13
Stella aparece con Coraline pronto y la rubia tiene una sonrisa en su rostro.
Sonrío al verla. Sé que no me ha visto pero tanto Dante como yo estamos contentos de que se encuentre bien.
Thomas ha desaparecido. Ya no está en la barra.
Tiro de la mano de Dante y él me mira.
—¿Qué ocurre? —me pregunta pasando una mano por su pelo.
Empieza a darle vueltas al tema, Ethan.
—Necesito ir al baño. Es urgente —digo y él asiente.
Es divertido ver a Dante esquivando a todo el mundo mientras me lleva con él al baño. Río feliz aprovechando que la música está muy alta, no me puede oír.
No tengo que ir urgente al baño. Estoy bien.
No mientas. No estás bien allí abajo.
Entramos en este y cierra la puerta. Me deshago de su agarre y me siento en el lavabo con toda la tranquilidad del mundo.
Me mira con el ceño fruncido.
—¿Qué haces? Ve al retrete —me dice serio señalando el retrete. Río a carcajadas allí sentado.
Muevo mis piernas al ver que mis pies no tocan el suelo.
Alzo la vista y me encuentro con un Dante de brazos cruzados. Intento no reírme al ver a mi novio.
—Eres un mentiroso —me dice molesto y suspira—. ¿Entonces qué te pasa?
Sonrío y coloco mis manos en el mármol descansando el peso de mi cuerpo en el lavabo.
—Digamos que un chico estuvo provocándome mientras bailaba —empiezo y él me escucha con atención. Puedo ver una sonrisa en sus labios—. Me preguntaba si me podrías ayudar.
Se acerca a mí muy despacio. Puedo oír sus zapatos chocando contra el suelo.
Se pone delante de mí y veo su belleza.
Es muy hermoso. Es mi Dios.
Paso mi lengua por mi labio superior cuando lo veo.
—¿Ayudarte? ¿En qué te puedo ayudar? —me pregunta curioso, pero ya sabe perfectamente a lo que me refiero.
—A darme un buen momento para que me sienta mejor.
Sus manos acarician mis piernas y poco a poco llega a mis muslos.
Esto de ir lento me está encantando. Tenía razón. Ir lento te hace sentir muchas más cosas.
Siento su respiración en mi cuello. Deposita un beso en este. Un beso húmedo.
Sonrío satisfecho.
Una de sus manos se encuentra con la mía y me ayuda a desabrocharme los pantalones. Aparta mi mano cuando sabe que la cremallera está totalmente bajada.
Toca el elástico de mis calzoncillos mientras sus labios descansan en mi cuello. Su mano se mueve un poco más abajo y jadeo.
Me mira con una sonrisa pícara.
—¿Es ahí dónde necesitas ayuda? —me pregunta.
—Hazlo, Dante —digo serio—. Para con este jueguecito que empecé. Lo estoy odiando —ríe un poco y le da un apretón suave a mi erección. Muerdo mi labio inferior al sentirlo. Su rostro está muy cerca del mío. Quiero morder sus perfectos labios.
Comienza a besarme mientras sigue apretando mi miembro. Mis manos se colocan en su cuello, lo acerco más a mí. Mi lengua roza la suya y ambas se mueven entre nuestras bocas.
Oímos nuestros besos, mis pequeños gemidos y nuestras respiraciones.
Mientras me besa, saca, por fin, mi miembro de mi ropa interior.
Para de besarme y lo mira. Hago lo mismo que él y sonrío al ver su reacción.
Pasa sus dedos por mi polla y estos se van humedeciendo poco a poco por culpa del líquido preseminal.
Tiemblo un poco cuando empieza a tocarme. Su mano libre pasa por mi pecho desnudo hasta que se coloca en mi cuello. Agarra este suavemente y me mira mientras se lleva la mano que estaba en mi entrepierna a su boca.
Pasa su lengua por varios dedos sin parar de verme. Lo hace muy lento. Al verlo, muerdo mi labio inferior.
Es tan sexy.
Aparta su mano de su boca y se acerca a mis labios. Paso mi lengua por estos.
Salado.
—¿Te gusta? —me pregunta susurrando—. Sabes increíble, Ethan.
Sonrío y vuelvo a besarlo.
Solo quiero sentirlo más.
Abre el grifo y moja bastante su mano. Inmediatamente la coloca en mi miembro de nuevo.
Sabe perfectamente que la saliva no ayuda mucho para lubricar. Más bien seca la zona.
Mueve su mano de arriba abajo y aprieta un poco más.
—Dime cuando estés cerca —susurra mientras me toca. Dejo que un gemido escape de mi boca—. Dímelo, Ethan.
Se acerca a mi oído y comienza a susurrar:
—Quiero saber cuando mi hombre está a punto de sentir el placer extremo. Quiero ver como te corres mientras gimes.
Dante, mi querido novio, se hace llamar también por el hombre que me vuelve loco.
Un gemido escapa de mi boca al escucharlo. Tiemblo un poco por culpa de la excitación.
Pasa su lengua húmeda por mi cuello y deja un beso sonoro cerca de mi oreja.
Puedo escuchar su respiración.
Gimo y tiemblo al sentir que me está volviendo loco.
Pongo una mano en su barbilla y acerco su rostro a mí. Lo beso con mucha necesidad.
Solo quiero sentirlo lo más posible. Quiero sentir miles de cosas. Quiero pasarlo bien.
Se centra en tocar el final de miembro para luego centrarse en la punta. Cuando lo hace, gimo un poco más alto una vez que me alejo muy poco de sus labios.
—Eso es —susurra y pasa su lengua por sus labios.
Maldita sea. Es demasiado atractivo. Y es mío.
Mi espalda y mi cabeza descansan en el espejo cuando el placer aumenta. Me alejo mucho de él intentando sostener mi cuerpo en algún sitio para que no me caiga.
Intento mantener los ojos abiertos, pero el placer me mata, me obliga a cerrarlos.
Quiero ver a Dante.
—Joder —digo entre gemidos. Mi mano coge un trozo de la chaqueta de Dante, tiro de esta cuando siento más placer—. Eres increíble —gimo hablando.
—Tú sí que eres increíble. Eres mío. Solo mío. No quiero que nadie más te de placer —para de hablar y yo gimo muy alto—. Eres solo mío. Me encanta darte placer.
Niego con la cabeza sin saber porqué y gimo de nuevo.
—Eres mío, ¿verdad? —dice de la manera más sensual posible.
Este hombre es un Dios que me tiene a sus pies.
—Soy tuyo. Y tú eres mío —susurro entre gemidos. Juraría que solo yo me he escuchado, pero sé que no es así. Dante sonríe satisfecho al escuchar lo que he dicho.
Sigue moviendo su mano sin cambiar la velocidad y poco a poco mi pecho se eleva, sintiendo que estoy cerca.
Mi novio besa mis labios mientras siente que mi cuerpo está temblando.
—Dante Dante —elevo la voz y él se agacha rápidamente.
No para de tocarme y siento como se lleva mi miembro a su boca.
Pasa su lengua por la punta y es ahí cuando no puedo aguantar más
El orgasmo recorre cada parte de mi cuerpo y grito entre gemidos cuando lo tengo.
Joder. Este hombre nunca me decepciona. Siempre me hace pasar un muy buen momento.
Miro hacia abajo y no veo ni rastro de mi semen. Río un poco imaginándome lo que ha pasado.
Me llevo una mano a la frente y agradezco que, antes de todo esto, me recogí el pelo.
De no ser así, mi pelo sería un desastre y yo acabaría muy sudado.
Veo a Dante mirándome con la boca cerrada.
—¿En serio? —digo mientras él mete mi miembro en mis calzoncillos. Subo la cremallera de mi pantalón y me quedo mirando a Dante, el cual no puede ni reírse al tener la boca llena.
Se acerca al lavabo y escupe. Veo todo el semen que ha salido de mi miembro.
Y, aún así, Dante se ve extremadamente atractivo.
Joder. Al final eso de verlo escupir me pone bastante.
Se enjuaga la boca con agua. Se ve en el espejo y luego me ve a mí.
—¿Por qué no haces esto cuando estamos en la cama? Nos ahorraríamos muchas lavadoras —digo riendo y él sonríe.
—Primero, si te dejaba correrte ahora, mancharías toda tu ropa y ese no es el plan. Sé que no estarás cómodo yendo por ahí con manchas en tu ropa. Necesitas que la ropa esté completamente perfecta —río al escucharlo. Es verdad—. Y, por último —se acerca a mí y alza una de sus cejas—, me encanta ver como te corres. Me importa una mierda las sábanas.
Sonrío tímido y él me da un beso largo colocando sus manos en mis mejillas.
Su boca sabe un tanto salada. Me gusta.
La puerta del baño se abre y aparece un chico moreno. Nos ve y susurra algo para sí mismo. Luego se encierra en uno de los retretes.
—Menudos gays —repite Dante, el cual ha escuchado lo que ha dicho este chico.
Sonrío y acerco a mi novio hacia mí cogiéndolo de la chaqueta.
—Y yo bien orgulloso —digo y él sonríe. Me besa.
El último beso allí.
Abandonamos el baño y vamos directos a la barra.
Necesitamos una bebida urgentemente.
•••
****
¡Hola!
Que calor hace, ¿no?
Sé que mientes si dices que no estás cachonda JAJAJAJA.
APARTADO PARA APUNTARSE A LA LISTA DE LOS CALORES QUE NOS DAN ETHAN Y DANTE (no se apunta nadie porque mis lectoras se escondennnn JAJAJAJA).
Debo decir que me siento muy orgullosa por como he escrito este capítulo. Me he enamorado de este capítulo. Me encanta demasiado.
Al principio no estaba muy segura de como estaba quedando, pero después estuve editándolo varias veces hasta que quedó perfecto. Tan perfecto que lo leo una y otra vez y cada vez me encanta más.
¿Qué os ha parecido este nuevo capítulo?
¿Os ha gustado?
Os tengo que comprar un ventilador a todas, por lo menos. Me comentan que el aire no le llega a mis lectoras andando muy acaloradas JAJAJAJAJA.
Por cierto, he publicado el siguiente libro: Stella. Lo narra Thomas y la hermana de Dante, Stella. Espero que os guste mucho. Nos veremos por allí.
AHHH otra cosita más, quería enseñaros el outfit en el que me he inspirado para describir la ropa de Ethan de esa noche. Recordemos que se me da muy mal describir la ropa. No soy una experta en esto JAJAJA.
Me enamoré (una vez más).
Es muy hermoso. Todo lo que se pone le queda muy perfecto.
¡Amamos a Ethan!
Bueno, mis personitas acaloradas, espero que os gusten estos dos siendo así de atrevidos. A mí me encanta jeje.
¡Nos vemos!
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