Capítulo 9: El inicio de un viajero quebrado
Estoy jodido.
Desde el momento en que ese papel llegó a mis manos mi vida parece que se ha detenido por completo.
Un recibo por mil millones de valis.
Aun puedo recordar la cara del abuelo justo cuando termine de leerla.
Una sonrisa boba se formaba en sus labios, su lengua sacada, los ojos mirando hacia otro lado y su mano golpeándose la cabeza, como si estuviera diciendo "Qué torpe soy".
Qué repelús.
Ver esa expresión hizo que por un momento le pierda todo tipo de respeto y cariño que le tuve por toda mi corta vida.
Es desagradable ver a un anciano hacer eso.
Ah, con solo recordarlo hace que mis vellos se pongan de punta y que mi cuerpo tiemble con vergüenza ajena.
–...
En serio, ¿Cómo se le ocurrió que yo fuera el que cargará esa deuda? ¿Qué les pasó por la cabeza al hacer que un simple niño de 7 años quedase endeudado hasta el cuello?
Todo es culpa de "Santa Claus" (El abuelo)
Se supone que él traía regalos y lo único que trajo fueron desgracias.
La espada, el cuchillo, el traje y la mochila, todas esas cosas formaban el valor total de mi deuda, osea que yo prácticamente estaba pagando mis regalos.
Yo era mi propio "Santa Claus"
El tío Zald y mamá tampoco dijeron nada sobre la situación, solo atinaron a desearme suerte consiguiendo el dinero antes de que esa Diosa salga a buscarme.
En ese momento me sentí traicionado y mi vida parece que se detuvo.
–...
Dejo salir un fuerte suspiro.
Ya han pasado años de ese suceso.
6 años para ser exactos.
El recibo aún está conmigo, recordándome que soy un hombre pobre endeudado, que ha estado comiendo croquetas de papa durante toda la semana para ahorrar el máximo dinero posible.
Después de todo, ya no tengo quien me haga de comer.
El tiempo de estar en casa se había acabado.
Hace tan solo una semana había cumplido los 13 años de edad, ese día fue bastante especial para mí, ya que hubo una celebración en casa para felicitarme y darme ánimos.
Todo estaba bien.
Hubo de en esa fiesta: Alcohol, pasteles, dulces, comida, payasos, mujeres, peleas, sangre, encuentros inesperados y finalmente una despedida.
Lloré mucho ese día, tanto que aún puedo sentir el ardor de mis ojos como si hubiese sido ayer…¿Qué extraño? ¿Estoy cayendo en la locura?
"Es hora de que emprendas tu viaje, chico"
Las palabras de aquel hombre que me había condenado a una vida de trabajo aún vibraban en mi cabeza.
Después de ese día de celebración me dijo eso, para después darme unas palmadas en la espalda y lanzarme fuera de casa.
"¡Ve y captura muchos monstruos!"
Dijo eso mientras me lanzaba una gorra roja. ¿Para que yo quisiera eso? ¿Y porqué capturaria monstruos?
Sip, definitivamente el abuelo se había enloquecido totalmente…Tal vez lo había hecho hace mucho, quizás cuando decidió darme una gigantesca deuda.
No hubo cosas más que contar, más que palabras de mamá y el tío Zald.
Durante estos últimos 6 años no he hecho nada notable más que entrenar como una maldita bestia, estudiar como una maldita bestia y comer como una maldita bestia.
Todo ese tiempo fue justo para esto, para este momento.
El momento que había esperado tanto y que me llenaba de ansiedad por las noches finalmente estaba aquí.
Yo, Bell Cranel, con 13 años, ahora era un hombre libre de viajar por el mundo.
Qué agotador…
No es que no estuviera feliz o emocionado, solo que dar un paso tan importante para mí vida me hacía sentir bastante nervioso, a pesar de que ha pasado una semana mi cuerpo no deja de sentirse como la primera vez que tome una carreta hacia un pueblo cercano del mio.
Una semana ha pasado desde que esté viaje ha comenzado.
Voy a tener que dar mi máximo esfuerzo…
X. X. X.
El traqueteo incesante de la carreta pinchan mis tímpanos.
Los baches del camino no hacían nada más que molestar mi descanso en este viaje, no dejaban de mover la carreta e interrumpir mi ensoñación.
Abro los ojos y miro el cielo azul, recordando porque estaba aquí subido en una carreta llena de cajas y objetos de diferentes tipos que no dejaban de golpear mi cuerpo.
Soy un hombre pobre, esa es la razón.
–¡Mantente alerta, chico. Este es un lugar que estaban reportando como peligroso!
Sentado en un rincón de la carreta escucho la voz del conductor, el cual parecía preocupado, pues era algo bastante obvio, después de todo estábamos yendo por una zona extremadamente peligrosa.
El pueblo de Agris estaba a tan solo unas horas, pero para llegar allí teníamos que cruzar un largo y ancho bosque, el camino era difícil pero nada que un conductor con experiencia no pudiera pasar.
Lo malo eran los bandidos.
Olvidándome de todos mis problemas por unos segundos, decidí mantenerme alerta ante la situación que pronto se nos vendría.
Hay personas en el bosque…
Puedo sentirlo, nos están observando y no parecen hacerlo con buenas intenciones.
El viento parecía traer un aura de muerte, pero decidí no darle importancia, el "viento" a veces se vuelve juguetón conmigo.
En el pueblo anterior había un anuncio que decía que por estos lares unos bandidos habían hecho de este su hogar, y que atracaban cualquier tipo de vehículo que pase por aquí.
Se les había intentado capturar, pero hábilmente escapaban usando el bosque como escondite, así que después de tanto esfuerzo decidieron rendirse y dejar que alguien más tome el trabajo.
Esa persona fui yo.
Tan solo por una módica cuota de 10.000 valis, me encargaría de limpiar este bosque poniendo mi vida en riesgo y capturando a cada uno de los sujetos que acechaba aquí.
10 000 valis no es mucho…
De hecho nadie quiso tomar el trabajo debido a su bajo pago, después de todo nadie arriesgaría su vida por un pago tan miserable, no valía la pena hacerlo…
¡Pero yo lo tome! ¿Por qué? ¡Por qué estoy quebrado!
¡¡Soy pobre!!
Incluso si es un mísero valis lo tomaré sin dudarlo y sin chistar.
Ah, ¿por qué me está sucediendo esto?
A penas y tengo 1500 valis en mi bolsillo, es el total de mi patrimonio actualmente, así que yo, Bell Cranel, me ví obligado a tomar trabajos de escolta.
Las lágrimas salían de mis ojos…
¿Debí haber rechazado los regalos y quedarme con una espada de madera? Seguramente no estuviera pasando por este momento.
Mi cabeza duele y parece que el viento que golpea mi cuerpo no deja de burlarse de mí.
–....
Olvidemos eso por unos segundos.
Ellos ya se movieron.
*Swicht* *tap* *crack*
Múltiples sonidos del viento siendo cortado llegaron a mis oídos, en ese momento el traqueteo de la carreta se detuvo y los caballos gimieron con fuerza.
Múltiples flechas y lanzas habían cortado el camino, haciendo que los caballos se detuvieran con extremo miedo.
La carreta se detuvo bruscamente, sino me hubiese dado cuenta que esto pasaría, seguramente ya habría sido mandado a volar lejos del lugar.
Los árboles empezaron a moverse, múltiples pasos pisando hierba y tierra se escucharon por el lugar, además de los sonidos de miedo que el conductor hacía, parecía que había alrededor de al menos 15 personas aquí.
Todos pronto hicieron su aparición.
–¡Hoy tenemos un buen botín!
–¡Ja, sabía que finalmente algún idiota dejaría de venir sin escoltas!
–¡La cosecha ha estado siendo baja, así que por favor señor conductor, denos sus cosas o lo matamos junto con el mocoso!
Si, todos ellos parecían bandidos, aunque parece que el último sujeto que habló parecía más educado que los demás, quienes se atinaron solo a mirar y rondar el lugar.
Espadas, lanzas, cuchillos, ballestas.
Armas en un estado no tan malo eran portadas por esos sujetos. Usandolas para amenazanlos, hicieron que nos bajáramos de la carreta para después lanzarnos a un rincón de esta.
–...
¿Debería ir ya?
¿Esos tipos son todos los que hay en este lugar?
No me gustaría precipitarme y dejar al menos a uno aquí, sería peligroso para mí no tan jugosa recompensa.
–¡¡Uju, estás si que con buenas cosas!
–¡Oye anciano, si vas a traer tan buena cosas al menos ten la decencia de traer una escolta!
–¡Mira bien, idiota, el mocoso tiene una espada, ese debe ser su escolta!
–¿En serio…?
Si, es en serio. Soy su escolta, el cual debería estar trabajando ahora mismo, pero lo único que hago es mantenerme de rodillas y con las manos arriba.
Soy una decepción como un guardaespaldas, pero tranquilo señor conductor, pronto lo sacaré de esta situación, lo prometo.
Me giré hacia el hombre no dejaba de llorar de miedo y le di una sonrisa, la cual decía "¡Tranquilo, yo lo salvaré!".
El también me miró, pero solo con ojos de lástima absoluta, lo cual hizo que mi corazón doliera y mi expresión cambie a una triste.
Que no confíen en ti es algo doloroso…
–¡Te lo mereces, viejo! ¡Nadie en su sano juicio contrataría un niño como escolta! .
–¡Si, que viejo abusador, aprovechándose de un pobre mocoso! .
–¡Espero y le esté pagando buenas prestaciones!
Ah, no lo hace.
Con cada palabra que esos bandidos dicen hacen que me sienta cada vez más miserable por haber tomado está misión.
No solo yo estoy sufriendo ahora mismo, sino el conductor quien ahora era tachado de escoria humana maltratador de niños, pobre sujeto que no dejaba de llorar mirando como sus pertenencias eran robadas.
–¡Al jefe le va gustar esto!
–¡Metan todo y llevense la carreta, es hora de irnos!
–¡Hey, niño!
–S-Si…
Aquel bandido, el cual parecía más amable que el resto me habló directamente.
–Esa espada es muy linda… ¡Dámela!
Acercándose a mí, ese hombre se puso frente a mi. Extendió su mano y esperó a que se la de.
–A-Ah, no puedo …
–¿Por qué?
–¿Por qué es mía…?
–¿Se supone que eso importa…?
–¿S-Si?
–¡No, idiota! ¡Al jefe le gustan las cosas negras, si le llevo eso seguramente me dará un ascenso!
El hombre gritó delante de mí, la saliva que salió de su boca con tal fuerza cayó en mi rostro manchandolo.
¡Qué asco! ¡Qué asco! ¡Qué asco!
Mientras la saliva resbalaba por mi cara, observé mi espada, la cual estaba enfundada en mi cintura.
La vaina negra con bonito diseño estaba muy desgastada debido al constante uso que se le había dado. El hombre quiere eso, la espada y la funda, una de las razones de las porque estoy aquí.
Espera…¿Si me deshago de ella…También la deuda se irá?
Si la espada se va mis manos, entonces una gran parte de mi deuda había quedado fuera de mi y otra persona se haría cargo de ella.
Tiene sentido, ¿verdad?
–¡Tómala!
La entregué rápidamente y junto con ella un papel.
El hombre, quien me miró sorprendido ante mi arrebato, solo sonrió mientras decía que era alguien muy obediente, para luego tomar la espada y la pequeña hoja que no se había desgastado desde hace 6 años.
En el momento que la espada soltó mi mano, una gran ola de alivio golpeó mi cuerpo, haciéndome querer llorar…
El trauma de 6 años finalmente había acabado…o no.
–Tomala, pobre de ti…
Antes que la espada haya pasado un segundo lejos de mí, ella volvió a mis manos, la cual fue devuelta por el ladrón del bosque, quien me miraba con una extrema pena en el rostro.
En sus manos solo quedaba el papel, el cual metió lentamente a mi bolsillo derecho, junto con algunos valis que le había robado al conductor.
–Es todo lo que tengo, lo siento por ti, chico…
El hombre, quien parecía mirarme como miraras a un gusano a punto de morir, me dió esas palabras de lástima junto con una limosna, para luego limpiarse las lágrimas que había salido por un momento y alejarse de mi.
–...
En este momento me siento como el ser más miserable del mundo.
Aún con la espada en mis manos, no pude evitar querer llorar en ese momento. Pero lo que pasó a continuación me hizo sentir aún peor…
Cada uno de los bandidos vino hacia mí para decir sus condolencias y dejarme unos cuantos valis cada uno.
Estoy sufriendo como un maldito infierno, no puede haber nada más que vergüenza en mi ser.
Quiero reventar mi cabeza ahora mismo contra el suelo y huir de este lugar tan avergonzante.
Pero tengo un trabajo que hacer, y con lágrimas en mis ojos y mi orgullo quebrado empecé mi trabajo.
X. X. X.
En total fueron 10 golpes los que necesité.
10 golpes llenos de vergüenza y tristeza.
Aquellos hombres que habían estado burlándose de mí con su extrema pena hacia mí se encontraban ahora desmayados, desarmados y amarrados, apilados en una pequeña montaña de cuerpos inconscientes.
Estoy cansado de esta situación, en la que la gente solo me mira con pena.
Pero es mi culpa, por haber intentado zafarse de un problema de la manera más fácil, a pensar de que se que nada de eso podrá sacarme de la miseria que estoy.
Esa espada, esta espada maldita parece extremadamente pegada a mi.
No importa que haga, dónde la dejé o si la tiró al mar, está siempre aparece a mi lado de alguna forma, evitando que la abandone y que olvide mi deuda.
Estoy cansado de ver esta arma, incluso podría decirse que durante todo este tiempo he llegado a odiarla debido a su incidencia de quedarse a mi lado.
Sé que me veo muy loco odiando un arma, pero realmente es así. Me siento extremadamente mal al saber que estoy endeudado por mi millones valis, y que el 80% de esa deuda carga en mi cintura.
No saben lo traumante que es que un niño tenga tanta carga, incluso tenía ganas de vomitar cuando era pequeño cuando recordaba el contenido del recibo.
No tuve una infancia muy buena …
–¡Y ahora qué!
Grité hacia los cielos.
Mis cabellos blancos, los cuales llegaron a caerse debido al estrés que pase de pequeño, revoloteaban con el viento, el cual no dejaba de danzar a mi lado, como si estuviera consolandome por todo esto.
Ah, si, la razón por la que no caí en la locura de pequeño es por qué estaba ese "viento", quien eliminaba todo tipo de temor en mi cuando me acariciaba la cabeza mientras me recostaba en sus muslos.
Aunque dejó de hacer eso hace algunos años, pude aguantar muy bien gracias a eso, y además descubrí que me gustaban las rubias, fue un viaje de autodescubrimiento en mis sueños.
Me gustan las personas amables y de cabello amarillo.
–Creo que es hora de trabajar…
Mi pequeña actuación de rehén en peligro solo fue para saber si había personas en el bosque, ya que si dejaba alguno había peligro que la banda pueda volver a surgir y nuevamente asaltar pobres conductores.
Hablando de conductores, ese tipo ya se fue…
Después de haber golpeado a los bandidos que se habían estado burlando de mi con su pena, me agradeció y se fue directo hacia el pueblo de Agris.
Me ofreció una recompensa monetaria, pero decidí no tomarla, en cambio le pedí que sí podría llamar a las autoridades del pueblo de Agris y que se aproximen aquí, ya que no sería capaz de llevar a todos estos tipos yo solo.
Volviendo al tema, aún quedan personas en el bosque las cuales tengo que buscar y capturar.
"El jefe" también estaba allí.
Dejando a los rufianes atados junto con una nota, me dirigí hacia el centro del bosque, donde me esperaba el camino a mi pronta recuperación monetaria.
Tengo mucha hambre…
X. X. X.
En este momento me gustaría que te hicieras presente.
Aquella mujer que suele hablarme en momentos desesperantes no se hace notar por ningún lado, ni siquiera un susurro o una palabra, ella está completamente callada.
Me vendría bien que me preste un poco sus poderes para poder localizar a las personas escondidas aquí.
Pero eso no podrá ser posible.
¿Por qué? Pues por qué soy pobre.
Solo he estado comiendo croquetas de papas durante toda la semana, así que obviamente no he estado muy bien en mi estado físico, así que la mujer que vive en mi cabeza me otorga su energía para poder sobrevivir sin tanto esfuerzo.
Aunque eso signifique que pierda las capacidades de comunicarse conmigo.
Después de todo, una pequeña parte de su poder abunda en mí, y la otra está siendo custodiada por una enorme criatura de un solo ojo.
Yo tengo la parte más débil, lo cual hace que el espíritu que habita en mi cabeza se vea limitada muchas veces.
Su nombre es Aria, la espíritu del viento, y yo soy Bell, su dependiente.
Tengo un contrato con ella, lo forme cuando era pequeño, pero creo que ahora no es momento de contar esa historia ya pasada.
El bosque ancho llenaba toda la vista.
Los rayos del sol se filtraban de las copas de los árboles, alumbrando al hambriento yo, quien iba en busca de dinero.
–¿Dónde se encontrará?
Me preguntó mientras me muevo rápidamente por el bosque, esquivando árboles y rocas.
El viento hacía bailar las hojas de los árboles, flores y mi cabello a una velocidad tremenda.
Saltando y corriendo busqué por lo alto de los árboles y observé atentamente cada detalle.
Mis ojos rojos penetraron con fuerza cada parte del profundo bosque, pero no había nada raro en el lugar.
Todo estaba tranquilo.
Qué decepción, pensaba que está sería una misión interesante.
Mis ojos que brillaban con emoción fueron apagados,
Una misión de busca y captura, algo de lo que siempre he soñado desde que he leído esas historias heroicas que mi abuelo me regalaba.
Para alguien como yo, que solo fantaseaba con eso, capturar delincuentes y entregarlos a la justicia con una sonrisa, era una fantasía increíble.
Fantasía que no se podrá cumplir debido a que en este bosque no hay nada.
Pensé encontrar un gran refugio de bandidos, pero en su lugar solo había hojas, flores e insectos.
O tal vez solo siguen escondidos por aquí, pero no hay manera de hallarlos…Ah, realmente quisiera que Aria estuviera aquí.
Si fuese así, ella podría usar su viento y eso serviría como una radar que localize todo tipo de cosas en el bosque, pero por ahora ella está enfocada en que no me desmaye debido al hambre.
Es una mujer muy considerada conmigo.
Aunque a veces dice cosas muy extrañas, cosa como que yo soy de su pertenencia, y que ella es mi esposa.
Pero sólo creo que me está molestando, así que decido ignorarlo, ya que si no eso me causara bastante problemas a la hora de ir a dormir.
–...
En este lugar no hay nada.
Solo fue un desperdicio de energía la cual no tengo.
Abandonando el bosque, me dirigí directamente hacia los bandidos.
Creo que hubiese sido mejor preguntarles donde guardan las cosas de valor y dónde se encuentra ese tal "jefe" del que hablaban.
Pero siendo sincero creo que no me lo hubieran dicho. Ni siquiera amenazandolos, después de todo quién le tendría miedo a un niño de 13 años, que va por allí con una deuda que no podrá pagar por al menos 100 años.
Ah, de nuevo empiezo a sentir pena por mi.
El viento parece que se ha estado burlando de mí constantemente.
X. X. X.
Creo que esto no vale 10.000 valis…
Horas han pasado, y aunque he intentado hablar con aquellas personas que le encantaba robar a los conductores de carretas, no pude sacarles nada.
Solo me gritaban obscenidades y maldiciones, argumentando que seguramente le quería pedir trabajo a su jefe debido a lo quebrado que estoy….
No haría eso, ¿saben?
Cada palabra de su ser hacía que me quisiera poner a llorar.
El trauma de tener una deuda cada vez era mayor, quiero olvidarme de eso para siempre.
Cada palabra de ellos.
Cada insulto de ellos no valían 10 000 valis…Deberían pagarme 10 veces más por todo lo que estoy pasando ahora mismo.
–Toma tu recompensa.
Un hombre con una espada en la cintura me entregó una pequeña bolsa donde contenía la cantidad del dinero.
Los ladrones ya habían sido entregados a las autoridades del Pueblo de Agris, ellos se encargaran de los demás detalles, y a mi solo me quedó recoger mi dinero.
Justo ahora me encuentro en el Pueblo de Agris, una parada no planeada, pero que me daría algo de paz.
Tomó la bolsa de dinero y me dirijo hacia un lugar donde pueda estar solo.
–Con esto son 10.000 más…
Suspirando camino sin dirección alguna a un lugar donde haya la menos gente posible.
O tal vez debería dar por acabado el día de hoy e ir a dormir, después de todo la noche ya está por caer.
Creo que eso haré, debería comer algo también…Ella ya se está impacientando mucho.
X. X. X.
1 000 valis por una noche en una noche en una posada no tan buena …
La cama es dura y las paredes parecen deterioradas, ¿Es seguro dormir aquí? No lo creo, tal vez me enferme de algo…
Pero es lo mejor que hay, si está posada está tan cara, no me gano las mejores… Incluso la comida estaba cara.
En total el día de hoy gasté un total de 2000 valis.
La mitad en la posada y la otra mitad en comida.
¿Una buena inversión?
[Te estafaron]
–¿Lo crees?
Hay está…
Después de haber comido como una bestia, ella ya puede ser libre de nuevo.
Suena enojada, ¿hice algo malo? No lo creo, solo gaste el dinero necesario.
[Solo a ti se te ocurre pagar esa cantidad por una posada de mala muerte]
Si, está enojada.
–P-Pero el posadero me dijo que este era un precio especial…
[Especialmente para tontos como tú]
Recibí una puñalada en el corazón.
Sus palabras frías como el hielo atravesaron mi pecho haciéndome gemir y soltar algunas lágrimas.
[Bueno, ladrón que le roba a ladrón tiene mil años de perdón. ¿Has oído esa frase, Bell?]
E-Ella lo vio, ¿cierto?
[Entregaste a los ladrones de carretas, pero nunca sus armas, ¿donde están?]
–Las tomé prestadas.
Dije con algo de nerviosismo pero lo más seguro que pude.
–¡Y-Ya sabes! ¡Si dejara las armas allí seguramente alguien se haría daño, y no quiero eso, quedaría en mi conciencia!
[Ajá]
–Además, ¿qué crees que hubiese pasado si los ladrones escapaban y sus armas se encontraban en la comisaría? ¡Ellos lo tomarian e organizarían una masacre!
[Pensaste en todo, ¿eh]
No sé nota muy convencida, su voz sarcástica me lo dice.
–¡Así que decidí guardarlas en mi mochila y llevarlas a un herrero que las funda y ya no puedan hacer daño a nadie!
Di mi máxima excusa al viento que le hablaba. Ella no estaba por ninguna parte, solo yo podía escucharla dentro de mi cabeza.
El nerviosismo atacó mi cuerpo.
[¿Y le pedirías dinero a ese herrero por esas armas, ¿verdad?]
Puede que algo así…
Ah, pero no soy un ladrón, esas armas eran seguramente robadas, yo solo recupere algo que no tenía dueño y las quise llevar a destruir para que no puedan ser usadas contra alguien más.
¿No es esa una buena acción?
[Esa deuda te ha corrompido, Bell…]
Ah, me estoy volviendo loco ahora mismo.
Ahora solo quiero dormir.
Después de todo, mañana será un nuevo día lleno aventuras y pobreza.
[No me ignores]
Dejo mi mochila mágica capaz de meter cosas muy grandes dentro sin que se acabe el espacio en ella al lado de la cama, igualmente mi espada y imi cuchillo negro, al cual extrañamente no le tengo tanto odio como mi espada.
Me recuesto en la dura cama y me echo a dormir.
–¡Buenas noches!
[...]
Ah, ¿por qué de repente empezó a hacer tanto frío?
Las sábanas no son capaces de soportar el viento que se arremolina en la habitación.
Ella lo está haciendo, ¿verdad?
Qué mujer malvada…
–....
La noche ya había caído.
Y justo en una cama dura como una piedra decidí dar el día por acabado, mientras un espíritu me asesinaba de frío, pensé que durante los próximos años la vida sería difícil.
Pero qué más da, después de todo yo decidí esto.
No me arrepentiré de la decisión que tomé ese día.
La de ser un héroe para ella.
La de tomar su mano.
No importa que dificultades vengan, las afrontaré con una sonrisa en la cara y con la mirada al frente.
Mi aventura finalmente había empezado.
Cerré los ojos y todo se volvió oscuro.
-------------------------------------------------------------------------------------------
Pipipipi hoy nos golea Brasil
El capítulo ya llegó, bastante temprano para los 6 meses de actualización que suelo hacer.
Hoy nos papean carajo.
Hasta la próxima causas
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro