02
Damiano baila en calzoncillos grises delante de nosotros. Escucha alguna canción en sus airpods blancos.
Me tapo los ojos. No quiero ni verlo.
¡Damiano, en treinta minutos tenemos que estar en el aeropuerto para volver a casa y tú estás ahí bailando sin ni siquiera estar preparado!
Thomas se ríe al ver a nuestro amigo. Me doy la vuelta y me encuentro con la mirada de Victoria. Mira a Damiano, sé que está molesta.
Va con paso decidido hacia Damiano y le da una palmada bastante fuerte en el trasero. Este da un salto y grita.
—¡Vamos! —exclama Victoria y se acomoda su camiseta de alzas blancas. Me mira contenta por lo que acaba de hacer.
Aplaudo y Damiano se queja dejando los airpods a un lado. Por fin se viste y se prepara para irnos.
Gracias, Victoria.
Dante
Le doy un beso en la mejilla a Coraline mientras vemos Sex Education en su casa. Mi móvil empieza a sonar.
—¿Quién es, cariñito mío? —pregunta mi amiga con su espalda apoyada en mi cuerpo.
No le permito ver la pantalla de mi móvil.
—Ahora vengo.
Me levanto del sofá. Siento su mirada pero dejo de sentirla cuando salgo al jardín.
Cierro la puerta corredera de cristal y camino molesto. Respondo a la llamada.
—¿Qué quieres, Nelson? —exclamo y me arrepiento de haber elevado tanto la voz. No quiero que Coraline me escuche.
Nelson, mi ex novio. Uno de mis novios más tóxicos e insoportables. No lo aguanto y aún sigue llamándome cuando le da la gana. Ya es hora de que me olvide. ¡Hemos roto hace tres años!
—Te echo de menos, Dante. ¿No te das cuenta? —dice y noto su voz triste—. No paro de pensar en ti. Me estoy volviendo loco.
Mentira.
Cuando estaba con él, andaba con otros chicos a mis espaldas y nunca pensaba en mí. Solo me miraba atractivo y me criticaba porque seguía mi sueño: ser un famoso atleta. Me decía que eso era una tontería.
Primero, si no respetas mi pasión, fuera de mi vida. No puedo estar con una persona que me critica a todas horas por lo que quiero hacer. Es mi sueño y desde que era pequeño he intentado hacer todo lo posible por mejorar para que, algún día, llegue muy lejos.
—Deja tus idioteces a un lado. Gracias —digo de la manera más borde posible.
—No son idioteces. Te quiero, Dante —pongo los ojos en blanco. La rabia corre por mis venas.
—Cuando te ponga una denuncia te vas a pudrir, ya verás. ¡Me tienes harto! Déjame en paz.
Cuelgo y cojo mi móvil con fuerza. Cierro los ojos cuando escucho de nuevo el tono de llamada.
—¿Qué pasa ahora? —grito una vez que respondo.
—Hijo, ¿qué ocurre? Suenas muy enfadado.
Suspiro y me siento mal por gritarle a mi madre.
Me siento en el césped.
Martina, mi madre, es una mujer muy amable y una gran madre. Nos ha querido a mi hermana y a mi de la misma manera. Siempre he sabido que era adoptado, se sabía desde lejos. Un chico moreno y sin rastro de pelo rubio cuando mi familia es rubia. Mi madre nunca me excluyó.
Recuerdo las noches en las que me despertaba y empezaba a llorar. Ella venía a mi cama y se sentaba a mi lado. Acariciaba mi pelo con dulzura y me decía las palabras más bonitas. Solo quería calmar a su hijo y darle mucho amor.
Cojo aire y me tranquilizo poco a poco.
—Nelson. Otra vez —digo y escucho como suspira.
—¿Este chico no va a parar nunca? Es una de las personas más tóxicas que conozco... Y estuvo contigo. Eso me parte el corazón —sonrío un poco al notar su preocupación.
Llegaba a casa enfadado y triste. Mi madre me esperaba con los brazos abiertos. Me protegía. Comenzaba a insultar a Nelson muy cabreado y, también, con el corazón roto.
Signore e signori, per favore. No sigáis mi ejemplo. Manteneos alejados de las personas tóxicas. Por mucho que quieras a esa persona un día, no te da el derecho a autodestruirte al estar con ella, solo te trae desgracias y lo pasarás muy mal.
Fuera los celos. Fuera los engaños. Fuera las mentiras. Solo necesitamos personas buenas en nuestra vida. Necesitamos estar bien.
—Mamá, creo que tengo que cambiarme de número de teléfono. Es la primera vez que me llama. Hacía meses que no me llamaba.
—Eso fue porque no tenía tu número actual.
Suspiro cerrando los ojos.
Por favor, necesito que pare de llamarme. Que se olvide completamente de mí.
—¿Cielo? —dice mi madre una vez que no escucha mi voz. Aclaro mi garganta y pestañeo.
—Estoy aquí. Solo estaba pensando en todo esto.
—No te preocupes. Sigue con tu vida e intenta ser feliz. Mereces ser feliz solo o con alguien a tu lado que realmente te quiera —sonrío al oírla. Esta mujer es una dulzura—. Quiero verte feliz, Dante.
•••
****
¡Hola!
Por aquí tenéis el segundo capítulo. Espero que os haya gustado.
Por cierto, ayer estuve viendo varias actuaciones de la banda y me centré mucho en Ethan.
¿Alguien me puede explicar de dónde saca toda esa energía y ese arte para tocar la batería de esa manera?
A ver, es que estoy súper sorprendida. Este chico es un artista.
¿Cómo es posible que aguante tantos minutos tocando la batería sin ni siquiera descansar entre canción y canción?
Flipo con Ethan. Me deja sin palabras...
Muchas gracias por vuestro apoyo tanto en esta historia como en Coral. ¡Me hacéis muy feliz!
Creo que ya odiamos a Nelson. Yes yes, lo odiamos.
¡Nos vemos!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro