Una nueva magia
- Vamos a comenzar.
Dijo una voz en eco. Esa voz es reconocida inmediatamente por el chico, era la suya. Bell abrió los ojos, ya no estaba en su habitación ni sentado en su cama, estaba en medio de la nada, la única vista que tenía era la de las nubes en el cielo, el suelo reflejaba la misma imagen como si estuviera en un enorme espejo. Ante sus ojos apareció una figura grisácea, que era él mismo.
- ¿Qué es la magia para mí?
Dijo el chico de color gris sin mostrar ninguna emoción.
- Es una antítesis... Un gran poder que puede salvar y destruir todo.
- ¿De qué está hecha la magia?
- Una llama. Feroz, pero acogedor. Inconmovible e inmortal... Nunca se extingue ni disminuye.
- ¿Qué quiere conseguir con ella?
- Quiero proteger a los que me han acogido y a todos los que pueda alcanzar. Quiero dar esperanza... Algo que se había perdido en mí... - hace una pausa en su discurso. El chico cierra los ojos visualizando a una persona. - Q... Quiero salvar el corazón de la que se mueve como el viento y es poderosa como el trueno... Quiero ayudarla. Quiero alcanzarla.
- ¿Es todo lo que quieres?
Los labios del chico se curvan en una sonrisa.
- Puede ser estúpido... Pero quiero convertirme en un héroe. Como en las historias que me contaba mi abuelo. No... No deseo ser un simple héroe como muchos otros. Quiero ser grande. Quiero ser el pilar de todos. Con el que todo el mundo puede contar. Inquebrantable... El mayor héroe de todos.
- Qué ambicioso e infantil. Pero... después de todo, eso es lo que somos tú y yo.
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El chico abre de repente los ojos, teniendo en su vista las páginas de un libro. Levanta la cabeza y ve que está de nuevo en su habitación sentado en su cama. Bell mira el libro en su regazo, las páginas que antes estaban llenas de palabras ahora no son más que páginas vacías y un poco húmedas. Lo cierra y mira su portada.
- Un grimorio... Me alegra no tener que pagar por esto... - dice Bell con gran alivio.
Los grimorios son artículos de alta clase, comparados con las espadas mágicas y las armas de primera clase, su precio puede pasar fácilmente los millones de valis. Una vez leído, pierde su poder.
Guarda el libro entre sus pertenencias y se dirige hacia la puerta.
"¿He dormido demasiado?" - se pregunta Bell mientras abre la puerta.
La abre y se encuentra con la brillante luz del día.
"Supongo que eso responde a mi pregunta..." - se tapa los ojos.
Bell se dirigió al gran comedor, al igual que el día anterior no ve a Ais y a los demás, pero en compensación ve al lobo a lo lejos sentado en la mesa solo. Recoge su pequeña montaña de comida y camina hacia Bete.
- ¿Puedo sentarme aquí? - dijo Bell amablemente.
- ¿Eh? - el lobo se da cuenta de la presencia del chico. - Haz lo que quieras. No me importa.
- Ya veo, discúlpeme. - se sienta en la silla de enfrente.
Bell arma un sándwich con la montaña de comida que tiene en el plato.
- Bete. - el chico llama la atención del lobo. - Ayer cuando llegué no te vi aquí, ni siquiera a Loki. - mira a los ojos de Bete. - ¿Qué hicieron ustedes?
Bete no esperaba eso, no pudo evitar quedar impresionado por la deducción exacta de Bell. El lobo mira hacia otro lado.
- Loki me pidió que revisara las alcantarillas con ella.
- Para comprobar si había algún monstruo ahí abajo, ¿no? Como esas... "¿Violas?" - dijo Bell con los ojos fijos en la nada.
Una vez más, su deducción fue correcta. Incluso con pocas pistas podía conectarlas y encontrar la respuesta fácilmente como si fuera un simple rompecabezas. El factor de la novedad ya se había agotado y Bete ya no estaba tan impresionado.
- Esto ya es aburrido - dice cruzando las piernas y los brazos mientras se inclina sobre el respaldo de la silla. - Te refieres a las plantas monstruosas, ¿no?
- Sí. La forma de esas "plantas asesinas" se parece mucho a una viola. Esas flores crecían en abundancia en mi pueblo natal, así que las reconozco cuando las veo.
- Hm... Loki y yo fuimos a las alcantarillas para ver si había más de estos bichos. Terminamos dando en el blanco...
- Ya veo... ¿Por eso se tardaron tanto?
- En realidad, después de eso Loki tuvo un breve encuentro con Dionisio. Estaba husmeando en las alcantarillas mientras yo mataba esas plantas.
- Hm... - pensó Bell mientras masticaba. - ¿Qué dijo Loki en esa reunión?
- ¡Si quieres saberlo, deberías hablar con Loki, no conmigo!
- Lo siento... Supongo que mi curiosidad fue demasiado lejos. - siguió comiendo su sándwich.
Bell se queda un rato comiendo hasta que termina su comida y se despidió de Bete, a quien no parece importarle mucho. Camino hasta salir del vestíbulo.
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El chico de pelo blanco se detiene frente a una puerta, toca dos veces y una voz del interior de la habitación le responde:
- Puedes entrar.
La abre y ve a Loki sentado escribiendo algo en el escritorio.
- Disculpe. - entra en la habitación.
- ¡Ah! ¡Bell-tan! ¿Cómo va todo?
- Todo está bien - dice monótonamente. - Kami-sama, si no te interrumpo me gustaría que actualizaras mi estado.
- ¡Oh, bien! - pone la pluma sobre la tinta y guarda el papel. - Vamos a mi habitación.
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Ya en la sala, Loki comenzó el proceso de actualización. Vierte una gota de su sangre sobre la espalda desnuda del chico revelando su tatuaje. Los símbolos y números están suspendidos sobre la intensa luz que emana de su espalda. La diosa observa con atención los números que aumentaron anormalmente, pero eso no fue lo que más le impresionó.
- Había desarrollado una habilidad... ¡Y una magia! - dijo Loki aturdida.
Bell observa hacia su diosa con cierta curiosidad.
Termina la actualización y pone sus estados en una hoja de papel, ocultando de nuevo el tatuaje. Pone el papel en manos del chico.
БΞŁŁ ϾЯΛЛΞŁ
LV 1
- ŦФЯϾ̧Λ: Λ 826
- ЯΞSłSTΞ̂ЛϾłΛ: Λ 801
-ÐΞSTЯΞZΛ: Б 719
- ΛGłŁłÐΛÐΞ: Λ 800
- MΛGłΛ: S 901
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MłŁΛGЯΞ:
<SPΞΛЯ ФŦ ŁłGHT>
Aumenta el poder de los ataques físicos y mágicos incriminándolos con un intenso poder de luz, proporciona regeneración física. Cuanto más tiempo se activa, más se fortalece, requiriendo gradualmente más mente.
MΛGłΛ:
<ϾHΛMΛS ÐΞ ΛGЛł>
Desata un torrente de llamas que quema todo en el camino. Las llamas siguen ardiendo hasta el último remanente.
*Requiere un canto de invocación*
/////////////////////
HΛБłŁłÐΛÐΝS:
<ΛVΛTΛЯ>
Perfecta unión de cuerpo y arma. Aumenta masivamente todos los atributos. Requiere una gran cantidad de mente.
<ŦФϾUS>
Aumenta la regeneración mágica mientras se lucha.
<ЯΞTΛŁłΛϾ̧Λ̃Ф>
Absorbe todo el daño recibido reforzando tu poder físico.
<SϾΛVΞЛGΞЯ>
Duplica el poder de tus habilidades físicas sacrificando una parte de tu cordura. Sus efectos aumentan cuanto más daño recibe y cuantos más fuertes son sus sentimientos. Su uso prolongado o incrementado genera frenesí.
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- Donde... ¿Cómo conseguiste desarrollar una magia? - dijo Loki aún sorprendida esperando una respuesta del chico.
- Me pregunto dónde... - dijo Bell mirando hacia otro lado.
Incluso la dudosa respuesta del chico, ella por alguna razón no pudo decir si ocultaba algo, como si algo interviniera.
- Gracias Kami-sama. Ahora mismo me retiro. - se levanta.
- ¡Espera ahí! - dice Loki llamando la atención del chico. - Tus estadísticas para la magia son demasiado altas a pesar de que eres un guerrero. Cuando Riveria vuelva lo discutiré con ella. Pero mientras estés en la Dungeon le pediré a alguien que te ayude mientras tanto.
Bell asiente. Pone el canto de su magia en un papel.
- Hey Bell-tan, ¡intenta no usar tu magia hasta que estés entrenado!
Frente a la puerta Bell confirma de nuevo con la cabeza y sale de la habitación.
"Le dije a Lili que no iría al calabozo hoy... Iba a entrenar con Ais, pero aún no ha vuelto.... ¿Qué voy a hacer entonces? Quería probar esta magia lo antes posible..."
Llevado por la indecisión, Bell se dirigió a su habitación para poder deshacerse de sus pensamientos.
En su cama cruzó las piernas y juntó las manos en posición de meditación. Su mente se vacío por completo en cuestión de segundos.
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Bell abre lentamente los párpados, una fuerte luz golpea sus ojos, cuando se acostumbraron a la luminosidad el chico pudo ver completamente el lugar. Un vasto campo de flores blancas, había transportado voluntariamente su conciencia al "Sueño". El chico pasa sus ojos por todas partes, pero no puede ver a Maanna en ningún sitio... Hasta que siente una palmada en su hombro derecho.
- ¡Hola Bell! ¿Qué te trae por aquí? No para observar el paisaje, supongo... - el hombre de pelo y ojos dorados entra en el campo de visión del chico. Espera su respuesta hasta que se da cuenta de algo obvio. - ¡Oh, sí! No puedes hablar. Lo siento...
El chico afilo su mirada.
- ¡He dicho que lo siento! No hay necesidad de ser así.
Relaja su mirada.
- ¿Has venido a "discutir" sobre esos monstruos? "Violas", ¿verdad?
El niño utiliza sus ojos para indicar su afirmación, moviendo sus irises hacia arriba y hacia abajo.
- Hm... - se lleva la mano a la barbilla. - Esos monstruos no eran normales. No eran como los creados por la Dungeon... Parecían ser "artificiales". Como si algo o alguien más los estuviera creando. - Cierra los ojos y se pone las manos en la cintura. - Bueno... Eso es todo lo que pude ver a diferencia de ti. - abre los ojos. - Pero cambiando de tema... Esa chica.
Bell supo enseguida de quién estaba hablando.
- Ais, ¿no es así? Su magia es muy peculiar... Creo que la he visto antes en alguna parte. No estoy seguro. Ha pasado un tiempo. Hmm. Pero hablando de magia. ¡Has adquirido una! Fue ese grimorio, ¿no? Te habría avisado, pero estaba un poco... ¡Espera! ¡Me he acordado! ¡Ya me acordé! ¡Dejaste que me robaran! - su expresión cambió radicalmente, sus ojos se abrieron de par en par y sus cejas se arquearon.
Bell intentó decir algo, pero, como era de esperar, no le salió la voz. Sus ojos mostraban un profundo arrepentimiento, Maanna no pudo evitarlo.
El rubio suspiró.
- Está bien... Te perdono por lo que pasó. Pero quiero que tengas mucho cuidado. Sin mí no puedes eliminar más restricciones que la segunda.
Bell tenía curiosidad por sus últimas palabras.
- ¿Eh? ¿No lo sabías? En esa lucha contra esas "Violas", usted estaba eliminando la primera restricción sin ninguna ayuda. Has recorrido un largo camino. Y por eso has podido venir aquí.
Las cosas parecían tener sentido para el chico ahora.
- ¿Eh? Bueno, será mejor que te vayas. Intenta controlarte.
Bell no entiende las últimas palabras de Maanna. Cierra los ojos y se concentra de nuevo.
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El chico abre los ojos y ve que está de nuevo en su habitación, oye unos golpes en la puerta y va hacia ella. Cuando lo abre, ve a una elfa de pelo largo y dorado, ligeramente ondulado, que lleva una armadura ligera y una espada corta en la cintura. Supone que es de su familia, pero nunca la había visto o al menos se había fijado en ella.
- Hola Cranel-san. Soy Alicia Forestlight. Loki me pidió que te ayudara con tu magia.
- ¡Oh! Muy bien. Permítanme ponerme la armadura.
- De acuerdo.
Bell se pone la armadura y se equipa a Maanna por la cintura. Justo después sale de la habitación y se encuentra de nuevo con Alicia de pie junto a la puerta, el chico la sigue hasta el patio abierto de la mansión.
- Gracias por aceptar.
- No es nada. - dice con una sonrisa. - Cranel-san... - se le interrumpe.
- Bell.
- ¿Pasa algo?
- Puedes llamarme Bell. Si no es mucha molestia para ti.
- Oh, no. No lo es. - Se recompone. - Así que... Bell-san. ¿Le importaría decirme el nivel de su estadística de Magia?
Bell piensa un momento y llega a la conclusión de que si Loki la ha enviado es porque es de fiar.
- 901.
- ¿Qué?
- 901.
Alicia se queda atónita ante la respuesta del chico. No esperaba un estatus tan alto sabiendo que era un espadachin de nivel 1. La elfa se recompone.
- Debo decir que estoy impresionado. No esperaba que fuera tan alto. Debes tener algún tipo de aptitud.
- Si tú dices.
"'No esperaba que fuera tan fuerte. ¡Debo enseñarle bien para impresionar a la señorita Riveria! "- piensa - Bell-san, ¿ya tiene algún tipo de experiencia con un canto largo?
- Hm... - se pone la mano en la barbilla. - Me temo que no.
- Bueno, Bell-san, para hacer un canto largo correctamente debes mantener una concentración total o tu hechizo puede colapsar, causando un fuego fauno, ¿entiendes?
- Sí. El fuego fauno se produce cuando el usuario no puede mantener su magia bajo control, por eso muchos permanecen inmóviles mientras pronuncian el canto, ya que es más fácil mantener la concentración.
- Exactamente. Hay tres tipos de técnicas para usar la magia: <cántico simultáneo>, en el que nos centraremos, <cántico acelerado>, es la capacidad de conjurar el hechizo rápidamente y por último el <cántico de conexión>, es la técnica que te permite cambiar la fuerza de tu magia en función de la duración del canto y del uso de tu mente. Con ello se da la capacidad de utilizar el poder de varios hechizos, pero esta es una técnica que sólo Riveria puede utilizar.
- Ya veo. ¿Cómo empezamos?
- Le haré una demostración.
Toma una espada de madera y se la lanza al chico.
- Intenta golpearme mientras conjuro el hechizo.
- ¿Te parece bien? - dice con un poco de duda.
- Está bien. Empecemos.
Bell tomo una posición de combate.
- Entendido.
El chico de pelo blanco se acercó rápidamente a Alicia en una estocada, pero ella lo desvío fácilmente y comienzo el canto.
- Congelen...
Bell inicia una rápida secuencia de ataques que son repelidos y desviados por la elfa.
- Un frío penetrante. Tormenta de invierno.
Alicia continuó con su canto mientras Bell la atacaba, ella se defendía de los ataques con maestría. Su concentración se mantuvo intacta incluso en medio del combate.
- Cadenas de ataduras del invierno.
Alicia desata una fuerte ventisca en dirección a Bell. Se prepara para recibir el ataque, pero en el estante que le golpearía, la ventisca desaparece por completo.
- Ahora te toca a ti. - asume una postura.
Bell asiente y comienza.
- Oh, llamas que protegen. Presente en todo lo que arde.
Alicia avanza y comienza una secuencia de golpes que son desviados por el chico. Las dos espadas de madera chocan entre sí en un concurso de fuerza.
- El sol y el brillo que atraviesa las nubes. Las estrellas son chispas de tu llama.
La atención del chico estaba dividida en el combate y en su canto, pero incluso con esta adversidad no cedió en ninguno de los dos sentidos. Su concentración era inquebrantable y sus ataques demostraban técnica. Alicia estaba notablemente impresionada de que hubiera absorbido rápidamente la técnica de canto y la pusiera en práctica con maestría, como si ya estuviera familiarizado con ella.
- Protectores de los hombres. La chispa vital de la vida. Quema y purifica los males...
La elfa se aleja rápidamente de un salto hacia atrás y adopta una postura defensiva.
- Chamas de Agni.
"¿¡En el primer intento!?" - pensó Alicia con asombro.
Un torbellino de llamas y se precipitó hacia la elfa. Las violentas llamas abrasaban todo lo que pasaban con extrema rapidez. Alicia se vio atrapada, las llamas eran demasiado rápidas como para darle tiempo a realizar un contrahechizo y el ataque era lo suficientemente amplio como para no darle ninguna posibilidad de escapar, la última alternativa era defenderse con todo lo que pudiera. Ya cerca de su objetivo, las furiosas llamas se transforman en simples brasas que se apagaron en el aire. Alicia miró con sorpresa el daño causado por la magia de Bell, gran parte del patio estaba completamente quemado. Por un instante el elfo comparó las llamas de la magia del chico con las de <Rea Laevateinn> en intensidad, pero su alcance era sin duda mucho menor.
- Lo siento. ¿Te encuentras bien? - dijo el chico caminando hacia ella. - Eso estuvo cerca. Estaba seguro de que tenía el control.
La mujer no pudo evitar impresionarse de nuevo. No había esperado que todo eso fuera su poder controlado.
- Increíble...
- Hm. G-Gracias... - dice Bell con torpeza, no sabía cómo manejar los cumplidos adecuadamente. - No creo que fuera tan malo.
- Lo has conseguido en tu primer intento, ¡es increíble! Nunca he visto a nadie más hacer eso.
- Bueno... La concentración no era un problema. Ya estoy acostumbrado a usar la magia mientras lucho.
- Pero esto es diferente Bell-san. Su otra magia es de tipo encantamiento, por lo que mantener la concentración es mucho más fácil. No hace falta ser modesto, tienes un talento natural.
El chico no estaba muy familiarizado con los cumplidos, por eso parecía bastante avergonzado, un rubor tiñe sus mejillas y el chico trata de ocultar la vergüenza lo más posible dentro de su mirada estoica y rígida.
- Oh, Bell-san. - saca un frasco de líquido azul de su bolso y se lo ofrece al chico. - Debes estar bajo de mente. Toma. Puedes quedarte.
Bell muestra su palma en forma de rechazo.
- No es necesario. Todavía poseo suficiente mente.
El chico consideraba las pociones como elementos esenciales que sólo debía utilizar en casos extremos.
Alicia guardó su franco y luego miró el patio en llamas.
- Creo que vamos a tener que arreglar esto.
Los dos ordenaron el lugar lo mejor que pudieron. Después de un largo rato de limpieza, Bell se despide de Alicia.
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Bell caminaba por las calles de Orario con su armadura y con Maanna alrededor de su cintura. De repente, el chico es detenido por alguien, mira a la persona y ve que era Syr quien le agarraba por el brazo.
- ¿Señorita Syr?
- Tenía muchas ganas de encontrarte. – dijo ella sonrojándose ligeramente.
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En la "Anfitriona de la fertilidad".
Bell se encontraba frente a una enorme pila de platos y cubiertos sucios.
- Lavar los platos... - dice con desánimo.
- Lo siento. Quería tomar un des... Tomarme un tiempo libre... Entonces Mama Mia se enfadó conmigo. Y como castigo...
- ¿Qué tiene que ver eso conmigo?
- Lo siento Bell-san. Muchas gracias.
Qué imbécil.
Se aleja dejando a Bell con la pila de platos sucios. Se queda mirando los platos.
"Al menos podré reflexionar un poco..."
Recogiendo uno de los platos de la pila, Ryuu aparece doblando las mangas de su uniforme.
- Mira el tamaño de esto... Te echaré una mano.
- Señorita Ryuu...
Los dos comienzan a lavar la montaña de platos.
- Syr te arrastró hasta aquí, ¿verdad?
- Sí... Caí en una trampa...
- Ya veo.
El silencio duro unos segundos hasta que Bell entabla una conversación con Ryuu.
- Solías ser una aventurera, ¿verdad? <Gale Wind> si recuerdo bien...
La elfa deja momentáneamente de frotar el plato en su mano, con los ojos muy abiertos.
- Cómo es que...
- Encontré tu expediente en el Gremio. Estaba buscando información sobre mis padres y acabé encontrando la tuya por accidente... Lo siento. Y siento lo de tu familia. Entiendo lo que es estar solo...
Ryuu no dijo nada, sólo agachó la cabeza y siguió frotando el plato. La elfa miró su plato con nostalgia, le entristecía no sólo el recuerdo de sus compañeros fallecidos, sino también saber que su amigo había pasado por el mismo dolor. Los dos siguieron en silencio durante un buen rato, hasta que Ryuu tomo la aptitud y le preguntó:
- Cranel-san... ¿Cómo los perdiste? - pregunto la elfa con temor, ya que ese parecía ser un tema delicado.
- Mis padres murieron en la lucha contra el <Black Dragón>. No los conocía bien, sólo tenía unos meses. - hace una pausa. - He vivido la mayor parte de mi vida con mi abuelo en un pueblo. Falleció hace unos años por monstruos.... Desde entonces sólo he tenido a Maanna a mi lado.
- ¿Maanna? - preguntó Ryuu.
Bell termina de limpiar un plato y se le enseño a Maanna.
- Esta es Maanna.
- ¿Una espada?
- Hm... No exactamente. - la guarda en su vaina. - Señorita Ryuu. ¿Qué necesito para subir de nivel? ¿Debería matar más monstruos?
- No, no es sólo eso. Debes hacer algo grande. Como derrotar a un oponente más fuerte que tú.
- Un oponente más fuerte... - esas palabras resuenan en la cabeza de Bell.
- Cranel-san, es decir, si quieres subir de nivel... tendrás que enfrentarte a una aventura. - se dirige al chico. – La palabra aventura tiene tantos significados como personas. No sé qué tipo de aventura te conviene. Pero cuando llegue el momento hay que afrontarla con la cabeza alta y no huir. Eres un aventurero. Creo que es la única manera de conseguir lo que quieres. Bueno, mi intuición también suele ser errónea.
Los dos se comenzaron a limpiar de nuevo. El estado de ánimo melancólico ya se había desvanecido, pero Bell seguía reflexionando, martilleando las palabras de Ryuu en su mente.
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Octava planta de la Dungeon.
Ya entrada la noche, Bell estaba explorando la Dungeon.
"No hay nadie aquí". - pensó analizando el lugar. - "Puedo empezar".
Saca de su bolsa un saco de cebo y lo lanza delante de él. El chico se aparta y espera pacientemente mirando al centro de la gran cueva.
No creo que sea una buena idea...
Bell ignoro el consejo de Maanna. Desenfundo su espada y se pone en postura de combate con la hoja apuntando hacia delante, el chico sujeta la empuñadura fuertemente con ambas manos y cierra los ojos.
- Cadenas del cielo. Obedece mi voluntad. Modificar y ampliar... Grave for me.
Su espada se cubre de luz, comienza a expandirse, pero su forma no se modifica del todo. La luz se disipa revelando su nueva forma, una espada ornamentada de tres manos sin guarda aparente con una hoja delgada y larga de un solo filo que coincidía con su tamaño.
Las paredes crujieron y se oyeron pasos. En cuestión de segundos se forma un enorme grupo de monstruos ante Bell. Abre los ojos revelando sus intensos irises dorados.
- Scintila. - La intensa luz de su magia le cubre por completo.
Los monstruos rugen contra el chico y comienzan su ataque.
- Oh, llamas que protegen. Presente en todo lo que arde. El sol y el brillo que rasgan las nubes. Las estrellas son chispas de tu llama Protectores de los hombres. La chispa vital de la vida. Quema y purifica los males. - Bell pronuncia el canto de su magia incendiaria de forma extremadamente acelerada, siendo incluso algo sobrehumano. Levanta su gran espada sobre su cabeza, la hoja parecía arder en llamas. – ¡Chamas de Agni!
Bell desciende su espada en un corte rapido, en apenas un instante todo el suelo fue inundado por un mar de llamas azules, los monstruos fueron engullidos por las furiosas llamas antes de que pudieran mostrar la más mínima reacción. El gran piso se convirtió literalmente en un infierno, todo se convirtió en cenizas alimentando continuamente el gigantesco fuego fuera de control. Si a algún aventurero se le ocurriera cruzar esas llamas, seguro que no saldría vivo para contarlo. En medio del caos estaba Bell con los ojos muy abiertos y la boca abierta observando las grandes columnas de fuego que se formaban y expandían, incluso estando en el "ojo de la tormenta" no parecía verse afectado por las llamas, al contrario, extrañamente sentía un confort.
- Eso es...
El cuerpo del chico entra en shock, sus párpados pesan y sus rodillas se van al suelo.
-DrOg... - su voz vacila por un momento hasta que Bell pierde el conocimiento y cae inconsciente al suelo.
Al mismo tiempo, el mar de llamas azules se disipa por completo, como si nunca hubiera existido. Su única evidencia de existencia era el suelo, que estaba totalmente incinerado e incluso fundido.
Subiendo los pisos, dos figuras conocidas se encuentran cara a cara con el lugar destruido. Aquellas eran Riveria y Ais.
- ¿Qué ha pasado aquí? - dice el alto elfo mirando los alrededores.
Al recorrer la sala con la mirada, identifica a una persona caída en medio de la gran caverna.
- ¿Cranel? - dice sorprendida.
Las palabras de Riveria atraen la atención de Ais hacia el chico que yace en el suelo, con los ojos muy abiertos de asombro y preocupación. La elfa se acerca a él y se arrodilla frente al chico.
- Hm... - pone su mano sobre la cara de Bell, analizándolo. - Mente baja. Probablemente utilizó gran parte de su mente sin pensar en las consecuencias. - Vuelve a mirar el entorno. - "Me pregunto si..." - Los pensamientos de Riveria se cortan cuando ve a Ais que parecía un poco ansiosa. - ¿Qué sucede Ais?
- Es que... Le prometí que entrenaríamos estos días... Acabé faltando a mi palabra. - un ligero rubor aparece en sus mejillas. - Q... Quería compensarlo. - dice con los dedos entrelazados mientras jugaba con sus pulgares. - ¿Qué crees que debería hacer?
Por un momento Riveria se sorprendió, esa no era una actitud que tuviera la Ais Wallenstein que ella conocía, pero simplemente cerró los ojos y sonrió.
- Bueno, podrías...
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- ¿Será suficiente? - dice Ais.
- Sí, yo diría que eso sería suficiente. - pone su mano en el hombro de la chica de pelo dorado. - Me voy a ir ahora. Cuando termines llévate a Cranel. - retira la mano y le da la espalda para marcharse. - Nunca pensé que Ais me pediría este tipo de consejo. A ver qué pasa..."
El elfo deja a los dos solos. Ais mira al chico y poco después se sienta muy cerca de Bell. Lo coge con cuidado y le pone la cabeza sobre sus muslos. Mira el rostro tranquilo y sereno de Bell haciéndole olvidar todos sus problemas y conflictos.
Mira a Bell, que dormía plácidamente en su regazo. Ais contempla el rostro despreocupado y apacible del chico, de alguna manera trajo calma a su corazón, sus problemas parecían no existir.
- Te has esforzado mucho. - dice con una ligera sonrisa mientras pasa los dedos por el pelo blanco de Bell.
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Bell abre los ojos. Contempla un gran pastizal, la hierba se movía lentamente con la tranquila brisa del lugar. En el centro había un gran árbol y debajo de él había dos figuras luchando, parecían estar entrenando, uno de ellos era un hombre y el otro una mujer con el pelo relativamente corto. El chico comenzó a caminar hacia ellos, sus pasos se hacían más rápidos a medida que se acercaba hasta que se dio cuenta de que ya estaba corriendo. Cada vez más cerca, los ojos de Bell se abrieron de par en par y una gran sonrisa se dibujó en sus labios. Sus pasos parecían cada vez más pequeños y le obligaban a correr aún más rápido. Las dos figuras dejaron de luchar al darse cuenta de la aproximación del chico, se arrodillaron mientras extendían sus brazos hacia él. Las lágrimas brotan de sus ojos.
- ¡Papá! ¡Mamá! - dice abrazándolos fuertemente.
El chico de pelo blanco vuelve a ser un niño. Aunque no podía ver sus rostros, estaba seguro de que aquellos eran sus padres, lo sentía en lo más profundo de su ser. La mujer lo subió a su regazo mientras le acariciaba la cabeza.
- ¿Qué pasa, hijo? ¿Me has echado de menos? - dijo la madre de Bell mientras lo acariciaba.
El niño miró a su madre y asintió, todavía con una gran sonrisa en la cara.
- Dime hijo. - su padre puso la mano en la cabeza del niño. - ¿La has encontrado?
- Sí - dice el pequeño Bell con alegría. - ¡Quiero protegerla!
- Ese es el espíritu. - el hombre le revuelve el pelo al chico. - ¡Vuélvete fuerte Bell! Y sálvala.
- ¡Hm! - asiente con la cabeza. - ¡Me esforzaré para ser muy fuerte!
Los dos le sonríen.
- Ya es hora...
Bell, al escuchar esas palabras, vuelve a abrazar a su madre.
- Por favor... No te vayas...
La mujer acaricia la cabeza de su hijo.
- Nos encontraremos de nuevo, hijo... Lo prometo.
Su visión empieza a ser borrosa, la última imagen que le quedaba era la de su madre frente a él con una sonrisa en la cara.
********************************************************************************
Sus ojos se abren y ve a una persona acariciándolo, su visión era borrosa por lo que no podía identificar realmente de quién se trataba.
- ¿Mamá?
- Lo siento... No soy tu madre.
- ¿Una alucinación?
- No soy una alucinación...
Bell se frota los ojos. Su visión se enfoca, el chico ve a Ais mirándole fijamente mientras siente caricias en su cabello.
- ¡Hm! - se sobresalta al darse cuenta por fin de dónde está. Sus mejillas se tiñen de rojo.
- Estás tan caliente como ese día. - pone su mano en la mejilla de Bell.
Se levanta bruscamente, sobresaltando a Ais momentáneamente.
- Y- Yo... ¡Estoy bien! - dijo un poco nervioso, lo cual era inusual.
- ¿Está seguro? - dice Ais, mostrando cierta preocupación.
Retoma su postura.
- Sí. Estoy bien. Gracias. - todavía tenía un ligero rubor. - ¿Eh? Espera... Milady Ais, ¿qué ocurrió en su expedicion?
Ais inclinó la cabeza, con los puños apretados sobre los muslos. Bell vio claramente a través de sus mínimos gestos que algo le había sucedido. Tomó la mano de la princesa y la miró a los ojos.
- No pasa nada. No tienes que decírmelo si no quieres. Pero sepa esto... Siempre estaré aquí para ayudarte. No me importa lo que sea... Estaré a tu lado.
Ais miró a Bell de mala gana, pero al final volvió a levantar la cabeza con una leve pero sincera sonrisa.
- Gracias.
Bell se levantó, tirando de la mano de la chica para que hiciera lo mismo.
- Vamos a casa.
- Hm. - Ais asintió con la cabeza.
Los dos caminaron hacia la <Mansión Crepúsculo>, en ningún momento Ais apartó su mano de Bell, extrañamente se sentía segura con él a su lado.
//\\Continuara...//\\
*Swones al habla*
Aquí un nuevo capítulo, disfrútenlo. Hoy tuvimos una magia nueva (aunque yo esperaba el Firevolt) y una bonita escena familiar. Perdónen la tardanza, mis deberes se están rehusando a terminarse pero ya falta poco para estar completamente libre. Recuerden avisarme de errores y mencionar que parte de la traducción se puede mejorar. Los dejo con un collage de Ais hecho por mi.
Al verla bien se se entiende mejor porque Bell la quiere tanto. Sin más que decir este fue Swones, cambio y fuera.
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