Dante

Ruedo la copa que tengo en la mano mientras estoy sentado en un sofá blanco.

La pierna de Ethan está encima de la mía. Su espalda está apoyada en el sofá y juro que nunca antes lo había visto tan mal sentado en un asiento.

Piernas abiertas, una encima de la mía, espalda apoyada en el respaldo del sofá y su cabeza echada hacia atrás. En una de sus manos tiene un vaso con un poco de vodka. Yo diría que no tiene nada de vodka. Casi no puedo ver el líquido.

—¿Y ese qué tal? —le pregunto señalando su bebida. Sonríe y la ve.

—Un poco mal. ¿Por qué las bebidas alcohólicas saben tan mal?

Me echo a reír al escuchar lo que acaba de decir.

Es tan adorable.

—Tienes que seguir probando más bebidas —digo viéndolo—. Hay unas cuantas que saben bien. Solo tienes que encontrarlas.

—Como te encontré a ti.

Ambos reímos y siento como busca mi mano. Junto nuestras manos y él me ve con una sonrisa.

—Chicos, chicos —dice Stella cuando aparece de la nada—. No me encuentro muy bien.

Río al ver su estado.

Está borracha.

—Siéntate aquí conmigo, hermanita.

Se sienta a mi lado y apoya su cabeza en mi hombro. Deposito un beso en su cabeza.

—¿Qué te pasó antes? —le pregunta Ethan. Ella se ríe un poco.

—Vi a uno de tus amigos, el cual me hace babear hasta hacer un charco en el suelo.

—¿No será otro líquido de otra parte de tu cuerpo que hace ese gran charco? —la interrumpo y se ríe a carcajadas. Nos unimos a sus risas.

—Calla, Dante. Calla —me da un pequeño golpe en la pierna—. Entonces, me escapé de aquí llorando como una inútil. Coraline apareció y me llevo dentro. Me dijo que me tranquilizara, y así lo hice —sonríe.

—¿Y qué pasó después? —pregunto sintiendo uno de los dedos de Ethan tocando el dorso de mi mano.

—Me invitó a bailar —ríe y sonrío al escucharla—. Es el chico más divertido. Es un ángel. No me conoce de absolutamente nada y ya me trata con cariño y con mucho respeto.

Se incorpora un poco y nos mira.

—¿Desde cuándo los hombres nos tratan con respeto? —pregunta algo molesta.

Ethan y yo levantamos la mano.

—Tienes a dos hombres a tu lado que respetan a las mujeres —digo con una sonrisa—. Y parece que Thomas también.

Asiente feliz.

—¿Entonces no le tengo que partir la cara? —pregunto y bebo un poco de mi bebida.

Stella me mira seria.

—Si lo tocas, te mato.

Mi hermana ya se ha ido a dormir y me he encargado de quitarle la ropa y ponerle el pijama rosa y blanco que tanto le gusta.

Cierro la puerta de su habitación y camino hacia mi habitación.

Entro y me encuentro a Ethan dejando su conjunto en la cómoda.

—¿Qué tal está? —me pregunta y se mete bajo las sábanas.

Me quito la ropa dejándola toda mal puesta a los pies de la cama.

Ethan rueda los ojos y me mira algo molesto.

Río metiéndome bajo las sábanas y me acerco mucho a su cuerpo.

—Ethan, vamos. Es solo mi ropa —digo y río al ver su cara.

—No soporto que dejes la ropa por ahí tan mal puesta. ¿No te da pena?

Río un poco más alto y dejo un beso en sus labios.

Él sonríe bajo estos.

—Está bien. Ha bebido y seguramente mañana se arrepentirá de muchas cosas. La conozco muy bien. Adora a Thomas desde hace tiempo y mañana se subirá por las paredes al darse cuenta de que estuvo con él en ese estado.

—¿No era una chica abierta a las locuras y a la diversión? —asiento.

—Sí, pero es Thomas. Ama a este chico y nunca antes se habría imaginado conocerlo en una fiesta.

—Pero si sabe que Coraline es amiga de él —se acomoda en el colchón y me ve a los ojos—. Debería de estar preparada para conocerlo. Ambos somos sus amigos y vivimos con él.

Asiento y me acurruco en su pecho desnudo.

Pasa su brazo por mi cuerpo y me abraza.

Sonrío.

—A dormir, Dante —susurra y suspiro feliz por tenerlo conmigo.

—Te amo, Ethan.

Y me quedo dormido muy rápido al sentirme muy cómodo en sus brazos.

Siento unos movimientos y escucho una voz familiar muy cerca de mí.

Alguien me está tocando el brazo.

—Dante. Dante, despierta.

Abro mis ojos asustado y veo a Coraline delante de mí.

Grito un poco y Ethan se despierta rápidamente.

•••

****

¡Hola!

Seguro que ya sabéis donde nos encontramos en la historia. Sabéis lo que va a pasar a continuación, ¿verdad?

De nuevo nos vamos a enfadar, pero ahora más porque sabremos qué pasó en el piso de arriba entre Eric y Dante.

Me enfadé mucho escribiendo ese capítulo... Eric es muy gilipollas. ¡No lo soporto!

Espero que os haya gustado el capítulo de hoy.

Sé que es un capítulo no muy largo, pero bueno, por aquí está jeje.

Hoy Coral acaba y me siento feliz, pero triste a la vez. Ha sido increíble escribir este libro y compartirlo con todxs vosotrxs. ¡Muchas gracias por vuestro inmenso apoyo!

Se os quiere muchísimo.

¡Nos vemos!