ojos.
—Escúchame, pequeña. Todo irá bien y no estás sola —le dice Ethan con mucha ternura—. Tienes a Victoria contigo y, además, te lo pasarás estupendamente en España con tu familia.
Coraline sonríe y, para mi sorpresa, Victoria se lanza encima de Ethan y lo abraza con fuerza. Su pequeño cuerpo cae al suelo y Ethan se ríe mientras sostiene a su amiga rubia.
—Estás loca, Vic —dice mi novio riendo. Ella mira al chico y le da un largo beso en la mejilla.
—Gracias por ser tan amable con Coraline. Eres el mejor.
Una vez dentro del aeropuerto, caminamos hacia la zona de embarque.
Coraline está cerca de Victoria, la cual usa gafas de sol para ocultar un poco su identidad. Parece que mi amiga pelirroja está algo más calmada.
A mi lado se encuentra Ethan. Lleva una camiseta de alzas blanca, unos vaqueros de color claro y unas botas negras. En una de sus manos sostiene unas gafas de sol.
Toca su pelo y me mira con una sonrisa.
Victoria ve la hora en un reloj grande y coge la mano de Coraline. La pelirroja cierra un poco los ojos, controlando sus nervios.
—Es hora de embarcar, chicos —dice Victoria viéndonos. Sonríe y veo como acaricia la mano de Coraline.
La despedida llega y todos nos abrazamos.
Ethan le susurra algo en el oído a la pelirroja y le da un gran abrazo después.
Victoria me abraza haciendo tonterías y ambos reímos. Le doy un beso en la mejilla y cojo sus manos.
—Cuida a nuestra Coraline —le pido y ella asiente.
Vemos como embarcan y, cuando no las vemos, arrastramos nuestras maletas yendo hacia unas sillas.
Nos sentamos y Ethan me mira con una sonrisa. Coge una de mis manos y le da un ligero apretón.
—¿Listo para pasar un tiempo conmigo? —me pregunta.
—¿Solo contigo? —sonrío y él asiente.
—Tú y yo como planeamos hace un tiempo.
Asiento y acaricio su mejilla. Luego deposito un beso en esta.
Nunca habíamos imaginado que, cuando nuestras amigas vuelvan a casa, habrían muchos cambios.
•••
****
Holaa.
Quien se acuerde de lo que pasó en España entre estas dos, sabe perfectamente qué ocurrirá cuando vuelvan a Italia jeje.
Preparaos para gritar de nuevo como hicimos en Coral. AHHHH.
Espero que os haya gustado el capítulo de hoy.
Estos dos chicos se irán de viaje a algún lugar para pasar un tiempo juntos en una nueva ciudad.
Veremos que pasa pronto.
¡Nos vemos!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro