Descontrol
Bell abre sus ojos. Se queda mirando el techo de su habitación, pensando en lo que había visto hace unos segundos. El chico intento moverse, pero sus músculos parecían estar rígidos y cansados, se da cuenta de que tiene vendas por todo el cuerpo que le recuerdan su fatídico encuentro con los monstruos planta. Sus ojos se abrieron y sus mejillas se inflan ligeramente.
- Parece que perdí otro día... - dice Bell un poco molesto.
Se acomoda en la cama para poder sentarse, pero termina notando a una persona con la cabeza en el colchón durmiendo como un ángel, era la misma <Princesa de la Espada>. Bell se sorprende al ver a la chica con la cabeza recostada a su lado. Intento salirse de la cama en silencio, pero su cuerpo no reacciona como esperaba y el chico cae sobre la cama y para su felicidad despierta a Ais que estaba a su lado.
- Hm... ¿Bell...? - pregunto Ais somnolienta mientras se rascaba los ojos.
- Lo siento. No quise despertarte.
Cuando Ais echó un vistazo más de cerca se sorprende al ver que Bell estaba despierto.
- Estás despierto... ¡Qué bien! - dijo la chica con alivio.
- ¿Cuánto tiempo estuve dormido?
- Casi cuatro días.
Los ojos de Bell se abrieron de par en par al darse cuanta que se habían perdido cuatro días por estar en cama.
- ¿Eh? - Ais inclinó un poco la cabeza. - ¿Pasa algo? - dice ella, notando que Bell estaba visiblemente molesto.
- No es nada importante. Solo que no he estado en la Dungeon durante días. - dice bajando la cabeza.
Ais pudo ver claramente la cara de tristeza que Bell intentaba ocultar, se quedo pensativa durante unos minutos hasta que se le ocurre una idea.
- ¿Qué te parecería entrenar conmigo? - pregunto Ais con su mirada estoica.
Bell levanta la cabeza inmediatamente después de escuchar esas palabras, sus ojos estaban ligeramente abiertos mirando directamente a la chica de pelo dorado. Ais se sorprende por la repentina reacción de Bell.
- ¿Está segura? - dijo el chico, su expresión volvió a la normalidad en cuestión de instantes, pero su voz reveló una cierta emoción que no pudo contener del todo.
Ais asintió al chico.
- Hiciste todo lo posible para proteger a Lefiya y a las demás mientras yo no estaba. Supongo que es lo menos que puedo hacer para recompensarte.
- Eso no fue nada. - dijo Bell rascándose la mejilla mientras miraba hacia otro lado. - Era mi deber ayudarlas, aunque mis habilidades aún no estuvieran a la altura de esos monstruos... - Dice con un poco de frustración.
Ais podía ver la frustración del chico, pero no sabía qué podía decir exactamente para consolarlo. Mientras la chica se revolvía la cabeza para encontrar las palabras ideales, Bell la sacó de sus pensamientos.
- Ais... ¿Cuánto tiempo llevas aquí conmigo? - dijo Bell mirando a Ais con su mirada calmada, aunque sus mejillas estaban ligeramente enrojecidas.
- Desde que te desmayaste.
- Lo siento... - dijo el chico bajando la mirada.- Te he quitado demasiado tiempo... disculpe.
- No hay problema. Quería estar aquí, así que no hace falta que te disculpes.
Bell se recompuso. Unos segundos después el chico de ojos carmesí nota un comportamiento poco habitual en la princesa, parecía ansiosa como si estuviera esperando algo.
- Y... ¿Y bien? - pregunto la chica mientras mira hacia otro lado.
- ¿Eh? - dijo Bell sin entender a que se refería.
- El entrenamiento... ¿Quieres...? - Dice la chica de forma pausada.
- Hmn. - dice el chico, asintiendo. - Sería un honor. – dijo el chico con una sonrisa y un ligero rubor en las mejillas.
Ais le devuelve una sonrisa a Bell.
- Riveria dijo que tus heridas estarían mejor en dos o tres días, así que empezaremos en cuanto estés mejor.
- Ya veo. - el chico mira a Ais. - Milady Ais, ¿podría hacerme un favor?
Ante la pregunta del chico, Ais inclina ligeramente la cabeza.
********************************************************************************
La oficina de Loki.
- ¿Está segura de eso? - Dijo la diosa pelirroja sentada en uno de los sofás de la sala, con expresión seria.
- Sí. Su regeneración mágica es algo anormal. Supera fácilmente la de un alto elfo. - dijo Riveria desde el sofá frente a Loki.
- ¿Eso podría significar que no es humano? - pregunto Gareth por ahí cerca.
- No... Es definitivamente humano, pero también está definitivamente lejos de ser normal. - dijo Loki.
- Bueno... Estoy convencido de que con el tiempo nuestras preguntas tendrán respuesta, pero hasta entonces debemos ser pacientes y no exigirle demasiado. Puede que sea un poco reservado, pero está empezando a soltarse.
Los tres asienten con la cabeza.
- Ayudo a Lefiya. Además está cambiando inconscientemente a Ais. - dice Riveria con una sonrisa en su rostro.
- Jeje. Este chico lleva poco tiempo aquí, pero ya ha dejado su huella. - dice Gareth con una sonrisa.
Loki se apoya en el sofá con los brazos detrás de la cabeza.
- Se lastimó bastante en esa pelea... Si no fuera por el efecto de ese milagro, podría estar mucho peor.
- Te refieres a su magia, ¿no? - dijo el enano.
La pelirroja asintió.
- Ahí radica otro misterio. Si desarrolló magia de ese nivel por sí mismo, su capacidad mágica debe ser al menos similar a la de un mago de nivel dos. - Riveria especula.
- Preveo que tendremos problemas con él. - dijo Finn con una pequeña sonrisa.
- Me has quitado las palabras de la boca. - dice Loki.
- ¿Por qué crees eso Finn? - dice Landrock con cierta duda y curiosidad.
- Bueno... Bell es un chico centrado y disciplinado, pero en las peleas se deja llevar por los impulsos. Aunque es hábil, se limita a poner todas las cartas sobre la mesa de forma precipitada. Me di cuenta de eso mientras estábamos peleando.
- Tienes razón. Cuando Bell-tan luchó con esos monstruos flor lo dio todo en un solo golpe que lo terminó por empeorar. No sé cómo se las arregló para seguir adelante después de eso.... - Loki suspira.
- Bueno, lo vigilaré para que no vuelva a suceder.
- ¡Vaya, vaya! ¿Dices que serás el guardián de Bell-tan? - dice Loki con una sonrisa.
- Bueno... En cierto modo. - dice Finn con una sonrisa irónica.
Justo cuando Loki iba a abrir la boca, un golpe en la puerta la interrumpe.
- Oh... ¡Puedes entrar! - dijo la diosa.
La puerta se abre y revela a Bell con su brazo apoyado en Ais, los dos entran en la habitación tímidamente.
- ¡Bell-tan! ¡Estás despierto!
- Kami-sama, quería que actualizaras mi estado.
- Oh... De verdad. - se pone la mano en la barbilla. - No has actualizado tu estado desde que llegaste aquí, ¿verdad? - se pone de pie. - Bueno, creo que por ahora es el fin del asunto. Ais-tan, ¿puedes ayudarlo a llegar a mi habitación?
- De acuerdo. Estaba a punto de hacerlo.
- Hmmm... Ya veo... - dijo Loki, mirando las cosas desde un ángulo diferente. - Así que vamos.
********************************************************************************
En la habitación de Loki.
Bell y su diosa estaban solos en la habitación, mientras que Ais se había quedado fuera de la puerta para ayudarle cuando saliera. Loki, sentada en su cama, comienza el proceso de actualización. Se perfora el dedo con un alfiler y vierte una gota de su sangre sobre la espalda expuesta de Bell, el tatuaje surge en la piel del joven y varios símbolos saltan de él quedando suspendidos sobre la luz que emana de él.
- ¡¿Qué...?! - dijo Loki con asombro mirando los símbolos. – Esto... es surrealista...
- ¿Hay algún problema, Kami-sama? - dice Bell escuchando los gritos de su diosa.
- Tu estado han aumentado bastante... - dijo Loki ocultando un poco su sorpresa.
- Eso me parece bien. - Bell devuelve su mirada hacia la nada con una ligera sonrisa de satisfacción.
Luego de finalizada la actualización. Loki pone una hoja de papel sobre la espalda de Bell y hace un círculo con su dedo índice en la superficie, mágicamente se llena de letras y números.
- Bueno, velo por ti mismo. - Dice la diosa entregándole el papel a Bell.
БΞŁŁ ϾЯΛЛΞŁ
LV 1
- ŦФЯϾ̧Λ: Ξ 526
- ЯΞSłSTΞ̂ЛϾłΛ: Ͼ 601
- ÐΞSTЯΞZΛ: Ξ 569
- ΛGłŁłÐΛÐΞ: Ξ 521
- MΛGłΛ: Б 705
///////////////////
MłŁΛGЯΞ:
<SPΞΛЯ ФŦ ŁłGHT>
Aumenta el poder de los ataques físicos y mágicos imbuyéndolos con un intenso poder de luz, proporciona regeneración física. Cuanto más tiempo se activa, más se fortalece, requiriendo gradualmente más mente.
/////////////////////
HΛБłŁłÐΛÐΝS:
<ΛVΛTΛЯ>
Perfecta unión de cuerpo y arma. Aumenta masivamente todos los atributos. Requiere una gran cantidad de mente.
<ŦФϾUS>
Aumenta la regeneración mágica mientras se lucha.
/////////////////////
Bell mira la hoja con satisfacción, pero en el fondo sentía que no era suficiente, que podía haber aumentado más.
- Gracias Kami-sama.
- ¡Ah! Antes de llamar a Ais-tan quería hablar contigo.
- ¿Ocurre algo?
El rostro de la diosa se vuelve serio.
- Bell-tan, mantén tu estatus en secreto para los demás. No se sabe a qué oídos puede llegar esa información.
- Entiendo perfectamente. No revelaré esto a nadie que no sea de total confianza.
- Bien. - Loki toma la hoja de estado de Bell y la arroja a la chimenea. - ¡Ais-tan, puedes llevarlo ahora!
Al instante la rubia abre la puerta del dormitorio.
- Disculpen. - la chica entra en la habitación y apoya a Bell en su hombro.
- No te esfuerces demasiado. – le dice la diosa a Bell que sale por la puerta junto a Ais.
En el exterior.
- Ah, Bell. Toma. - Ais muestra a Maanna en su mano y se la entrega a Bell.
- ¡Oh! Gracias. - dice el chico con una sonrisa.
- Bien... Gracias por prestármela.
- Hm... No hay de que...
Los dos se sonrojaron, el ambiente entre ellos se había vuelto incómodo de un momento al otro. Bell fue el primero en romper la tensión entre ellos.
- Milady Ais, gracias por su ayuda, pero creo que ya puedo caminar solo.
- Ah... Está bien. - soltando el brazo del chico.
- Gracias por todo. - dice, inclinándose hacia la chica.
- No hay problema. Era lo menos que podía hacer.
Los dos se separaron, y Bell se dirigió hacia la salida hasta que fue detenido por el pallum rubio.
- ¿Vas a alguna parte, Cranel? - pregunto Finn apoyado en una de las paredes mirando la espalda del chico.
- Señor Finn. - Dijo Bell con un sudor seco mientras se voltea hacia la dirección del pallum.
- Espero que no estés planeando ir a la Dungeon así. - dice el pequeño capitán con una semblante serio.
- Le juro que esa no era mi intención, señor. - respondió el chico con una mirada serena, pero con un tono de cautela. - Iba a las tiendas de la <familia Hefesto>.
Finn relajó su severa mirada, dio un suspiro y volvió a dirigir su mirada al chico.
- Si eso es así, todo bien. - Dijo con una mirada comprensiva. - ¿Te gustaría tener compañía?
- No, gracias. No le gustaría perder su tiempo conmigo.
- En absoluto, Cranel. Pero si no quieres estar acompañado no puedo obligarte. - le da la espalda a Bell. - Bueno, ten cuidado y no te esfuerces demasiado. - asiente al chico mientras se dirige a un pasillo.
- Sí, señor.
Bell le da la espalda y se dirige a su destino.
********************************************************************************
El día ya estaba terminando, las calles estaban cubiertas por la luz anaranjada del crepúsculo. Caminando en medio de unos callejones estaba el chico de pelo blanco caminando tranquilamente mientras discutía.
¿Un cuchillo?
- Sí. Llevo un tiempo pensando que sería útil tener un arma de repuesto por si pasara algo.
Y decidiste comprar un cuchillo.
- Sí. Está pensado para ser un arma de desenvaine rápido que se pueda ocultar fácilmente.
¿Así que sería una carta bajo la manga?
- Exactamente.
No es una mala idea, pero no me gusta que me reemplacen.
- Pareces un poco paranoico al respecto. - Bell esboza una ligera sonrisa. Levanta la mirada al cielo. - El día ha terminado y no me he dado cuenta.
Bajando un tramo de escaleras alguien choca accidentalmente con el chico y cae al suelo, era una pallum de pelo castaño y relativamente largos con ropas rojas con partes en blanco. El chico se dirige hacia la chica y le pregunta:
- Lo siento. ¿Estás bien?
Cuando la chica se levanta, una voz estridente llegó desde detrás de ellos.
- ¡No te escaparás de mí, Arde tu pequeña perra! - dice un hombre que corre hacia la chica en el suelo mientras sacaba una espada de la espalda.
Cuando el ataque estaba a punto de golpear a la indefensa pallum, Bell desenfunda rápidamente a Maanna y detiene el avance de la espada.
- ¿Qué crees que estás haciendo? – pregunto Bell con la mirada perdida al hombre que tiene delante.
El hombre se aparta y vuelve a enfundar su espada.
- ¿Quién eres tú? ¿Por casualidad estas con ella? - pregunto con un pie atrás, parecía claramente intimidado por la mirada de Bell, pero se esforzaba por disimularlo.
- No. No la conozco. - dijo secamente.
- Entonces, ¿por qué la proteges?
- Porque hay un loco que corre detrás de ella con una espada.
- ¿Qué? ¿Te estás burlando de mí? - saca su espada de nuevo, pero ahora en dirección a Bell.
- ¡Ya basta! - dice una voz conocida.
Los dos miran en dirección a la voz. Era Ryuu en lo alto de las escaleras con una bolsa compras en las manos.
- No deberían estar peleando en medio de la ciudad, así que les pido que se detengan ahora. - dice la elfa con una mirada aguza.
- ¡¿O qué?! ¡Será mejor que no te mantengas alejado de esto elfa o te las verás conmigo!
- ¡Silencio! - grito Ryuu con un aura cuanto menos intimidatoria. - No me hagas usar la violencia. Siempre pierdo el control cuando me enfado...
- Tse... ¡Maldita sea! - el hombre se aleja.
Bell relaja su postura y enfunda a Maanna.
- Gracias señorita Ryuu. Llegas justo a tiempo.
Se acerca.
- No fue nada. Siento haber interferido.
- No pasa nada. - se acuerda de la chica. Bell se gira, pero no ve a nadie - La chica... se fue.
- Hm...
Los dos miran hacia uno de los pasillos de delante sintiendo una pequeña presencia, pero cuando la ven ya había desaparecido en el mismo instante.
"Supongo que se asustó y huyó". - pensó Bell.
- Si te haces daño, Syr estará muy triste. Por favor, tenga cuidado.
Al escuchar el nombre de su amiga, Bell recordó algo.
- Señorita Ryuu. - dice, llamando la atención de la elfa. - Tome. - le entrega una cartera.
- Esto es...
- La cartera de la señorita Syr. Tuve algunos problemas durante el <Monsterphilia> que me hicieron pasar unos días en cama.
- Así que por eso está vendado. - dice la elfa mirando las vendas de Bell.
- Sí, pero ahora estoy mejor. No te preocupes.
- Entiendo. Se lo dire. - recoge su bolso. - Y se lo daré.
- Gracias de nuevo, señorita Ryuu. - se inclina ante ella.
- De nada.
Los dos se despiden y se van en direcciones distintas.
********************************************************************************
La noche ya había llegado. Bell había acudido al Gremio por motivos propios, habló brevemente con Eina y le preguntó si podía ver el expediente del aventurero de hace dieciséis años. Con mucha cautela se lo permitió y el chico se encontró ahora leyendo una pila de documentos en una pequeña habitación oscura.
- Nada... - dijo Bell en tono melancólico. - No hay nada sobre mis padres aquí... ¡Mierda!
Su melancolía se convierte en frustración, su puño se aprieta y por puro instinto golpea una de las estanterías haciendo que un montón de papeles caigan al suelo. Con remordimiento por lo que hizo recogió las hojas, pero cuando las estaba devolviendo a la estantería se sorprendió por uno de los papeles de aventureros.
- Espera... ¿Esto no es de? ...¿Ryuu? - Dice impresionado mirando la hoja.
Por pura curiosidad se pone a leer toda la hoja. Tras su "fracaso" se despide de Eina y se dirige a la Mansión Crepúsculo.
En otro lugar.
Sentada en un elegante sillón, una esbelta diosa de largos cabellos plateados y ojos seductores se deleitaba con una copa de vino. Tras dar un sorbo a la bebida, la diosa la deja sobre la mesa.
- Te has esforzado mucho, mi pequeño. Pero no puedes triunfar solo con eso, así que permíteme darte un regalo. - Se levanta y se dirige a una de las estanterías de la amplia sala.
La bella mujer de cuerpo escultural toma uno de los libros de la fila.
- Esto le servirá. - dice con una hermosa sonrisa. - Ottar.
Al cabo de unos segundos entra en la sala un boaz alto y musculoso, medía más de dos metros, su pelo y sus ojos eran de color óxido y tenía una expresión bastante intimidante.
- Sí, Freya-sama. - dijo el hombre llamado Ottar.
- Me gustaría que le dieras esto a Bell Cranel. - le extiende el libro a Ottar.
Toma el libro de las delicadas manos de su diosa.
- Como usted ordene.
Vuelve a su sillón y toma de nuevo su copa medio llena.
- No hay necesidad de apresurarse. Tómate tu tiempo.
- Entendido.
El hombre sale de la habitación con el libro en la mano mientras Freya se queda mirando su privilegiada vista de la ciudad.
- ¿Hasta dónde llegarás, conejito? - dice Freya burlonamente.
********************************************************************************
Pasaron tres días.
A petición de Finn, Bell no fue a la Dungeon durante esos días. Aprovechando el tiempo libre se dedicó a practicar con su cuchillo y de vez en cuando visitaba la <Anfitriona de la fertilidad> para visitar a Mia y a las demás.
Bell se encontraba en su habitación poniéndose la armadura, ya no tenía vendas en el cuerpo y sus heridas ya estaban completamente curadas. Ya listo, sin su capucha, se dirigió hacia el patio de la mansión. Era temprano, el sol aún no había salido.
En el patio, Bell se encuentra con Ais, que le estaba esperando allí.
- Buenos días, Milady Ais. ¿Te he hecho esperar? - dijo el chico con una discreta sonrisa. Estaba emocionado aunque no lo demostrara.
- Buenos días, Bell.
- Así que... ¿Cómo va a ser el entrenamiento?
- Hm... ¿Cómo será...? - dice pensativa. - Para ser honesta, he estado pensando en ello desde ese día, pero realmente no lo sé. Maanna es una espada, ¿no? Hm... - se lleva la mano a la barbilla pensando todavía en cómo sería el entrenamiento.
Después de un tiempo pensando, Ais encuentra una respuesta, desenvainando a Desperate y colocándola cerca, luego empuña su vaina como un arma.
- Entrenaremos mientras luchamos.
- Pero tu espada...
- Usaré mi vaina. No soy muy bueno para controlarme, no quiero hacerte daño.
Bell comprende el punto de vista de Ais, pero sus mejillas no dejan de inflarse de ira y vergüenza por el hecho de que ella utilice la vaina de su espada para luchar contra él. Despejando sus pensamientos, saca a Maanna de su cintura e inmediatamente adopta una postura de ataque.
- Así que... Comencemos.
- Con su permiso. - dice Bell con una sonrisa.
Comienza el entrenamiento.
Bell hace el primer movimiento, con ambas manos en el mango del arma corre hacia Ais y la ataca con un corte vertical de abajo hacia arriba, sin embargo la chica desvía el golpe con facilidad y luego intenta hacerle una estocada, pero él logra esquivarlo con dificultad.
En el mismo segundo Ais da una patada al chico, por la proximidad de los dos el conejo no tiene tiempo de defenderse y recibe el golpe de lleno siendo lanzado unos pasos atrás. Todavía de pie, Bell recompone su postura encarando a la princesa que tiene enfrente, ambos se quedan quietos mirándose un rato hasta que Ais da el segundo paso.
Avanza hacia el chico con una estocada, pero Bell desvía y desliza su espada contra la vaina, aprovechando la proximidad, desciende con Maanna hacia Ais que desvía el golpe desplazando su vaina a un lado.
A partir de ahí los dos comienzan una secuencia de golpes, el aire siseaba ferozmente por la fuerza de los ataques que chocaban, una melodía única resonaba en el aire. Los dos bailaron al ritmo de la música, Bell parecía feliz y Ais mostraba el mismo sentimiento.
Sin embargo, el baile se acaba con un movimiento brusco de la <Princesa de la Espada> que le pega una patada justo en la cara al chico. Saliendo disparado hacia atrás, golpeándose contra el suelo. Los ojos de Ais se abren de par en par por la sorpresa, se había emocionado demasiado y había acabado de dar todo de si en ese golpe.
"Qué fuerte es..." - Bell piensa admirando la fuerza de la princesa desmayándose poco después.
- Creo que me excedí un poco... ¿Qué hago ahora? - dice Ais mirando a Bell en el suelo.
//\\Continuara...//\\
*Swones al habla*
Disculpen la tardanza, ya falta poco para que este completamente desocupado, pero hey, es mejor esperar unos pocos días y traer una buena traducción que suba todo de golpe y ver cómo Ryuu habla como un caballero y que todos los elfos sean duendes, no es broma lo de duende. Ya saben señalen algo que crean que se pueda mejorar y den su estrellita, sin nada más que decir, los dejo con un edit hecho por mi de Lefiya.
Este fue Swones, cambio y fuera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro