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Familia Kali

En la orilla.

Bell y su grupo corrían hacia el barco recién atacado, que se dirigía hacia el muelle como si no hubiera pasado nada.

"¿Qué fue lo que ocurrio? ¿Tiona y Tione lo lograron?" - preguntó el chico, sólo capaz de deducir lo que había sucedido mientras trataba de mantener su velocidad a la de sus compañeros.

El barco, perteneciente a la diosa llamada Kali, atraca sobre la costa sin muchos problemas llevando a la amazona Bache y a sus demás dependientes a tierra.

Después de la corta maratón, la <familia Loki> se encontró frente a la nave.

Tiona y Tione ya estaban presentes frente a una figura desconocida para los demás, la diosa Kali, acompañada por la recién mencionada Bache y otras dos amazonas.

Un ambiente tenso y algo agresivo flotaba en el aire.

Había varias amazonas a bordo de la nave, pero las tres que estaban cerca de la diosa de la larga cabellera de sangre parecían destacar entre todas las demás. Su presencia era tan imponente que todos los recién llegados podían identificarla.

- ¿¡Por qué estás aquí, Kali!? - dijo Tione poniendo toda su agresividad en su tono, mirando a la diosa con una mirada que desbordaba voluntad.

A diferencia de la amazona de la <familia Loki>, Kali parecía tranquila con una sonrisa en los labios, lo que parecía alimentar el odio de Tione.

- Vaya... ¿Es la primera vez en años que nos vemos y así es como te diriges a mí? Eso me duele el corazón... ¿Dónde están tus sentimientos fraternales? - dijo la diosa todavía con una sonrisa.

- ¡RESPONDE! - gritó Tione sin poder ocultar todo el odio que llevaba dentro, ignorando totalmente la pregunta de la diosa.

- Oh, no seas así. Sólo hemos venido a dar un paseo. - respondió la diosa de forma infantil, haciendo que la amazona ardiera aún más de rabia.

Separado del conflicto de Tione, Bell se sorprendió al sentir tal presión proveniente de las amazonas que custodiaban a Kali.

"¿Qué está pasando?" - El albino se preguntó al ver el conflicto unilateral. Desplazando su mirada por la escena analizando las presencias "amenazantes" que tiene delante. - "Esas tres... Son muy fuertes. ¿Nivel cinco? ¡No! Es más que eso. Todos son de nivel 6. Siendo amazonas..."

Su instinto, unido a su experiencia, determinó con precisión el nivel de fuerza de esos posibles "contratiempos".

Las dos amazonas, a los lados de la diosa enmascarada, tenían un aspecto muy similar que hacía pensar que tenían un parentesco muy cercano, quizás hermanas. Una era la amazona de pelo semicorto, Bache, y la otra una mujer de pelo largo y arenoso atado en una coleta que le cubría la espalda. Al igual que la otra, también llevaba ropas bastante reveladoras y sus ojos parecían los de una serpiente

Pero el que más llamaba la atención era el más alto de ellos, que se situaba detrás de Kali. Su presencia lograba ser notablemente mayor que la de los demás, a la vista era una amazona fuerte y esbelta con una larga cabellera arenosa y despeinada, sus largos mechones se entrelazaban en una gran y larga trenza que terminaba en su talón, similar a la cola de un escorpión. A diferencia de sus compañeras, parecía estar un poco más cubierta que los demás, teniendo en las pocas, pero grandes, zonas expuestas varias cicatrices que parecían marcar varios enfrentamientos pasados. En sus manos, apoyada en su hombro, había una larga lanza carmesí con detalles de cobre esparcidos por todo su mango.

La aguda mirada del muchacho se cernió sobre la diosa y la alta lancera con cierto grado de sospecha y recelo.

- En fin... - continuó la diosa. - Ha pasado mucho tiempo. Has crecido, Tione. - dijo, tocando sus pechos por un momento y luego analizando los de Tione y luego posando sus ojos en los de Tiona. - ¿Eh?... ¿No has cultivado nada? - dijo decepcionada.

- ¿¡Qué estás mirando!? - dijo la amazona más joven molesta y un poco avergonzada por el comentario.

Después de toda su charla "nostálgica", Kali dirigió su mirada a los miembros de la <familia Loki>, que hasta ahora sólo observaban la escena.

- Así que, esta es la familia <Loki>, ¿verdad? He oído hablar de ustedes... - recorre con sus ojos lentamente, observando uno por uno. - Pero parece que sólo... ¡Oh! Espera. - Dijo la diosa mientras posaba su mirada sobre Bell. - Hay un hombre en el grupo...

Los ojos carmesí de la diosa conectaron con los ojos dracónicos del mismo color. La mirada severa y decidida del niño trajo algo de lo más profundo de los recuerdos de Kali, más concretamente, el recuerdo de la misma mirada dorada de un guerrero que se enfrentó a la gran calamidad con la misma severidad y determinación.

Sus ojos se entrecerraron y sus labios se curvaron en una gran sonrisa que no pudo ocultar.

La lancera, al igual que su diosa, observó al joven de pelo blanco con una mirada analítica. No poseía la felicidad exacerbada de Kali, pero al igual que ésta, la amazona vio algo en la mirada de Bell que le llamó la atención.

- Oye, Argana, ¿por qué no saludas al chico de nuestra parte? - dijo la pelirroja, llamando la atención de la amazona de ojos de serpiente, siendo ella la única que no le prestó la misma atención al chico de las cuatro.

La solicitud fue respondida en cuestión de segundos.

El aire siseó.

La amazona en cuestión desapareció en el mismo momento en que el aire sopló sobre todos.

Por un milisegundo el tiempo se congeló. De un rápido vistazo, los ojos de Ais se abrieron de par en par con asombro.

Argana ya estaba a centímetros de Bell. La mente de la rubia entró en pánico, sus dientes se apretaron, sus piernas se impulsaron hacia adelante y su mano cayó sobre la empuñadura de su espada, pero algo la retuvo impidiéndole continuar. Era el alto elfo que acababa de llegar al recinto, en silencio.

La mano de la amazona se cerró en un puño y se dirigió a gran velocidad hacia el albino, que no pudo hacer nada ante la absurda diferencia entre ambos.

Una vez más, el aire siseó.

El puño de Argana se encontró a un centímetro de la cara de Bell. Las cejas de la guerrera amazona se fruncieron y sus ojos de serpiente se ensancharon ligeramente por la repentina sorpresa, el chico no había esbozado ninguna reacción al golpe de la mujer, manteniendo la mirada fija en la diosa enmascarada desde el principio.

La <familia Loki> entró en estado de shock al ver la escena mientras Kali esbozaba una sonrisa mostrando algún tipo de satisfacción.

- Ni siquiera parpadeas... - dijo Argana con el puño aún levantado. - ¿No temes a la muerte, muchacho? - preguntó.

- Lo siento, pero mi asunto no es contigo. - dijo el chico con autoridad, sin siquiera mirar a la amazona.

Bell permaneció estoico en una postura autoritaria mirando a los ojos, entre la máscara, de Kali. Todos los presentes, incluidas las amazonas que estaban más atrás de la diosa, se sorprendieron al ver que el chico ignoraba a Argana.

Caminó unos pasos hacia la mujer enmascarada, lo que hizo que la atención de todos se volviera hacia él.

- ¡Oye! -dijo Argana girándose hacia el chico, pero sus palabras no lograron atraer su atención.

- Kali, ¿no es así? Su bienvenida fue muy cálida. Me alivia ver que su barco está en buenas condiciones incluso después del ataque. - dijo Bell, sin dejarse llevar por ningún sentimiento e intentando un enfoque "amable", basándose en lo que haría Finn.

- ¡¡¡OYE!!! Te hablo a ti...

- Creo que es suficiente, Argana. - Dijo Kali haciendo que la amazona se callara.

- Tsk... - dijo, volviendo a su asiento.

- Bueno, siento el enfoque exagerado. Y le agradezco su preocupación, es muy amable de su parte. - continuó la diosa con una sonrisa infantil en los labios.

- Ahora, parece que han habido un poco de problemas aquí. - dijo una voz detrás del chico de pelo blanco, interrumpiendo la continuidad de su conversación.

Mirando a su alrededor Bell ve a Loki junto con el resto de su familia.

Pone su mano en el hombro del albino.

- Deja que me encargue de esto. - dijo Loki mirando a la pequeña diosa en lo alto del barco.

- Así que tú eres Loki, ¿verdad? Parece que tienes hijos interesantes. - dijo la diosa enmascarada.

- ¿Ahhh...? ¿Estás celoso de que Tione y Tiona sean parte de mi familia? - dijo la diosa patrona de la <familia Loki> en un tono bastante infantil y con una apariencia de irritación que se iba formando poco a poco.

- Hm... Es nuestro primer encuentro y actúas como una niña...

- Ahaha, ¿y quieres buscar pelea en nuestro primer encuentro? ¡No tendrías ninguna oportunidad! - Dijo Loki en un tono alto, claramente parecía que estaba empezando a perder su paciencia al ser sujetada por Aki y Narvi.

- En fin... estaremos aquí por un tiempo. - mira en dirección a Tiona y Tione. - Entonces, tal vez podamos volver a encontrarnos.

- No esperes por eso. - dice Tione.

- ¿Tanto me odias? Duele escuchar eso. - dijo Kali de forma melodramática.

- Tsk... No quiero volver a verte... ¡Nunca más! - gritó Tione en dirección a la pequeña diosa enmascarada.

Kali entrecerró los ojos bajo su máscara y finalmente se dio la vuelta y se dirigió hacia el interior de su nave.

- Las extrañe, mis queridas hijas...

Todas las demás amazonas la siguieron, siendo la Lancera la última en apartar la vista y seguir a su diosa.

- Queridas... ¿hijas? - dijo Lefiya confundida.

- Tsk... Supongo que después de eso ya no podré esconderlo más de ustedes. - dijo Loki, dirigiendo su mirada a las gemelas que aún permanecían inmóviles viendo a Kali y al resto marcharse. - Esa era la antigua familia de Tione y Tiona antes de nosotros.

Todos se sorprendieron ante las palabras de Loki mientras Bell miraba a ambas hermanas con pesar.

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Desde la perspectiva de Kali.

- ¿Hm...? - Dijo la diosa al notar el retraso en el andar de la alta amazona. - ¿Qué pasa, Caenis? ¿Te ha llamado la atención algo?

La lancera, llamada por su diosa como Caenis, con una expresión algo cansada dirigió su mirada hacia ella.

- Ese chico de pelo blanco... No parecía estar ni de lejos al nivel de Argana o Bache, pero percibí una gran fuerza en su mirada. - dijo Caenis en respuesta a su diosa.

- Sí, es cierto. La mirada de alguien que ha sido testigo de la calamidad... un verdadero guerrero. - dijo Kali con una amplia sonrisa en los labios.

Caenis frunció el ceño al ver la felicidad exacerbada, algo inusual.

- Pareces más contento con esto que con volver a hablar de las dos mocosas.

- Oh, bueno... Acabo de recordar algo bastante nostálgico. - Los labios de Kali se abrieron de par en par con una sonrisa. - Pero, ¿y tú?

Al instante siguiente, una enorme sonrisa surgió de la boca de la lancera, lo suficientemente amplia como para parecer amenazante.

- Ahaha... Este mundo parece bastante pequeño. ¡Deseo ver su valor en el combate!

- Tendrás tu oportunidad...

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Ya era de noche.

Tras el encuentro con la diosa Kali, la <familia Loki> se encontraba descansando en una de las posadas de la ciudad marítima, situada justo en el centro de la metrópoli dando vista a toda la ciudad y especialmente al muelle.

En una de las habitaciones reservadas del último piso de la posada, Loki debatía con sus dependientes sobre los nuevos "asuntos".

- La <familia Kali> está compuesta por la diosa de Telskyura y sus dependientes, todas amazonas. - Dijo Loki.

- Telskyura... es un país al suroeste de Orario, ¿no? - preguntó Alicia.

- Así es. Es una península rodeada por el mar y escarpados acantilados, hogar de las Amazonas y sólo de ellas. Seguro que has oído hablar de ello. - dijo Riveria, respondiendo a la pregunta de la elfa.

- He oído hablar mucho de ello. Los hombres no están permitidos en el país, sólo los esclavos o las "herramientas" utilizadas para crear nuevas amazonas. Telskyura es conocido como el "País de la Sangre" y de la lucha, todos los que nacen viven de la batalla y mueren por ella. - dijo Bell añadiendo la información.

- Exactamente, por lo que he oído de este lugar, no pasa un día sin un grito de guerra, todos se dedican exclusivamente al combate. Una nación sangrienta... la Tierra Santa de las Amazonas. Junto con Orario, es una de las pocas potencias mundiales y tiene una inmensa capacidad bélica. Al estar cerrados al mundo exterior, la información sobre el país se limita a rumores y a las experiencias de unos pocos que se han ido. - Dijo la alta elfa, tras una breve pausa retomó la palabra. - La <familia Kali> tiene tres capitanes. Se rumorea que dos de ellos, Argana y Bache, han alcanzado el nivel seis. Además, es casi seguro que el tercer capitán es un nivel seis ya experimentado.

Todas las chicas de la sala se tragaron esa información con sequedad. La curiosidad en sus ojos era evidente, se preguntaban a qué métodos se habían sometido estas amazonas para alcanzar tales cotas, pues, un aventurero de primer nivel no es algo común, y mucho menos para alguien de fuera, alcanzando el nivel de lo imposible.

- Riveria. - dijo Ais llamando la atención del alto elfo. - ¿Cómo consiguen subir de nivel sin la Dungeon? - preguntó, poniendo en palabras los pensamientos de todos.

La rubia esperó una respuesta de Riveria, pero para su sorpresa no fue Riveria quien respondió a su pregunta.

- Matándose unas a las otras en la arena. Cuanto más fuerte sea el enemigo, mayor será el rango obtenido. Y todo el mundo está... Es un ciclo interminable de sangre. - dijo Bell, inesperadamente.

Ais y los demás se quedaron sin palabras ante la noticia.

- Sí, un explorador escribió sobre ello en su crónica. De cómo entró en Telskyura y apenas consiguió salir con vida... y de los constantes asesinatos que se producían día y noche en esos ritos. - explicó Loki.

- ¿Te refieres a los "Cuentos curiosos de Rastillo Furough"? - preguntó Riveria.

- ¡Ese mismo! Hay una copia en los archivos de la mansión. - Loki respondió con un movimiento de cabeza.

El silencio se apoderó de la habitación.

Incluso habiendo oído hablar de Telskyura antes, como Lefiya, o conociéndola por primera vez, como Ais, todos se quedaron sin palabras. Pero no porque hayan descubierto la verdad sobre la isla de las Amazonas.

No, fue porque recordaron que Tiona y Tione también habían sido miembros de la <familia Kali>, y el darse cuenta fue suficiente para sacudirlos.

Extrañamente, Bell parecía ser el único que no mostraba tales temblores. No por frialdad de su parte, sino porque le resultaba familiar.

Después de poner toda la información sobre la mesa, Lefiya fue la primera en levantar la voz y hablar:

- Así que... La señorita Tiona y Tione... ambas...

- Nacieron y crecieron en Telskyura. Al menos eso es lo que me dijeron al entrar en.... Así que, puedo asumir, que han pasado por todo eso. - dijo Riveria.

Habían pasado cinco años desde que las dos hermanas se habían convertido a la <familia Loki>.

Loki se apoyó en el respaldo del sofá y sus ojos viajaron hacia el techo como si estuviera reviviendo ese mismo día en su mente.

"¿Matamos a muchas de nuestras hermanas y todavía nos deja estar junto a usted?"

Eso fue lo que preguntó Tione cuando Loki se acercó a ellas con su invitación.

Riveria cerró los ojos en silencio. Ella también estaba allí, junto con Finn y el resto de las élites.

Lefiya y los demás apenas pudieron contener su sorpresa.

No había forma de saber que la eternamente inocente Tiona y la apasionada Tione, que intentaba constantemente de cortejar al capitán, pudieran haber tenido un pasado tan horrible. Incluso escuchando esto ahora, apenas lo podían creer sus oídos.

Aunque ciertamente ninguno de ellos había preguntado por la historia de las dos chicas, ni Tiona ni Tione habían dado muestras de que algo más oscuro residiera en su interior.

- Yo... Nunca supe... - dijo Ais.

Ni siquiera la princesa conocía este hecho.

Por aquel entonces, cuando aún era una niña, Ais se interesaba aún menos por los asuntos más allá de su entrenamiento y sólo sabía que iban a tener nuevos miembros en la familia, nada más. No empezó a interactuar con ellos hasta que Tiona se acercó a ella.

Ais, la chica desarticulada y problemática y Tiona, la amazona siempre sonriente y audaz.

Sabía que se debía a, o quizás "gracias a" sería la frase más apropiada, a las dos hermanas que se había convertido en la persona que era hoy. "Ha madurado", como dijo Tsubaki durante la expedición.

Sin ningún motivo secreto entre ellas, ambas desempeñaron un papel importante en la vida de Ais.

En medio de aquella conversación y de las miradas de preocupación, Bell sintió una fuerte punzada en el pecho. Un viejo recuerdo surgió a través de ese disparador, algo de su infancia que se había propuesto a enterrar lo más profundamente posible.

Al final de la conversación, mientras todos los demás seguían lamentándose, Ais dirigió su mirada hacia la ventana abierta.

Pudo ver a Tione fuera, de pie en el amplio balcón de espaldas a ellos.

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- Vamos, Tione. ¡Volvamos adentro! - dijo Tiona.

Con el incesante regaño de Tiona en su oído, Tione siguió mirando la ciudad más allá de la barandilla del balcón. El hotel que habían reservado era una gran posada de estilo sureño, justo en el centro de la ciudad. Y desde el balcón de su quinta y más alta planta, se podía observar todo el puerto y su bahía de conexión a la vez.

Las luces de los barcos anclados parpadeaban como fuegos artificiales en las oscuras aguas del lago y, hacia el este, el resplandor de un faro atravesaba la oscuridad.

- ... ¿Por qué han venido aquí? - murmuró Tione a través de su cansancio, dejando caer sus ojos hacia la ciudad de abajo. Esa era una pregunta para cierta diosa y sus seguidores, actualmente ubicados en algún lugar dentro de toda esa oscuridad.

- Sé cómo te sientes, pero piénsalo bien. Reflexionar sobre ello no servirá de nada. Tal vez realmente han venido a dar un paseo. - dijo Tiona, sin ser diferente de lo habitual, a pesar de la melancolía de su hermana.

Cuando se asomó a la barandilla y quedó a la vista de Tione, ésta la miró con dureza.

- ¿Por qué actúas como si esto no fuera gran cosa? Kali, ella... ¡Ninguna de ellas tendría motivos para ir a ninguna parte si no hubiera una pelea de por medio!

- ... - Tiona guardó silencio.

- ¿Aún recuerdo lo que nos hicieron hacer? ¿¡Y tú!? Si lo recuerdas, ¡Entonces borra esa estúpida sonrisa de tu cara! - Tione explotó.

La explosión fue suficiente para desencadenar la ira de Tiona también.

- ¿Qué debemos hacer entonces, eh? ¡Dime qué podemos hacer! Simplemente bajemos la cabeza y carguemos, ¿verdad? ¿Te estás escuchando a ti mismo?

- ¡Eso no es lo que estoy diciendo, idiota! ¡Deja de poner palabras en mi boca!

- ¡Entonces deja de poner palabras en mi boca!

- Grr... ¡No soporto que actúes como una niña pequeña!

- ¡Y yo no soporto que actúes como una imbécil sólo porque estás molesta!

Todos en la sala las escuchaban ahora, sorprendidos en silencio por la escena que ocurría en el balcón.

Las palabras de Tiona fueron suficientes, Tione le dio la espalda a su hermana con un giro furioso. Pasó por delante de Ais y de los demás que ya estaban reunidos en la ventana, pasó por delante de Bell que estaba recostado sobre la pared, pasó por delante de Loki con los brazos cruzados detrás de la cabeza y pasó por delante de Riveria con un ojo cerrado, para salir de la habitación.

Nadie supo qué hacer por un momento. Tras lanzar una mirada a Tiona, sorprendida y silenciosa en el balcón, Ais salió corriendo por la puerta tras Tione.

Bell siguió a la rubia con la mirada en total silencio, no lo dijo, pero no creía que la de Ais hubiera sido una buena idea. Al instante siguiente dirigió su mirada al balcón, hacia el que comenzó a caminar en silencio.

- Señorita Tiona... ¿Te encuentras bien?" - preguntó Lefiya mientras ella y las otras chicas se acercaban a ella.

- Mmn... Estoy bien... - Tiona asintió.

- ...Nosotros, um... escuchamos que... que usted y la señorita Tione pertenecían a la familia de esa Kali que conocimos hoy... - dijo Lefiya con cautela.

- Eso es cierto. - dijo Tiona sin dudarlo.

Las chicas tragaron en seco.

- Así que... erm... bueno... - Lefiya trató de encontrar las palabras adecuadas, pero se cortó casi inmediatamente.

- Lo siento, realmente no sé si debería hablar por las dos si Tione no está aquí...

El silencio envolvió la sala hasta que el albino de la <familia Loki> instaló su presencia.

- Sabemos lo que te obligaron a hacer, así que no tienes que forzarte a contar ningún detalle. Al menos no para mí.

- Gracias, Argonauta-kun. Pero... yo... nosotras...

- Mataste a tus hermanas, ¿verdad?

Las palabras de Bell fueron más que suficientes para congelar a todos los presentes.

La mirada de Tiona cayó al suelo. Con una expresión de culpabilidad asintió, provocando que sus compañeros se sorprendieran de nuevo.

- Luchaste y mataste para seguir viva, no hay culpa en ello, así que tampoco hay razón para mirar atrás. - dijo Bell, poniendo en palabras sus pensamientos. - Eres fuerte Tiona, estoy seguro de que todo esto está lejos de poder afectarte, así que deja de castigarte por nuestras posibles reacciones. Recuerda, ahora somos tu familia, tus hermanos y hermanas, siempre estaremos a tu lado y te protegeremos. - movió sus ojos hacia el oscuro horizonte. - Kali, ya sea que estés aquí para el paseo o no... Si intentas algo con mis hermanas nunca la perdonaré.

El breve discurso del albino hizo sonreír a todos los presentes, incluida Tiona.

Las palabras de Bell reflejan claramente los sentimientos de todos.

- Gracias... - dijo Tiona con una sonrisa. - Espero que Tione también lo vea así...

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En los pasillos.

- Tione.

Una voz surgió detrás de ella.

Tione se giró mientras Ais corría para alcanzarla, la sombra azulada del pasillo tiñendo el mundo a su alrededor.

- Esto no es un espectáculo, ¿me estás persiguiendo? Normalmente es al revés. - murmuró Tione con sarcasmo, evitando la mirada de Ais.

- Porque... porque tú y Tiona eran... Las que siempre me ayudaban... cuando causaba problemas a los demás... - Dijo Ais hablando despacio, de forma pausada.

Tione se dio cuenta de que intentaba decir lo que pensaba, y la chica, normalmente taciturna, seleccionaba sus palabras con sumo cuidado.

Pero el cálido apoyo de su amiga no hizo más que irritarla ahora.

- Ais, por favor. Quiero estar sola...

- Tione... si hay algo que pueda hacer.

"Dime" era, o al menos es, lo que sin duda habría dicho antes de que Tione la interrumpiera.

- Tú también tienes secretos, ¿verdad? ¿Cosas que no quieres contarnos?

Ais frunció el ceño.

- ¿No crees que es un poco injusto? No decir nada de ti misma, pero esperar que los demás te digan todo. - replicó Tione, empujando la buena voluntad de Ais hacia ella.

La mirada de la rubia bajó.

- Lo siento mucho.

El casi susurro parecía resonar en el pasillo. Pero fue Tione quien realmente lamentó lo que acababa de suceder.

Rápidamente, como si huyera de la otra chica, se apresuró a avanzar.

"¿Qué me pasa...?" - pensó maldiciéndose a sí misma, llena de odio hacia sí misma, mientras se dirigía no a la sala común sino a una habitación privada vacía, abriendo la puerta y entrando.

Se dejó caer en la cama.

De repente, a Tione le invadió una intensa sensación de fatiga.

- ¿Por qué... por qué tenían que estar aquí...? - murmuró, apretando las manos alrededor de las sábanas.

Mientras sus párpados pesaban, sus sueños la llamaban a dormir.

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Desde que pudo abrir los ojos, Tione formó parte de ese país.

La isla abandonada de Telskyura.

Una nación de mujeres guerreras, las Amazonas, cuyos incesantes rituales de derramamiento de sangre habían continuado desde que su diosa llegó al poder. Las dos primeras cosas que pudo recordar fueron un calor abrasador en su espalda y el sonido de alguien llorando, no sabía si era ella misma o alguien más.

<Falna>Desde el momento en que nacieron, Tione y las demás niñas de Telskyura fueron bautizadas como hijas de su diosa.

Se decía que las amazonas de Telskyura sabían matar a un duende antes de que pudiera hablar. Con sus habilidades latentes desbloqueadas por la <Falna>, junto con su primer bautismo, siendo colocados frente a un <goblin> y obligados a valerse por sí mismos. En el momento en que podían dar sus primeros pasos, eran un poco guerreros. De hecho, desde que Tione podía recordar, su mano sostenía una espada.

No sabía cómo se sentía el calor de la mano de una madre.

No reconocería a sus padres si los viera. No sería capaz de distinguir sus voces.

No tenía ningún tipo de familia, excepto una, la chica que reconoció al instante como su otra mitad en cuanto se vieron. Y estaba segura de que a Tiona también le había pasado lo mismo.

- Me han dicho que tú eres la hermana mayor y yo la menor. - dijo inocentemente la pequeña Tiona, mirando a su hermana por primera vez.

La palabra hermanas era sólo una palabra para las jóvenes gemelas, pero no sabían que se convertiría en un poderoso vínculo.

Para ser respetado en Telskyura, había que ser un verdadero guerrero.

La fuerza lo era todo en esta tierra sagrada de las Amazonas. Era cierto. Los que tenían fuerza eran alabados, se les daba estatus y prestigio. Por el contrario, los débiles, que eran derrotados en combate y a los que se les negaba incluso el honor de una muerte noble, eran obligados a servir a su país y a sus superiores como parte de la mano de obra. El derramamiento de sangre era un medio para alcanzar la verdadera guerrera, una escalera, una costumbre nacional consagrada. Telskyura era la personificación del instinto amazónico en todos los sentidos.

Kali, que era tan apasionada del combate como las amazonas.

Su bendición desarrolló aún más las habilidades de las amazonas, haciendo que sus batallas fueran aún más violentas. Los guerreros veneraban a ese portador de fuerza como su único dios, y florecieron los combates perpetuos y el derramamiento de sangre.

¿Sentía Tione remordimientos por los interminables días que se vio obligada a luchar? No.

De hecho, no tenía ningún problema real con ello.

Si hubiera sido incapaz de luchar contra los monstruos que venían hacia ella, la habrían matado. Era simplemente un instinto básico. Por encima de todo, era una amazona, estaba en su naturaleza. La lucha le dio un tono natural que le hizo bombear la sangre.

No, no fueron los días y las noches que pasó en combate, experimentando todo ese poder lo que la llenó de tanta enemistad. De hecho, era lo único que sabía entonces. Derrotar a los monstruos en la arena, y luego volver a su gran habitación de piedra sin nada más que las necesidades de la vida, sus días no consistían en nada más que este ir y venir. Todo su mundo consistía en los gritos de celo de sus hermanas y las frías piedras del campo de batalla.

Fue cuando tuvo que enfrentarse a sus propias hermanas cuando sus días de lucha empezaron a perder su atractivo.

Cuando los monstruos de la arena se convirtieron en sus compañeras amazonas, ya era demasiado tarde para ella.

Sus compañeros, de edad y estatura similares, habían luchado más que los monstruos a los que ella estaba acostumbrada, y aunque al principio le costó, pronto los eliminó con la misma rapidez que a los monstruos anteriores.

- AAHHHHH...

La primera vez que escuchó los gritos de muerte de sus hermanas, sonó muy débil.

Aunque de sus venas brotaba la misma sangre que la de los monstruos que había matado, de alguna manera parecía aún más vívida.

Al ver cómo la vida desaparecía de los ojos de la chica bajo la máscara que tenía que llevar, Tione sintió que su corazón se agitaba.

Había sido una sensación extraña que no podía describir. Al volver a su habitación de piedra, encontró a su hermana, Tiona, normalmente incontrolable en su emocion, simplemente mirando al espacio con la sangre de su hermana manchando su piel. Esa noche, Tione se lavó una y otra vez en el agua fría.

El número de chicas con las que tuvo que luchar no hizo más que aumentar a partir de ese día.

Los derribó con sus armas, los golpeó con sus puños, les retorció el cuello utilizando las habilidades que había adquirido. Prácticamente nació en el campo de batalla, y no sabía nada sobre el bien y el mal. Y sin embargo, la agitación en su corazón se negaba a apagarse.

No podía entender por qué, "¿por qué esto era diferente de los monstruos que antes mataba tan fácilmente?" Todavía podía sentir la elasticidad de su piel bajo sus dedos, el crujido de sus huesos contra su puño. Incluso mucho después de que la batalla hubiera terminado, ella aún podía escuchar sus gritos, esos gemidos agónicos que escapaban de sus labios momentos antes de la muerte.

Los aplausos de las mujeres del público no cesaron cuando ganó. La veneraban, la devoradora de los débiles. "Así es", dijeron sus voces, mientras su diosa Kali se sentaba en lo alto, mirándola con una sonrisa en el rostro. El mismo que hacía acto de presencia en sus pesadillas.

Tal vez sólo se había cansado y había aprendido a ignorar la agitación en su corazón, adormeciéndola con apatía. Sin embargo, empezó a añorar los días en los que no tenía que luchar más que contra monstruos.

Y sin embargo, incluso en los tiempos más oscuros, la luz encuentra un camino.

Llegó en forma de otra amazona que era casi como una hermana, generosa y cariñosa. Tione, Tiona y las demás chicas también le tenían mucho cariño. Cada vez que Tione volvía a su habitación después de otra batalla, ella estaba allí para recibirla con una cálida sonrisa. También era fuerte, la más fuerte de todas, siempre esperando antes que nadie.

Tal vez Tione incluso pensó en ella como una madre. Sus manos habían atendido sus heridas, ásperas pero suaves. Se reunieron a su alrededor, anhelando el calor del tacto de otra persona mientras dormían uno al lado del otro en el suelo. Aquella habitación, aquella fría sala de piedra, más parecida a una prisión que a otra cosa, era el único "hogar" que Tione había conocido.

Los ritos tenían una ley que prohibía el combate entre las amazonas en la misma habitación, una ley que las chicas empezaron a descubrir cuanto más luchaban.

Esta ley había sido un respiro para Tione. No tendría que luchar contra la chica que la había cuidado durante mucho tiempo, ni contra las chicas cuyas caras conocía tan bien, ni contra su propia hermana, Tiona. Ese lugar, el hogar que había creado, nunca cambiaría.

Eso es lo que ella creía.

Y entonces llegó su quinto cumpleaños y fue convocada a la arena, como cualquier otro día....

- ...

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Tione abrió los ojos.

Parecía que no había dormido gracias al flashback que le había servido de sueño. Era lo mismo que había sentido al despertarse durante los dos últimos días.

Cuando se incorporó y se limpió los flecos sudados de los ojos, se dio cuenta de que había alguien durmiendo en la cama de al lado.

- Tiona...

Aunque Tione no había regresado a la habitación que compartían, Tiona la encontró y pasó la noche a su lado.

Se quedó en silencio mientras observaba a su hermana dormir.

Siempre fue así, queriendo estar al lado de Tione cada vez que pasaba algo. No dijo nada, simplemente se acercó a ella, como si buscara a su otra mitad.

Tal y como había hecho entonces.

Antes de que se unieran a la "Familia Loki".

Cuando eran sólo ellas dos.

Dando a su hermana una última mirada, salió en silencio de la habitación.

- ¿Hmh...?

Los párpados de Tiona se abrieron en el momento en que se cerró la puerta.

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A la mañana siguiente, Bell, Ais y los demás se dividieron en grupos antes de partir hacia la ciudad.

Necesitaban recoger toda la información posible sobre la repentina aparición de las <Violas> en el lago.

- ¿Una flor gigante que come hombres? No tengo ni idea. Las cosas han estado bastante tranquilas por aquí.

- No sé nada al respecto.

- Siempre que aparecen los bichos, los dejamos con la <Familia Njord>. Estos pescadores son mucho más fuertes que el aventurero promedio. Si las cosas se nos fueran de las manos, pues simplemente nos pondríamos en contacto con el Gremio y nos enviarían ayuda desde Orario.

Ais, Lefiya y el resto del grupo de exploradores fueron de persona en persona pidiendo cualquier información que pudieran ofrecer sobre las <Violas> u otros monstruos en el lago.

- Nadie parece saber nada de las violas. - dijo Ais.

- Sí, el avistamiento de ayer debe haber sido el primero.... - Dijo el joven elfo a su lado.

Aparte de la concurrida multitud de la calle principal, en un pequeño callejón, ellos y el resto del grupo se tomaban un muy necesario descanso de los rayos del sol.

- Creo que eso significa... - Ais continuó en un susurro. - Que el lago y el mar son seguros....

- Parece tan... Si estas cosas gigantes aparecieran a menudo, causarían mucho daño. - dijo Lefiya.

El argumento del elfo supuso un cierto alivio para la chica de pelo dorado. <Violas> son monstruos lo suficientemente fuertes como para dar problemas incluso a aventureros de primera clase, si los ataques hubieran ocurrido, Meren estaría en estado de pánico.

Sin embargo, por lo que habían oído de los profanos en la zona, el lago y el mar circundante habían estado perfectamente tranquilos últimamente.

Lo que significaba que habían llegado a una especie de punto muerto.

- ¿Seguro que no hay forma de matar a las violas antes de que puedan hacer algún daño? ¿Verdad? Entonces, ¿qué podría estar pasando? - preguntó el elfo.

Mientras Lefiya ladeaba la cabeza para pensar, a su lado, Ais se limitó a mirar hacia la concurrida calle. De entre la multitud, dos figuras entraron en el callejón, caminando hacia el grupo.

- Aki... Leene... - Dijo la rubia identificándolos. - ¿Cómo les fue en el canal?

- El canal de drenaje parece estar en orden y la rejilla está bien colocada. - dijo Leene.

- Así que es imposible que esas flores hayan llegado al lago desde allí.... Bueno, a menos que hayan hecho el recorrido hace tiempo. - Dijo Aki complementando mientras compartía su opinión con los demás.

El último comentario de la chica semigato hizo que Ais y el resto se quedaran pensativos, viéndolo como una posibilidad muy probable.

- Será mejor que se lo digamos a Riveria. - dijo Ais.

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En Nóatún, el hogar de la familia Njord.

- ¿Las criaturas de aspecto desagradable son...? He estado pensando en eso, ayer nos impactaron mucho esas cosas. - dijo Njord en respuesta a la pregunta de Loki con un gran saco colgado al hombro.

Mientras Ais y el resto de sus seguidores continuaban con sus misiones de investigación, Loki estaba fuera recogiendo información. En ese momento, estaba interrogando a Njord, su viejo amigo, en el almacén de su casa, conectado con el puerto frente al lago.

- Eres el hombre principal por aquí, ¿no? No has oído hablar de ningún acontecimiento sospechoso recientemente, ¿verdad? - preguntó Loki poco después.

- Bueno, cuando se trata de asuntos de la variedad de la pesca lo soy. No meto los dedos en otras ollas y no tengo delirios de convertirme en el próximo Poseidón - dice con una sonrisa irónica mientras levanta su bolsa. - estoy constantemente ocupado con mis peces. No tengo mucho espacio para hablar de estos "sucesos sospechosos" tuyos.

- Aah... ¡Déjame en paz! - Loki salió disparado detrás de él, sentado con las piernas cruzadas en una caja cercana.

- Tendrás que perdonarme. Debo admitir que me sorprendió bastante cuando me enteré de sus verdaderas intenciones de venir a Meren... - explicó con un suspiro mientras se frotaba la nuca.

Loki miró su espalda en silencio.

- Las cosas han estado tranquilas aquí en Meren durante muchos años... al menos hasta lo que ocurrió ayer. Pregúntale a cualquier persona de por aquí y le dirá lo mismo.

El ataque de <Violas> al barco de la Familia Kali el día anterior había sido lo primero que había preocupado al puerto en un tiempo. Aunque Tiona y Tione hayan sido las que obligaron a la flor gigante al sumergirse en el agua, el hecho era que las violas estaban allí en primer lugar. Pensar que simplemente se hubieran quedado allí, en el fondo del lago, ocupándose de sus asuntos y sin atacar a nadie era irracional... ¿no? Parecía mucho más probable que algún domador de criaturas los hubiera dejado sueltos allí, o al menos eso pensaba Loki.

- Eso me recuerda... ¿todavía estás en malos términos con el Gremio?

- - ¿Mmm? Ah... lo mismo de siempre, sí. Incluso si no somos aventureros, todavía intentan constantemente llevarnos a su lado, y cada vez que nos negamos, cobran nuestra reserva de pescado. - explicó Njord.

Esta misma práctica se había llevado a cabo desde, o quizás incluso antes, de que Loki y los demás llegaran a Orario a través del puerto de Meren.

- No podemos hacer mucho, por desgracia, dado que Orario no sólo está al lado, sino que es nuestro mayor socio comercial. Dicen que es el consenso general de su lado, pero sé que es mentira. Parece más bien una táctica de venganza mezquina. Lo pude ver desde el principio. El trato preferencial que recibe la <familia Demeter> me incomoda un poco, a pesar de la diferente afiliación. - dijo Njord.

- También tuvimos nuestros propios problemas...

El "Gremio" que mencionó Njord no era la sede principal del Gremio en Orario. Había otro aquí en Meren.

- ¿Has estado en la oficina del Gremio? - preguntó Njord de repente, volviendo al asunto que nos ocupa.

- Sí. - respondió Loki. - Riveria y Bell-tan están allí ahora.

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El vestíbulo de piedra de la sede del Gremio era considerablemente más pequeño que el de la sede principal de Orario.

Aunque era un edificio de tamaño decente por sí mismo, el gigantesco panteón que era el vestíbulo de la sede, bullicioso día y noche, era simplemente demasiado grande para hacer una comparación adecuada. La mayoría de los relativamente pocos asistentes uniformados que trabajaban allí no lo hacían en el mostrador, sino que realizaban tareas rutinarias de oficina, como archivar los permisos de entrada al puerto y las listas de control de mercancías comerciales.

Era una de las sub-sucursales que el Gremio principal de Orario había establecido fuera de la ciudad. Aunque las funciones de cada rama variaban en función de su ubicación, este edificio de Meren actuaba como puerta de entrada al mar, dirigiendo todos los asuntos relacionados con el puerto y gestionando la importación y exportación de mercancías, de piedra mágica por ejemplo, a la ciudad.

Este ambiente, tan diferente al de la sede principal, rodeaba a Bell y Riveria frente al mostrador de recepción.

- ¿Flores gigantes devoradoras de hombres...? Hmm... ¡No puedo decir que las conozca! - Dijo el encargado de la recepción, que era un hombre humano con la cara ovalada. Alto y delgado, era casi lo que podría llamarse un "palillo", y los rasgos bajo su pelo oscuro perfectamente peinado expresaban cierta impaciencia. Rubart era su nombre.

Riveria dirigió su atención al hombre que tenía delante.

- ¿Está seguro? - preguntó el alto elfo.

- ¿Crees que mentiría? No hemos oído nada sobre esta nueva especie, ni siquiera en la sede central de Orario. - respondió Rubart, claramente molesto por tener que responder tres veces a la misma pregunta.

Fue desconcertante. Incluso si las altas esferas del Gremio, es decir, Uranos, estuvieran limitando la información sobre la nueva especie de monstruos, de modo que la información no se compartiera ni siquiera dentro de la organización. Sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de gente que ya había sido testigo de las violaciones durante la <Monsterphilia> y en el evento de la decimoctava planta, no tendría sentido tratar de encubrir las cosas.

Claro, no había ninguna razón urgente para envolver las ramas fuera de la ciudad, pero aun así...

- Y sin embargo, este monstruo fue descubierto. ¿No es eso lo que exige una investigación y medidas preventivas por su parte? - preguntó Bell.

- Podemos dejarlo en manos de la <familia Njord>. Aunque intentáramos investigarlo, lo más probable es que nos digan que nos ocupáramos de nuestros asuntos. Siempre es lo mismo. -escupió Rubart, sus palabras eran lo suficientemente evidentes en cuanto a la inestable relación que compartían ambos grupos.

"Esto no lleva a ninguna parte..." - murmuró Bell pensativo mientras daba un largo suspiro, parecía claramente aburrido de toda la enemistad que existía entre ambas partes.

- Lo que es más importante ahora mismo es ese grupo de amazonas que hicieron el puerto. Nos gustaría que hicieran algo al respecto. - dijo Rubart, con las cejas arqueadas en señal de irritación por el mero hecho de recordar este asunto.

Los dos no podían creer las últimas palabras de Rubart. Su incredulidad sobre el peligro de las <Violas> hizo que los ojos del albino se llenaran de rencor. Pero incluso con el peso de la mirada de Riveria y Bell sobre sus hombros, el director de la sucursal continuó:

- Aunque todavía no han causado muchos problemas, ya hemos recibido quejas de nuestros ciudadanos. Parece que es terriblemente difícil de abordar. Las palabras simplemente no llegan a ellas. Y aparentemente andan por ahí con mercancías sin pagar....

- Fuiste tú quien les permitió entrar en el puerto, ¿no es así? - dijo el chico en un tono más grueso.

- Bueno, sí... pero... es un poco más complicado que eso -continuó Rubart con cierta ambigüedad, su mirada carmesí parecía haber hecho finalmente efecto-. - La ciudad tiene un gobierno autónomo que funciona por separado del gremio.

- ¿Y la ciudad ha concedido a las Amazonas su permiso para entrar en el puerto? - replicó Riveria.

- Sí. -respondió Rubart con un movimiento de cabeza algo contrariado. - Meren no era más que un pequeño pueblo de pescadores constantemente amenazado por monstruos. Pero después de que la <familia Poseidón> se instalara en el campamento y la prosperidad de Orario ayudara a desarrollarlo, realmente floreció hasta convertirse en la "Puerta de la Ciudad Laberinto" que es hoy.

Esta era una historia bien conocida, la <familia Poseidón> decidiendo usar Meren como base, y tenía sentido considerando la cantidad de monstruos acuáticos que aparecían en el mar. Habían tapado el agujero del fondo del lago y desde entonces vigilaban y mantenían la tapa gigante mientras mantenían la paz en la superficie del agua. Entonces, una vez que el Sello del Leviatán había sido colocado quince años atrás, Poseidón y sus seguidores habían abandonado la ciudad portuaria con la seguridad de que el sello nunca podría romperse, para acabar con la amenaza de las criaturas marinas en todo el mundo. La <familia Njord> se quedó atrás, abasteciendo a la ciudad con su pescado.

Aunque Riveria ya conocía gran parte de lo que decía Rubart, era la primera vez que su compañero lo escuchaba, por lo que decidió escuchar todo con paciencia.

- El Gremio invirtió en la ciudad desde el principio, llegando a ayudarla a expandirse... pero después de todas estas generaciones, el jefe de Meren nunca renunció a su autogobierno.

Por supuesto, lo que Rubart no mencionó fue que cualquier ciudad se resistiría a ser requisada si se le diera la oportunidad.

- Probablemente ya lo sepas, pero Meren no es sólo un negocio bajo el patrocinio del Gremio. También es un punto de entrada para personas y comunidades de todo el mundo, así que también hay que pensar en eso.

- Sin embargo, ¿eso no los mete en problemas con Orario? - preguntó Bell.

La neutralidad del puerto a gran escala fue uno de sus principales factores. Al fin y al cabo, un gobierno controlador sólo llevaría a la decadencia. Aunque Meren concentró la mayor parte de sus esfuerzos en Orario, todavía había muchos barcos que utilizaban el puerto como punto de relevo en sus viajes a otros destinos. También estaban los cargamentos destinados a las ciudades y pueblos vecinos. Si el Gremio comenzara a ser meticuloso sobre quién puede usar el puerto, su clientela simplemente trasladaría su negocio a otro lugar.

Incluso desde el punto de vista de un forastero, impedir el reinado unilateral del Gremio sobre Meren favorecía a todos.

- Se llegó a un compromiso y se decidió que el gobierno se dividiría en dos. En pocas palabras, todos los asuntos relacionados con Orario, incluido el comercio, deben ser tratados por esta rama... - dijo el uniformado.

- ¿Y de todo lo demás se encarga la ciudad? - dijo Bell.

- Exactamente. - confirmó Rubart, con el rostro todavía agrio.

En ese momento, la decisión estuvo muy influenciada por el apoyo de la <familia Poseidón>, que seguía actuando de forma independiente a pesar de colaborar con Orario, y de la <Familia Njord>, que actuaba como buen vecino.

En resumen, la situación en Meren era tan complicada como Bell pensaba.

- Es cierto que no pusimos ninguna objeción a que la <familia Kali> tuviera permiso, así que supongo que somos responsables en parte... pero fue la ciudad la que luchó con uñas y dientes para traerlos aquí, gracias sobre todo al bastardo de Murdock -dijo Rubart terminando con una maldición, y una mirada de asco en su rostro.

Al final de todo, la <familia Njord> fue leal a la ciudad de Meren.

Aunque la relación entre ellos y el Gremio no sería necesariamente antagónica, dado el historial de conflictos de la rama del Gremio con la ciudad, ciertamente no eran los mejores amigos. Riveria ya era consciente de ello, al menos, y Bell empezaba a darse cuenta.

- En fin... parece que tenemos algunos animales salvajes merodeando por la ciudad. - dijo Rubart.

Las dos miradas se posaron de nuevo en él.

- Por ello, el Gremio, como órgano administrativo, solicita su colaboración.

Rubart estableció la ley.

Los dos no pudieron rebatir, sólo permanecieron en absoluto silencio.

Al terminar su poco fructífera conversación, los dos se dirigieron a la salida y salieron a la calle.

- No conseguimos nada útil para la investigación... - murmuró Bell, un poco decepcionado.

- Eso es parte del proceso. La información no llega fácilmente. - dijo Riveria.

- Ya lo sé...

La alta elfa miró al chico.

- Es bueno ver que te esfuerzas en tu tarea, pero esforzarte demasiado no te servirá de nada. Ya deberías saberlo.

- Sí, lo sé. Sólo quiero estar a la altura de las expectativas... En la batalla no sería más que un complemento, así que para ayudar, debería al menos destacar en cuestiones estratégicas. - dijo Bell, explicando sus motivos.

Riveria devolvió su mirada al frente.

- ¿Te sientes frustrado? - preguntó la mujer.

La pregunta del alto elfo pareció sorprender a Bell, tanto que su expresión inexpresiva se vio comprometida.

El cambio, por sutil que sea, fue notado inmediatamente por Riveria.

Gracias a los años de convivencia con Ais y a sus grandes similitudes, la mujer podía distinguir no sólo sus expresiones, sino que podía ver debajo de su "máscara".

- ... - Bell permaneció en silencio.

- Es obvio que quieres hacerte fuerte, pero no debes frustrarte ni seguir poniendo excusas por tu estado actual. Ya has acumulado más logros que muchos veteranos de tu nivel.

- Hm... ¿En cuánto a la <familia Kali>? - preguntó Bell, que parecía querer cambiar de tema. - Supuse que era cuestión de tiempo que pasara algo. Las palabras de Kali tampoco me convencieron mucho.

Riveria dejó escapar un suspiro.

- Yo también sospecho de las palabras de Kali.

- No vendrían aquí si no quisieran algo. No tengo una buena impresión.

A partir del comentario de Bell, los dos siguieron caminando en silencio pensando en los peores escenarios.

Con cada segundo que pasaba, con cada paso que se daba Bell se mostraba más y más impaciente por cualquier tipo de respuesta, hasta el punto de que su mirada revelaba fácilmente su emoción.

No era sólo la falta de pistas lo que le molestaba, toda la situación de Tiona y Tione con la <familia Kali> le estaba poniendo extrañamente tenso y ansioso.

Dejó escapar un largo suspiro.

Domando sus propios pensamientos, apretó un poco el paso.

- Voy a reunirme con los demás. - Dijo el chico cambiando un poco su rumbo.

- ¡Cranel...!

Riveria llamó al albino, pero éste ya había desaparecido entre la multitud.

Los dedos de ella se posaron en su sien, seguidos de un suspiro bajo, pero fuerte.

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Sin tener que ir mucho más allá de la zona comercial de la ciudad, Bell encontró fácilmente el muelle de pesca de la <familia Njord>.

Los mercaderes y viajeros vestidos con ropas extranjeras que veía a menudo por las calles dieron paso a pescadores y mujeres, todos ellos agitados en sus trabajos. Este raro tipo de familia, ni aventureros ni mercaderes, era todavía nuevo para el chico.

El olor a sal y el sonido del aceite al estallar fueron suficientes para atraer los ojos y el apetito del chico mientras caminaba, recordándole que tenía algo de hambre.

Entre el crujido y la masticación de los mariscadores ingiriendo su pescado recién capturado, divisó a Tiona y a Tione.

- Señorita Tiona... y ¿Tione? ¿Qué están haciendo ustedes dos? - preguntó Bell, al ver que las dos estaban sentadas sin hacer gran cosa.

- Me dio hambre mientras pedía información a esta gente. Nos dijeron que también éramos libres de comer, siempre que pagáramos, así que... ¡aquí estamos! - respondió Tiona, con la boca llena de suficiente pescado asado como para rivalizar con los trabajadores vecinos.

Por lo que parece, la suerte de Tiona y Tione en la recopilación de información era tan buena como la de Bell y Riveria, al igual que la de todos los demás.

(~Grrrrrrrr~)

- Yo... ¿Puedo unirme a ustedes? - preguntó el albino con un poco de timidez.

- ¡Por supuesto! - dijo la amazona más joven acercando una silla a su lado y dándole una de las grandes raciones de marisco y pescado de su mesa.

El chico se sentó junto a su compañero.

- ... ¿Cómo está Tione? - dijo en voz baja mirando a la amazona en cuestión, que estaba un poco más lejos.

- Mmmn... Todavía un poco irritada, pero creo que estará bien. Nos aseguramos de mantenernos alejados de Kali y del equipo esta mañana, y la vigilé para asegurarme de que no se metiera en ningún problema.

El ambiente en torno a Tione era tenso desde la noche anterior, y a los demás de su grupo, incluido él mismo, les costaba relajarse.

En ese momento, la amazona disimulaba su irritación con la comida, amontonando los grandes platos vacíos pidiendo más. Su mirada severa era lo suficientemente aterradora como para provocar tartamudeos de sorpresa en sus musculosos compañeros de cena.

- Es curioso. Suele ser ella la que me vigila.... - Tiona se rió incómodamente ante la ironía que suponía el cambio de roles.

- ¿Y tú? ¿Estás bien?

- ¿Eh? ¿Yo? ¡Sí, estoy bien! Sabes, pensar no es mi fuerte. - respondió la joven amazona con su habitual sonrisa, casi como si le resultara completamente indiferente toda la situación.

Tal vez fuera sólo una impresión, pero algo en la inocente sonrisa era diferente a lo habitual, estaba tensa. Pero no pretendía presionarla.

- Bueno, al menos estoy mejor que ayer. Sé que no fue nada, y sé que ya lo he dicho, pero... gracias. No sabía que nos veías como hermanos, es un bonito pensamiento. Pero...

- ¿Eh? - Bell inclinó ligeramente la cabeza.

- ¿Significa eso que tú también ves a Ais así? - dijo Tiona con curiosidad.

- ¿Eh? Es... No. Ella es... diferente...

Tiona lo atrapó en el salto del gato.

Sus labios se curvaron en una sonrisa divertida mientras observaba a Bell intentar explicarse. Entre todos aquellos tensos acontecimientos ese pequeño momento parecía haberla aliviado, al menos un poco.

Sin mucho más que decir o hacer, el chico volvió a prestar atención a su comida. Eso pareció calmar un poco su ansiedad.

No tardaron mucho en devorar casi todo lo que había en la mesa, pero ese tiempo fue suficiente para que Ais, Lefiya y el resto del grupo se toparan con los tres.

Las preguntas que siguieron poco después del reencuentro no fueron muy diferentes de las de Bell, incluso fueron completamente similares.

- Wow... ¡ustedes tres pueden comer, em! - dijo uno de los hombres especialmente fuertes mientras observaba a los tres aventureros atiborrándose de comida alrededor de la barandilla. Era un hombre humano de casi dos metros de altura con un pañuelo blanco sobre la frente y el pelo negro recogido. - Y esa cosita flaca de ahí, ¿eh? ¿La Princesa de la Espada? ¿Puede comer como ustedes?

- No, nunca come tanto como nosotros. Pero, a ella le gusta mucho su Papa. - respondió Tiona.

- ¿Y tú eres...? - Ais giro la mirada en dirección al joven.

- ¿Yo? Soy Rod, el capitán de aquí. - Dijo Rod alardeando con entusiasmo.

Ais guardó silencio por un momento mientras formulaba sus palabras.

- Señor Rod, entonces... ¿usted y los demás de su familia pescan mucho?

- Sí, lo hacemos. Todo lo que se nos da bien, en realidad. Pescamos en el lago, por supuesto, pero también en el mar. Probablemente he pasado más tiempo de mi vida en las olas que aquí en tierra. - Rod respondió.

La pesca lo era todo para la <familia Njord>. Por muy fornidos que fueran estos hombres del mar, ni ellos ni su deidad patrona tenían ilusiones de grandeza para elegir como otras familias.

De hecho, parecían más una organización de pescadores que una familia.

- La mayoría de los hombres de este pueblo crecen para ser pescadores. Creo que es gracias a Njord.

- ¿Hay algún pescador en el puerto que no pertenezca a la <familia Njord>? - preguntó Lefiya, curiosa.

- Bueno... Probablemente podrías, si quisieras, pero no creo que nadie lo haga. Njord es un tipo agradable y su bendición es muy útil. Da más fuerza que la media. - respondió Rod, mirando a uno de los almacenes donde un hombre joven y delgado arrastraba él solo una red gigante. Sin duda, también se grabó un Estado en su espalda. - Si tu objetivo es sólo vivir de los peces, lo harás mucho más rápido con la ayuda de Njord. E incluso si navegas en alta mar, lo tendrás mucho más fácil con su bendición, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de monstruos que te acechan. - El capitán de la <familia Njord> explicó.

En esta época, incluso los pescadores necesitaban el poder de la Falna, sólo para tener más posibilidades de defenderse. En el océano y rodeado de agua, un hombre no tenía a nadie en quien confiar más que en sí mismo.

- Y además, bueno... ¡todos queremos a Njord! Nos ha cuidado desde que éramos unos mocosos... y lleva siglos protegiendo esta ciudad, desde los tiempos de nuestros padres, e incluso de los padres de nuestros padres, que en paz descansen.

Njord había sido responsable de la pesca en Meren durante tanto tiempo que ninguna otra familia había intentado montar sus propios negocios de pesca, lo cual era otra razón por la que el control de la <familia Njord> sobre la industria pesquera de la ciudad era tan fuerte. El amor, el respeto y la confianza que Rod y los demás pescadores sentían por su deidad patrona eran demasiado evidentes en la sonrisa del intrépido capitán.

- ¿Alguna vez han cazado monstruos intencionadamente, Señor Rod? - preguntó Bell.

- ¿Hmm? Ah... ¡a veces! De vez en cuando recibimos una petición de la gente de aquí entre pedidos de pescado.

Con eso, lo que los habitantes del pueblo les habían dicho antes era correcto.

Los pescadores de aquí, con la ayuda de la Falna, probablemente no tendrían ningún problema en encargarse del tipo de monstruos que aparecían en la superficie, debilitados por generaciones de crianza y sin haber pisado nunca la Dungeon real. Al fin y al cabo, eran lo suficientemente fuertes como para enfrentarse a los piratas del mar. El propio Rod ya había alcanzado el nivel 2, con sus muchos años pasados en alta mar y las innumerables batallas que había visto. Y por lo que Bell pudo ver, había al menos unos cuantos más en el grupo, además de él, cuya fuerza podía rivalizar fácilmente con la de un aventurero de bajo nivel.

Mientras las cosas no se salieran de lo normal, serían capaces de manejar cualquier problema, lo que significa que las veces que se veían obligados a pedir ayuda a Orario eran pocas.

- En toda tu experiencia en el lago y el océano, ¿has visto alguna vez un gran monstruo con forma de flor? - dijo el chico de pelo blanco, yendo al grano.

- ¿Te refieres a lo de ayer? No pude verlo por mí mismo, ya que acabo de llegar al puerto esta mañana, pero... ¿estás seguro de que esa cosa no era una serpiente de agua? - preguntó Rod, cruzando sus gruesos brazos.

Bell y los demás asintieron.

El capitán enarcó las cejas. De todos los pescadores, era sin duda el que mejor conocía la costa de Meren.

- Tengo una idea. Siempre lo he visto cuando estoy pescando en el lago y en el océano. Una cosa muy larga, como una serpiente, casi nadando en el agua debajo del barco.

La atención del chico estaba totalmente centrada en las palabras del hombre, al igual que Ais y los demás.

- Incluso yo pensé que era una serpiente de agua al principio, pero... - Rod cortó sus palabras rápidamente levantando la cabeza. - Esa cosa de la que hablas nunca nos ha atacado. ¡Ni siquiera una vez!

Miró al resto de sus hombres, que asintieron con la cabeza, tanto porque nunca habían sido atacados como porque nunca habían visto bien a la criatura en cuestión.

Una montaña de pensamientos invadió la mente de Bell ante las palabras de Rod, pero la pregunta que más importaba era "¿cómo?".

- ¿Hm...? Oye, ¿qué es esa pequeña bolsa que cuelga de tu cintura? Me he dado cuenta de que la mayoría de los pescadores tenéis uno. - dijo Tiona de repente.

Las palabras de la amazona volvieron a centrar su atención.

Era cierto, había una bolsa similar, ligeramente más grande que la típica bolsa de aventurero, atada a la cintura de cada pescador que caminaba por el muelle. Eso no era ninguna sorpresa, el albino ya había identificado tal elemento, pero fue ahora, tras el informe de Rod, cuando empezó a atar cabos y a especular.

- ¡Ho-ho! Tienes buenos ojos, pequeña dama. - Rod se rió. Agarrando la bolsa, la levantó para que el grupo la viera, casi como un niño mostrando su juguete favorito - ¡Aquí está el polvo mágico! Espolvorea un poco de esta belleza en el agua, ¡y los monstruos no se acercarán! - anunció con orgullo.

Incluso antes de que la sorpresa de sus compañeros aflorara en sus rostros, el chico se levantó de su asiento.

- Señor Rod, ¿puede prestarme esto un momento? - Bell dijo con seriedad, tanto que hizo que el capitán de la <familia Njord> se sobresaltara un poco.

- Ah... ¡C-Claro, no hay problema!

Tomó la bolsa de las manos de Rod, e inmediatamente comenzó a inspeccionar su contenido.

"El color... Ese olor..." - pensó Bell tomando un poco del polvo.

Tiona se apartó disimuladamente queriendo ver de cerca lo que era hasta que...

- ¿Eh? ¡Bwwwwwooooaaaaaagh, apesta! - Gritó, tambaleándose hacia atrás y alejándose del penetrante olor que salía de la bolsa.

Con la bolsa abierta y el contenido expuesto ese olor, del que se acababa de quejar la amazona, comenzó a extenderse. Fue lo suficientemente fuerte como para provocar gritos de asco de Ais, Lefiya y las chicas de alrededor, todas las cuales se llevaron rápidamente las manos a la nariz.

- ¿Qué es eso? - Con lágrimas en los ojos, Tiona trató de mirar dentro de la bolsa una vez más. Los demás siguieron su ejemplo, haciendo todo lo posible por resistir el pútrido olor.

- ¿Está crudo? Parece un montón de cosas diferentes, todas en polvo...

- ¡Y ese color! ¡Me da escalofríos!

Rojos, amarillos, negros... toda la variedad de polvos de diferentes colores parecían estar mezclados, lo que casi parecía los restos desmenuzados de algo muerto cuando se combinaba con el olor rancio. La cara de Tiona se curvó como una ciruela pasa mientras examinaba el misterioso polvo brillante.

- ¿Estás seguro de que no atrae a los monstruos? Ya sabes, ¿mezclarlo con algo de sangre y carne y lanzarlo por la borda como cebo para evitar que las cosas ataquen el barco? - habló Tiona mientras el resto del grupo intercambiaba pensamientos similares detrás de ella.

- Esto sí que es un Repelente de monstruos.

- ¿Eh? ¿Has visto alguna vez algo así Bell-san? - preguntó Lefiya.

- Bueno, al menos es muy similar a un artículo que conozco. Lili que los consiguió, dijo que no se encontraba a la venta en ninguna tienda de Orario, era algo que había hecho por casualidad un boticario.

- ¡Oh, sé el nombre del que lo hizo! Fue... Herseus... Persimmeus... ¿Parameus?

- ¿<Perseo>? - dijo Bell.

- ¡Eso es! ¡Ella fue quien lo invento! - Dijo Rod.

Bell y los demás no lo cuestionaron, al ver el renombre de Asfi a la hora de crear objetos. Pero lo que no podían entender era por qué nadie en Orario lo sabía.

- ¿De quién recibió este polvo, señor Rod? - volvió a preguntar el chico.

- De Borg... jefe de la familia Murdock. Lo compró en la ciudad y nos lo dio gratis. No sólo para nosotros los pescadores, sino para todos los barcos que pasan por Meren. Él siempre ha sido así. Ese viejo hace mucho por nosotros -explicó Rod-. Bueno... no puedo decir que sea perfecto, ya que todavía tenemos algunos ataques, pero ciertamente nos ha ayudado a evitar muchos daños excesivos en nuestras naves. Los barcos de aquí nunca navegan sin él.

"¿Así que esa podría haber sido la razón por la que el barco de la <familia Kali> fue atacado ayer...?" - pensó Bell casi de inmediato.

Todos los barcos que atracaban en Meren, e incluso los buques de pasajeros y los veleros que pasaban a menudo por allí, tenían estas bolsas... pero la <familia Kali> no, dado que era la primera vez que llegaban a los puertos de la ciudad. No sabrían que el polvo existe.

- Hablando de eso... ¿qué hay entre tú y esas amazonas, eh? - preguntó Rod.

- ¿Por qué? ¿Ha pasado algo? - preguntó Lefiya.

- Oh, no, no, es que... todos les tenemos mucho miedo en la ciudad. Se puede saber lo fuertes que son con sólo mirarlas. Y luego marchan por la calle como si fueran los dueños del lugar.

Rxplicó Rod, rascándose la nuca. Por una extraña coincidencia, la conversación giró en torno a la <familia Kali>, de forma similar a lo ocurrido con Riveria y Bell durante su visita al Gremio.

Ese pequeño comentario hizo que los ojos del albino se entrecerraran.

- ¡Sí, dan miedo!

- ¡Salvajes, todas ellas!

Los demás pescadores se apresuraron a añadir sus propios comentarios.

Tiona permaneció callada.

Las súplicas con los ojos llorosos de los fornidos hombres fueron suficientes para atraer las miradas preocupadas de Bell, Ais y los demás.

Mientras tanto, Tione estaba a poca distancia del grupo, concentrándose en la dirección de la ciudad.

La conversación, sin embargo, no duró mucho más.

- ¡Capitán! ¡Tenemos problemas! - gritó un hombre-bestia mientras corría en dirección a Rod. Antes de que nadie pudiera preguntar cuál era el problema, continuó su histérica palabrería. - Esas amazonas están causando un gran alboroto en la carretera principal. ¡Una de ellas tiene a Mark!

De repente, todo el muelle se sumió en el pánico.

A medida que el color se desvanecía de los rostros de Rod y de los demás pescadores, Bell y el grupo se encontraron con un frenesí.

Sin embargo, en medio del estruendo del edificio, Tiona fue la única que examino rápidamente la zona que los rodeaba.

- Mierda... - dijo en un susurro.

Apenas unos instantes después, Ais y Bell también se dieron cuenta de la causa de su agitación.

- ¡¿Es... es algo malo?! - preguntó Lefiya con dudas.

- Tione se ha ido... - comentó Bell con una expresión bastante seria.

- ¿¡EH!?

Antes de que todos pudieran procesar su sorpresa, los tres se alejaron del muelle.

- ¡Vamos a adelantarnos!

Dijeron los tres aventureros mientras corrían tan rápido como sus piernas les permitían, o tan rápido como podían con Bell como ejemplo. Incluso cuando se formó una conmoción detrás de ellos, mantuvieron la vista fija en la ciudad.

********************************************************************************

Era un día precioso.

Unas esponjosas nubes blancas flotaban perezosamente en el cielo azul que dominaba la ciudad, y el resplandor del sol reflejaba un hermoso verde esmeralda en las aguas del lago salobre.

Pero, a pesar de la calma, la calle principal de Meren, normalmente abarrotada de gente, se encontraba en estos momentos cubierta por un inquietante silencio.

Nadie se movió.

Todas las miradas se clavaron en el centro de la calle, donde una guerrera amazona sujetaba sin ayuda a uno de los pescadores locales por el cuello. Para desgracia del ciudadano, el que le retenía era uno de los capitanes de la <familia Kali>, Argana.

- ¿Hay algún problema? - preguntó con una sonrisa.

El joven de buena complexión que estaba en sus garras no respondió a su pregunta. Una respiración ronca y jadeante salió de su boca mientras sus piernas colgaban inútilmente en el aire. La amazona le agarró por la garganta y lo mantuvo en alto con un delgado brazo. Desesperado por respirar, se rascó los dedos clavándose en la piel.

- P-Por favor, perdónalo... Eras tan hermosa que él... no podía dejar de mirarte y... no veía por dónde iba, así que por favor... - dijo otro pescador cercano suplicando por su amigo.

La cabeza de la amazona se giró hacia el hombre en lágrimas con un crujido casi audible.

- En mi país, toparse con un guerrero... es un desafío para luchar hasta la muerte.

El rostro del hombre palideció al instante.

Su agarre en el cuello del pescador se contrajo con una serie de crujidos, y el cuerpo del hombre se estremeció en respuesta.

Mientras los gritos en pánico comenzaban a surgir de la multitud, las compañeras de la mujer, otro grupo de amazonas, se limitaron a observar, entretenidas. También su hermana, con el pelo del mismo tono arenoso, se limitó a observar los acontecimientos con apatía.

El hombre comenzó a perder el conocimiento, sus brazos se aflojaron, mientras su agresor entrecerraba sus ojos con diversión.

Hasta que...

- Déjalo ir.

Un brazo agarró la muñeca de Argana.

- ... ¿Tione?

- ¡Dije que lo dejaras ir, Argana! - dijo Tione con una mirada enfurecida mientras apretaba cada vez más fuerte la muñeca de la amazona frente a ella.

La sonrisa de Argana no vaciló, ni siquiera con el aplastante agarre en su brazo.

Finalmente, mientras la mirada asesina de Tione continuaba, soltó el cuello del pescador con un encogimiento de hombros, casi como si hubiera perdido el interés. El cuerpo del hombre cayó al suelo con un golpe, y ella apartó la mano de Tione de su brazo.

- ¿Dónde estabas? Te hemos estado buscando, a ti y a Tiona.

- Veo que ahora hablas koiné. Así que la lucha no es lo único que hay en ese cerebro de mono que tienes. - Tione resopló, mirando con rabia a la mujer que tenía delante mientras el acompañante del pescador corría hacia delante para sacarlo del camino.

Argana ni siquiera se inmutó, sus ojos se llenaron de diversión.

- Kali me enseñó esto. Nos enseña muchas cosas. El placer de crecer y hacerse más fuerte... y cómo entender a los que son diferentes a nosotros. - dijo mientras sus ojos pasaban por la multitud. - Queríamos saber... ¿qué son nuestras presas gritando? ¿Están enojados? ¿Están rogando por sus vidas?

El desnudo sadismo provocó una mirada de puro asco de Tione, que mostró a su antigua compañera.

Seguían siendo las mismas de siempre. No le interesa más que el poder, el derramamiento de sangre, el combate

Tione sintió que le hervía la sangre.

Su mano se cerró instintivamente en un puño.

- ¿Te has enterado, Tione? ¿Cómo de fuerte se ha vuelto el mundo exterior?

Ella permaneció en silencio.

- Se convirtieron en serpientes... como nosotras.

- ¡No es lo mismo que tú, bruja loca!

Algo se rompió dentro de Tione.

Con un estallido casi audible, todos los años dedicados a remediar su naturaleza impetuosa, su lengua gruesa, se desmoronaron dando paso a la ira pura y genuina.

Argana siguió sonriendo. Su cabeza se giró lentamente hacia un lado.

- Entonces, ¿vemos lo fuerte que te has vuelto?

Durante un solo momento, nadie se movió a lo largo de ese amplio camino.

Entonces...

Las dos mujeres se lanzaron la una contra la otra.

El brazo izquierdo de Argana bloqueó la patada de Tione, y el brazo izquierdo de Tione bloqueó la patada de Argana.

En menos de un instante, el gran duelo cuerpo a cuerpo había comenzado.

- ¿¡Tione!? - dijo Tiona.

Tiona, Ais y Bell llegaron un segundo después de que se iniciara el conflicto, pero aunque no tardaron mucho habían llegado tarde.

Gritando a la multitud de espectadores que se quedaran atrás, se dirigieron hacia el centro de la multitud en pánico, donde tenía lugar la batalla a puñetazos.

Las dos mujeres que eran el centro del "espectáculo" intercambiaban puñetazos y patadas tan fuertes que podrían dejar lisiada a una persona normal. Los gruesos sonidos de los golpes bloqueados resonaron en los oídos de todos los presentes.

Parecían estar al mismo nivel.

La destreza con la que asestaron sus golpes fue nada menos que ejemplar, y mientras Ais los observaba, sintió pequeños cosquilleos de aprensión en su corazón.

Al igual que la rubia, Bell también las observó y sintió el mismo cosquilleo, pero a diferencia de ella la sensación que lo invadió no fue exactamente de preocupación, sino de emoción.

Cuando se trataba de un combate sin armas, Tione y Tiona eran indiscutiblemente las mejores de la <familia Loki>. Si bien Gareth podía ser el más fuerte y Bete el más rápido, desde el punto de vista técnico, el estilo único de artes marciales de las amazonas era fácilmente el más feroz. Incluso Ais sabía que sin una espada, sería derrotada fácilmente.

Tione comenzó a ser lentamente, muy lentamente, "herida" por Argana.

Esos largos miembros, casi como los de una serpiente, la picoteaban en ataques cada vez más rápidos. Y la capacidad de Argana para leer el siguiente movimiento del enemigo era asombrosa. Antes de que Tione comenzara sus ataques, Argana ya se estaba preparando para un contraataque. No había duda de su nivel, y también parecía tener ventaja en lo que respecta al Estado.

Los ojos de Argana comenzaron a brillar mientras el rostro de Tione se torcía de frustración. Esa misma frustración se pintó rápidamente de ira pura y concentrada, ya que su falta de voluntad para perder, impulsó sus golpes y patadas a una velocidad aún mayor.

A medida que avanzaba la pelea, los tres nadaban por encima de la multitud, abriéndose paso entre los espectadores. Estaban a punto de interrumpir la pelea, cuando....

- ¿¡- ...!?

Alguien más se adelantó de entre la multitud para bloquear el paso.

Era la otra amazona de pelo arenoso, la que compartía la misma sangre que la mujer que peleaba.

- ¡¡Quítate de en medio Bache!! - gritó Tiona.

- ... rhu muu. - fueron las únicas palabras que la amazona pronunció desde debajo de su oscuro velo.

Ais no pudo entender las palabras, pero sí su significado, que la mujer no tenía intención de dejarlas pasar.

- Jos niin... Mennaan yli sinun.

Aunque Bache se presentó desde el principio como una persona seria, no pudo evitar sorprenderse por la réplica de Bell, sobre todo porque estaba hablando en el mismo idioma. Ais y Tiona tuvieron reacciones similares.

Aunque no entendió las palabras de Bell, así como las de Bache, pudo hacerse una idea de lo que quería decir teniendo en cuenta su postura algo agresiva y su fuerte tono de voz.

Sin mucha demora, y una discreta señal del albino, Tiona avanzó hacia el lado derecho de la mujer, mientras Ais se acercaba a una velocidad vertiginosa similar a la inmediata izquierda de la mujer.

Atrapando el puño de hierro de Tiona en una mano, y soltando una patada simultáneamente hacia Ais.

- ¿¡- ...!?

La sorpresa recorrió los rostros de los miembros de la <familia Loki>.

A pesar de estar en el aire, Tiona se encontró al instante con un lanzamiento circular, mientras que Aiz, a pesar de su velocidad, sintió la patada de la amazona a través de los mechones de su cabello dorado.

Pero no había tiempo para asombrarse.

Golpeando el suelo con las manos, las dos se prepararon para el siguiente ataque. Sin embargo, Bache ya iba dos pasos por delante. Girando como una pieza de ajedrez, desencadenó una rápida ráfaga de golpes y patadas a sus cabezas, torsos y piernas, procedentes de todas las direcciones y golpeando a Ais y Tiona al mismo tiempo.

- ¡¡Es rápida!! - dijo Ais sin poder creer lo que veían sus ojos al ver la velocidad de los ataques del aparentemente desapasionado guerrero.

Mientras las dos intentaban plantar cara a Bache, Bell permanecía en su posición inicial observando la pelea. Su plan se había desmoronado antes de empezar. Había subestimado a su oponente, algo que no podía creer que hubiera hecho.

Bell tenía que dar algún tipo de ventaja a sus compañeras o, al menos, quitarles algo de peso de encima.

Así que...

Sus instintos se impusieron.

Cuando prestó atención ya estaba suspendido en el aire con la rodilla estampada en la cara de Bache.

Duro como la piedra.

Sus huesos crujieron por el impacto.

Aunque había una gran diferencia entre la fuerza de la atacante y la atacada, el golpe fue lo suficientemente rápido y fuerte como para desconcertar a la amazona y hacerla tambalear.

Siguiendo su ejemplo, Ais se dirigió hacia Tione desenfundando su espada de reserva, ya que Desperate aún estaba en mantenimiento.

Mirando hacia arriba vio al resto de las guerreras amazonas entrando en batalla.

Bache mantuvo su atención en Bell y Tiona mientras el grupo de amazonas atacaba a Ais, que rápidamente se vio arrastrada a su propia lucha cuando el duelo entre las tres se intensificó a su lado.

En la batalla entre los tres.

Bache mantuvo su atención en Bell, tratando a propósito de sacarlo del juego lo antes posible, pero su velocidad de reacción junto con la ayuda de Tiona hicieron su trabajo muy difícil.

El albino esquivó los puñetazos y patadas a corta distancia. Su técnica para el combate sin armas era tan refinada como la de las dos amazonas que le rodeaban, y quizá por eso no había caído inmediatamente, pero la diferencia evidente estaba en la fuerza que cada una ejercía en sus golpes.

Incluso una piedra debidamente pulida hasta la perfección nunca podría igualar a un diamante.

Bache bombardeó a Bell y Tiona con una lluvia de golpes. La joven amazona podía resistir los ataques, pero la situación del chico a su lado era diferente. Los puñetazos y patadas eran demasiado rápidos para esquivarlos y lo suficientemente fuertes como para atravesar cualquier tipo de defensa, incluso partes de su armadura, haciendo el combate casi imposible... Quiero decir... ciertamente imposible.

El puño de la mujer conectó con el abdomen del albino, después una patada y otro puñetazo, y así sucesivamente.

- ¡¡Agonauta-kun!! - gritó Tiona al ver que su amigo recibía tantos golpes en la cara de un nivel seis.

Bell fue enviado hacia atrás.

A pesar de ser inferior a su oponente y de recibir los ataques de forma directa, no cayó ni se arrodilló. Exhausto y claramente magullado, continuó de pie retomando su postura.

Curiosamente una sonrisa surgió en sus labios.

Sus esfuerzos atrajeron la atención de Bache, que le miraba con curiosidad.

La momentánea falta de atención de la mujer abrió un hueco en su postura que fue inmediatamente aprovechado por Tiona.

- ¡Deja que me ocupe de ella! - le dijo Tiona a Bell.

Los dos procedieron a entablar un combate mano a mano.

Bell, por su parte, se encontró fuera de lugar. Ir directamente donde Tione sería una tontería en su estado actual, incluso en su mejor momento, enfrentarse de nuevo a Bache no serviría de mucho e incluso podría interponerse en el camino de Tiona, y quedarse parado recuperándose estaba descartado.

Tomando su decisión, desenvainó el Anglakel y se dirigió hacia Ais.

La adrenalina lo invadió.

La hoja carmesí cortó y cortó, barriendo el grupo de enemigos.

El combate le calentó el corazón, sus venas palpitaron y resaltaron en un profundo bermellón, y su llama se desbordaba por sus ojos.

El verdadero carnicero había aparecido.

********************************************************************************

Mientras tanto, la batalla entre Argana y Tione continuaba, la risa de Argana provocaba aún más la ira de la amazona más joven.

Pero no era sólo ira dirigida a su oponente. También fue una frustración hacia ella misma. Cuanto más daño recibía, más se disparaba su poder de combate, y cuanto más aumentaba su furia, más eficaz era su habilidad Berserk. Y sin embargo, a pesar de la fuerza constructiva que había detrás de cada uno de los golpes, Argana seguía rechazándolos con facilidad. Incluso los ataques más poderosos, suficientes para demoler por completo a un enemigo, eran inútiles si no podías aterrizarlos

Las técnicas de Argana tenían la ventaja cuando se trataba de pulir, y contrarrestaba cada uno de los ataques de Tione como un espejo con los mismos pasos y los mismos movimientos.

Lo cual era natural, en realidad.

Teniendo en cuenta que el estilo de artes marciales que Tione practicaba le había sido inculcado una y otra vez a manos de esa misma amazona.

- ¡¡¡Gnngh!!!

Una de las patadas conectó directamente con la espalda de Tione, haciéndola caer al lado del camino frente a un puesto de comida cercano.

De alguna manera, fue capaz de absorber el golpe, y sus brazos hormiguearon por el impacto, pero se sacudió, totalmente preparada para volver a correr en la lucha cuando se dio cuenta....

- ¡¿Eh...?!

"¡¿Una niña?!" - pensó.

Justo detrás de ella, una joven humana se agachaba asustada.

- ¡¿Qué estás haciendo aquí?! - Tione estuvo a punto de gritar, sólo para recordar que fue ella quien perdió el sentido común y comenzó a forcejear imprudentemente en medio de una calle muy transitada. Sin duda, esta chica simplemente no fue capaz de escapar a tiempo.

Tione se quedó sin palabras mientras miraba los ojos llenos de lágrimas de la chica, cuando de repente una sombra llegó hasta ellos.

Era Argana.

Su risa fue suficiente para que a Tione se le helara la sangre mientras apretaba su puño.

La mujer lanzó su puño.

Tendría tiempo suficiente para salir del paso. Pero la chica no tendría tanta suerte. Teniendo en cuenta que el ataque entrante era lo suficientemente potente como para hacer volar un carruaje entero, el pequeño cuerpo de la chica quedaría destrozado. Incluso las ondas de choque resultantes serían suficientes para arrancar sus pequeñas extremidades.

Argana, sin embargo, no mostró ninguna preocupación. No tenía motivos para preocuparse.

La única persona en sus ojos era Tione.

- ¡¡¡Ngh!!!

Tione apartó a la chica del camino, dejándose abierta al puño de Argana.

Hubo un estruendo cuando el cuerpo de Tione salió despedido a través del puesto de comida, haciéndolo añicos al apoyarse en la pared del edificio que había detrás.

Tiona, Aiz y Bell se olvidaron de sus propias batallas y se giraron para ver una gigantesca nube de polvo que se levantaba del edificio cercano.

- Gn... ghnn... - Tione gruñó, escupiendo sangre. Aunque de alguna manera pudo defenderse de toda la fuerza del ataque, el impacto había creado una gigantesca grieta.

Argana, por su parte, se limitó a permanecer de pie, parpadeando en silencio, con una extraña expresión en su rostro.

- ¿Realmente acabas de... proteger a esa chica? - Miró a la chica en cuestión, que estaba tirada en el suelo y temblaba de miedo, antes de volver a mirar a Tione. - Realmente has cambiado, Tione. Te has vuelto más débil. - una mirada de pura y simple decepción cruzó su rostro. - Tú... ya no eres una guerrera.

Su cuerpo se desplomó, casi como si hubiera perdido toda la voluntad de luchar.

Se oyó el sonido de las armas que caían en dirección a Ais, Tiona y Bell, ls tres seguían de pie donde estaban, mientras Tione se ponía en pie lentamente.

- La antigua tú nunca habría protegido una basura como esa. Ahora veo que no deberías haberte ido. Deberías haber continuado tus batallas en Telskyura con nosotras.

- ¡¿Estás bromeando...?! ¿Quién... quién querría quedarse en ese lugar...? - Tione siseó, mirando con profundo resentimiento.

Los ojos de Argana se entrecerraron mientras una pequeña sonrisa se formaba en sus labios.

- Todavía te arrepientes... de haber matado a Seldas, ¿no es así? - dijo Argana.

En ese instante, el tiempo pareció detenerse.

- Y sin embargo, al matarla, te hiciste más fuerte, ¿no? - continuó.

Los ojos de Tione se volvieron rojos.

- ¡¡¡GGHHAAAAAAAAA!!!

Un rugido ininteligible salió de lo más profundo de su garganta.

Olvidando el dolor, se dejó llevar por la locura y atacó a la otra mujer con una rabia incontrolable.

Pero antes de que su puño diera en el blanco.

- ¡Ya basta! - una voz atravesó la tensión.

La voz que los llamaba poseía una soberanía divina, y el cuerpo de Tione dio un escalofrío instintivo. Su puño cerrado se aflojó al volver en sí. Argana se giró en dirección a la voz.

Era Loki, junto con ella estaba el resto de los aventureros de la <familia Loki>.

- Si las cosas se intensifican más por aquí, la gente va a salir herida. No es algo que pueda permitir. - La diosa entrecerró los ojos; acababa de llegar desde la dirección del muelle, pero ya tenía el campo de batalla en la palma de su mano.

Rakuta, la chica medio conejo de la <familia Loki>, corrió para agarrar a Tione, aún tirada en el suelo, y sacarla del peligro.

Tiona, Ais y Bell bajaron sus puños y espadas respectivamente. Sus ojos se movieron hacia la diosa.

- ¡Argana, Bache, y los otros idiotas también! ¡El espectáculo ha terminado! - dijo una voz autoritaria y algo indiferente, cerca de donde Tione y Argana se peleaban.

Era la alta amazona, Caenis, con su larga lanza en la mano. Llevaba una sonrisa discreta en la cara.

Junto a ella estaba su diosa, Kali, acompañada también por varias de sus seguidoras.

- Mil disculpas, Loki. Parece que el mundo exterior era demasiado para mis hijas. - sacudió la cabeza con un suspiro y, aparentemente forzada, refunfuñó cuando sus ojos se encontraron con los de Loki. - ¿Debemos compartir la culpa? Después de todo, su <Princesa de la Espada> y su <Sable> también hicieron un número con mis chicas.

- Lo que sea. Sólo vete, ¿entiendes? Y no quiero volver a verte a ti ni a ninguna de tus "chicas". - dijo Loki.

Mientras que Bache había salido airosa de su batalla con Tiona, al grupo de amazonas al que se habían enfrentado Ais y Bell no les había ido tan bien, sobre todo a las que se enfrentaron a el albina. Todas tenían numerosos cortes y heridas bastante graves, hasta el punto de que no podían ocultar su dolor ni siquiera moverse correctamente.

Habían sido maltratadas.

Las chicas en cuestión miraron a Bell con horror y admiración mientras él envainaba su espada con pesar.

Se dejó llevar por su deseo y su resultado lo miraba fijamente.

"¡ȺƀɇɍɍɍɍȺȼ̧ƗøN!"

Esa palabra resonó en su conciencia provocando su desesperación.

El chico sacudió la cabeza intentando quitarse todo eso de la cabeza.

- ¿Bell...?

Una mano se posó suavemente en su hombro.

Esa voz y su tacto devolvieron su conciencia al mundo real. Mirando a un lado, acabó encontrando el par de ojos dorados de Ais, que reflejaban preocupación en ellos.

- ¿Estás bien?

El chico de los ojos carmesí volvió a llevarse la mano a la cara, sus venas habían desaparecido y sus ojos habían perdido su llama.

- Yo... ¡Ngh!

Después de haber recibido tantos golpes directos de Bache y de haber luchado contra un gran número de amazonas estaba claro que no se iría sin algún tipo de secuela. La única razón por la que no había sido dañado desde el principio era por la avivante adrenalina que corría por sus venas.

Incluso antes de que sus piernas perdieran toda la fuerza, la rubia a su lado había tomado precauciones, rodeando su cuello con el brazo del albino.

- Estás malherido. Te llevaré a Lefiya.

- Gracias...

Antes de que pudiera dar un paso atrás con Ais, Bell sintió que una mirada encima.

Sus ojos carmesí se dirigieron al observador, encontrándose con los de Caenis.

Durante un breve segundo, las dos miradas se comunicaron entre sí.

La sonrisa de Caenis se intensificó cuando Bell llego con la joven elfa de pelo naranja.

Mientras tanto, con Kali...

Se limitó a sonreír y se dio la vuelta.

- Ta-ta... - Dijo infantilmente la diosa de pelo largo y rojo.

Argana y Bache pasaron por delante de ellos, Bache tan silenciosa como siempre y Argana les dirigió una mirada de reojo cuando pasaron primero por delante de Ais, Bell, Tiona y finalmente Tione. El resto de las amazonas también se pusieron en fila obedientemente detrás de su diosa, varias de ellas ayudadas, y se fueron.

- Ouch... ella realmente fue por mí de verdad. - susurró Tiona. Efectivamente, la chica parecía magullada, los moretones ya empezaban a aparecer por toda su piel cobriza.

Sin embargo, por mucho que lamentara el dolor, había algo más importante en su mente y lanzó una mirada a su hermana.

Ais también se dio cuenta de la dirección de su mirada.

La chica en cuestión estaba de pie en medio de la carretera desierta, de espaldas a ellos.

Sus ojos siguieron al grupo de amazonas en retirada hasta que desaparecieron en la distancia.

- Parece que esto es más serio de lo que pensaba.... - murmuró Loki, sus palabras quedaron atrapadas en la brisa y dieron vueltas hacia Tione.

Tione se llevó la mano al pecho aún dolorido, sin prestarle atención a la sangre que manchaba su boca mientras el viento jugaba con su larga melena negra.

- Ngh...

"Seldas".

El nombre se agitó en su corazón, un nombre que había mantenido enterrado durante tanto tiempo, y con él, los recuerdos que la perseguían. Era una parte de su pasado que no quería recordar.

Se sentía perdida, confundida, simplemente mirando el cielo, tan azul como el paisaje de sus recuerdos.

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El cielo también estaba azul ese día.

Y era sofocante, calcinando la arena con el calor abrasador del sol.

El suelo de tierra compactada ya estaba manchado de un rojo brillante por la sangre fresca del día.

- ¡Se wehga! ¡Se wehga! ¡Se wehga!

El rugido ensordecedor la rodeó. Felicidades. Los mejores deseos para ella, Tione, que se mantiene firme en el centro de la arena. Los elogios y la adoración llovieron sobre su pequeño cuerpo desde todos los rincones de las gradas.

"Se wehga" era una expresión exclusiva de las amazonas de Telskyura.

Traducido a grandes rasgos, significaba "Tú eres un verdadero guerrero".

No podía ver nada por encima de la estruendosa ovación, su sentido del oído era casi inútil mientras se dirigía hacia el oponente que tenía delante. Con manos temblorosas, arrancó la máscara del cuerpo de la amazona que había matado mientras la sangre de la chica se derramaba como una fuente en el suelo.

Ella conocía esa cara.

Era el rostro de la chica que había curado sus heridas, que había dormido a su lado tantas noches, que había devuelto el calor a su frío corazón.

La chica que había sido como una hermana mayor para ella, una madre, una de las figuras más importantes de su vida.

- Seldas...

Aunque el nombre pasó por los labios temblorosos de Tione, los ojos de Selda ya habían descendido a la oscuridad. Nunca más responderían a su voz

Había una regla sobre quién luchaba contra quién en los ritos.

Pero Tione y los demás entendieron mal esa regla.

La razón por la que todavía no habían tenido que luchar contra ninguna de las chicas en la misma habitación era simplemente que no había llegado el momento adecuado. Al fortalecer los recipientes de su carne, reforzaron sus vínculos con sus compañeros. Crearon amigos, familia para que los amaran.

Y luego, se les hizo matar a esos seres queridos.

Esta era su manera de liberar su ira. Para obligarles a superar su dolor. Para secar las lágrimas de sus ojos.

Así creaban "verdaderos guerreros", libres de todo tipo de emociones y perfectamente formados para el combate.

Todo formaba parte de este procedimiento para hacer guerreros.

- No, no...

Algo se rompió. El mundo que Tione había conocido se desmoronó a su alrededor en el momento en que se quitó la máscara.

Por primera vez en su vida, cuando puso las manos sobre la chica que amaba, supo diferenciar el bien del mal. Se dio cuenta de lo retorcida, de lo equivocada que estaba, acuchillando a sus compañeros sin siquiera dudar, al igual que mataba a los monstruos que les precedían.

Ese día y en ese lugar, la chica que tanto admiraba, la única madre que había tenido, le había enseñado una importante lección... la agonía de perder a alguien que amaba.

La había herido. No, su país, su diosa, esas tradiciones guerreras, sus hermanas habían...

Mientras las lágrimas de furia caían de sus ojos, Tione miro hacia el cielo y rugió.

- ¡Se wehga! ¡Se wehga! ¡Se wehga!

Tú eres un verdadero guerrero. Tú eres un verdadero guerrero. Tú eres un verdadero guerrero.

Los cánticos eran ensordecedores. Alabando a la niña en la arena, aullando al cielo. Bautizada como una guerrera adulta, habiendo superado la prueba y ahora un paso más cerca de los dioses.

Pero para Tione, las palabras no eran más que una maldición.

Era su quinto cumpleaños. El día en que Tione mató a quien amaba... y avanzó al nivel dos.

Los ojos de Tione no volverían a ver con claridad.

...................

..............

........

....

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La luna en el cielo pasó su luz sobre las montañas, el bosque y el lago.

La cortina de la noche descendió sobre Meren.

En un lugar privado.

Las cortinas de terciopelo cubrían todas las paredes de la habitación iluminada por piedras mágicas.

La alfombra de terciopelo, los jarrones, el sofá, todo estaba teñido de un carmesí intenso. Había algo casi licencioso en ella, ya que cada rincón rezumaba un aura de burdel. No contenía ni una sola ventana; la totalidad de la sala era subterránea. En su interior, sus paredes estaban llenas de amazonas de la <familia Kali>, vestidas con atuendos de guerreras.

Argana, Bache, Caenis y las demás descansaban en la habitación, cada una por su lado, mientras que Kali estaba tumbada en el sofá.

Sus pequeños labios se abrieron en un bostezo.

Sin previo aviso, Caenis, que se apoyaba silenciosamente en el brazo del sillón de su diosa, movio sus ojos hacia la entrada.

Como respuesta, la única puerta de la habitación se abrió.

- Están todos aquí. Perfecto. - dijo la recién llegada, una diosa de piel cobriza. Su cuerpo estaba adornado de oro, desde el anillo que rodeaba su cabeza hasta sus pendientes, collar, pulseras y tobilleras. En cuanto a la ropa, sólo llevaba un tanga y unas tiras de tela a modo de top, todo ello atado con un cinturón a la cintura. Todo en ella parecía estar formado para incitar la lujuria de los ojos masculinos, desde su amplio pecho y sus suaves miembros hasta sus curvilíneas caderas. Era increíblemente hermosa. Tanto es así que la ropa sólo se interpone en su belleza.

Las amazonas de Telskyura, que no han conocido más que el combate durante toda su vida, se sintieron inmediatamente atraídas por ella.

Sin importar que todas las mujeres fueran iguales a ella, las bocas de todas las presentes cayeron en un estupor extasiado y sus mejillas se sonrojaron de un rojo intenso. Argana dirigió sus ojos al recién llegado con curiosidad, Bache frunció el ceño en un intento de resistirse antes de apartar la mirada, y finalmente Caenis dirigió su mirada con gran indiferencia.

Una fascinación demoníaca llenaba la sala, lo suficientemente fuerte como para cautivar a hombres y mujeres y poner a otros dioses en su lugar.

La diosa hizo girar una larga pipa de kiseru entre sus dedos mientras sus ojos se entrecerraban en señal de provocación.

- ¡Por fin! Te estábamos esperando. - dijo Kali mostrando su habitual sonrisa de confianza mientras se levantaba del sofá.

Cuando la diosa entró en la sala, un rastro de mujeres la siguió. Ellas también eran amazonas, similares a la <familia Kali>. Cada una de ellas lucía un cuerpo monstruoso, prácticamente indescifrable para un monstruo de dos metros, pero increíblemente bello y con largas piernas.

Su seductora deidad patrona se sentó en el sofá frente a Kali.

Con la mesa en el centro de la sala entre ellos, las dos facciones dirigidas por la diosa se enfrentaron.

- Puede que sea un poco tarde para hacer este tipo de preguntas, pero sólo quiero confirmar... eres Ishtar, ¿cierto? - preguntó Kali.

- Sí, así es. - respondió la diosa seductora confirmando con una sonrisa.

<Familia Ishtar>, una gran familia conocida por su superioridad en el combate, incluso entre las familias de Orario.

Al reinar sobre el <Distrito del Placer> en el sureste, su enorme esfera de influencia se consideraba la mayor de la ciudad, y sus cortesanas guerreras, conocidas como "amazonas", eran fácilmente lo suficientemente fuertes como para rivalizar con los aventureros más hábiles.

Su deidad patrona era la diosa de la belleza Ishtar.

Una diosa cuyos encantadores gánsteres podían atrapar los corazones de miles de personas, la encarnación misma de la belleza, y que tenía los burdeles de la ciudad firmemente en sus manos.

Kali, sin embargo, no se inmutó ni un momento ante la autoridad de Ishtar.

- Eres un poco extraña, ¿lo sabías? Enviar una solicitud a un país lejano como el nuestro...

- Por eso he explicado detalladamente mi razonamiento en las numerosas cartas que hemos intercambiado. No tengo miedo de utilizar cualquier medio necesario.

De hecho, fue a petición de Ishtar que Kali y el resto de sus seguidores viajaron a Meren en primer lugar, una cierta carta de petición, firmada por la diosa de la belleza, simplemente apareció en su puerta un día.

- ... Derribaré a esa mujer, Freya. - afirmó Ishtar, con una llama oscura ardiendo en sus ojos amatistas.

No había nadie que Ishtar despreciara más que la otra cabeza gemela de Orario, y casualmente la otra "diosa de la belleza", Freya. Fueron los celos los que estimularon su odio: envidiaba su prestigio, su renombre y, sobre todo, el hecho de ser considerada la diosa más bella de todo el mundo.

Ishtar se negó a ser conocida simplemente como la "Diosa de la Envidia", una deidad de la envidia tan poderosa que los dioses les habían advertido que anularía el destino de los humanos y sumiría al mundo inferior en el caos.

No, Ishtar se había comprometido a derrocar a su rival.

Precisamente por eso había recurrido a la ayuda de la Familia Kali para llevar a cabo su plan ahora.

- No tenía ni idea de qué esperar cuando llegó el primer mensaje secreto tuyo. - Kali observó, pensando en la primera carta que había recibido de Ishtar hacía más de un año.

La <familia Freya> era fácilmente la más fuerte de Orario, e Ishtar no era tan estúpida como para pensar que podría acabar con ellos. Su única opción, si tenía alguna esperanza de salir victoriosa, sería pedir ayuda a una de las potencias mucho más pequeñas del mundo: la Familia Kali, con sus guerreros que rivalizaban con los aventureros de primera categoría de Orario. Y así los sintió una y otra vez, no sólo con sus cartas, sino a través de las observaciones que su mensajera amazónica traía de la nación insular.

Aunque Kali no creyó en las cartas al principio, tras varios enviados y tributos de armamento de alto nivel, finalmente accedió a considerar la petición de Ishtar.

- Con todas las cosas consideradas, no tomó mucho tiempo captar su interés. - Dijo Ishtar.

- ¡Es una gran oportunidad! Para luchar contra la famosa <familia Freya>... y realmente, debes haber hecho tus deberes antes de venir a nosotros. Sabías que esto sería de nuestro agrado.

La verdadera razón por la que la <familia Kali> había decidido hacer caso a la petición de Ishtar, llegando a abandonar su propio país, era por la oportunidad que les ofrecía, luchar contra la irrefutable y poderosa <familia Freya>, la más fuerte de una ciudad ya conocida por su capacidad.

Era una oferta que Kali y sus amazonas, ávidas de combate, no podían rechazar, y fue un encuentro accidental de intereses para las dos diosas.

Ishtar cruzó sus esbeltas y bronceadas piernas mientras ella y la joven diosa del otro lado de la mesa intercambiaban sonrisas. Al captar las miradas lascivas de las seguidoras de Kali, que observaban todos sus movimientos, se llevó la punta de su pipa kiseru a los labios.

- Por el momento, sólo te comunicaré mi plan inicial. No me gustaría que tú y tus hijas anduvieran sueltas ni nada por el estilo, ¿verdad?

- ¿Qué, no confías en nosotros? - se burló Kali.

- Cuidaría mi lengua si fuera ustedes, pequeños neandertales.

La advertencia de Ishtar fue acompañada por una nube de humo púrpura que salió de entre sus labios.

Detrás de Kali, Caenis y las demás amazonas de la <familia Kali> esbozaron sonrisas polémicas dirigidas a los seguidores de Ishtar. Las enormes mujeres detrás de Ishtar respondieron de la misma manera. Aunque la alianza se había formado, el ambiente de la sala parecía que estallaria en cualquier momento.

- ¡Samira! - gritó Ishtar, cortando la tensión.

Una amazona de pelo gris se acercó a la mesa de patas cortas entre las dos diosas, desplegando un pergamino sobre su superficie.

Era un mapa de Orario.

- Nuestro territorio está aquí, el <Distrito del Placer> en el sureste. La casa de la <familia Freya>, por otra parte, se encuentra aquí, justo en el centro del distrito comercial. Para poner las cosas en perspectiva, Meren se encuentra en el suroeste de Orario. - explicó Ishtar, señalando con su delicado dedo cada lugar del mapa.

- Hmmm... Interesante. Así que el enemigo ya está muy bien entre nosotros... - Kali reflexionó con un movimiento de cabeza, apoyándose en la mesa. - ¿Un ataque en pinza, entonces?

- Precisamente. - confirmó Ishtar con una sonrisa. - Mi familia comenzará el ataque, y mientras Freya y sus seguidores tienen toda su atención en nosotros, tú y tus guerreros se acercarán sigilosamente por detrás.

Ishtar había elegido un aliado fuera de la ciudad, no sólo para asegurar el secreto de su plan, sino también para asegurar que su ataque fuera una completa sorpresa. Incluso la familia más fuerte de Orario no esperaría un ataque desde fuera de las murallas de la ciudad. Más aún si los atacantes tenían un poder de combate de nivel 6.

- ¿Y qué se supone que vamos a hacer con esos altos muros, eh? Seguro que tienen guardias, ¿no?

- Hay una cierta... compañía que tengo envuelta en mi dedo. Sólo tienes que entrar por la carga y deberías poder pasar sin una inspección. Si quieres, incluso puedo abrirte la puerta el día anterior. - explicó Ishtar, con las comisuras de la boca curvadas hacia arriba mientras su irresistible encanto hacía su trabajo. - Una vez que hayas terminado de prepararte, invadiremos el territorio de Freya. Y una vez que comience la lucha, esa será su señal para atacar. - terminó. Su aura personificaba la ferocidad a pesar de su fascinación dominante.

Ayudar a una fuerza externa a infiltrarse en la ciudad era un delito grave, pero Ishtar no tenía reparos en enemistarse con el Clan. Tal era la tenacidad de alguien que había pasado demasiado tiempo masticando su propia humillación.

Cuando Ishtar terminó de transmitir su plan, los ojos de Kali se entrecerraron.

- Je. Los celos de una diosa son realmente una cosa aterradora. Es una pena, en realidad, que una persona tan hermosa haya caído tanto -pensó, riéndose de la ironía. Aunque su aspecto exterior y su voz parecían los de una niña, la mordacidad de sus palabras y su forma de enfrentarse a los puñales dejaban claro que no era una niña.

Ishtar la regañó mientras sonreía.

- Di lo que quieras, pero haré lo que sea para que el mundo de esa mujer se derrumbe a su alrededor. - La sonrisa de la diosa se ensanchó, sus bellos rasgos rozaban lo demoníaco.

La intensidad que emanaba de cada uno de sus poros había llegado al punto de ser abrumadora incluso para los seguidores de Kali.

- En fin, eso es lo que puedo decir ahora. Incluso los bárbaros como tú deberían ser capaces de seguir unas instrucciones tan sencillas, ¿no?

- Je, encantadora como siempre. Pero lo simple es bueno. Después de todo, es la primera vez que nos encontramos cara a cara. No podemos esperar mucho ahora, ¿verdad? - Kali aceptó, desechando la afrenta de su oponente con simpatía. - ¿Cuánto tiempo hay que esperar?

- Los preparativos están tardando más de lo previsto. Sin embargo, siéntase libre de utilizar esta posada como desee hasta que llegue el día.

- Qué generosa.

- Lo sé. Deberías sentirte honrada. - Ishtar respondió con altanería.

- Sin embargo, incluso con la lujosa decoración, seguimos aquí dando el visto bueno... Mis chicas quieren salir a pelear, ¿no es así, Caenis? - Kali se recostó en el sofá y miró a la alta amazona que se recostaba a su lado.

- Ese <Señor de la Guerra>... Quiero ver de qué está hecho. - Dijo Caenis mostrando ansiedad en su mirada.

- Así es. - Dijo Kali.

- Ese boaz es sólo uno de los muchos del séquito de Freya. No actúes fuera de turno. - Ishtar siseó, con el humo púrpura escapando de sus dientes.

- Lo sé, lo sé. Esperemos como niñas buenas. - Respondió Kali con un gesto de las manos, pareciendo cada vez más una niña traviesa. - Hablando de eso, esta no es toda tu familia, ¿verdad Ishtar?

- ¿De verdad eres tan imbécil? Mi familia es tan grande como la tuya. Dejé a la mayoría de ellos en la ciudad y sólo traje a mis mejores chicas aquí. ¿Por qué lo preguntas? - preguntó la diosa de la belleza inclinando la cabeza.

- Sólo me preguntaba si sus chicas aquí serían las únicas que atacarían el frente del ataque de la pinza, eso es todo. Nuestro amigo el <Señor de la Guerra> es de nivel siete. Él solo sería suficiente para acabar con mi Caenis junto con mi Argana y Bache. No quiero que todo se acabe antes de empezar -señaló Kali con no demasiada delicadeza mientras miraba al séquito de Ishtar. También había dejado a la mayor parte de su familia en Telskyura. Desde su punto de vista, con la mayoría de los miembros de su enemigo en el nivel cinco y seis, la <familia Ishtar> no parecía exactamente la mejor opción para un ataque frontal.

Mientras los seguidores de Ishtar se apresuraron a enfadarse por el comentario, Ishtar se limitó a sonreír.

- No hay que preocuparse. Tengo algo especial en la manga -aseguró la diosa de la belleza, lanzando una mirada a una de las mujeres que estaban detrás de ella.

La mujer en cuestión era la única del grupo de otra raza.

Aunque su rostro estaba oculto por un velo de plumas de color blanco puro que le cubría la cabeza, por la cola que sobresalía de sus caderas, estaba claro que era descendiente de animales. Sus curvas delataban su feminidad y, combinadas con sus ropas, daban la impresión de ser un sacerdote o una doncella sintoísta adornada con un kazuki.

No respondió a la mirada cómplice de su deidad protectora, permaneciendo completamente callada y aparentemente desprovista de cualquier tipo de entusiasmo.

- ... ¿Hmm? - Kali miró a la chica con curiosidad.

A cambio, se encontró con un par de hermosos ojos verdes que la miraban fijamente desde detrás de su cubierta facial. Sin embargo, casi de inmediato, la mujer de piernas largas que estaba a su lado le bloqueó la vista, severa, mientras escondía a la chica oculta a su espalda.

- Básicamente estoy sirviendo tu victoria en una bandeja. Las sobras son tuyas para la toma.... Siéntase libre. - ofreció Ishtar, y sus seguidores detrás de ella respondieron con sonrisas bestiales.

Los seguidores de Kali no pudieron evitar sonreír ante la seductora propuesta.

- Aunque no estoy seguro de lo que me parece esta carta de triunfo tuya... supongo que tendrá que servir. Siempre y cuando entienda lo esencial. Por ahora, deberíamos conformarnos con eso, ¿no?

- Exactamente. Ese es el caso.

- Si es así, me gustaría que termináramos todo este asunto de mi indemnización, entonces -dijo Kali.

El cabello oscuro de Ishtar se agitó, con destellos de color púrpura visibles en medio de la rica obsidiana.

- Estaría encantada de pagar todo lo que desee. Simplemente diga su precio y yo...

- Guarda tu dinero. Ya no lo necesito. Quiero algo más.

- ¿Oh? - dijo Ishtar un poco sorprendida.

- Y también lo quiero antes de todo este plan. - dijo la diosa en miniatura, con un mínimo temblor en su voz.

Ishtar frunció el ceño. Con ojos afilados como agujas, miró a la otra diosa.

- ... Continúa.

- La <familia Loki>está actualmente en este puerto. No me malinterpretes, no tiene nada que ver con nosotros. Sólo una coincidencia, eso es todo. Parece que están aquí cazando algún tipo de monstruo florista devorador de hombres o algo así.

- ¿Flor comedora de hombres...? Ah, sí. Esos. - Una sonrisa despectiva cruzó los labios de Ishtar cuando hizo la conexión en su mente. - ¿Eh? ¿No me digas...?

- Entiendes... Esperaba ir contra ellos.

Las cejas de Ishtar se alzaron.

- No puedes hablar en serio. Enfrentarse a Freya y sus seguidores ya es bastante ridículo. La <familia Loki> lo sería aún más. ¡No puedo tenerte ensangrentada y magullada antes de que empieces la pelea con Freya! - replicó ella, con la voz amargada.

Kali levantó las manos en señal de súplica.

- Lo siento, lo siento... no he sido claro. Con "ellos" no me refería a toda la familia... sino a dos hermanas determinadas de la familia.

Al oír la palabra hermanas, los labios de Argana se abrieron en una sonrisa detrás de la diosa.

- Verás, Loki ha puesto las manos sobre algunos de mis hijos. Bueno, antiguos niños, al menos. Perdí a ambos en un incidente bastante... desafortunado. Todavía me toca un poco las fibras del corazón, ¿sabes?

- ... ¿Te refieres a las dos gemelas amazonas?

- ¡Son esos! Me gustaría que mi Argana y mi Bache pudieran hacerles frente.

Ishtar lanzó una mirada de desconcierto a las dos amazonas en cuestión.

Las dos eran hermanas, con el mismo pelo color arena cayendo sobre sus hombros. Mientras una ni siquiera intentaba contener su alegría, la otra permanecía en silencio.

Y, sin embargo, aunque sus actitudes hayan sido diferentes, ambas estaban imbuidas del mismo deseo carnal de luchar.

Caenis parecía duramente disgustada por no haber sido relevada.

- Dos hermanas que se fueron... dos hermanas que se quedaron... Cuál de ellas será más fuerte, me pregunto.... ¿Lograrán las que salgan adelante liberarse del recipiente en el que están atrapadas? ¿Alcanzarán nuevas cotas? ¿Un nuevo nivel? - reflexionó Kali, medio para sí misma, mientras sus ojos miraban a lo lejos. - Quiero ver esa batalla. La carnicería. Quiero ser testigo por mí misma de cuál fue la elección correcta... en una lluvia de sangre.

Con una intensidad, la voz de Kali se hizo más y más cálida mientras hablaba.

Sus ojos brillaban bajo la máscara, su garganta temblaba en un éxtasis inminente.

Esta vez, fueron las amazonas del bando de Ishtar las que se estremecieron, nerviosas al ver a la diosa de la guerra, la sangre y el caos en todo su esplendor. Estaba claro que la mujer que tenían delante no buscaba sólo el combate, sino una brillante lucha a muerte.

Lo que más gratificaba a Kali, y lo que había sido su único propósito al descender al mundo inferior, no había sido otra cosa que la propia guerra. El hecho de que su verdadera motivación se centrara únicamente en segar vidas la hacía aún más detestable. Pero fue ese simple propósito el que había atraído a Ishtar hacia ella en primer lugar; de alguna manera, la hacía parecer más "manejable"... Todavía. Ni siquiera Ishtar podría haber calculado el verdadero alcance de la sed de sangre de la pequeña diosa, y ante eso ahora, sólo podía fruncir el ceño con disgusto.

La mujer bestia con velo que estaba detrás de ella suspiró: ¿miedo, tal vez?

- Pero para que eso ocurra, necesito que mantengas al resto de tu familia a distancia. Hoy hemos aprendido bien que tienen varias chicas en sus filas que nos causarán problemas si lo intentamos de nuevo, la <Princesa Espada> en particular. Quiero que esto sea una pelea entre hermanas solamente. - exigió la pequeña diosa con arrogancia.

Ishtar, sin embargo, no quiere saber nada de eso, y estaba a punto de decírselo cuando...

- Kee-kee-kee. Deja que se diviertan, Lady Ishtar.

Cierta mujer gigante que observaba en silencio la escena que se desarrollaba detrás de Ishtar abrió finalmente su enorme boca.

- Phryne. - Dijo Ishtar.

"Así que esa orca habla..." - pensó Caenis, riéndose de su propio pensamiento.

- Esto podría ser un calentamiento para la pelea con Freya. Además, tarde o temprano incluso Orario se enterará de que Kali y sus seguidores están aquí en Meren. Si están convencidos de que su propósito al venir era luchar contra la <familia Loki>, no hay posibilidad de que el Gremio o Freya y su equipo levanten sospechas... - explicó la gigantesca amazona.

Aunque sus extremidades eran extrañamente cortas, el tamaño de su busto era considerable, y sobre su gran cuerpo y su cabeza aún más grande había un mechón de pelo corto, casi el perfil restante de una rana. También su voz, ronca y gutural, sonaba como si hubiera sido arrancada de un sapo, y la ronquera de su piel provocaba miradas de disgusto en el séquito de Kali e Ishtar.

Era nada menos que Phryne Jamil, capitana de la <familia Ishtar>.

Con el nivel cinco, era la más fuerte de la familia.

- Me encargaré de la <Princesa Espada> por ti.

- Eso es genial. Entonces mi Caenis puede encargarse de <Sable>. - Dijo Kali mirando a la mencionada amazona que le agradeció con una sonrisa.

A pesar del buen argumento que había dado la mujer rana, Ishtar seguía sospechando que tenía segundas intenciones, y la verdad es que no se le escapaba la arraigada enemistad que ardía en aquellos ojos gigantescos en cuanto Phryne mencionaba a la <Princesa de la Espada>.

- Muy bien, entonces. Phryne tiene un buen punto. Y no puedo decir que también me gusten mucho Loki y sus miembros -dijo finalmente coincidiendo con las consideraciones de Kali-. - Dicho esto, si descubrimos que mordemos más de lo que podemos masticar, me llevaré a mis chicas y tendrás que encargarte del resto por tu cuenta.

- Lo había asumido. - Kali asintió con frialdad. Los signos de una sonrisa empezaban a aparecer por fin en el rostro de la diosa. - No hay nada que me excite tanto como el baño de sangre, y nada enciende un fuego en mi estómago como los gritos de agonía cuando una pobre alma cruza la línea entre la vida y la muerte. No hay mayor emoción en todo el mundo. Y una delicia que mis hermanos más frívolos nunca podrán degustar, la guerra real, con vidas reales en juego. Eso... eso es la verdadera emoción del mundo inferior... y exactamente lo que busco. La única verdad que conocen mis hijos es la de la lucha y el derramamiento de sangre.

Desde el punto de vista de Ishtar, como alguien cuyo ser entero giraba en torno al amor y al sexo, el amor era la verdadera verdad universal e inmutable, pero como nunca se pondrían de acuerdo en esas cosas, mantuvo la boca cerrada.

- La guerra es el futuro. - Kali continuó cáusticamente, sus ojos rojos como la sangre se estrecharon dentro de las órbitas vacías de su máscara. - Y seré el primero en la fila para verlo.

//\\Continuara//\\

*Swones al habla*

Bien, a pasado un tiempo, pero no me voy a alargar, no me voy a disculpar por la tardanza porque tenia dos razones para durar tanto, una fue la universidad y la otra fue... ¡Era muy largo!, en fin, tratare de de traer el siguiente los antes posible. recuerden... Esa parte ya se la saben, Swones, cambio y fuera.

PD. Un coloreo que estuve haciendo como pasatiempo en compensación por la tardanza.

Es uno de muchos.

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