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"Dia de descanso"

Esa misma noche, justo después de la reunión.

Los principales aventureros que participaron en la expedición, a excepción de Ais, estaban reunidos en la tienda dedicada a los suministros, como la <Familia Loki> ya estaba haciendo sus preparativos para su partida el lugar no parecía abarrotado de cosas, dándoles un espacio para estar hay sin problemas.

- Esta es una información bastante grande... - Dice Tione.

- Y... Mas si directamente de los dioses... - Dice Tiona.

- Pero... Para que haya otra entrada más allá de babel.... ¿Cómo puede ser eso? - pregunta Lefiya.

- No lo sabemos, pero que haya otras entradas tendría mucho sentido. Quiero decir, ¿cómo si no iban a arrastrar esas flores gigantes a la superficie? - dice Tione.

- Estoy... Estoy más preocupada por Ais. - dice Tiona.

Todas las miradas se volvieron hacia la amazona. Ahora la conversación tomó un giro diferente, centrándose en los acontecimientos que habían ocurrido en la reciente expedición. Muchas cosas sucedieron en paralelo a las pequeñas aventuras de Bell, la <Familia Loki> exploró las tierras desconocidas del piso 59 para desentrañar el misterio que la temida Tamer, Revis, había mencionado que existía a Ais, lo que reveló la existencia de espíritus infundidos en monstruos, los Demi-Espiritus.

- Por lo que recuerdo, Ais fue el primero en reconocer esa cosa como un espíritu. - dice Alicia recordando el momento de la batalla.

- Y ella se puso muy rara cuando lo vio, ¿verdad? - Lo dice una chica de pelo corto carmesí y ojos del mismo color que lleva una armadura ligera, era una de las aventureras de segunda clase de la <Familia Loki>, Narvi Roll.

- Bueno, siempre ha sido un poco rara, si me preguntas. - Dice una mujer bien dotada, de piel oscura, pelo largo de color negro, ojos rojos como el rubí y con un parche en el ojo izquierdo, que era la capitana de la <Familia Hefesto>, Tsubaki Collbrande.

- ¡¡Señorita Tsubaki!! - dice Lefiya llamando su atención.

- Aki, eres la que más tiempo lleva conociéndola. ¿Sabes algo? - pregunta Tione mirando a la semigato que está a su lado.

- Me temo que no. Por aquel entonces, Ais era aún más recluida que ahora. Ya he preguntado a los jefes al respecto, pero no hay una respuesta clara. - responde la llamada Aki, de segunda clase, así como la pelirroja Narvi.

- Espíritus, Aria... De alguna manera no puedo evitar pensar en esa leyenda, Dungeon Oratoria. - dice Tiona tratando de conectar las coincidencias.

- Esa leyenda tiene siglos de antigüedad. Cualquier conexión es ridícula. Y los espíritus no pueden tener hijos, ¿verdad? - dijo Tione.

- Hmmm... Supongo que no es nada después de todo... - Dice Tiona bajando la cabeza.

- En realidad... Hay alguien aquí con sangre espiritual corriendo por sus venas. - dice Tsubaki.

Justo después de decir estas palabras todos los allí presentes centraron su atención en la herrera con los ojos bien abiertos.

- ¡EEH! - dijeron todos en vítores.

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- ¿Ah? - dice Welf en medio de todos ellos, sin entender por qué estaba allí.

- Como saben, este cachorro es el herrero del grupo de Bell Cranel. También es de mi familia. - dice Tsubaki presentando al pelirrojo a todos.

- ¿Qué carajos está pasando aquí? ¡Oye, Tsubaki, explícate! - dice el chico pelirrojo un poco molesto con su capitana.

Tsubaki agarra al chico por el cuello.

- Este chico se llama Welf Crozzo. - dice el herrero.

Se produce un asombro en todos los presentes.

- ... ¿Crozzo? - pregunta Tione, que parecía desconocer este nombre.

- Espera, no querrás decir... Ese maldecido herrero de espadas mágicas Crozzo, ¿no? - dice Aki con incredulidad.

- ¡Ese mismo! El creador de espadas invencibles, la legendaria magia Crozzo del reino de Rakia... Este niño es un descendiente. - Responde la herrera con el ojo parchado mientras molesta a Welf con su agarre.

Todos parecían mirar al chico con una mezcla de sorpresa y curiosidad, pero una persona parecía diferente, la orgullosa elfa Alicia no parecía feliz.

- ¡¡Crozzo...!! - dice Alice en un tono bajo de enfado.

La ira de Alicia no fue en injustificada, ya que las armas fabricadas por la familia Crozzo devastaron en su día a su pueblo y a una parte del <Bosque Real de Alf>.

- Espera, Alicia. - dice Tsubaki mostrando la palma de su mano al elfo. - Tengo entendido que las aldeas de los elfos fueron diezmadas por las espadas mágicas Crozzo. Ese enfado está ciertamente justificado. Pero... Este chico ha renegado de su linaje Crozzo. Por razones que ni siquiera puedo empezar a entender, Welf desprecia su herencia. Incluso odia sus propias habilidades. Podría fabricar todo un arsenal de armas mágicas de la más alta calidad, pero se niega a pensar siquiera en fabricar una. Es un talento desperdiciado. - hace una pausa. - Acabó dejando atrás a Rakia y su hogar. ¿Ves, Alicia? Puede que tú y él tengáis más en común de lo que crees. - dice la herrera con una gran sonrisa en la cara.

Alicia permaneció en silencio, su expresión furiosa se suavizó hasta el punto de que ya no existía, su ira había pasado.

- Concentrémonos en el tema principal. - dice Tione retomando el tema. - ¿Tienes sangre espiritual o no? - pregunta la amazona a Welf.

- Un momento... - dice Welf mirando a Tsubaki con los ojos entrecerrados.

- Oye. Deberías estar bien, ¿verdad? No tienes nada que perder. - dice la tuerta.

- Bueno, no me gusta que la gente se meta en mi vida, pero... Puedo explicar la relación de los Crozzo con los espíritus. En la antigüedad, el primer Crozzo salvó a un espíritu de una manada de monstruos. Acabó gravemente herido, por lo que el espíritu le ofreció su sangre como agradecimiento. Su sangre compartida no sólo le salvó la vida, sino que le otorgó sus milagrosos poderes mágicos nacidos del espíritu.

- El milagro del espíritu... - dice Tiona con la boca abierta.

- Entonces, la capacidad de Crozzo para producir en masa esas ridículas espadas fue.... - Dice Alicia.

- Un subproducto de la sangre de nuestros antepasados. - dice Welf, complementando la frase de la elfa.

- Tiona-san en esa leyenda, tenía una descripción del espíritu. - dice Lefiya refiriéndose a Dungeon Oratoria.

- Hm, nunca he visto una. Todas las versiones que leí eran copias manuscritas, así que quién sabe qué cosas podrían cambiar después de tantos años.... - dice Tiona.

- Welf, ¿estás seguro de que no sabes nada más sobre la conexión espiritual? - le pregunta Tsubaki al pelirrojo.

- ¿Cómo diablos voy a saberlo? Sólo el primer Crozzo tuvo contacto directo con este espíritu, no yo. - responde Welf.

- ¡Hombre, eres un auténtico inútil cuando se trata de algo importante! Ya sea fabricando armas o proporcionando información, tus esfuerzos son la mitad de inútiles. - dice la herrera.

- ¿¡Qué tienen que ver mis habilidades de forja con esto!? ¿¡Qué clase de mierda tienes en la cabeza!? - dice Welf gritando a Tsubaki. - Si te interesan las leyendas, no me preguntes a mí. ¡Aquí hay alguien que sabe mucho más que yo! ¡He terminado aquí!

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- ¿Qué ocurre? - dice Bell sentado en medio de todos.

- Bueno, Bell Cranel. Welf dice que sabes cosas. Será mejor que te prepares. - dice Tsubaki, mirando fijamente al chico.

- ¿Prepararme? - dice Bell, inclinando ligeramente la cabeza.

El chico mira a su lado y se topa con una sonriente Tiona.

- ¡Argonauta-kun! Sabes mucho de leyendas, ¿no?

- Bueno... No me considero ningún erudito ni nada por el estilo, pero me temo que tengo un amplio conocimiento sobre el tema debido a las diversas historias que leí de niño.

- Entonces, ¿a quién salvó Sir Girard, eh? - pregunta Tiona, poniendo a prueba al chico.

- Reina Altis. - respondió Bell casi inmediatamente.

Empezó a emocionarse cada vez más.

- ¿Quién ofreció la espada de la victoria al Rey de los Caballeros?

- El hada Viviane, la Dama del Lago y sacerdotisa de la legendaria isla de Avalon.

- ¿El primer héroe?

- El rey de Uruk, Gilgamesh.

- Entonces, ¿dónde mató Giorgio, el cazadragones, a la bestia?

- En el lago Sirena.

- Entonces, ¿qué arma utilizó para matarlo?

- Utilizó una lanza y una espada sagrada llamada Ascalon, la capturó y la mató golpeándola en un punto ciego desprovisto de escamas.

- ¡WOW! ¡¡Increíble!! - dice la amazona rezumando felicidad. - Bien, entonces, ¿quién... - Tiona iba a continuar, pero es interrumpida por Tione que pone la cabeza de su hermana en el suelo.

- Ahh, es suficiente. - dice Tione mientras hace callar a su hermana. - Volviendo al tema, ¿sabes algo de un espíritu llamado Aria?

Bell recuerda rápidamente cuando Ais hablo sobre este nombre y también cuando Lefiya lo buscaba en la biblioteca tratando de encontrar algún tipo de relación entre las dos. Las palabras le subieron a la garganta, pero en un breve segundo de reflexión el chico decidió pensar mejor lo que iba a decir, no quería romper la confianza que la Princesa había depositado en él exponiendo un secreto tan personal que ni siquiera sus amigos podrían conocer.

- El gran espíritu, Aria... De los cuentos de <Dungeon Oratoria> y relacionado con el héroe Albert, ¿verdad?

- ¡Sí, sí! ¡Ese mismo! - Tione dice como afirmación. - Bien, ¿sabes si en la historia Aria compartió alguna vez su sangre con alguien?

- Bueno, no se menciona eso.

- Bien, ¿alguna vez ha ayudado a un humano herido? ¿Y que el humano tenga descendencia?

Bell se paró a pensar, repasa la historia paso a paso repasando todos sus acontecimientos sólo preocupándose de las menciones del espíritu. En un instante encuentra algo que puede ser útil.

- Creo que algo así ocurrió, de cierto modo, pero no se mencionó específicamente. Aunque... – dice Bell llamando cada vez más la atención de todos. - No estoy tan seguro de que haya "descendencia", en sí misma. Pero... El héroe Albert el magno tenía supuestamente un hijo.

- ¿¡¡¡QUÉ!!!? - dice Tiona en un grito liberándose de su hermana, parecía totalmente sorprendida y emocionada, sus ojos parecían brillar de emoción. - Nunca he oído nada sobre esto. ¿Has leído la versión original? ¿La primera de hace mil años?

- Oh... Bueno... Realmente no lo sé. Se parecía más a las notas de mi abuelo.

- Así que... ¿Los escribió tu abuelo? ¿Cómo puedes decir que puede ser verdad? - dice Tione.

- Pues bien, mi abuelo siempre recalcó que sus escritos eran las historias verdaderas y estaba muy orgulloso de este hecho. Así que creo que eran realmente ciertas, basándome en los comportamientos que tenía. - dice Bell explicando su punto de vista.

- Bueno... Si tú lo dices. - dijo Tione creyendo al chico.

- ¿Qué pasó con el niño? - pregunta Tiona con curiosidad. - Recuerdo que al final de la historia de Albert...

- Sí, se involucró en la batalla... Y desapareció.

- Por cierto, ¿quiénes eran las mujeres de su grupo? - dice la amazona más joven haciendo otra pregunta al joven de pelo blanco.

- Veamos... - se pone la mano en la barbilla. - La emperatriz amazona, Evelda; una imponente berserker de la que se perdió el nombre y... Celdia... - el apellido fue dicho de forma curiosa por Bell, parecía un poco informal por su parte.

- ¡Ah, sí! La reina de los altos elfos, Celdia... - dice Tiona en cierto modo como complemento.

- SEÑORITA TIONA, ¿QUÉ ESTÁ TRATANDO DE INSINUAR? – exclamo una voz estridente.

Bell, Tiona y los demás dirigen sus miradas a la dueña de esa voz, los ojos sorprendidos de todos se encuentran con los de la orgullosa elfa Alicia. Incluso después de que los focos se dirigieran hacia ella, continuó:

- ¡Celdia-sama es una santa eterna y amada! ¡Sin impurezas! El orgullo de nuestro pueblo. ¡Que dejó su casa para salvar el mundo! ¡¡¡Es impensable que tenga un hijo con alguien de otra raza!!! Para evitar comentarios descuidados, ¡permita que Lefiya y yo le enseñemos un poco!

- ¿¡Y-YO!? - dice Leffiya sorprendida.

Alicia continuó con su largo sermón durante mucho tiempo hasta que fue calmada por sus compañeros. Poco después de todo lo ocurrido le dieron las gracias a Bell, él les devolvió la amabilidad y se fue a dormir.

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Vuelve el brillo de los grandes cristales, comenzando el día dentro de la Dungeon. El comienzo del día fue bastante monótono, por orden de Finn el chico de los ojos carmesí no podía tomarse su tiempo con el trabajo. Bell se dedicó a conocer el piso con su grupo y también a invitar a los miembros de la <Familia Takemikazuchi>, para él, aquello podría ser una buena oportunidad para que sus compañeros vieran que ellos no eran malas personas y superaran su ira. En parte, su "plan" dio resultado, a Lily ya no parecía molestarle su presencia, incluso lograba entablar una conversación normal con ellos, pero en compensación Welf parecía seguir teniendo un problema con Ouka.

Tras una breve visita a <Rivera>, Bell y todo el grupo regresaron al campamento. Por una invitación de Tione el grupo se separó dejando sólo a Bell, Welf y Ouka, pero no tardaron en separarse también.

En su tienda, mientras afilaba a Anglakel, Bell siente que alguien se acerca.

- Ah, pero si es Bell-kun - dice Hermes al entrar. - Veo que estás algo solo.

- Hola Hermes. - dice Bell, deteniendo el afilado de la hoja carmesí. - ¿Qué puedo hacer por usted?

- Qué opinas... ¿si damos un paseo? - sugiere el dios.

- Perdóname, pero debo terminar de afilar a Anglakel. - dice el chico mientras comprueba el filo de su espada.

- ¡Oh, sí! Lo entiendo perfectamente. - dice Hermes teatralmente. - Pero por favor, piensa un poco. No sólo me gustaría pasar un rato tranquilo contigo, sino también hablar.

- ¿Hablar?

- Sí, y creo que podrías estar interesado.

Bell parecía estar empezando a prestarle atención al dios.

- Creo que ya conoces bien a Maanna. ¿Pero te has preguntado alguna vez por qué está contigo?

La mención de Maanna fue suficiente para sorprenderle, teniendo en cuenta que nadie más que Loki conocía el espíritu de su espada.

- Hable. - dice Bell en un tono un poco más serio.

- Calma, calma. No necesitamos ponernos tensos aquí. - dice Hermes con las manos levantadas. - Pronto lo sabrás, pero primero ¿qué tal si damos un paseo?

Bell suspira relajando su afilada mirada, guarda a Anglakel en su vaina y sigue a Hermes.

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Por encima de los árboles, el dios mensajero y el joven de pelo blanco se movían entre las ramas.

- Hermes, ¿qué estamos haciendo? - pregunta Bell.

- Ya lo verás. - respondió Hermes con una sonrisa en la cara.

Caminando un poco más, un destello brillante golpea los ojos carmesí del chico.

- Aquí. ya llegamos. - dice Hermes en tono bajo.

Los ojos de Bell se acostumbran poco a poco a la luminosidad revelando el paisaje justo debajo, un pequeño arroyo cristalino, que no sería nada especial si no fuera por las mujeres que se bañan allí.

Mira eso...

La sonrisa del dios se ensancha mientras que a Bell parece importarle poco y se pregunta "¿por qué estoy aquí?".

El joven se giró y comenzó a caminar con cuidado en dirección contraria a Hermes con cara de desinterés.

Aguafiestas...

- ¿Oh? Bell-kun, ¿a dónde vas?

- Ya me voy.

- ¿Qué...? No te quedaste ni medio minuto. Este es el paraíso de todo hombre. Deberías quedarte un poco más.

Escucha al hombre Bell. Parece sabio.

Bell no escuchó a ninguno de los dos y comenzó a alejarse, pero una mano se posó en su hombro.

- Hazlo, Bell-kun. ¡Honra a tu abuelo! - dice Hermes en voz alta.

- Cómo...

- ¿Oyeron algo?

- Creo que viene de ahí arriba.

- Maldita sea... - dice Hermes. - Bell-kun. Fue un honor. Nunca olvidaré su sacrificio.

- ¿Sacrificio?

Sin darse cuenta el joven es empujado de la rama en la que estaba en dirección hacia el lago, lo último que vio fue al dios saludándolo con la cara llena de lagrimas

Bell cae sobre el agua provocando una gran ola, que atrae todas las miradas de las presentes. Cuando el chico sale, encuentra a las dos hermanas amazonas completamente desnudas.

- ¿Bell? ¿Qué estás haciendo aquí? - pregunta Tione.

- ¿También querías bañarte, Argonauta-kun? - pregunta Tiona junto a su hermana inocentemente.

Cuando se dieron cuenta de la presencia del chico allí, todos se cubrieron y se escondieron como pudieron. El rostro estoico del muchacho se sonrojó ligeramente al apartar la vista de las dos amazonas, y Bell miró directamente a algo que para él sí podía ser la "Visión del paraíso". La cara del chico se puso roja, su boca se abrió y sus ojos se abrieron por completo al tener la imagen de la <Sword Princess> completamente desnuda en su campo de visión.

"¡MIERDA! ¡¡MIERDA!! ¡¡MIERDA!! ¡¡¡¡MIERDA!!!! ¡¡¡MIERDA!!!" – piensa Bell estando estático.

La chica se cubrió sus partes como pudo evitando la mirada directa con el chico, en sus mejillas se estaba formando un ligero rubor.

Mierda...

- ¡Grr! ¡Deja de mirar! - dice Bell en un tono alto mientras envuelve a Maanna en sus brazos.

El joven de pelo blanco se apresura a abandonar el lugar, asustando a las dos amazonas que están cerca.

Bell corrió hacia el bosque hasta asegurarse de que estaba solo.

Perdiste una oportunidad...

Maanna apenas pudo terminar de hablar cuando su guarda se estrelló contra un árbol.

- ¡CÁLLATE! ¡CÁLLATE! ¡CÁLLATE! - gritó Bell golpeando a Maanna contra el grueso árbol.

¡¡CALMA!! ¡¡AY!! ¡LO SIENTO!

Tras la breve paliza, el chico nota una presencia un tanto amenazante seguida de un cuchillo que golpea el árbol justo detrás de él. Sin perder tiempo Bell desenfunda a Maanna poniéndose en guardia.

- ¿Quién está ahí? ¡Revélate! - dice una voz familiar que viene de delante.

Al reconocer al dueño de la voz el joven sale de entre los arbustos, era Ryuu bañándose en un arroyo aislado de los demás. Al notar que la elfa estaba sin ropa, el chico apartó inmediatamente la mirada mientras ella se cubría sus partes con cierta vergüenza.

- Perdóname. No era mi intención. - dice Bell disculpándose por su "invasión".

- No... Está bien. Lamento mi descortesía. - sale del agua y va hacia su ropa.

La elfa se viste.

- Ya puedes mirar, Cranel-san.

Bell vuelve a mirar a Ryuu, que ahora estaba bien vestida con su larga capa verde.

- De nuevo, perdóname por esto. - se inclina. - Lo siento. No quise ser irrespetuoso.

Pronto Bell le explica toda la situación al elfo, dejándolo todo más claro.

- Ya veo. Así que fue por Hermes. - dice Ryuu.

- Señorita Ryuu. - dice Bell llamando la atención de la elfa. - Sé que esto puede sonar estúpido, pero ¿conoces el camino desde aquí hasta el campamento? No presté atención a la forma en que vine.

- Puedo llevarte allí. Pero primero necesito hacer algo antes, si no te importa.

Bell acepta la propuesta de Ryuu y ambos se marchan.

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En medio del bosque, Bell siguió a la elfa. Pasa poco tiempo y el chico la sigue hasta un claro donde en su centro había varias armas clavadas en el suelo, como si fuera un monumento. Llevando un puñado de flores, Ryuu camina tranquilamente hacia el centro del lugar, se arrodilla frente a las espadas y las lanzas colocando las flores suavemente en el suelo. Bell permaneció en silencio durante todo el tiempo, estaba seguro de que allí estaba la tumba de los antiguos compañeros de su amigo, así que lo menos que podía hacer era permanecer en silencio en señal de respeto. Ryuu se levanta y se acerca al joven de pelo blanco.

- Ya podemos irnos. - dice Ryuu poniéndose la máscara sobre la boca.

- Esos eran los miembros de tu familia, ¿no?

La elfa no dice nada, sólo asiente.

- Lo siento.

- Te lo agradezco, pero no hay de qué preocuparse. Mis lágrimas se secaron hace tiempo... Ahora tengo nuevos compañeros con los que puedo contar. - mira a Bell con una ligera sonrisa bajo su máscara.

- Yo... Lo entiendo bien. - dice Bell bajando un poco la cabeza.

Los dos continúan caminando en dirección al campamento de la <Familia Loki> donde finalmente se separan.

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Al día siguiente en <Rivira>...

En alguna taberna, el veterano aventurero Mord estaba bebiendo junto a sus compañeros.

- No puedo creer que ese mocoso me haya dejado en ridículo... - dice Mord, mostrando resentimiento.

- He oído que está aquí en el piso 18. Tal vez podamos darle una lección.

- ¡No seas idiota! Probablemente esté con la <Familia Loki>. No podemos arriesgarnos sólo para vengarnos de él.

- Grr... - gruñe Mord con frustración, no había superado la supuesta "humillación" que le había hecho pasar el chico y deseaba poder devolvérsela, pero parecía que la situación no le favorecía en absoluto.

De repente la puerta se abre y dos figuras entran en el establecimiento, una mujer de pelo corto color azul, con gafas que lleva una larga capa blanca y un hombre rubio con el pelo ligeramente ondulado que lleva ropa sencilla junto con un sombrero con una pluma en la cabeza, esos eran Hermes y la capitana de su familia, Asfi.

- Hola, hola. - dice el dios mientras se acerca al grupo a paso lento. - Perdóname por fisgonear, pero no pude evitar escuchar su conversación.

- ¿Un dios? - dice Mord sorprendido.

- Debes estar hablando de Sable, ¿verdad? - dice el dios mensajero con la mirada entrecerrada.

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Cuando pasó la hora prevista para la partida, la <Familia Loki> estaba lista para regresar. Por orden de Finn se dividieron en dos grupos: el grupo de Exterminio, con la función de derrotar al jefe de piso <Goliath> y despejar el camino para el otro grupo; y el grupo de Transporte, con el deber de escoltar todos los suministros e items de la expedición de vuelta a la superficie. Bell se encontraba en el grupo de Transporte, dirigido por Raúl.

El primer grupo ya había salido, según una de las órdenes, el segundo grupo sólo podía seguir su camino después de dos horas de la salida. El joven de pelo blanco seguía afilando su espada carmesí con cierta frustración, deseaba unirse al grupo de Exterminio, pero debido a la presencia de sus compañeros debía conformarse con su posición.

- ¿Cuánto falta? - pregunta Mikoto.

- Sólo han pasado veinte minutos. El mínimo es de dos horas de espera, según el señor Finn. - dice Bell, contestando a la chica.

- Entonces seguiremos esperando aquí durante mucho tiempo. - dice Welf con los brazos cruzados. - No sería un gran problema si no estuviera aquí. - dijo el pelirrojo con una punta.

- ¿¡Qué estas insinuando!? - replica Ouka.

- ¡Lo sabes muy bien! - dice Welf, mirando al hombre del kimono.

Los dos se empezaron a pelear con la mirada. Mikoto, Chigusa y Lily los calmaron.

- Bueno, si todavía tenemos tiempo... Vuelvo enseguida. - dice Lily.

- Lilicuajo, ¿a dónde vas? - dice Welf antes de que Bell abra la boca.

- Aprovecharé que estoy aquí y trataré de buscar algunos items. Perdimos mucho con nuestro desastroso viaje, tenemos que irnos con al menos algo de dinero en el bolsillo.- dije.

Bell suspira.

- Está bien... Pero no tardes demasiado y no te arriesgues.

- Está bien, Sr. Bell. Lily no tardará más de una hora. - recoge algunas cosas y se va al bosque.

Una hora y cuarenta minutos después...

Los cinco seguían esperando a Lily, el plazo que ella misma se había fijado había pasado y el grupo de Transporte ya estaba haciendo los últimos preparativos.

- Lily está tardando demasiado... - dijo Bell en un tono relativamente bajo y algo incómodo.

- Si... Lilicuajo ya debería estar de vuelta. - dice Welf.

- Me pregunto si ha pasado algo. - dice Chigusa con miedo.

- Iré a buscarla. - dice Bell, dando un paso adelante.

- Oye, yo también iré. - dijo Welf, poniendo la mano en el hombro de Bell.

- Nosotros también podemos ir. - dice Ouka.

- Sí, es lo menos que podemos hacer. - dice Mikoto con un aura de determinación.

- Tengo que alertar al comandante del grupo. Luego nos iremos enseguida. - dice Bell.

El chico de ojos carmesí camina con paso firme hacia Raúl, que está discutiendo con Aki y Cruz.

- Raúl. - dice Bell llamando la atención del pelinegro.

- Ah, Bell-san, no vamos dentro de veinte minutos. Si pudiera avisarle a tu grupo.

- Ha ocurrido un imprevisto. Mi compañera de grupo se fue y nunca volvió. Ha pasado más de una hora. Vine a avisarte de que voy a buscarla. - dijo Bell con más seriedad de la habitual.

Raúl se sobresaltó en ese momento, junto con los otros dos que le rodeaban.

- ¿Qué? Esto parece bastante serio... Espera un momento, te ayudaré. - se giro hacia la semigato. - Aki, ¿podrás encargarte de todo mientras yo no esté?

- De acuerdo. - asiente con la cabeza.

Bell no discutió, simplemente aceptó tranquilamente la ayuda de su compañero de familia.

- ¡Yo también voy! - dijo el elfo de pelo naranja desde detrás del chico de pelo blanco. - Yo... Todavía estoy en deuda. ¡Así que deja te ayude!

El chico de ojos carmesí mira a Lefiya, la mirada decidida de la joven elfa fue suficiente para convencerlo. Con un solo movimiento de cabeza, Bell acepta la ayuda. Cruz y Aki se quedan atrás mientras Bell, Lefiya y Raúl se dirigen hacia el pequeño grupo y se ponen a buscar.

Más allá, la elfa enmascarada había escuchado la conversación del chico de pelo blanco, con pasos silenciosos camina entre la pequeña multitud.

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En el bosque el grupo se había dividido para encontrar pistas sobre el paradero de la pallum. Solo, Bell buscó cualquier indicio de su compañero, pero su suerte parecía no acompañarle.

Tras unos largos minutos de búsqueda no se encontró nada. De repente el chico siente una presencia lejana y al girarse identifica un cuchillo que viene hacia él, sin pensarlo mucho Bell desenfunda a Maanna y se defiende del proyectil con facilidad. La presencia desaparece casi inmediatamente, mientras el joven envainaba su espada se fijó en el arma que había sido arrojada al suelo, en ella había un mensaje. Se acerca al cuchillo y quita el papel que envuelve la hoja.

Ve al acantilado al este de Rivira.

Ven solo y no se lo digas a nadie.

O si no, la chica muere.

Bell aprieta el puño aplastando la carta, una presión aplastante es emanada por el chico, comienza a correr entre los árboles hacia el "punto de encuentro" dejando caer la carta al suelo, donde una mano la atrapa.

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En la cima de un pequeño acantilado varios hombres armados esperaban la llegada de alguien. De repente, un chico entra en su campo de visión, los hombres sonríen. Entrando en el espacio del gran grupo de aventureros el joven levanta la cabeza revelando sus ojos carmesí que alimentan una fuerte ira.

- Supongo que ustedes son los responsables de la desaparición de mi amiga. Quiero tener una charla con su líder. - dice Bell, imponiendo su voz, tratando de ser lo más racional posible.

Los hombres empiezan a reírse del niño.

- Este chico realmente se cree mucho.

- ¿Intenta ser duro? ¡Jajaja!

De entre toda esa gente, uno de ellos avanza, un hombre fuerte, de barbilla robusta y barba fina con algunas cicatrices en la cara se presenta ante Bell.

- Eres el aventurero del bar. - dice Bell.

- Así que el famoso Sable me reconoció. - dice en un tono de burla. - Soy Mord Latro, pero creo que al "principito" de la <Familia Loki> poco debe importarle recordarlo.

- Deja de hablar de más. - dice ahora Bell con impaciencia. - ¡Dime dónde está Lily!

- ¿Qué sucede? ¿El mocoso se puso un poco nervioso? ¡Ja, ja! - dice Mord una vez más, burlandose y provocando las risas de sus compañeros. - Si hablas de la semi-humana, ella está bien. Por ahora.

Los aventureros comienzan a rodearlo.

- ¿Hiciste todo esto por mero resentimiento? Qué patético.

- ¿¡Qué!? - dice Mord, apretando los dientes por el enojo. - Crees que eres un buen tipo sólo porque vienes de una gran familia. - saca su espada. - ¡Acabas de entrar en un nido de serpientes, mocoso! ¡Ya no puedes pasar por debajo de la falda de tu familia!

- Como si la necesitara. - desenfunda a Maanna. - Nunca tuviste una oportunidad contra mí.

Bell dejo salir su presencia que estaba siendo contenida, el aire comenzó a pesar de manera inimaginable, los aventureros allí presentes parecían impactados por tanta brutalidad y poder que presentaba su espíritu, incluso Mord parecía intimidado por la poderosa presencia que cada vez lo abrumaba más. Sacando algo de su espalda, el aventurero lo lanzó cerca de los pies de Bell, lo que provocó una espesa cortina de humo. La súbita acción alivió la aplastante presión del chico.

"Una bomba de humo..." - piensa Bell poniéndose en guardia.

El humo se disipa revelando la desaparición de Mord.

"¿Dónde?" - Bell piensa.

El chico no tuvo mucho tiempo para pensar, su cuerpo se movió hacia atrás por puro instinto y entonces apareció un corte poco profundo en su cara.

"¿Qué fue eso? ¿La nada me atacó?"

Una vez más su cuerpo reaccionó, sólo que esta vez Bell decidió seguir su instinto. En una voltereta hacia atrás, el chico da una patada a la nada y cae de pie unos metros más atrás.

Grr...

Un débil gemido fue captado por los oídos del chico de ojos carmesí.

"Sentí que mi pie chocaba con algo.... Me pregunto si es invisible. ¿Es eso una magia?" - comienza a pensar en las posibilidades. - "No tengo tiempo para pensar sobre eso. Confiaré en mis instintos de batalla".

Bell cierra los ojos agudizando sus otros sentidos. El chico espera pacientemente el siguiente movimiento que su oponente con espada en mano. En cuestión de segundos siente que algo corta el aire verticalmente, da un paso al costado y golpea la nada con el pomo de Maanna, el golpe impacta com algo.

¡Grra!

El gruñido fue más fuerte esta vez, lo que hizoque su ubicación quedara expuesta. Rápidamente el chico de ojos carmesí avanza conun fuerte golpe de media luna. El sonido del metal rompiéndose se puede escuchar de cerca junto con un fino chorro de sangre. Sin perder tiempo, Bell manda una potente patada que da en el blanco y al mismo tiempo lo revela.

Mord sale disparado a metros de distancia por la fuerza de la patada en la cara mientras un casco negro sale despedido por los aires cayendo por un precipicio.

- M-M-M-Maldito... - dice Mord adolorido, con la nariz ensangrentada y con un diente perdido.

El joven de pelo blanco se acerca tranquilamente al aventurero deteniéndose a pocos centímetros con su espada apuntando hacia él.

- Se acabó. - dice Bell.

- Tienes razón.

En un acto de cobardía, Mord hace estallar una bomba de humo cerca de la cara de Bell. Como reacción, el chico rápidamente cubre sus ojos. Viendo la oportunidad, el aventurero corta el tendón del joven, haciendo caer su espada.

- ¡No te vez tan valiente sin tu espada! - dice Mord preparando un ataque con su espada rota.

La proximidad hacía imposible que el chico escapara, de cualquier manera la espada rota lo atravesaría.

(*Sangre a borbotones*)

La sangre de Bell empieza a gotear en el suelo. El muchacho de ojos carmesí sostenía la hoja de la espada de Mord con su mano desnuda.

- Te diré algo...

El chico hace girar su muñeca y baja rápidamente la espada de su cuello.

- Soy la hoja de mi espada...

Bell deja caer la espada dejando su mano en una palma abierta completamente recta. Su palma se desliza por el aire hacia Mord.

- Hoja oculta, primera postura.

El aire comienza a rasgarse.

- Windblade.

Como el golpe de una espada su mano hace un corte limpio a través de la cara de Moldo haciendo una herida horizontal que divide su cara. El aventurero cae al suelo dolorido tratando de alejarse lo más posible de Bell. Al final Mord había sido derrotado, los demás no se atrevieron a hacer el menor movimiento.

- Lárguense. - dice Bell en tono amenazante junto con su aura hostil.

Todos los presentes no se lo pensaron dos veces, convencidos por el miedo los aventureros allí presentes se marcharon dejando a Mord solo con el demonio.

El chico toma a Maanna. Un poco más lejos aparecen figuras familiares.

- ¡Oye, Bell! - dice Welf corriendo con los demás hacia Bell.

- Hola chicos... - dice el chico de pelo blanco un poco sorprendido. Mientras se producía el revuelo, Mord aprovechó y huyó arrastrándose. - ¿Cómo?

- Tuvimos algo de ayuda. - dice Raúl, apuntando su mirada a un elfo enmascarado.

- Es bueno ver que estás bien, Cranel-san. - dice Ryuu.

- Si... Bueno... En partes. - dice el chico mostrando el corte en su mano y su tendón.

- Ah... ¡Yo te ayudaré! - dice Lefiya.

La joven elfa apunta con su bastón a la herida y conjura un hechizo de curación que cierra las heridas del chico.

- Gracias. - le da las gracias a la elfa. - Todavía no la he encontrado... - el chico deja de hablar cuando ve a Lily entre el grupo.

- Perdóneme por preocuparlo, Sr. Bell... - dice la chica con la cabeza baja.

En un instante, Lily siente que una mano se posa en su cabeza acariciándola.

- No tienes que disculparte. Lo que importa es que estás bien. - dice Bell acariciando la cabeza de la pallum.

- Ahora que Sable-dono está con nosotros podemos volver. - dice Mikoto.

La batalla habia terminado. Bell camina tranquilamente con el grupo.

Dando un paso adelante el chico siente una enorme presencia.

"¿¡Qué...!?"

No le da tiempo a pensar, sus ojos se movieron rápidamente hacia el techo. Los cristales comienzan a romperse, se forma una gran fisura en el techo y de ella cae algo gigantesco que provoca un terremoto y llama la atención de todos. La enorme cosa comienza a moverse y a levantarse. De un tamaño colosal, piel negra y cuerpo ancho, Bell lo identificó en el acto. El jefe de piso <Goliath> estaba de pie ante todos.

La tempestad había comenzado.

//\\Continuara...//\\

*Swones se sube al escenario*

¡Están disfrutando los dos capítulos seguidos! Bueno como ven traduje otro capítulo, parece mentira eso de que iba tardar un poquito más en subir capitulos, y como dije antes, las paz ya acabo, comenzó la llovizna antes de la Tempestad. No olviden como siempre opinar que parte de la traducción se puede mejorar y antes de irme los dejo con unos memes para los que leyeron el capítulo.


Ahora sin nada más que decir, este fue Swones, cambio y fuera.

PD. Yo soy las letras de mi teclado.

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